progressif

miércoles, febrero 13, 2008

Al descubierto cinismo del PRIAN







Tomados de La Jornada, Helguera, El Fisgón, Hernández y Rocha y El Universal, Helioflores.


La frase mágica utilizada por el pelele Felipe Calderón Hinojosa y los corifeos de Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula, Radio Centro y demás medios serviles al poder es que en cuanto a Pemex no se ha presentado ninguna iniciativa, mucho menos para vender o privatizar.

Unos y otros –incluidos los de la “moderna” y vieja Nueva Izquierda de los “Chuchos” del PRD- siguen con el guión de que no de privatizará lo que en los hechos está privatizado. Ninguno acepta haber presentado nada, pero todos ellos hablan del tema y hasta tienen propuestas de venta, pero como nada se ha presentado “oficialmente”, pues es una “falacia”, dicen, hablar sobre ello. Hay que esperar, insisten, en la propuesta. Misma que no llega.

Para los faltos de memoria, lo mismo se dijo de la ley Televisa. Que no era concentradora de los medios, que no excluía a nadie, que “democratizaba” los mismos. Y el hecho fue que la aprobaron en 7 minutos. Cuando se les cuestionó la premura, dijeron que aunque todavía no se había presentado de manera “oficial” llevaban años de discutir sobre el tema, por eso no se necesitó más tiempo para aprobarla, pues todos sabían de qué se trataba. Meses después sería declara ilegal e inconstitucional en sus artículos principales.

Ahora nos dicen lo mismo. En televisión, radio y prensa escrita se comenta y comenta sobre las ineficacia de la administración de Pemex y la CFE por parte del gobierno y aducen las “bondades” de que los empresarios entren a rescatarlas. Sin embargo, ya hemos visto lo que los empresarios hacen. O se crean monopolios, duopolios y oligopolios, como Telmex, Televisa, TV Azteca, Cemex, Bimbo, etc., con lo que pagamos precios exorbitantes por bienes y servicios malos y deficientes o llevan a la quiebra las empresas –como los bancos y carreteras- para que luego el pueblo sea el que pague los platos rotos. De todas formas a los más de 100 millones de ciudadanos nos toca bailar con la más fea, y eso es siempre.

En el caso de Pemex, el encargado de saquearla es el PRI por conducto de un gris personaje, que no pasó de perico perro: Francisco Labastida Ochoa, ex secretario de Gobernación, ex gobernador de Sinaloa, ex candidato presidencial y ahora resucitado senador, luego de que perdió la presidencia ante el ladrón y corrupto Vicente Fox Quesada.

El dice que no se venderá Pemex “no es nuestra posición, ni hemos recibido opiniones en este sentido, ni del PRD, ni del PAN, ni del Verde, ni de Convergencia”, vamos de nadie a sugerido tal cosa.

Entrevistado por José Gutiérrez Vivó para su noticiero de radio Monitor, jura y perjura que lo único que desea es un cambio de régimen para la paraestatal y enumera las deficiencias: Que vende 45 mil millones de dólares en petróleo y compra 35 mil millones en gasolinas, que la refinería mas “joven” tienen 27 años, que se gasta mucho en sueldos, que Hacienda exprime toda la ganancia y que los excedentes petroleros van a gastarse en los estados y municipios además de la federación


“... cerca de 40 por ciento de los impuestos que recibe el gobierno federal vía participaciones, una proporción parecida, poquito menor, lo reciben los gobiernos de los estados y los municipios, es decir, cuatro de cada 10 pesos vienen de Pemex para los sueldos de los senadores, diputados, Presidente de la República, médicos, maestros.

“El extremo llegó en los años pasados, la Ley Federal de Derechos que se modificó en diciembre decía que Pemex tenía que pagar por dos derechos, el derecho ordinario de producción de hidrocarburos y el derecho para el fondo de estabilización, el 89 por ciento del valor del gas y del petróleo extraído. Y que además tenía que pagar una multa del 76 por ciento de lo que no produjera. Es un sistema fiscal hecho para quebrar a Pemex, no hay otra explicación.”


Además acusó al desgobierno del traidor Fox Quesada de haber implementado esa política para poder vender Pemex. Sin embargo, falta a la verdad, es decir no la dice completa. No dice por ejemplo que fue Miguel de la Madrid Hurtado quien abrió la línea de privatización al realizar una reclasificación de la rectoría del Estado en esa área. Que fue el ratero pelón de Carlos Salinas de Gortari, quien dividió la paraestatal, para poder ordeñarla a gusto. Y que fue Ernesto Zedillo Ponce de León quien “inventó” los Proyectos de Impacto Diferido en el Registro del Gas (Pidiregas) para iniciar la privatización. Todos ellos excelentes patriotas y por supuesto priístas. Tocaría el turno al ladrón y transa Vicente Fox Quesada del PAN. Que con sus Contratos de Servicios Múltiples comenzó su privatización y venta.

Tampoco comenta que la mayoría de los gobernadores del país son del PRI y que son ellos quienes reciben la mayor parte de los recursos e Pemex, y que en reuniones de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) han comprometido su apoyo al PRIAN y a la venta de la paraestatal. Que presionan a los legisladores de su partido para que aprueben leyes contrarias a la Constitución y por tanto a los mexicanos.

A lo largo de la charla no puede ocultar que ya tienen un rumbo definido y que la venta es lo que viene, no importa cuanto lo nieguen.


“Hay un dato falso que me parece nos está quitando la observación y la concentración de los asuntos torales, entonces se privatiza o no se privatiza Pemex, ¡no se privatiza Pemex, ni vendemos Pemex, ni vendemos ninguna de las partes de Pemex!, estamos viendo cómo en algunas cosas puede entrar y estamos esperando la propuesta del gobierno.

“... la discusión es cómo hacemos de esto que puede ser todavía a pesar de los limitados recursos algo que le dé seguridad energética al país y que no nos agarren con los dedos en la puerta.

“Una parte fundamental es lo que llaman en Noruega el directorado, en Brasil el Consejo Nacional de Hidrocarburos, es un muy pequeño grupo de gentes, son doctores, maestros en ciencia, geología, geofísica, son 200 gentes de muy alto nivel, no son decisiones políticas pero permitiría que se evitaran absurdos como los que se provocaron en el sexenio pasado en donde por la decisión de un señor que quería dinero para gastárselo dijo: produzcan 4 millones de barriles; daña los yacimientos, se gasta el dinero en hacer política y le hacen daño al país y le hace un daño a la empresa terrible, eso no puede volver a pasar, tiene que haber un cuerpo técnico que diga lo que le conviene a Pemex, a la industria energética y al país.

El presidente debe, en mi opinión, de hacer una propuesta, ser visto por el Congreso y el Congreso decidir los cinco mejores en términos de su capacidad técnica, de su honestidad y de su valor para disentir a veces y estos son los que se meten en las decisiones centrales de cómo se explota técnicamente.

Pemex necesita autonomía de gestión para tener capacidad de poder desarrollarse.”


Todo parece perfecto. Si esto es así ¿para qué vender? Bueno lo que sigue lo aclara.


“Allí hay una discusión en donde se dice Pemex 100 por ciento, capital estatal, pero puede crear una subsidiaria y esa subsidiaria se coloca en bolsa.

“Socializa el capital, no tiene derecho a voto, pero usted tiene derecho a comprar 100 mil pesos de acciones, se le pone un límite, se socializa el capital y todos se sienten partícipes de la idea y del proyecto.”


Eso mismo dijeron de Teléfonos de México (Telmex) y que al vender una parte en la Bolsa Mexicana de Valores se “democratizaría” el capital, todos seríamos dueños y tendríamos un mejor servicio a un menor precio. Han pasado 15 años y la realidad es otra. Carlos Slim es el único dueño, el servicio que presta es malo y de los más caros del mundo, no se “democratizó” ningún capital y él se convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo, el más rico de América Latina y el más poderoso de México, con negocios prácticamente en todos los rubros de importancia, incluido Pemex.

Entonces se trata pues de otra mentira descarada que tiene como único fin privatizar los energéticos. Pero el asunto todavía es más cínico.

Si tomamos en cuenta que producir un barril de petróleo cuesta en México cuatro dólares y se vende en 80, es decir se tiene una ganancia de mil 800 por ciento ¿qué mejor negocio hay que éste? La pregunta es ¿para qué se necesita capital externo –nacional o extranjero- si la propia empresa tiene enormes ganancias? La única razón posible es que desde hace 25 años el PRI y ahora el PAN (PRIAN) quieren vender la paraestatal ya que saben que quien lo consiga tendrá asegurado el porvenir de sus familias, las de sus amigos, compadres y conocidos por generaciones. De ese tamaño es el negocio, de ese tamaño es el saqueo que pretenden nuestros corruptos políticos.




En seguida un análisis tomado de la revista Proceso.










Las tribulaciones de Televisa

jenaro villamil

México, D.F., 12 de febrero (apro).- El Tigrillo sacó sus garras. Acompañado por Roberto Hernández, el socio que sustituyó a Carlos Slim como segundo accionista de Televisa, Emilio Azcárraga Jean se quejó porque lo quieren “castigar”; justificó su fracaso en Estados Unidos, en donde quiso adquirir la mayoría de Univisión; volvió a advertir que no permitirá el ingreso de una “tercera cadena”; y le puso nombre a su próximo enemigo: Telmex Televisión.

Su discurso se produjo en una clara coyuntura: el inicio de la discusión en el Senado de una nueva ley de medios que sustituirá a la anticonstitucional Ley Televisa; y la investigación que ha emprendido la Secretaría de Comunicación y Transportes (SCT) sobre la sociedad entre el consorcio de Azcárraga y el Grupo PRISA, el consorcio español que ha pagado los platos rotos del caso Carmen Aristegui en la W Radio.

El lenguaje de Azcárraga Jean no fue nada críptico. Más bien se quiso presentar como víctima de una injusticia que hasta ahora nadie conoce –“en Televisa a nosotros no nos han regalado nada”- y la empresa que fue “soldado del presidente” rompió lanzas contra “varios presidentes y varios políticos que sí han robado muchísimo dinero”.

“Si tenemos el canal 9, es porque al canal 88 no pudo; y si Sky está sólo es porque DirecTV no pudo. ¿Y ahora me van a castigar porque se ha competido y porque gano?”, reclamó el tercero en la dinastía de los Azcárraga.

En su tramposa pregunta está la respuesta de la nueva tribulación para Televisa. El problema fundamental para el mayor conglomerado mediático de América Latina es que nunca se ha visto obligada a competir y más bien ha defendido una y otra vez los privilegios de monopolio privado, creado, alentado y protegido desde el poder político.

Los datos y la historia revelan que a Televisa no sólo la han beneficiado como a ninguna otra industria mediática del mundo, al grado de convertirse en el monopolio perfecto, tal como lo describiría Mario Vargas Llosa, que bautizó en su momento al régimen priista como la “dictadura perfecta”.

Televisa no es sólo el Canal 2, la mayor y más exitosa cadena televisiva privada. Televisa concentra el 62 por ciento de las concesiones de televisión abierta a través de sus cuatro grandes cadenas (2, 4, 8 y 9); es el productor del 80 por ciento de los contenidos audiovisuales (50 mil horas al año); tiene 72 por ciento del mercado publicitario mediático en sus manos; a través de empresas filiales y “pantalla”; domina el mercado de los espectáculos, de la distribución del cine, del futbol, de la publicidad política (TV Promo) y hasta de la filantropía (Teletón).

Televisa concentra 98 por ciento de la televisión satelital (con Sky); desplazó del mercado a DirecTV y a otros competidores con una clásica práctica monopólica, criticada por la Comisión Federal de Competencia: impedir el must carry de sus contenidos para que sólo sus empresas aliadas en televisión por cable puedan tener acceso a sus canales de televisión abierta. Esta misma práctica le ha permitido dominar el mercado de la televisión por cable; ahora no es sólo el dueño de Cablevisión, sino que aspira a tener más del 40 por ciento de este mercado con fusiones y compra de acciones.

Sus intereses se expanden ahora al mercado de las apuestas (Play City), a la aviación, y al mercado inmobiliario y financiero. Televisa se ha convertido en el emporio de centros y casas de apuestas más grandes del país con los 130 permisos que le otorgó Santiago Creel en 2005. ¿Cuánto pagó Televisa por estos permisos? Nunca lo ha dicho.

Azcárraga Jean se quejó de que ninguno de los “presidentes y políticos corruptos” le ha regalado nada. ¿Ya se olvidó convenientemente que al final de sexenio de Carlos Salinas, en noviembre de 1993, el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Emilio Gamboa Patrón, le otorgó con sólo el poder de su firma 62 concesiones para articular su cuarta cadena nacional, en compensación por la venta de Imevisión a Ricardo Salinas Pliego? Su padre, Emilio Azcárraga Milmo, feliz ante tal regalo, llegó a ofrecer 25 millones de dólares a la campaña presidencial del PRI de 1994.

¿Ya olvidó El Tigrillo que el gobierno de Ernesto Zedillo le permitió todas las facilidades fiscales para que en 1997 lograra remontar la crisis económica y las enormes deudas con la Secretaría de Hacienda al asumir la presidencia de Televisa? ¿Ya se olvidó Azcárraga Jean que el decretazo del gobierno de Vicente Fox, en octubre de 2002, constituyó la desaparición del 12.5 por ciento de tiempo fiscal y la cancelación de una ley de medios que abriera la competencia en los medios electrónicos? ¿Ya se olvidó que en agosto de 2004, durante ese mismo sexenio, se le renovaron automáticamente hasta 2021 sus concesiones de televisión?

La ausencia de la mínima autocrítica define el tamaño de los temores y de las tribulaciones de Azcárraga Jean frente a la discusión de la ley de medios. Acostumbrado a imponerle al Congreso una legislación a modo –ahí está la Ley Televisa-, ahora pretende intimidar con declaraciones tronantes. Bastaría con que asuma que están dispuestos a competir y a eliminar una cultura histórica de prácticas monopólicas y a mejorar sus contenidos audiovisuales.

Eso, quizá, es pedirle demasiado a Televisa. La pregunta es si la lección ya la aprendieron los legisladores y el gobierno federal.