progressif

sábado, febrero 10, 2007

Entre mentiras, apoyos y fiestas




Tomados de La Jornada, Helguera y El Universal, Omar y Carreño.


Durante semanas el usurpador Felipe Calderón Hinojosa y los medios de comunicación paleros nos han llenado con mensajes de que la guerra contra la delincuencia se está ganando, pese a que es evidente todo lo contrario, como aquí hemos demostrado.


Hoy sábado 10 de febrero de 2007 el pelele instruyó a las fuerzas armadas a mantenerse firmes contra el crimen y "a perseverar en el ataque hasta alcanzar la victoria". Pues aseguró: "estamos ante una tarea tal, que por su dimensión corresponde al supremo interés nacional. La alternativa es muy clara: o rescatamos a México, o cancelamos un futuro de prosperidad que merecen los hijos de todos los mexicanos".


Y es que desde ayer se ha empeñado el títere en corregir y "aclarar" -como hace una semana- que a él no lo sostiene el ejército.


Durante la ceremonia para conmemorar el 94 aniversario de la llamada marcha de la lealtad el secretario de la Defensa, Guillermo Galván Galván, afirmó:


"La legitimidad del Presidente constitucional permanece cimentada en la aprobación popular a su esfuerzo por conducir el país con unidad y prosperidad. El Ejército no es quien avala la razón de la voluntad popular, somos una más de las instituciones que operan para que los derechos de todos los mexicanos sean una realidad creativa y permanente."


Para luego agregar:


"Las fuerzas armadas robustecen el Congreso de la Unión, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Poder Judicial en su conjunto. Además, hacen sólida a la sociedad y sus esmeros, y fortalecen al Poder Ejecutivo.


"No es difícil suponer la gravedad del riesgo en que el país caería si las fuerzas armadas no pusieran todo de sí para respaldar al jefe del Ejecutivo federal, apoyo que es también indispensable de las demás trabes fundamentales de la vida institucional."


De esta manera dejó muy claro lo que pretendía negar, que el espurio se apoya en los militares para seguir posesionado del poder, pues carece de la legitimidad –no de las instituciones corruptas mexicanas- de la ciudadanía, la que según la Constitución –ley máxima, por encima de cualquier "institución"- es la única en la que radica el poder en México.


Querernos espantar con el "petate del muerto" diciendo que sin las fuerzas armadas la democracia sería errática es tanto como decir que democracias sólidas como la francesa o italiana "dependen" de sus ejércitos para poder subsistir. Nada más alejado de lo que una democracia representa y todo lo contrario a lo que señaló de no ser el cimiento del poder civil. O se es una cosa o se es la otra, no puede ser las dos. O es una institución más –ni la mejor, ni la indispensable- o es el pilar de los gobiernos federales y de los otros dos poderes, con lo que el país dejaría de ser una democracia.


No conforme con su contradictorio discurso entró al movedizo terreno de querer cambiar la historia y señaló que el ejército ha "servido para garantizar la libertad de expresión, reunión y tránsito de todos los mexicanos, sin distinción", olvidándose claro de la represión del 2 de octubre de 1968 donde ese año se cancelaron los derechos a los que hace alusión y a la terrible época de la llamada "guerra sucia", -que ha quedado bastante documentada- en la que jugó un papel principal en el asesinato de civiles, al margen total de las leyes y la Constitución. Y que decir de sus recientes participaciones en los ataques a la población civil en Lázaro Cárdenas, San Salvador Atenco o Oaxaca, ya sea con uniforme de campaña o disfrazados de policía Federal. Esos son los hechos de dominio público, no discursos a modo.


Y para terminar sentenció: "Comprendemos que en una sociedad democrática, abierta y plural estamos sometidos al escrutinio permanente de los ciudadanos más sencillos o de las inteligencias más agudas. El Ejército está abierto para todos los que deseen conocer nuestra realidad." Esperemos que no se queden en palabras y entreguen la información que de manera sistemática le negaron a la reportera Anabel Hernández sobre las casas presidenciales en Quintana Roo y Guanajuato, así como lo referente a la casa de descanso de Icacos en Acapulco, Guerrero. Todas ellas utilizadas por los bribones Bibriesca y el salvaje de Guanajuato, Vicente Fox Quesada y parentela que lo acompañaron durante seis años en el saqueo que hizo en México. Todas las propiedades estuvieron bajo control del ejército y en todas ellas la respuesta fue de que no había ninguna información referente a fechas, nombres y gastos que se hicieron durante el sexenio pasado. De esta manera el ejército se colocó en la ilegalidad al no actuar conforme a la ley –sí la civil, la única válida en una democracia- y entregar lo solicitado. De nuevo, esos son los hechos.



La siguiente nota fue tomada de la edición online de la revista Proceso.





Calderón, el invitado de honor a la boda de Zermeño


arturo rodríguez garcía


* Afuera del lugar de la ceremonia, campesinos esperaban al presidente para reclamarle promesas incumplidas


Torreón, Coah., 9 de febrero (apro).- El matrimonio civil del presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, el panista Jorge Zermeño Infante, con la exconductora de televisión local, Astrid Casale Frausto, se convirtió en una arena política: Campesinos del Consejo Agrario Permanente se apostaron fuera del hotel Camino Real –propiedad de Olegario Vázquez Raña--, donde se celebró el enlace, en demanda de una solución al problema de agua.


La llegada del presidente Felipe Calderón coincidió también con el hallazgo de cuatro cadáveres momificados, presuntamente, pertenecientes a efectivos de la Agencia Federal de Investigación (AFI).


Aunque los contrayentes trataron de imprimir un sello de intimidad a la ceremonia nupcial, cedieron a la tentación de la frivolidad y atrajeron la atención nacional, luego de conceder una entrevista a la revista ¡Hola! México, que presentó en la portada de su número anterior, los pormenores del enlace.


Además de Calderón, el panismo en pleno asistió a la boda: Diego Fernández de Cevallos, el subprocurador Juan de Dios Castro y los legisladores Santiago Creel, Héctor Larios, Alejandro Zapata Perogordo, Jesús González Morfín, Ricardo García Cervantes, Juan de Dios Castro Lozano y Guillermo Anaya Llamas, así como el alcalde panista de la ciudad, José Ángel Pérez Hernández.


Las dos últimas visitas de Calderón a esta ciudad han para cumplir compromisos sociales. La primera ocasión fue en agosto último: apadrinó a una hija del senador lagunero Guillermo Anaya Llamas y, ahora, fungió como testigo del matrimonio de Zermeño Infante.


Desde las primeras horas de este viernes, el enlace del legislador fue ampliamente comentado en columnas políticas de todo el país. Las notas incluyeron incluso la lista de regalos que puso la tienda departamental Liverpool.


Como en un cuento de hadas, Astrid Casale, de 32 años de edad, y Jorge Zermeño, de 58, destaparon su intimidad al hacer revelaciones sobre la forma en que se conocieron e iniciaron su secreto noviazgo.


Madre soltera de una niña de 5 años, Casale Frausto, trabajó como conductora de un programa de revista matutino, en Televisión Azteca Laguna; posteriormente, incursionó como reportera y se convirtió en conductora de un noticiario local.


Su relación con un comerciante de la región, presunto padre de la niña, fue un escándalo hace cinco años, cuando la esposa de éste acudió a Telecable Laguna, a reclamar a la conductora el desmoronamiento de su matrimonio. El problema fue que se equivocó de televisora.


Originarios de la Ciudad de México, los autores de la familia Zermeño-González, se divorciaron el 18 de agosto de 1997 en el juzgado primero familiar de Torreón, instruido por el juez Francisco Quiroz Acuña, por mutuo consentimiento. Ese año, Jorge Zermeño comenzaba el período como presidente municipal y se le endilgaron varios romances que, inclusive, Astrid Casale refirió a Hola!, atribuyendo a su ahora esposo, un atractivo descomunal.


Luego de la publicación de Hola!, en que la novia dijo que era aceptada por los hijos de Jorge Zermeño, el periódico El Siglo de Torreón, publicó imágenes de la fiesta de cumpleaños que ella organizó al diputado, el pasado 23 de enero, a la que asistieron sus hijos y amigos.


Como verdaderos paparazzi, fotógrafos de la región buscaban encontrarse con la pareja del momento. La surte los favoreció el pasado domingo 4, pues la pareja acudió al café "La copa de leche". En esa ocasión, los acompañó la madre de Astrid.


Según familiares de la contrayente, la sede de la boda se mantuvo en secreto hasta esta mañana. Las invitaciones fueron dotadas de un código de barras. El Estado mayor Presidencial también hizo lo suyo y cercó el hotel del que es dueño el empresario consentido del sexenio de Vicente Fox, Olegario Vázquez Raña.


La aparición del presidente Calderón coincidió con el hallazgo de cuatro cuerpos en el ejido El Guarache, municipio conurbado de Lerdo, Durango. De acuerdo con versiones preliminares, los cuerpos semi-momificados fueron sembrados, pues estaban a flor de tierra.


El reporte forense indicó que se trataba de cuatro personas que presuntamente fueron enterrados vivos y murieron por asfixia. Luego corrió la versión de que se trataba de cuatro agentes adscritos a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).


El pasado 16 de enero, Felipe Calderón visitó la ciudad de Saltillo. Ahí, un grupo de campesinos del Congreso Agrario Permanente (CAP) en La laguna, lo abordó para exigirle una mayor dotación de agua de riego para el próximo ciclo agrícola. El Presidente se comprometió a resolver sus quejas, pero a casi un mes del encuentro, los agricultores no tuvieron ninguna respuesta.
Por esa razón, decidieron tomar el edificio y dividirse para realizar una manifestación fuera del hotel donde se celebraría la boda y llegaría Calderón.


Durante varias horas permanecieron ahí. Ante ello, el Estado Mayor aumentó el nivel de seguridad, con la presencia de las policías municipal, ministerial y federal. Funcionarios estatales y municipales dialogaron con los inconformes y llegaron a un acuerdo. Sólo así se marcharon, antes de que Calderón llegara a dicho lugar.


Fue tal la restricción que hubo que ni siquiera los reporteros de la revista del corazón que publicó un amplio reportaje de los contrayentes en su edición del mes de febrero lograron colarse.