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viernes, agosto 01, 2008

Aumentar inflación para obligar a privatización de Pemex


Tomada el 29 de junio de 2008 en el zócalo de la Ciudad de México.


En teoría la principal función del creador del Fobaproa, Guillermo Ortiz Martínez, desde hace muchos años –cuando que realizó el atraco del siglo a los mexicanos al “rescatar” la banca extranjera- gobernador del Banco de México (Banxico), es controlar la inflación. Sin embargo, su actuación de las últimas semanas es totalmente contraria a ese fin.

Primero insistió en que se aumentara el precio de las gasolinas, pues se estaban “subsidiando”, luego anunció que a partir de este mes dejaría de subastar dólares. Desde hace un mes el precio de las gasolinas se incrementó por arriba de lo anunciado en la Ley de Ingresos aprobada por el Congreso de la Unión, por lo que se trata de una violación a la ley por parte del pelele Felipe Calderón Hinojosa. El mes pasado las gasolinas aumentaron ocho centavos en promedio y ahora al comenzar el mes se incrementaron seis centavos, contra el anuncio de incremento de dos centavos mensuales aprobado por los “legisladores”. Esta media aumentará el índice inflacionario que Banxico colocó en casi seis por ciento para el presente año, un aumento cercano al 100 por ciento respecto a sus pronósticos de los primeros días del año.

La decisión de no subastar más dólares traerá como consecuencia una devaluación del peso –esa es la intención- para que las exportaciones de México adquieran mayor valor. Con ello se privilegia de nuevo a los grandes empresarios –que no pagan impuestos ni crean fuentes de empleo y las que tienen están al margen de la Ley Federal del Trabajo y la Constitución- y se lesiona a decenas de millones de mexicanos pobres, pues México importa la mayoría de lo que consume. Al valer el peso menos, las importaciones saldrán más caras y por tanto se venderán a mayor precio al consumidor.

De nada sirven los 70 mil millones de dólares en reservas internacionales que el corrupto Ortiz Martínez tiene depositados en dólares en bancos de Estados Unidos –una forma de apoyar la economía de aquel país y su gran déficit económico- devaluándose, cuando podrían estar en euros o en otra moneda que no se deprecie como el dólar.

En los hechos y pese a las declaraciones del usurpador Calderón Hinojosa y sus compinches de que no pasa nada y que la economía está blindada, la inflación será del 6 por ciento, mientras que la economía crecerá en 3 por ciento, es decir decrecerá 3 por ciento. Las mentiras del espurio Calderón Hinojosa caen como en su momento lo hicieron las mentiras del ladrón Vicente Fox Quesada, ni bajó el precio de la energía eléctrica, ni bajó el precio de las gasolinas, ni creó un millón de empleos anuales, el autodenominado “presidente del (des)empleo”. Con el cinismo que les caracteriza, ayer Agustín “Tonina” Carstens anunció que la promesa del millón de empleos se concretará hasta el año 2012, eso si se aprueban las “reformas estructurales”.

Es evidente que el brete económico en el que el PAN y el PRI están metiendo a México no es nada más resultado de la incompetencia, negligencia y corrupción del PRIAN, sino una política
diseñada para incrementar la pobreza del país –como lo hizo el PRI durante décadas- y de
esta manera “obligar a la ciudadanía a aceptar la venta de Pemex.

Apuestan todo a que los poderes fácticos apoyados por la televisión y radio serán capaces de apagar la protesta social, pero en los próximos meses se volverán a dar de topes ante una ciudadanía harta de tanta corrupción e impunidad.

La siguiente colaboración fue tomada del periódico La Jornada.





http://www.jornada.unam.mx/




El cincho


Luis Javier Garrido

Las horas decisivas para la defensa del petróleo han llegado, pues a pesar de los resultados de la Consulta Popular, la alianza PAN-PRI parece decidida a ir adelante en su tentativa de fraude a la Constitución para entregar la industria.

1. La iniciativa del PRI o ley Beltrones, que el PAN y el PRI han acordado sea la base de la contrarreforma en materia petrolera, es anticonstitucional desde los dos aspectos fundamentales que supone toda ley. Lo es porque tiene como objetivo fundamental privatizar la industria petrolera mexicana entregándosela al capital trasnacional, pero también porque la vía que prevé para alcanzar estos objetivos consigna mecanismos violatorios de la Constitución que transgreden el principio de legalidad y comprometen en múltiples aspectos la integridad soberana de la nación.

2. El escenario es cada vez más crítico, pues mientras Juan Camilo Mouriño y Felipe Calderón se pavonean por el país confiados en que el PRI les hará la tarea sucia de imponerle a México la privatización de la industria petrolera que le tienen ofrecida a diversos consorcios trasnacionales –y que les dejaría a ellos enormes beneficios–, los legisladores del tricolor se hallan enmarañados en un gravísimo problema, pues están a punto de cometer un atentado en contra de la nación, ya que a fin de despojarla de un recurso estratégico están avalando en la legislación secundaria mecanismos que se sustentan en facultades anticonstitucionales que le están dando al Ejecutivo y que transgreden el principio de legalidad.

3. La propuesta alterna en materia energética que presentarán a las Cámaras el Frente Amplio Progresista, el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo y el Gobierno Legítimo de Andrés Manuel López Obrador, anunciada el viernes 30, se torna, por consiguiente, fundamental para que el país pueda en esta cuestión prioritaria reorientarse por la vía de la legalidad constitucional, lo que es clave para que México pueda hacer frente a la gravísima situación económica que vive en este verano de 2008 y que se agrava por la crítica situación derivada de la intentona privatizadora del petróleo.

4. El objetivo de las iniciativas de Calderón y de Beltrones en materia petrolera es el mismo, pues no buscan fortalecer a Pemex, sino burlar los principios establecidos en los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución que decreta el dominio exclusivo de la nación sobre los hidrocarburos, al crear mecanismos en leyes secundarias que les permitan ir entregando a retazos la industria, como se ha señalado con claridad, pero lo que no se ha subrayado de manera suficiente son los riesgos que entrañan a su vez los mecanismos de camuflaje diseñados en ambas propuestas.

5. Los medios que las iniciativas presentadas por Beltrones prevén para lograr su objetivo son violatorios de la Constitución en diversos aspectos que no logran ocultar. La propuesta priísta supone que el Ejecutivo puede crear empresas filiales de Pemex a nivel federal o local para realizar los servicios de refinación, transporte, almacenamiento y distribución de los hidrocarburos, y por lo mismo viola la Constitución al menos en dos aspectos centrales, pues, por un lado, a) el Ejecutivo federal no tiene atribuciones para crear por acuerdo organismos descentralizados, aún y cuando se busque presentar a éstos como “filiales de Pemex”, ni mucho menos las tiene la propia paraestatal y, por otra parte, b) esta iniciativa olvida que la industria petrolera es federal y no puede entregarse ninguna de sus fases a los gobiernos de los estados.

6. El titular del Ejecutivo no tiene atribuciones para crear de manera discrecional organismos públicos ni empresas del Estado, pues esto es competencia del Congreso que tiene que hacerlo mediante una ley. La “discrecionalidad” supone la prexistencia de facultades constitucionales, pero en México se ha entendido ésta de manera equivocada como una facultad metaconstitucional, es decir, como un acto atrabiliario e ilegal del Ejecutivo, y eso es precisamente lo que caracteriza las iniciativas tanto del PAN como de Beltrones: que ambas son presidencialistas y establecen en la legislación secundaria procesos para desmantelar a Pemex, sustentados en decisiones presidenciales contrarias a la Constitución.

7. Este principio se ha violado en el pasado reciente al crear de facto el Ejecutivo entidades públicas al margen del Congreso, desde el caso escandaloso del Centro Nacional para la Cultura y las Artes en 1990, que durante cuatro sexenios ha funcionado al margen de la legalidad del país, pero ello no puede sentar un precedente para que se le den al Ejecutivo en leyes secundarias atribuciones que en la Constitución son privativas del Congreso.

8. No debe olvidarse que la ideología neoliberal, que preconiza el desmantelamiento de los estados nacionales, tiene como base el principio de la desregulación, es decir, de la supresión de los marcos jurídicos nacionales de aquellos principios que constituyen un obstáculo para los intereses trasnacionales. Salvador Vega, secretario de la Función Pública, lo decía de manera descarada hace dos días señalando que los cambios al régimen de Pemex no buscaban fortalecer la empresa, sino darle “facilidad de gestión”, pues el actual marco constitucional constituye “un cincho para contratar” con la iniciativa privada (La Jornada del jueves 31). La clave de la contrarreforma es por consiguiente ésa: la Constitución es un cincho, es decir, un freno para que Pemex pueda ceder sus funciones en materia petrolera a las empresas privadas, y lo que se busca es burlarla.

9. La segunda cuestión no es menos grave porque la conformación de paraestatales locales en los estados petroleros, demandada en la ponencia del gobernador veracruzano Fidel Herrera en los Foros del Senado y prevista en la ley Beltrones, violentaría por otro lado el principio del federalismo, pues la Constitución mexicana establece la exclusividad del Estado federal en el manejo de sus recursos petroleros, y llevaría además a lo que ha sido un proyecto de la ultraderecha estadunidense para todos los estados nacionales fuertes: su fragmentación o “balcanización”. Conduciría no sólo a dividir a Pemex para destruirlo, sino a fragmentar al Estado mexicano, haciendo realidad la tesis del “nuevo federalismo”, lanzada hace un cuarto de siglo por Ronald Reagan.

10. La propuesta alterna en materia energética entraña, por lo tanto, el desafío de lograr rencauzar el manejo de la industria petrolera en el marco constitucional: única vía para edificar un Pemex fuerte y al servicio de la nación.

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A continuación un análisis tomado de la revista Proceso.




http://www.proceso.com.mx/




Factor Fox


josé gil olmos

MÉXICO, DF, 30 de julio (apro).- “Guanajuatizar” al PAN fue la consigna que Germán Martínez lanzó en días recientes para ganar las elecciones del 2009 y el estandarte de esta estrategia es Vicente Fox, una figura a la que peligrosamente le apuestan los panistas, pues ya no tiene la simpatía ciudadana luego de un gobierno desastroso.

La intención del dirigente nacional panista de tomar como emblema el estado de Guanajuato es muy simple, quiere hacer extensiva la idea de que pueden ganar en las elecciones del 2009 y tener la mayoría en la Cámara de Diputados como lo han hecho en esta entidad donde han gobernado de manera hegemónica por 17 años seguidos.

Tal vez la intención de Germán Martínez sea que Fox sirva de pararrayos y de boxeador pendenciero durante la contienda electoral del año entrante, que la palabra fácil y dicharachera del expresidente de la República sea suficiente para debilitar a los candidatos de la oposición, principalmente los del PRI.

En tanto que al nombrar al gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, responsable de la estructura de campaña, su idea es que se reproduzca la experiencia del panismo guanajuatense de mantenerse en el poder por tantos años, borrando del mapa político a sus adversarios de PRI y PRD.

Sin embargo, es evidente que el país no se parece en nada a Guanajuato, donde el PAN en su expresión yunquista es la primera fuerza política a escala estatal, municipal y legislativa, y la oposición es muy débil y manipulada por el actual gobernador Juan Manuel Oliva.

Y también es claro que la figura de Vicente Fox deja mucho que desear, pues además que ya no es el personaje simpático de antaño, hoy es la desilusión del fracaso del proceso de alternancia democrática que supuestamente iba a encabezar desde que ganó las elecciones en el 2000.

En el Consejo Nacional Político realizado en la ciudad de León el sábado anterior, Germán Martínez concretó una alianza con la ultraderecha encabezada por Manuel Espino, Vicente Fox y Juan Manuel Oliva, a la cual había denostado y rechazado desde que en el 2006 Felipe Calderón presuntamente ganó las elecciones presidenciales.

La alianza tiene un olor a pacto de impunidad si tomamos en cuenta que Germán Martínez siendo el secretario de la Función Pública no investigó las complicidades y corruptelas del gobierno foxista y que ahora como amigo de Felipe Calderón, al poner a Vicente Fox al frente de la estrategia para las elecciones del 2009, confirma la decisión presidencial de que el expediente foxista ya se cerró, con todo lo que significa para los hijos de Martha Sahagún.

El panismo de Felipe Calderón dobló las manos ante Fox pagando así la enorme deuda de la intervención a su favor por parte del expresidente de la República durante el proceso del 2006, a través del manejo electoral de los programas sociales y de la campaña negativa que encabezó desde Los Pinos en contra del político tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.

Igualmente se ha doblegado ante la fuerza de la organización de ultraderecha El Yunque, que ha hecho de Guanajuato su espacio de reproducción política.

En los hechos, al haber aceptado que Fox sea estandarte y Guanajuato el emblema en la contienda electoral del 2009, lo que el PAN de Calderón manifiesta es que se encuentra en una situación de debilidad ante el PRI principalmente, y requiere de la ayuda de quienes en algún momento defenestró.

De la misma manera, estas alianzas con el foxismo y el yunquismo significan que “van con todo” para lograr la mayoría en la Cámara de Diputados y con eso reeditar la experiencia priista de aprobar todas las iniciativas presidenciales.

Ese ha sido el sueño del panismo desde que tomaron las riendas del país en el 2000.

Pero las condiciones para “guanajuatizar” al país se ven sumamente difíciles, pues ni Fox ni Calderón han hecho un buen papel, y en la mayoría de los estados gobernados por PRI y PRD ya se están preparando para que no se utilicen los recursos de los programas oficiales para comprar o inducir el voto.

La apuesta para el PAN de Germán Martínez y Felipe Calderón es mucha y, si fracasan de cara hacia las elecciones presidenciales del 2012, estarán allanando el camino para el retorno del PRI a Los Pinos.