progressif

miércoles, julio 30, 2008

Desenmascara AMLO al PRIAN


El PRI se "fusiló" la propuesta privatizadora del PAN






Tomados de La Jornada, Hernández, El Fisgón y Helguera y El Universal, Helioflores y Naranjo.


Con ansias el PAN y el pelele Felipe Calderón Hinojosa esperaban que sus compinches del PRI presentaran su propuesta de reforma a Pemex, pues en los “debates” organizados por el Senado de la República había quedado claro que la presentada por el usurpador estaba políticamente muerta.

Durante los foros en el Senado uno de los más agresivos en el discurso fue el priísta Jesús Murillo Karam –ex gobernador de Hidalgo y dino de la vieja guardia-, quien insistió en que su partido no aprobaría ninguna reforma privatizadora y sería fiel a los principios del PRI que en sus estatutos plasma el no rotundo a la privatización. Es mandato de la militancia, sentenció.

Pocos días después de que terminaron los “debates” el PRI presentó con bombo y platillo por voz del mafioso Manlio Fabio Beltrones su “novedosa” propuesta de reforma que “salvaguardaba” el interés nacional y los principios básicos del PRI. En su momento, dijo, no se parece en nada a la del PAN, mientras que el panista Cristian Castaño Contreras aseguraba que no era un “salvavidas para el gobierno”, pues las iniciativas del espurio Calderón Hinojosa se “mantienen”.

El mismo día en que se dio a conocer el proyecto de reforma del PRI fue alabado por el desgobierno pirata y sus testaferros como Georgina Kessel y Jesús Reyes Heroles. Los dirigentes del PAN hicieron lo propio y para no desentonar el representante de Nueva Izquierda del PRD en el Senado, Graco Ramírez apuntó que no se trataba de un “clon” de las iniciativas del PAN, pues él había seguido de cerca las inconformidades de destacados priístas y el proyecto contenía el consenso de los mismos. Al día siguiente el diagnóstico de los panistas era que había muchas coincidencias entre ambas iniciativas.

Todo iba miel sobre hojuelas y hasta pronosticaban un periodo extraordinario para dictaminar las “únicas” propuestas presentadas. Es más amenazaron al PRD para que se apurara a presentar la suya o se quedaba fuera, faltaba más. Los voceros oficiales aseguraron que no se podría tomar en cuenta la consulta ciudadana del 27 de julio pues se comenzarían a dictaminar las iniciativas en cuanto terminaran los “debates”. En ese tenor continuó la descalificación a la consulta y a destacar la “ignorancia” de la ciudadanía en temas tan importantes, que sólo unos cuantos “iluminados” comprendían. El PAN llegó a decir en el Senado que si ellos –los “sabios” senadores- no llegaban a comprender los problemas tan complejos a los que se enfrentaba Pemex, mucho menos lo podría entender el ciudadano común.

Llegó la consulta y con ella el masivo rechazo de casi un millón y medio de ciudadanos que se opusieron con su voto a la privatización del petróleo y al descarado saqueo que pretenden hacer el PAN y el PRI (PRIAN). Las descalificaciones continuaron y ahora incluyeron la declaración del “aguerrido” Murillo Karam, quien aseguró ayer que la propuesta de Andrés Manuel López Obrador es más privatizadora que la del PRI. En su afán por desacreditar a la oposición política real -que no es la Nueva Izquierda de los Chuchos del PRD- el experimentado priísta reconoció el carácter privatizador del proyecto de su partido.

Sin embargo, los hechos destrozan las mentiras del PAN y PRI. Mediante una comparación minuciosa de ambas propuestas –una de ellas no es clon de la otra según Graco Ramírez de Nueva Izquierda de los Chuchos- hecha por López Obrador, queda claro que se trata en esencia de la misma.

Al comparar ambas –que según los panistas y el Consejo Coordinador Empresarial tienen muchas “coincidencias”- encontraron que el PRI se “fusiló” –copió- con comas y todo, 28 artículos de los 49 que contiene la propuesta del pelele Felipe Calderón Hinojosa. Es decir más de la mitad de la “novedosa” propuesta del PRI es una calca de la del PAN. Y no termina ahí, los artículos más lesivos para México tienen que ver con la privatización en exploración y los referentes a que el país se somete a tribunales extranjeros. Ambas propuestas, una clon de la otra, no tocan ni con el pétalo de una insinuación a la corrupción de los altos ejecutivos de la paraestatal y del sindicato petrolero. Su cinismo quedó otra vez demostrado.

Para quien quiera consultar las propuestas y comprobar que la del PRI es un clon –aunque le duela al chuchista Graco Ramírez- de la del PAN está la siguiente página del Gobierno Legítimo de México.

http://www.gobiernolegitimo.org.mx/documentos/comparativo_reforma_calderon-pri.pdf



A continuación un análisis tomado de la revista Proceso.



http://www.proceso.com.mx/





¿Por qué odian las consultas?

jenaro villamil

MÉXICO, D.F., 29 de julio (apro).- Hace un siglo el periodista James Creelman le preguntó al dictador Porfirio Díaz si el pueblo mexicano estaba preparado para la democracia. Confiado en la bonanza económica de su gobierno –que beneficiaba sólo a un puñado de empresarios-- y en el apoyo de Washington y las metrópolis europeas, el autócrata mexicano se atrevió a responder que sí. No sólo eso: Se comprometió a dejar la silla presidencial y consultárselo al pueblo de México. Dos años después, en 1910, Francisco I. Madero tomó en serio las palabras de Díaz y reclamó el sufragio efectivo, no reelección.

De entonces a la fecha, no es extraño el menosprecio o la demagogia de las elites políticas a la auténtica madurez de la sociedad mexicana para decidir democráticamente. El PRI durante 70 años disfrazó de elecciones libres lo que, en realidad, eran acuerdos cupulares para el reparto del poder. Hasta que el sistema se le cayó en 1988. Esa misma cultura penetró en el PAN gobernante y ni qué decir de un sector del PRD, en especial, los que siempre estuvieron cercanos al régimen priista (“paraestatales” se les solía decir entre la izquierda independiente).

Toda proporción guardada, la consulta ciudadana sobre la reforma petrolera volvió a colocar la pregunta de la entrevista Creelman-Díaz en la tradición de la elite política mexicana. Contra la idea de la participación, entre los neoporfiristas prevalece la idea de que el pueblo mexicano no está preparado para la democracia y menos para ser consultado sobre la reforma de su principal patrimonio nacional: el petróleo.

Para el presidente Felipe Calderón, la consulta tuvo el interés de “desprestigiar” y entorpecer el proceso iniciado el 7 de abril con sus iniciativas, ampliamente rechazadas.

Son notorias las coincidencias entre los argumentos que reflejan una furia y un odio decimonónico entre los representantes del gobierno, las cúpulas priistas, un sector de los medios electrónicos y la iniciativa privada. Sus agudas críticas son trasladables a sus propios ámbitos. Por ejemplo:

a) Se critica que fue una consulta sólo para “perredistas”. Si así fuera, ¿por qué el PAN no realizó una consulta abierta con los suyos antes de acoger las reformas de Calderón? ¿Por qué el PRI no hizo lo propio con la Ley Beltrones que presume los “consensos” entre los distintos grupos priistas? ¿Fueron consultadas las bases priistas o no están preparadas para opinar sobre altos asuntos de la República?

b) Se critica que el número de votantes fue menor a lo esperado y que, por tanto, la consulta fue un fracaso. Antes la criticaron porque sería un “ejercicio inútil”. ¿Cuánto es el número de votos realmente válidos para que Calderón y Germán Martínez tomen realmente en cuenta la opinión de los ciudadanos? ¿870 mil votos en el Distrito Federal y casi 1 millón y medio, sumando las 9 entidades, es poco con respecto a qué? ¿Harían ellos una consulta con mayor índice de participación? Adelante.

c) Por otro lado, 82% de los votantes confirmaron una tendencia en contra de las iniciativas presidenciales: entre 70 y 80% se opone a todo intento de privatización y a las iniciativas presidenciales. Es el mismo porcentaje que han arrojado las encuestas de empresas como GEA-ISA, Mitofsky o María de las Heras que tienen poco o nada de “perredistas”. ¿Será que estas empresas sólo le preguntan a “perredistas”?

d) Una consulta no es lo mismo que encuesta, pero resulta que en el tema petrolero las tendencias en la opinión pública coinciden. ¿Por qué no realiza una consulta el PRI sobre sus propias iniciativas para saber si encuestas y consulta también coinciden? ¿Por qué no preguntarle a la población si está de acuerdo en que Pemex tenga más filiales y éstas celebren contratos con privados?

El PRI insiste en que sus iniciativas son distintas a las de Calderón, pero tanto el primer mandatario como su secretaria de Energía, Georgina Kessel, ven muchas “similitudes” y alaban las iniciativas. Por cierto, también un sector de Nueva Izquierda, del PRD, ven con buenos ojos las 9 reformas legales de la Ley Beltrones.

¿Por qué no consultarles a los ciudadanos sobre este aspecto? ¿Dejarían, ahora sí, que el IFE organizara este ejercicio? ¿Siguen creyendo, como Díaz ante Creelman, que en el fondo la política es un asunto de autócratas y que al pueblo sólo se le puede tratar como infante o como audiencias masivas acostumbradas a spots y a propaganda mentirosa y sin argumentos?

jenarovi@yahoo.com.mx