La educación en tiempos electorales*
Tomados de La Jornada, El Fisgón, Helguera y Rocha y El Universal, Helioflores y Naranjo.
Axel Didriksson
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Apenas como instantes, frases de
segundos en los spots que buscan el glamur de la pose y el gesto, remembranzas
de logros efímeros y atisbos de viejas frases hechas, el tema educativo parece
menos que importante para la mayoría de los candidatos a la Presidencia de la
República.
En el primer debate entre los candidatos, y en lo que está
ocurriendo días después del mismo, la potencialidad que podría ser un motivo de
apoyo y desarrollo para los ciudadanos de este país y lo que se sabe respecto
de los efectos positivos que tiene la educación en las personas o, por el
contrario, la angustiosa condición de precariedad que existe en millones de
ellas alejadas de toda posibilidad de aprender o de mantenerse en la escuela,
fue y ha sido tan sólo sugerido como importante por parte de una exsecretaria
de Educación, Josefina Vázquez Mota; de un exgobernador, Enrique Peña Nieto, y
del representante del brazo político del SNTE, Gabriel Quadri, quienes por esas
condiciones deberían, por lo menos, haber puesto el acento en lo que constituye
el futuro del país: la educación de los jóvenes y la producción de aprendizajes
y conocimientos.
Sin embargo, no fue así porque para la exsecretaria de la
SEP lo crucial fue proponer hacer ley (!) la Alianza para la Calidad Educativa
(ACE) –que no ha alcanzado ningún resultado relevante ni ha podido concretar
ninguno de los objetivos que hubieran implicado una reforma en la educación y
el magisterio–, que los estudiantes tengan cuentas bancarias y un programa de niños
talento (que por cierto tiene años en marcha en el Distrito Federal).
Asimismo, para el representante de la otra SEP, del sector
que obligó a la exsecretaria a aceptar todas sus condiciones,
funcionarios-parientes y hasta una millonada de recursos líquidos
(recientemente se ha dado a conocer la cifra de 6.5 millones tan sólo por
concepto de cuotas que maneja la cúpula cerrada del SNTE) para apropiárselos de
la peor manera corporativa, Gabriel Quadri, el tema educativo fue tocado en
temas por demás trillados y abstractos, como el de la obligatoriedad del
bachillerato, la calidad de la educación o la creación de una Secretaría de
Ciencia y Tecnología, pero nunca eludió su condición de ser parte del engranaje
pernicioso que ha causado los peores desastres en materia educativa en los
últimos años. El que sí repitió su falta de interés por los asuntos de la
educación y de la lectura fue, ni más ni menos, que el candidato del PRI,
Enrique Peña Nieto, quien no pasó de recomendar computadoras e internet, y más
cobertura en la educación media superior.
En general, como puede constatarse, el enfoque que está
detrás de estas minúsculas referencias a un tema tan importante es el de una
educación para el mercado, para capacitar empleados y trabajadores en competencias
que puedan elevar la productividad y la competitividad del país, como si la
educación per se pudiera hacer eso, y como si ésta sólo tuviera fines
económicos. Para estos candidatos a la Presidencia, la educación debe remitirse
al empleo (con todo y que los egresados no lo obtengan de forma satisfactoria)
y mantenerse como un mecanismo de manipulación política y sindical, o bien como
un instrumento de beneficio para una minoría de privilegiados.
Y es que la realidad que se vive en la educación y en la
ciencia del país no da para improvisaciones ni ocurrencias, como se sigue
presentando después del debate, ahora con las idas y venidas de la prueba
universal para el magisterio o con las negociaciones en lo oscurito entre el
nuevo secretario del ramo, José Ángel Córdoba, y la cúpula del SNTE. El nivel
que ha alcanzado la crisis educativa en el país, el abandono de millones de
niños y jóvenes, los recortes a la investigación, a las plazas de maestros y
académicos universitarios, la profundización en los niveles de desigualdad
cognitiva y de aprendizajes que está ocurriendo por efecto de la ACE, de una
política pública errática y equivocada, por la falta de autoridad intelectual y
moral de los secretarios del ramo que se han sucedido, hoy abrazados a
candidatos de poca monta y escasa proyección, no ha sido motivo de análisis, ni
de mención siquiera, por parte de los candidatos del “orden y el progreso”.
Y esto, por la trascendencia que tiene, y por el peligro que
representa seguir con lo mismo, debe pararse en seco. Volver a tener seis años
más de demagogia y de incertidumbre para maestros, universidades,
investigadores e instituciones escolares nos puede llevar al borde del abismo.
Espero que los ciudadanos no permitan con su voto que ocurra un paso hacia
adelante en este sentido.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home