Desfiladero*
Tomadas de Twitter.
∙ Del debate a la debacle
Una cabeza de perro callejero –envuelta con una nota que
decía: Esto te va a pasar si nos sigues molestando”– fue dejada antenoche en
Guadalajara, a la puerta de la casa de Clemente Castañeda, coordinador de
campaña de Enrique Alfaro Ramírez, aspirante al gobierno de Jalisco por la
coalición Partido del Trabajo-Movimiento Ciudadano.
Vista con el mayor optimismo, la amenaza confirma el
crecimiento del ex alcalde de Tlajomulco de Zúñiga en las preferencias del
electorado jalisciense, a despecho del PRD estatal, que prefirió nominar a un
oscuro burócrata panista para dar por debajo del agua todo su apoyo al
abanderado del PRI, Aristóteles Sandoval Díaz, que se peina de copete con gel,
a imagen y semejanza de Enrique Peña Nieto.
Como presidente municipal de Tlajomulco, Enrique Alfaro
–hombre corpulento y pelado al rape, que se jacta de no tener “un pelo de
tonto”– cosechó tantas simpatías que, a la hora de las definiciones, declaró
que si lo vetaba el PRD iba a buscar la gubernatura de Jalisco por cualquier partido,
y que esto no le impediría seguir impulsando la campaña presidencial de Andrés
Manuel López Obrador.
Hoy, Jalisco es uno de los estados donde las ideas, las
propuestas y la imagen del político tabasqueño empiezan a tomar la delantera
respecto a las de sus contrincantes del PAN y del PRI. Otras entidades que
registran fenómenos similares son Nuevo León, Hidalgo, Puebla y la ciudad de
México.
Sólo unos días después de las tumultuarias presentaciones de
López Obrador en el Tec de Monterrey y en la ciudad hidalguense de Tulancingo,
Cambio, uno de los periódicos más tradicionales de Puebla, dio a conocer el
pasado miércoles una encuesta encabezada por AMLO con 24 por ciento de las
intenciones de voto, seguido por Josefina Vázquez Mota, con 20 por ciento; Peña
Nieto con 19 y Gabriel Quadri con apenas dos puntos.
A juzgar por la suma de hechos negativos en que se vieron
implicados, todo sugiere que para los tres candidatos de la derecha, la semana
que está a punto de concluir, es decir, la primera después del “debate”, fue
una de las peores en lo que va de sus respectivas campañas. Luego de brillar
como el rey de los engañabobos, tras la elocuente exhibición de sus ideas
fascistas, Quadri fue desenmascarado el martes como un farsante por los
estudiantes de periodismo de la escuela Carlos Septién.
A una cuadra de las instalaciones de ese plantel, el
político de Elba Esther Gordillo, que habla pestes de los políticos, bajó del
coche blindado en que siempre se desplaza, escoltado por agentes del Estado Mayor
Presidencial, para sentarse al volante de “su” destartalada Combi, a fin de
llegar a la Septién manejándola como si realmente fuera un “ciudadano” común y
corriente y no un profesional del timo.
Sin embargo, todo fue grabado por las cámaras de los futuros
reporteros alrededor de la escuela y transmitido a los medios de comunicación
por Twitter, Facebook y YouTube, los nuevos espacios libres de la sociedad
donde, también, Peña Nieto recibió duros golpes esta semana.
El primero se lo asestó un joven infiltrado en un grupo de
twiteros a sueldo, que el domingo pasado por la noche se reunieron en un local
imposible de identificar, poco antes del debate. Con la cámara de su teléfono
celular, el intrépido espía grabó la alocución del coordinador de la brigada
cibernética, en la que éste dijo (el video puede consultarse en YouTube con el
nombre de Twittergate):
“Estamos a punto de iniciar el debate. Estamos ahorita
pasando un momento de crisis. Tenemos dos (inaudible) negativas. Y tenemos que
ponernos todos a tuitear al mismo tiempo, usando el hashtag (etiqueta)
#esmomentodeMéxico”. El reconocimiento extraoficial, pero inequívoco, de que la
campaña del mexiquense estaba “pasando un momento de crisis”, fue una de las
notas más sobresalientes en la Red. Al conocer esta información, los tuiteros
que apoyan a AMLO crearon varias etiquetas contra Peña Nieto, que se
convirtieron en las más difundidas a escala mundial.
Si a lo anterior añadimos que durante el concierto de Paul
McCartney en el Zócalo, la noche del jueves, un suicida colocó una manta de
apoyo a Peña Nieto en un balcón del hotel Majestic y decenas de miles de
gargantas lo obligaron a quitarla coreando hasta desgañitarse “¡Obrador,
Obrador!”; o si recordamos que durante su visita a la Universidad
Iberoamericana, AMLO habló dos horas y fue despedido por estudiantes eufóricos
que lo aclamaron como “¡presidente! ¡presidente!”, ¿cómo debemos interpretar el
hecho de que ayer, en el mismo centro de estudios superiores, Peña Nieto sólo
resistió 20 minutos las rechiflas de esos mismos jóvenes de la clase media más
alta, antes de salir por piernas?
Nadie, a menos que sea un bandido electrónico, podrá
sostener que el sobrino y protector de Arturo Montiel multiplicó su popularidad
en el “debate” del domingo. Pero si al candidato de la telecracia le fue tan
mal, a Josefina Vázquez Mota no le fue mejor, pues alguien, desde un periódico
de circulación gratuita que –se dice en todas partes– goza de las simpatías de
Carlos Salinas, le clavó un dardo envenenado.
El pasquín de marras denunció, de buenas a primeras, que
Margarita Silvia Vázquez Mota, hermana de la aspirante del PAN, está trabajando
en la PGR y cobrando –desde enero de este año– un sueldo mensual de 170 mil
pesos, por desempeñar una función para la cual no la habían capacitado quienes
le entregaron, cuando joven, un título profesional que la acreditó como
diseñadora gráfica.
Si andando la carreta se acomodan las calabazas, como bien
nos lo recuerda a cada momento el sabio refrán popular, los acontecimientos que
marcaron esta semana nos dicen que los productos chatarra creados por las
televisoras empiezan a rezagarse ante el avance, cada día más notorio, del
máximo dirigente opositor del país, nada más y nada menos que ése al que las
mismas televisoras le dedicaron miles de horas de publicidad negativa a lo
largo del sexenio para convencernos de que estaba políticamente acabado.
Faltan ocho domingos para las elecciones presidenciales. Con
la organización y el desarrollo del primer “debate” –lo más parecido a una
función de box en un club de apuestas coreano–, los consejeros ciudadanos del
IFE –tan “ciudadanos” como Quadri– pusieron de relieve algo tan peligroso como
temible: en materia electoral, nuestro sistema político carece de un árbitro
imparcial, profesional y respetable. Reconocerlo es admitir que hay una enorme
grieta en el suelo que pisamos y, si no nos hacemos cargo, todos nos podemos
hundir súbitamente en el abismo.
PD: Entre estudiantes y rechazados de diversas universidades
del país, incluida la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, se gesta un
movimiento que pretende llamarse Ocupa Bolero Señito. Esta columna condena la
grave falta de respeto que sufrió la reportera Karina Avilés y abraza a Micaela
Gramajo, en el segundo aniversario de su madre, la gran dramaturga Perla
Shumacher.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home