progressif

jueves, junio 26, 2008

Miente el PAN, miente el pelele







Tomados de La Jornada, El Fisgón, Hernández, Helguera y Rocha y El Universal, Helioflores y Naranjo.

Los testaferros del pelele Felipe Calderón Hinojosa decidieron recurrir a ser “defensores” –en palabras, claro- del petróleo de todos los mexicanos. Dicen que se necesita una empresa fuerte y clara que rinda cuentas a los verdaderos dueños de la renta petrolera, que aseguran, no son Pemex ni el gobierno federal. Eso, insisten, es el objeto de las reformas privatizadoras del usurpador Calderón Hinojosa. Vamos, ahora quieren con simples palabras –nacionalistas y constitucionalistas, que antes rechazaron con burlas- que “estamos por buen camino”. Ahora resulta que los chimoltrufios del PAN dicen que no se trata de falta de inversión en Pemex y mucho menos de excesiva carga fiscal, sino de la manera en que se administra la empresa. Como dijimos ayer, pónganse de acuerdo o llamen a Cantinflas para que los auxilie.

Como en foros anteriores los ponentes coinciden en la necesidad de cambiar el régimen fiscal de Petróleos Mexicanos, pero lo que la derecha oculta es a dónde irán a parar los recursos obtenidos con la mentada reforma.

Para aclarar el asunto el Secretario de la Hacienda Pública del Gobierno Legítimo, Mario di Constanzo expuso las siguientes cifras: Pemex vendió en 2005 petróleo por 925 mil millones de pesos y aún así reportó pérdidas por 76 mil millones de pesos, gracias a los impuestos por más del 100 por ciento que le cobró Hacienda.

En cambio a Telmex –propiedad del segundo hombre más rico del mundo, Carlos Slim- ganó el mismo año 162 mil millones de pesos y reportó utilidades antes de impuestos por 28 mil millones de pesos. Otro ejemplo es Wal-Mart –copatrocinadora del fraude electoral de 2006- tuvo ventas por 165 mil millones de pesos y sólo pagó 2.4 por ciento de sus ganancias en impuestos.

La cereza del pastel fue el caso de 50 grandes contribuyentes, que según la Auditoría Superior de la Federación, al final del ciclo fiscal de ese año pagaron en promedio 74 pesos, gracias a los regímenes fiscales especiales –que aún hoy siguen vigentes, pese al tan aclamado parche fiscal- y las devoluciones de impuestos –por juicios perdidos por Hacienda y prebendas fiscales- que sumaron sólo ese año 604 mil millones de pesos.

Otro hoyo negro son los créditos fiscales que solamente en el caso de la cementera Cemex es de 25 mil millones de pesos. ¿Alguno de ustedes recibe ese favoritismo? Les condonan los impuestos o se los reparten en cómodas mensualidades que al final nunca pagarán. Y lo decimos porque el otro hoyo de Hacienda son los 121 mil millones de pesos de créditos incobrables a grandes empresas, reconocidos por la propia Secretaría de Hacienda del gobierno espurio. O los 231 mil millones de pesos que en este momento se encuentran en litigio, pese al famoso IETU y que casi seguramente no serán cobrados, porque perderán los juicios ante los despachos de abogados de los panistas Fauzi Handam, Diego Fernández de Cevallos o Juan José Rodríguez Prats. Hacienda nunca puede recaudar impuestos porque está coludida con los poderes fácticos para nunca cobrarles impuestos y hacerlos mas ricos. Después dirán que son “empresarios visionarios”, pero como se ha comprobado, fuera de México son empresarios ramplones y chafas. Con claras excepciones como Telmex por el poder económico que tiene. Es decir, los grandes empresarios mexicanos no son más que corruptos que hacen negocios al amparo del poder y no por su capacidad empresarial.

Otro de los mitos que fueron puestos al descubierto es la falta de dinero de la federación para inversión. Durante cinco años del sexenio del traidor y corrupto Vicente Fox Quesada se tuvieron 708 mil millones de pesos extras por los altos precios del petróleo. De eso el ratero Fox Quesada se gastó –y robó- 49 por ciento, lo demás fue puesto a disposición de los gobiernos de los estados, para que ellos a su vez se lo gastarán en fiestas, comidas y lujos, además de robárselo. El por qué de la afirmación es que no se construyó nada de infraestructura, nada de inversión que generara mayor riqueza. Es como si algunos de ustedes recibiera una herencia y en lugar de poner algún negocio que le permitiera incrementar su fortuna, se lo gastara y quedara al final como empezó. Eso es lo que el gobierno usurpador hace día a día. Y luego pide más dinero, porque dice, en caso contrario aumentará impuestos a los ciudadanos de a pie, pero a los grandes empresarios ni tocarlos, pues forman parte de la misma corrupción del Estado. Y si algún negocio falla, pues ahí están los millones de mexicanos que tendrán que pagar, lo que ellos no causaron. La realidad es que en el desgobierno corrupto de México las ganancias son privadas y las pérdidas las pagamos todos los mexicanos.


A continuación dos colaboraciones tomadas de La Jornada.




http://www.jornada.unam.mx/





De culpables a culpables

Octavio Rodríguez Araujo

Observo un fenómeno muy curioso en los medios: hubo un operativo policiaco y murieron 12 personas. Noticia de primera plana, fotografías, artículos de opinión, seguimiento diario, videos, acusaciones, fotografías de los padres de los muchachos muertos o heridos, entrevistas, y más que probablemente se me ha escapado. Por lo que he entendido, la policía, pese a sus grandes errores en el operativo tan comentado, no fue a ocasionar muertes, no hubo esa intención, aunque la impericia de sus mandos haya provocado tal catástrofe. Las voces y plumas pagadas o subordinadas por oportunismo al calderonismo y al Partido Acción Nacional han pedido la caída del secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal; el senador panista Tamborrel ya vaticinó el costo político que pagará Ebrard por el caso News Divine (ni siquiera lo planteó como posibilidad), y los siempre enemigos del PRD y de López Obrador ya han propuesto, bajita la mano, linchamientos políticos y advertencias de lo que le pasaría a México si los perredistas llegaran a gobernar en 2012.

Leo en Reforma que en lo que va de 2008 (hasta el 20 de junio) han muerto mil 751 personas a consecuencia de la lucha de Calderón contra la delincuencia organizada (los narcos en especial). El año pasado murieron, según la misma fuente, 2 mil 275. La Jornada del martes pasado reportó que en 48 horas fueron asesinadas 37 personas. Y así es todos los días, y los mismos que piden linchamientos por la muerte de 12 personas (incluidos policías) en un operativo policiaco en un antro sospechoso de vender alcohol a menores y también drogas ilícitas han callado o han felicitado a Calderón por su aventura contra el narcotráfico demandada por el gobierno de Washington.

El operativo de Calderón es, para sus voceros oficiales y oficiosos, un acto patriótico; el operativo de la policía del Distrito Federal fue casi un homicidio (homicidio imprudencial), una tragedia por la que tendrán que pagar (ya están pagando) los funcionarios policiacos responsables. No los exculpo, que quede claro, pero ¿quién está pagando y pagará por la muerte de cientos de civiles inocentes y de policías ejecutados por el avispero que ha estado removiendo Calderón?

No estoy insinuando que se deje al crimen organizado vía libre para que haga lo que quiera, pero, si hablamos de impericia en los operativos de un jefecillo policiaco en un antro del Distrito Federal y de castigarlo, ¿por qué no hablamos de la impericia del inquilino de Los Pinos en contra los traficantes de drogas ilícitas, y también se le exigen responsabilidades por la cantidad de muertos habida? ¿Por qué no legalizar las ahora ilícitas drogas y controlar su producción y venta, además de gravarlas fiscalmente? ¿Por qué no se atiende el problema de los consumidores de drogas en México? ¿No es curioso que se dediquen más espots gubernamentales y paragubernamentales a la adicción al tabaco que a las drogas ilícitas?

Lo de News Divine se está usando para desprestigiar al gobierno de Ebrard, para evitar que se proyecte políticamente hacia el futuro, para –de paso– recargar las baterías en contra de López Obrador por el hecho de que este personaje político lo apoyó para gobernar el Distrito Federal. Huele mal.

Sí, los policías cometieron errores imperdonables, pero no son los únicos. La inseguridad en el México de Calderón, provocada por las ansias de éste por quedar bien con Estados Unidos en el tema del narcotráfico, es mayor ahora que hace dos o seis años. He hablado con policías judiciales y también con algunos uniformados y me han confesado que nunca antes habían tenido miedo –sí, miedo– como ahora, pues son más vulnerables que los soldados en los afanes de vendetta del narcotráfico.

Hubo un error de estrategia de la policía en el antro, pero también hay un error de estrategia en la “guerra” contra el narcotráfico. Pero esto último ya no es noticia y ocupa sólo páginas interiores en los periódicos, en tanto que lo de News Divine sí lo es, así como su fácil focalización en contra de un político que, aunque no me simpatice, tiene tanto derecho como cualquiera a tener aspiraciones presidenciales.

+++++++++++




Salvador Allende el hurto y la memoria

Luis Hernández Navarro

Se la robaron. La efigie de Salvador Allende desapareció de su sitio, ciudad Sahagún, Hidalgo, en noviembre del año pasado. Del monumento que en su honor levantaron los obreros del Combinado Industrial Sahagún, el 26 de octubre de 1973, sólo queda una placa conmemorativa con la inscripción: “Inmolado por la causa de la justicia social”.

El durante años poderoso corredor fabril del altiplano de Hidalgo, símbolo de la voluntad nacional por forjar una industria propia, es hoy un cementerio industrial. En la zona, el recuerdo de Salvador Allende fue desapareciendo entre los obreros desempleados y sus familias. Sobreviven, sí, con el nombre del mandatario chileno, la escuela preparatoria ubicada en el Valle de Guadalupe y una colonia.

Varios barrios y poblados por todo México han sido bautizados como Salvador Allende. Hay localidades con ese nombre en Nacajuca, Tabasco; en Durango, Durango; en Temache, Veracruz; y en Ocosingo, Chiapas. En Memoria del fuego, Eduardo Galeano narra cómo una comunidad wixarrika se llamó a sí misma como el médico sudamericano, después de la lectura colectiva de un libro sobre su vida.

También se dio ese nombre a una calle en Torreón, Coahuila, y a otra de la colonia Rubén Jaramillo, en Morelos, a un auditorio en la Universidad de Guadalajara, a multitud de establecimientos educativos, casas de estudiantes, asociaciones civiles y culturales, e inclusive a la Cátedra Latinoamericana de Medicina Social.

Como hicieron diversos compositores en América Latina, el cantautor mexicano Óscar Chávez le escribió una canción que en una de sus estrofas dice: “Compañero Salvador/Allende el niño Allende el hombre/ tú regresarás en cada nombre/ de pena en pena en pena / de uno en uno en dos ha de vivir tu voz patria chilena”. Durante años, innumerables grupos de música folclórica interpretaron, en peñas y festivales, todo tipo de piezas dedicadas al mandatario caído.

Que Salvador Allende haya penetrado tan firmemente en la nomenclatura mexicana no es casual. Su influencia en la sociedad y la política mexicanas fue muy relevante. Se dejó sentir tanto en los más altos niveles del gobierno federal como en la Iglesia católica, en sindicatos, movimientos estudiantiles, partidos políticos y organizaciones armadas.

Cuando el presidente llegó de visita a México el 30 de noviembre de 1972 fue recibido por una efusiva cadena humana de cerca de 16 kilómetros, integrada lo mismo por personas que espontáneamente fueron a darle sus parabienes como por contingentes movilizados por las fuerzas vivas de la revolución. Durante su recorrido, del aeropuerto a la embajada de Chile en Lomas de Chapultepec, fue vitoreado.

Termómetro de la época, la revista Solidaridad, del Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, dirigido por Rafael Galván, le dio la bienvenida en un editorial en el que equiparaba la situación que vivía México y Chile, como “puntos de concentración del proceso revolucionario latinoamericano”.

La visita de Allende a México fue utilizada por el gobierno de Luis Echeverría para tratar de conseguir la legitimidad que un amplio sector de la juventud, agraviada por la represión de 1968 y la matanza del 10 de junio, le negaba. El presidente chileno fue muy magnánimo con su anfitrión mexicano y le reconoció méritos revolucionarios, que para la izquierda nacional eran inexistentes. Jesús Reyes Heroles, entonces dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, lo recibió “con los brazos abiertos”.

El socialista chileno tenía una añeja y seria relación con intelectuales mexicanos y partidos de izquierda, incluido el Partido Comunista Mexicano. Sin embargo, el discurso que el 3 de diciembre de 1972 pronunció en la Universidad de Guadalajara, en el que llamó a los estudiantes a dejar de ser revoltosos y a ponerse a estudiar, cayó muy mal entre la juventud radicalizada que había dejado las aulas para luchar contra el gobierno en fábricas, ejidos y colonias populares. Muy intenso fue también el vínculo entre parte del clero progresista mexicano y el proceso revolucionario chileno. Sergio Méndez Arceo, obispo de Cuernavaca, fue el único pontífice de la Iglesia católica que participó en el primer Encuentro Americano de Cristianos por el Socialismo (CPS) que se efectuó en 1972 en Chile. Allí conoció a Allende. Al regreso de su viaje, un grupo de fanáticos le aventó pintura roja. CPS tuvo una gran influencia entre grupos de creyentes mexicanos que se involucraron activamente, desde distintas posiciones políticas, en proyectos emancipadores de izquierda.

Cuando el 11 de septiembre de 1973 se consumó el golpe de Estado contra Allende, las campanas de la catedral de Cuernavaca y de muchas otras iglesias repicaron a duelo. Brigadas de estudiantes de la Escuela de Antropología en la ciudad de México –y de diversas facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México– organizaron mítines en las zonas industriales para llamar a una huelga general en solidaridad con el mandatario derrocado. Los trabajadores, incrédulos, los miraban como locos. Por supuesto, no hubo paro alguno, pero sí una manifestación de protesta relativamente numerosa que recorrió las calles de la ciudad de México. El gobierno de Luis Echeverría rompió relaciones diplomáticas con los golpistas y acogió al exilio chileno.

Una parte de la izquierda mexicana ve en la actual experiencia chilena un ejemplo a seguir. Se ha vuelto admiradora del modelo de “socialismo neoliberal” que allí se practica, que tan poco tiene que ver con el programa de Salvador Allende y que tantas loas recibe de la derecha. Para ella, la figura del médico chileno que murió con las armas en la mano es incómoda. Le gustaría que se olvidara y, si no es posible hacerlo, al menos volverla light.

A 100 años de su natalicio es importante recordar y rendir homenaje “al hombre digno que no dudó a la hora de elegir entre la traición y la muerte”. En ciudad Sahagún ya se robaron su estatuilla. No permitamos que ahora hurten su memoria.