progressif

jueves, junio 19, 2008

Pacto de a mentiras; especialidad del PRIAN






Tomados de La Jornada, Helguera, Hernández, El Fisgón y Rocha y El Universal, Naranjo.


Otra mentira a la cuenta del pelele Felipe Calderón Hinojosa. Se trata del supuesto control en el precio de 150 productos procesados. Una vez que los mismos subieron de precio ahora anuncian con bombo y platillo que no subirán en lo que resta del año. Para aquel ingenuo que aún crea en las mentiras del usurpador Calderón Hinojosa le diremos que los “magníficos productos de la canasta básica controlada”, están repetidos.

Y ahí está parte de la trampa y la mentira. En su gran mayoría son jugos y té de las marcas Jumex, Herdez, Del Valle, McCormick y Sonrisa (59), el resto se divide en frijoles, sopas instantáneas, chiles, salsa de tomate y mermelada. Una o dos marcas de atún, café y sardina. En cuanto a las grasas vegetales y el aceite, sólo mantendrán el precio hasta el último día de agosto y en cuanto al trigo será hasta el 31 de julio.

Eso no quiere decir que el principal acaparador y distribuidor de pan de caja y pastelillos, Lorenzo Servitje –dueño de Bimbo, Marinela y Wonder, entre otras-, “congele” el precio de sus engordadores productos. Todo lo contrario, no participará en el “compromiso”.

Pero el fraude no termina ahí. El “pacto” al estilo del priísta asesino Luis Echeverría –considerado por el PAN como el presidente más populista de todos los tiempos- no se respetará si hay contingencias extraordinarias internas o internacionales. Es decir se trata de un “pacto” sin compromisos, que puede ser roto en cualquier momento. Para la Confederación de Cámaras Industriales, las tiendas de autoservicio deberían sumarse a la medida. Recordemos que es un eufemismo llamar genéricamente tiendas de autoservicio a los supermercados, toda vez que Wal-Mart es el que controla la mayor parte de este mercado, seguido de Comercial Mexicana, Chedraui y Soriana. Ya no hay más, así que se les podría llamar por su nombre a los miembros de este oligopolio que controla la venta de los productos procesados.

Sin embargo, para analistas financieros la medida -que busca apoyar al Banco de México a fin de que no suba las tasas de interés para contener la inflación- repercutirá poco en el índice inflacionario, pues afecta apenas al 28 por ciento de la canasta básica del Banxico. De todas formas, dijeron, el primer día del próximo año se darán los aumentos en cascada y subirán lo que no subieron. Se trata pues de una medida poco eficaz. Por otra parte, la populista medida fue criticada duramente por organizaciones campesinas, quienes critican que el espurio Calderón Hinojosa, no apoye al agro mexicano y de por sentado que nada se puede hacer.

Organizaciones obreras señalaron que el famoso “control” se da justo después de que los productos fueron encarecidos, lo que en nada ayudará a la población de menores recursos. Cabe recordar que hace más de año y medio sucedió lo mismo con el precio de la tortilla, que por cierto ahora aumentó a un costo de entre 9 y 15 pesos. Difundieron el cuento chino de que bajaría de precio y nunca jamás bajó. Lo anterior confirma de nueva cuenta que el pelele Felipe Calderón sólo tiene en mente una cosa: hacer el mayor dinero posible haiga sido como haiga sido. Los ciudadanos, el país y la crisis lo tienen sin cuidado.


El siguiente análisis fue tomado de la revista Proceso.








Burlar la ley

josé gil olmos

México, D.F., 18 de junio (apro).- Las mañas para burlar la ley son una de las facultades distintivas que ahora están demostrando algunos políticos con aspiraciones a diversas candidaturas. Hoy así lo hacen los gobernadores Enrique Peña Nieto, Fidel Herrera y Humberto Moreira firmando contratos con Televisa. Y también quienes han empleado a extranjeros especializados para el manejo de su imagen.

Dicen que en la vida nada es gratis y cuando se habla de la vida para los políticos este costo es mayor que cualquier otra inversión.

Estos gobernadores y otros más como el de Puebla, Mario Marín, y el de Oaxaca, Ulises Ruiz, realizan un gasto extraordinario en propaganda disfrazada en los medios de comunicación, principalmente las televisoras, con las que últimamente encontraron un resquicio en la ley electoral para promoverse en horarios estelares.

Se trata de una versión remasterizada de un viejo artificio propagandístico: la nota pagada. En los viejos tiempos algunos políticos acordaban con algunos reporteros el pago de sus servicios a fin de que alguna nota positiva para su imagen se publicara en su respectivo medio. Hoy esa misma estrategia se sigue pero bajo contratos bien establecidos con los dueños de estos medios. Por eso no casual ni gratuito que desde hace dos años aparezca invariablemente en el noticiero de la noche de Televisa la imagen del gobernador Enrique Peña Nieto inaugurando obras, lanzando algún discurso sobre temas nacionales o asistiendo a actos políticos.

Siempre aparece bien peinado, muy bien vestido, con un perfil de político bienhechor que ya envidiarían los actores de películas o telenovelas. Pero su imagen es producto de un trabajo profesional y la transmisión de las noticias donde aparece no es casual, sino, como se reveló en un reportaje de Jenaro Villamil en Proceso, es producto de un multimillonario contrato con Televisa, en el cual la empresa se comprometió a trasmitir su imagen en forma de noticias.

A lo largo de estos dos años no ha habido ninguna nota en contra de Peña Nieto en la empresa propiedad Emilio Azcárraga Jean. De hecho, cuando se generó el escándalo de la riqueza inexplicable del exgobernador Arturo Montiel y su familia, no se le involucro al joven mandatario mexiquense, no obstante que era su responsabilidad investigar a fondo la corrupción de su predecesor.

El caso de Peña Nieto es el más claro de esta nueva estrategia en la que los políticos aliados con los empresarios de medios evaden la ley electoral que impide utilizar los recursos y las obras públicas para el usufructo personal.

Por el mismo camino van ahora los gobernadores de Veracruz, Fidel Herrera, y de Coahuila, Humberto Moreira, quienes ya empezaron sus respectivas campañas detrás de las mismas cámaras de Televisa, pero también en algunos periódicos en los que aparecen notas muy favorables a sus respectivos gobiernos.

Es tan evidente este negocio de las televisoras que en horario estelar han difundido como una noticia importante que estos políticos sean los “padrinos” de decenas de quinceañeras en una fiesta colectiva pagada con el erario; o también la inauguración de una escuela, un hospital o simplemente la participación en un evento son difundidas como una noticia tan importante como la lucha contra el narcotráfico.

Los políticos mexicanos son reconocidos por su habilidad para burlar la ley. Han cultivado por muchos años el arte de evadirla sin recibir castigo, pero ahora lo hacen con la ayuda de cómplices como las televisoras, principalmente; pero también con la cooperación de asesores extranjeros que desde la campaña del 2000 han estado presentes en la vida política nacional. Vicente Fox contrató a Dick Morris y Rob Alyn para el manejo de su imagen, violando la Constitución que impide a extranjeros involucrarse en la política interna. Lo mismo hizo entonces Francisco Labastida, con Stanley Greenberg.

En la elección pasada fue público que Felipe Calderón utilizó de nuevo los servicios de Morris, más los del español José Antonio Solá, infringiendo otra vez las normas constitucionales. Un hecho que el Instituto Federal Electoral ni siquiera tomó en cuenta.

En nuestros días ha aparecido otro asesor extranjero. Se trata del español Xavier Domínguez, quien está ofreciendo sus gracias profesionales a militantes del PAN, entre ellos a los senadores Gustavo Madero y Fernando Elizondo, así como al edil de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez, a quien le creó una campaña utilizando un clon.

Conforme se vayan acercando las elecciones para renovar la Cámara de Diputados en el 2009; y la presidencial del 2012, seguramente seremos testigos de nuevas formas de evadir la ley por algunos de nuestros gobernantes para quienes lo importante es utilizar los recursos que tienen a la mano con tal de mantenerse en el poder.