progressif

viernes, junio 20, 2008

Despojo, impunidad y cinismo la jurisprudencia de la Corte





Tomados de La Jornada, Helguera, Hernández, El Fisgón y Rocha.


En teoría las “instituciones” –que nos han impuesto unos cuantos- serían las garantes del bienestar de los ciudadanos. En los hechos son su peor verdugo.

Primero fueron los “legisladores” del PRIAN –y chiquillada- los que retiraron beneficios a los trabajadores del Estado –previamente lo habían hecho con los afiliados al IMSS, es decir la totalidad de los trabajadores formales- y luego fue la Suprema Corte, que sin justicia dejó sin defensa –en el país, faltan los tribunales extranjeros- a millones de trabajadores y sus familias.

Sin miramientos velaron por los intereses de los poderes fácticos, antes que por los de los ciudadanos. El argumento fue el mismo utilizado por el desgobierno usurpador: de no realizarse se pasaría a dedicar el 12 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al pago de pensiones.

Sin embargo, los causantes de que no exista dinero para las pensiones son los regímenes priístas que se robaron todos los fondos. Es mentira que los “altos” sueldos de la burocracia tengan al país al borde de la quiebra. Cualquiera que revise el tabulador de la inmensa mayoría de trabajadores al servicio del Estado comprobará que sus sueldos, no son ni con mucho mejores que el promedio de la población.

Las dos “instituciones” son buenas para “hacer la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”, pues como “servidores públicos” ellos mismos no asisten a los hospitales y clínicas del ISSSTE y mucho menos se jubilan con las pensiones del mencionado instituto. Para ellos están los hospitales privados más caros del país y del extranjero. Sus cuentas por médicos y medicinas están seguras, además de los gastos de servicios médicos mayores. Por eso les es fácil terminar con el futuro de millones de familias.

¿No sería justo que ese mismo trato recibieran? Si no es viable el sistema de pensiones ¿por qué el de ellos es intocado? ¿Son acaso mexicanos de primera y los demás lo somos de quinta? En los hechos así nos tratan. Y eso que según la Constitución la soberanía de la nación radica en el pueblo. Pues todo se lo pasan por el arco del triunfo.

Con qué descaro escupen a la cara de los ciudadanos que el pueblo es quien pone en peligro a las “instituciones” y que sólo ellos pueden velar por el país. Qué cinismo al retirar el sustento en la vejez a millones de trabajadores, mientras ellos siguen siendo tratados como reyes o al menos gente de la realeza.

Y todos dicen que defienden a México y al interés de los ciudadanos. Hasta cuándo tendremos que soportar tanto robo y tanto saqueo, eso sí “con la ley en la mano”. ¡Cuanta impuninad!



El siguiente análisis fue tomado de la revista Proceso.









AMLO, reflectores gratis


carlos acosta córdova

México, D.F., 19 de junio (apro).- “No me ayudes, compadre”, bien pudo decirle el presidente Felipe Calderón al Instituto Federal Electoral (IFE), pues con la multa de más de 700 mil pesos que éste impuso al PRD y al PT por utilizar la frase “presidente legítimo”, lo único que logró fue obsequiarle reflectores a Andrés Manuel López Obrador, quien ni tardo ni perezoso aprovechó la oportunidad.


Era obvio que AMLO respondería de inmediato. Ha dejado en claro que él sí puede despotricar y aun descalificar y ofender a personas e instituciones y quedar impune. Pero no sea que él salga raspado con alguna medida o declaración, porque responde a la primera. Y así fue: el mismo día de la decisión del IFE, dijo que ésta no sólo era un acto de intolerancia, sino que la misma demostraba el nerviosismo del gobierno y del PAN y dejaba “sin presidente” al país.


Y ya encarrerado, con el balón puesto gratuitamente, anotó muy en su estilo: “Si no hay presidente legítimo, pues no habrá presidente de México… porque ¿dónde está el otro? ¿Existe otro presidente? ¿Qué ha hecho? ¿Qué se hizo? ¿Lo han visto ustedes? Y si hay otro es como si no existiera, pues ha demostrado que no sirve para nada”.


Es larga la retahíla de calificativos que AMLO ha endilgado a Calderón: usurpador, impostor, ilegítimo, pelele, inepto… y, ahora, bueno para nada, que es lo mismo.


Y no pasa nada. El presidente, su partido, funcionarios, legisladores y millones tragan camote; aguantan vara. Y qué bueno que así sea, porque si le respondieran al “peje” cada vez que abre la boca --que no sería difícil, pues el tabasqueño vive en un mundo fantástico-- llevarían la política al nivel en que la entiende y practica aquél. Así está mejor. Y, de paso, se zanja la libertad de expresión.

El problema es cuando, gratuitamente, se le abren espacios en los medios, se le da una presencia pública que él no se ha ganado con ideas, con propuestas, con ánimo de debatir realmente las cosas públicas, de contribuir al fortalecimiento de la democracia.

Es decir, ¿qué necesidad tenía el PAN de demandar ante el IFE a los partidos del FAP por el uso de la frase “presidente legítimo”, cuando cualquiera podía intuir, conociendo a López Obrador, que el tiro les saldría por la culata? ¿O no les ha quedado clara la capacidad de respuesta mediática de aquél? ¿No entienden que atacando en la superficie a AMLO –en su cancha, pues-- sólo despiertan su ánimo visceral, sus enconos?, y que eso es justa y tristemente lo que lo hace fuerte ante esa parte de la población que se identifica con él, que lo sigue, porque igual se siente históricamente agraviada, lastimada, por las políticas gubernamentales, sin distingo de signo partidario.

Aunque no tengan nada que ver los berrinches de AMLO y su enfermiza sed de venganza con el genuino sentimiento de frustración y expectativas robadas de esa parte de la población que lo sigue… salvo el uso que de esto hace aquél.

Aprende muy lentamente el PAN.