Mentiras y traiciones del PAN, ayudado por la "izquierda moderna"
Tomados de La Jornada, Helguera, Rocha y El Fisgón y El Universal, Helioflores y Omar.
En un hecho inédito jueces y magistrados solicitaron amparo de la justicia federal contra la nueva Ley del ISSSTE. De esta manera funcionarios de primer nivel del gobierno del Distrito Federal, del Poder Judicial de la Federación, así como del Consejo de la Judicatura Federa y del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal interpusieron demandas de amparo.
Se trata de al menos una docena de jueces y cinco magistrados de circuito, así como secretarios de acuerdo, actuarios, oficiales judiciales y empleados que se sumaron a las más de 100 mil solicitudes de amparo interpuestas contra la ley impulsada por el usurpador Felipe Calderón Hinojosa, Elba Esther Gordillo, Joel Ayala, Miguel Angel Yunes y los diputados y senadores del PRI, PAN, Verde Ecologista, Panal y Alternativa.
Queda claro pues que ni los mismos impartidores de justicia aceptan la versión oficial de que ahora la institución brindará un mejor servicio y que los pensionados mejorarán su calidad de vida y el monto de sus pensiones.
Para salir al paso el pelele utilizó la misma fórmula de siempre: prometer. Y como hacerlo no empobrece, sino cumplir es lo que aniquila –como reza el dicho popular- hizo este viernes 18 de mayo de 2007 promesas de risa loca.
Que en un máximo de 30 días, se programarán las 10 mil intervenciones quirúrgicas pendientes a fin de que se lleven a cabo en tres meses. ¿En cuáles hospitales, cuáles quirófanos y cuáles camas? 111 operaciones diarias más las que se acumulen.
Que se realizarán las 18 mil consultas pendientes con especialistas. ¿Dónde están los especialistas que las darán? Si el problema es que no hay doctores suficientes. Cada uno atiende a diario entre 30 y 40 pacientes, con el sabido mal trato y peor atención.
Que en 90 días, cumplirá con el abasto de medicamentos. Pero si en casi seis meses, o sea 167 días la situación de abastecimiento de medicamentos, no sólo no ha mejorado, sino todo lo contrario. ¿Por arte de magia resolverá el problema? ¿Dejarán de robar los recursos del ISSSTE?
Que junto con el sindicato se establecerá un programa para profesionalizar al personal médico. ¿De la misma manera que el traidor y ladrón de Vicente Fox Quesada hizo con el magisterio? ¿Para que al final reprueben todos?
Que se integrará el plan rector contemplado en la nefasta ley para racionalizar recursos para infraestructura. Insisto más racionalización o se dejaran de robar –Gordillo y camarilla- los recursos del ISSSTE.
Que la federación entregará 8 mil millones de pesos más construcción de hospitales, equipo o ampliaciones. ¿Dinero que irá –como el del magisterio- a manos de la corrupta Gordillo Morales?
Que se abrirán más lugares para hijos de trabajadoras que están en lista de espera. ¿Los padres no cuentan? ¿Sólo se necesitan abrir más lugares en las guarderías y no construir más, los pondrán unos encimas de otros?
Que se darán otros 2 mil millones de pesos en 2007 para facilitar 100 mil prestamos adicionales. De nuevo, el dinero es manejado por Miguel Angel Yunes, -relacionado con el pederasta preso en el penal del Altiplano, Jean Succar Kuri- amigo íntimo de Elba Esther Gordillo Morales. ¿A dónde parará el dinero? No hace falta ser adivino.
Que se otorgarán créditos hipotecarios a pensionados y jubilados. Pero si de por sí el promedio de dinero prestado a los que están en activo es de 200 mil pesos.¿Qué se puede comprar con ese monto en ciudades como las de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla o Cancún por citar algunas?
Que se dará base –o algo parecido- a 300 mil trabajadores del ISSSTE que no cuentan con respaldo de la institución. Si la propia federación mantiene de manera ilegal a tantos trabajadores- conculcándoles sus legítimos derechos- cómo creerle que ahora si va a ser todo legal.
En fin que es un atajo de mentiras, medias verdades, cinismo y tomadura de pelo. Claro todo en la misma línea de continuar con el show mediático –una vez que se agotó el tiempo para interponer amparos- para tratar de evitar que las manifestaciones en contra de la infame ley crezcan al enterarse los trabajadores, que pederán el 50 por ciento de sus pensiones y que aparte tendrán que aportar el doble de dinero de lo que hoy les descuentan.
Para continuar en sintonía con las traiciones, en seguida un análisis tomado de la revista Proceso.
Cuauhtémoc Cárdenas, a la derecha
alejandro caballero
México, D.F., 17 de mayo (apro).- Una catástrofe para la izquierda nacional se gesta en Michoacán: si hoy fueran las elecciones para gobernador, programadas para el próximo 11 de noviembre, Acción Nacional (PAN) ganaría con al menos 12 puntos de ventaja al Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Las encuestas, que así lo indican, se guardan con celo y alta preocupación en las oficinas perredistas y, por supuesto, en las de Andrés Manuel López Obrador.
Michoacán está lleno de significados políticos. Es la única entidad que ha sido gobernada por tres miembros de una familia. Por el padre, Lázaro Cárdenas del Río, el hijo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y, actualmente por el nieto, Lázaro Cárdenas Batel.
La huella que dejó Tata Lázaro no sólo en la entidad --que está a unos meses de ser entregada a Acción Nacional--, sino en el país como presidente de México, permitió que décadas después su hijo Cuauhtémoc encabezara el desmoronamiento electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Con un pasado de servidor público entre gris y mediocre --subsecretario de Agricultura, senador, gobernador-- el hasta hace poco líder moral del perredismo rompió con el partido oficial en 1986 y se puso al frente del movimiento de izquierda inagotable pero ineficaz en sus demandas de elecciones limpias, de fin al dedazo y de democracia, así, a secas.
En unos comicios limpios, sin duda Cárdenas habría ganado las históricas elecciones presidenciales de 1988. Fue el primer personaje, haciendo dupla con el polémico Porfirio Muñoz Ledo, que puso en riesgo la continuidad del PRI en Los Pinos. La ilegitimidad de Carlos Salinas de Gortari lo persigue desde entonces.
Derrotado oficialmente en las elecciones presidenciales de 1988 y 1994, ante la debacle moral del priismo --el surgimiento de la guerrilla chiapaneca, los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu y el costosísimo error de diciembre que aún sacude las finanzas nacionales--, Cárdenas logró su primera y única victoria electoral desde la oposición en 1997: la jefatura de Gobierno del Distrito Federal (GDF).
Sin embargo, Cárdenas fue incapaz de aprovechar su despegue electoral. Catapultado a inicios de su administración como el favorito para el 2000, dilapidó su capital político.
Fiel a su estilo, gobernó en la grisura y poco supieron los defeños de sus habilidades para conducir la administración pública capitalina. La inseguridad creciente en el corazón del país y una despiadada campaña de medios electrónicos, que no supo contrarrestar, lo volvieron a la realidad. En los comicios presidenciales terminó, como en 1994, en un lejano tercer lugar: el candidato del 17%.
Ingrata la historia con Cuauhtémoc, el causante del desfonde priista, miró desde la derrota la alternancia en el país e involuntariamente colaboró a que el PAN accediera a la Presidencia de la República.
Irreprochable hasta entonces su conducta política, inquebrantable su congruencia frente al poder priísta, el crecimiento político y electoral de Andrés Manuel López Obrador --quien bajo su conducción el PRD obtuvo las mayores conquistas electorales de la izquierda y refrendó el triunfo capitalino-- lo desquició.
Cárdenas dejó de ser el único referente moral y de peso en el PRD, y trastabilló. Impensable hasta entonces, el hijo del Tata, el de la memorable campaña del 88, empezó a trabajar deliberadamente para el enemigo.
Cuauhtémoc rompió con Andrés Manuel o López Obrador se distanció de Cárdenas. Los motivos del divorcio político sólo ellos los saben. Es una historia que ninguno de los dos se atreve a contar, ni en público ni en privado. Lo cierto es que el desencuentro se fue fraguando a fuego rápido sin dejar cenizas para el retorno.
Hay un elemento visible de la ruptura, pero seguramente no el único y tiene nombre y apellido: Carlos Ahumada.
Es decir, las corruptelas del empresario detectadas al interior del gobierno capitalino y no solapadas o, consideradas no convenientes por la administración de López Obrador; la relación personal de Ahumada con Rosario Robles, la entonces dirigente nacional del PRD y, los apoyos monetarios a la campaña de gobernador de su hijo Lázaro Cárdenas, del que se afirma existe un video con coreografía y audio similar al de René Bejarano y Carlos Imaz.
Lo cierto es que para Cárdenas y su equipo cercano, el enemigo a vencer dejó de ser Salinas de Gortari, Roberto Madrazo, el PRI, Vicente Fox, Felipe Calderón, el PAN. El odiado hasta la patología pasó a ser AMLO.
Cuauhtémoc se volvió crítico público de la gestión de López Obrador, y Cárdenas hizo mutis ante el desafuero de su compañero de partido, el líder moral del perredismo se sentó a la mesa con priistas de la talla de José Murat y del mismo Roberto Madrazo.
Cárdenas intentó acuerdos políticos con Manuel Bartlett, el operador del fraude de 1988, Cuauhtémoc esperó paciente, aunque infructuosamente, la pronosticada debacle electoral de López Obrador, el incorruptible hijo de Lázaro Cárdenas aceptó chamba de Fox en pleno proceso electoral, en una señal inequívoca de su decisión política.
Lo demás viene solo: Cuauhtémoc no apareció en ningún acto de campaña de AMLO y, en consecuencia, le quedó grande Heberto Castillo, quien declinó por él a un mes de los comicios presidenciales de 1988.
Y su hijo, Lázaro Cárdenas Batel, aquel que con su voto de senador dio la espalda a la lucha indígena encabezada por el subcomandante Marcos, aquel que fue partícipe de la represión contra los trabajadores mineros del puerto que lleva el nombre de su abuelo, hizo su parte.
Con todo el poder del gobierno federal y de los poderes fácticos encima, López Obrador supo que Enrique Bautista, entonces secretario de gobierno de Lázaro se apareció, “casualmente”, en un acto de campaña de Calderón en Morelia y que, ese mismo día, el mismo candidato presidencial panista cenaría, tragos de por medio, con el gobernador michoacano.
Los resultados del 2 de julio de 2006 dejaron evidencias de ello.
En el 2000, Cárdenas ganó la votación presidencial michoacana con 543 mil votos (37.1%), seguido de Madrazo con casi 442 mil sufragios (30.2%) y de Fox con 419 mil sufragios (28.6%)
Dos años después, el propio Lázaro ganaría la gubernatura con 561 mil votos (41.9), Alfredo Anaya, del PRI, obtendría 492 mil sufragios (36.8) y el panista Salvador López Orduña sumaría 247 mil votos (18.5).
Sin embargo, para el 2006, la correlación de fuerzas se modificó. Si bien AMLO sumó 608 mil votos --más que ningún candidato en la historia de la entidad--, perdió unas décimas de punto respecto de Lázaro, al obtener 41.9%.
Y la sorpresa: Calderón consiguió 509 mil sufragios, equivalentes a 34.4% de la votación y Madrazo cayó al tercer lugar con 280 mil votos y el 19% de las papeletas cruzadas a su favor.
Ahora, en puerta los comicios para relevarlo, Lázaro Cárdenas “apoya” a su exsecretario de Gobierno Enrique Bautista --aquel de los acercamientos con Calderón-- y se peleó con el aspirante más fuerte del perredismo, Leonel Godoy, quien cuenta con el respaldo de López Obrador.
Y el gobierno federal hace su parte. El michoacano Calderón tiene tomada la entidad por el Ejército, lo que le genera vetos entre analistas, pero le suma votos en esa entidad.
Mientras, su esposa Margarita Zavala viaja a Tingüindín, se entrevista con familiares de trabajadores migratorios y promete impulsar programas de capacitación laboral y de orientación para contrarrestar la drogadicción. De ello, obviamente dan cuenta los boletines del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Marido y mujer, en plena campaña.
Las encuestas del momento colocan arriba al panismo. No cabe duda que los Cárdenas trabajan, ¿quién lo iba a decir?, para la derecha.
Comentarios: acaballero@proceso.com.mx
Se trata de al menos una docena de jueces y cinco magistrados de circuito, así como secretarios de acuerdo, actuarios, oficiales judiciales y empleados que se sumaron a las más de 100 mil solicitudes de amparo interpuestas contra la ley impulsada por el usurpador Felipe Calderón Hinojosa, Elba Esther Gordillo, Joel Ayala, Miguel Angel Yunes y los diputados y senadores del PRI, PAN, Verde Ecologista, Panal y Alternativa.
Queda claro pues que ni los mismos impartidores de justicia aceptan la versión oficial de que ahora la institución brindará un mejor servicio y que los pensionados mejorarán su calidad de vida y el monto de sus pensiones.
Para salir al paso el pelele utilizó la misma fórmula de siempre: prometer. Y como hacerlo no empobrece, sino cumplir es lo que aniquila –como reza el dicho popular- hizo este viernes 18 de mayo de 2007 promesas de risa loca.
Que en un máximo de 30 días, se programarán las 10 mil intervenciones quirúrgicas pendientes a fin de que se lleven a cabo en tres meses. ¿En cuáles hospitales, cuáles quirófanos y cuáles camas? 111 operaciones diarias más las que se acumulen.
Que se realizarán las 18 mil consultas pendientes con especialistas. ¿Dónde están los especialistas que las darán? Si el problema es que no hay doctores suficientes. Cada uno atiende a diario entre 30 y 40 pacientes, con el sabido mal trato y peor atención.
Que en 90 días, cumplirá con el abasto de medicamentos. Pero si en casi seis meses, o sea 167 días la situación de abastecimiento de medicamentos, no sólo no ha mejorado, sino todo lo contrario. ¿Por arte de magia resolverá el problema? ¿Dejarán de robar los recursos del ISSSTE?
Que junto con el sindicato se establecerá un programa para profesionalizar al personal médico. ¿De la misma manera que el traidor y ladrón de Vicente Fox Quesada hizo con el magisterio? ¿Para que al final reprueben todos?
Que se integrará el plan rector contemplado en la nefasta ley para racionalizar recursos para infraestructura. Insisto más racionalización o se dejaran de robar –Gordillo y camarilla- los recursos del ISSSTE.
Que la federación entregará 8 mil millones de pesos más construcción de hospitales, equipo o ampliaciones. ¿Dinero que irá –como el del magisterio- a manos de la corrupta Gordillo Morales?
Que se abrirán más lugares para hijos de trabajadoras que están en lista de espera. ¿Los padres no cuentan? ¿Sólo se necesitan abrir más lugares en las guarderías y no construir más, los pondrán unos encimas de otros?
Que se darán otros 2 mil millones de pesos en 2007 para facilitar 100 mil prestamos adicionales. De nuevo, el dinero es manejado por Miguel Angel Yunes, -relacionado con el pederasta preso en el penal del Altiplano, Jean Succar Kuri- amigo íntimo de Elba Esther Gordillo Morales. ¿A dónde parará el dinero? No hace falta ser adivino.
Que se otorgarán créditos hipotecarios a pensionados y jubilados. Pero si de por sí el promedio de dinero prestado a los que están en activo es de 200 mil pesos.¿Qué se puede comprar con ese monto en ciudades como las de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla o Cancún por citar algunas?
Que se dará base –o algo parecido- a 300 mil trabajadores del ISSSTE que no cuentan con respaldo de la institución. Si la propia federación mantiene de manera ilegal a tantos trabajadores- conculcándoles sus legítimos derechos- cómo creerle que ahora si va a ser todo legal.
En fin que es un atajo de mentiras, medias verdades, cinismo y tomadura de pelo. Claro todo en la misma línea de continuar con el show mediático –una vez que se agotó el tiempo para interponer amparos- para tratar de evitar que las manifestaciones en contra de la infame ley crezcan al enterarse los trabajadores, que pederán el 50 por ciento de sus pensiones y que aparte tendrán que aportar el doble de dinero de lo que hoy les descuentan.
Para continuar en sintonía con las traiciones, en seguida un análisis tomado de la revista Proceso.
Cuauhtémoc Cárdenas, a la derecha
alejandro caballero
México, D.F., 17 de mayo (apro).- Una catástrofe para la izquierda nacional se gesta en Michoacán: si hoy fueran las elecciones para gobernador, programadas para el próximo 11 de noviembre, Acción Nacional (PAN) ganaría con al menos 12 puntos de ventaja al Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Las encuestas, que así lo indican, se guardan con celo y alta preocupación en las oficinas perredistas y, por supuesto, en las de Andrés Manuel López Obrador.
Michoacán está lleno de significados políticos. Es la única entidad que ha sido gobernada por tres miembros de una familia. Por el padre, Lázaro Cárdenas del Río, el hijo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y, actualmente por el nieto, Lázaro Cárdenas Batel.
La huella que dejó Tata Lázaro no sólo en la entidad --que está a unos meses de ser entregada a Acción Nacional--, sino en el país como presidente de México, permitió que décadas después su hijo Cuauhtémoc encabezara el desmoronamiento electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Con un pasado de servidor público entre gris y mediocre --subsecretario de Agricultura, senador, gobernador-- el hasta hace poco líder moral del perredismo rompió con el partido oficial en 1986 y se puso al frente del movimiento de izquierda inagotable pero ineficaz en sus demandas de elecciones limpias, de fin al dedazo y de democracia, así, a secas.
En unos comicios limpios, sin duda Cárdenas habría ganado las históricas elecciones presidenciales de 1988. Fue el primer personaje, haciendo dupla con el polémico Porfirio Muñoz Ledo, que puso en riesgo la continuidad del PRI en Los Pinos. La ilegitimidad de Carlos Salinas de Gortari lo persigue desde entonces.
Derrotado oficialmente en las elecciones presidenciales de 1988 y 1994, ante la debacle moral del priismo --el surgimiento de la guerrilla chiapaneca, los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu y el costosísimo error de diciembre que aún sacude las finanzas nacionales--, Cárdenas logró su primera y única victoria electoral desde la oposición en 1997: la jefatura de Gobierno del Distrito Federal (GDF).
Sin embargo, Cárdenas fue incapaz de aprovechar su despegue electoral. Catapultado a inicios de su administración como el favorito para el 2000, dilapidó su capital político.
Fiel a su estilo, gobernó en la grisura y poco supieron los defeños de sus habilidades para conducir la administración pública capitalina. La inseguridad creciente en el corazón del país y una despiadada campaña de medios electrónicos, que no supo contrarrestar, lo volvieron a la realidad. En los comicios presidenciales terminó, como en 1994, en un lejano tercer lugar: el candidato del 17%.
Ingrata la historia con Cuauhtémoc, el causante del desfonde priista, miró desde la derrota la alternancia en el país e involuntariamente colaboró a que el PAN accediera a la Presidencia de la República.
Irreprochable hasta entonces su conducta política, inquebrantable su congruencia frente al poder priísta, el crecimiento político y electoral de Andrés Manuel López Obrador --quien bajo su conducción el PRD obtuvo las mayores conquistas electorales de la izquierda y refrendó el triunfo capitalino-- lo desquició.
Cárdenas dejó de ser el único referente moral y de peso en el PRD, y trastabilló. Impensable hasta entonces, el hijo del Tata, el de la memorable campaña del 88, empezó a trabajar deliberadamente para el enemigo.
Cuauhtémoc rompió con Andrés Manuel o López Obrador se distanció de Cárdenas. Los motivos del divorcio político sólo ellos los saben. Es una historia que ninguno de los dos se atreve a contar, ni en público ni en privado. Lo cierto es que el desencuentro se fue fraguando a fuego rápido sin dejar cenizas para el retorno.
Hay un elemento visible de la ruptura, pero seguramente no el único y tiene nombre y apellido: Carlos Ahumada.
Es decir, las corruptelas del empresario detectadas al interior del gobierno capitalino y no solapadas o, consideradas no convenientes por la administración de López Obrador; la relación personal de Ahumada con Rosario Robles, la entonces dirigente nacional del PRD y, los apoyos monetarios a la campaña de gobernador de su hijo Lázaro Cárdenas, del que se afirma existe un video con coreografía y audio similar al de René Bejarano y Carlos Imaz.
Lo cierto es que para Cárdenas y su equipo cercano, el enemigo a vencer dejó de ser Salinas de Gortari, Roberto Madrazo, el PRI, Vicente Fox, Felipe Calderón, el PAN. El odiado hasta la patología pasó a ser AMLO.
Cuauhtémoc se volvió crítico público de la gestión de López Obrador, y Cárdenas hizo mutis ante el desafuero de su compañero de partido, el líder moral del perredismo se sentó a la mesa con priistas de la talla de José Murat y del mismo Roberto Madrazo.
Cárdenas intentó acuerdos políticos con Manuel Bartlett, el operador del fraude de 1988, Cuauhtémoc esperó paciente, aunque infructuosamente, la pronosticada debacle electoral de López Obrador, el incorruptible hijo de Lázaro Cárdenas aceptó chamba de Fox en pleno proceso electoral, en una señal inequívoca de su decisión política.
Lo demás viene solo: Cuauhtémoc no apareció en ningún acto de campaña de AMLO y, en consecuencia, le quedó grande Heberto Castillo, quien declinó por él a un mes de los comicios presidenciales de 1988.
Y su hijo, Lázaro Cárdenas Batel, aquel que con su voto de senador dio la espalda a la lucha indígena encabezada por el subcomandante Marcos, aquel que fue partícipe de la represión contra los trabajadores mineros del puerto que lleva el nombre de su abuelo, hizo su parte.
Con todo el poder del gobierno federal y de los poderes fácticos encima, López Obrador supo que Enrique Bautista, entonces secretario de gobierno de Lázaro se apareció, “casualmente”, en un acto de campaña de Calderón en Morelia y que, ese mismo día, el mismo candidato presidencial panista cenaría, tragos de por medio, con el gobernador michoacano.
Los resultados del 2 de julio de 2006 dejaron evidencias de ello.
En el 2000, Cárdenas ganó la votación presidencial michoacana con 543 mil votos (37.1%), seguido de Madrazo con casi 442 mil sufragios (30.2%) y de Fox con 419 mil sufragios (28.6%)
Dos años después, el propio Lázaro ganaría la gubernatura con 561 mil votos (41.9), Alfredo Anaya, del PRI, obtendría 492 mil sufragios (36.8) y el panista Salvador López Orduña sumaría 247 mil votos (18.5).
Sin embargo, para el 2006, la correlación de fuerzas se modificó. Si bien AMLO sumó 608 mil votos --más que ningún candidato en la historia de la entidad--, perdió unas décimas de punto respecto de Lázaro, al obtener 41.9%.
Y la sorpresa: Calderón consiguió 509 mil sufragios, equivalentes a 34.4% de la votación y Madrazo cayó al tercer lugar con 280 mil votos y el 19% de las papeletas cruzadas a su favor.
Ahora, en puerta los comicios para relevarlo, Lázaro Cárdenas “apoya” a su exsecretario de Gobierno Enrique Bautista --aquel de los acercamientos con Calderón-- y se peleó con el aspirante más fuerte del perredismo, Leonel Godoy, quien cuenta con el respaldo de López Obrador.
Y el gobierno federal hace su parte. El michoacano Calderón tiene tomada la entidad por el Ejército, lo que le genera vetos entre analistas, pero le suma votos en esa entidad.
Mientras, su esposa Margarita Zavala viaja a Tingüindín, se entrevista con familiares de trabajadores migratorios y promete impulsar programas de capacitación laboral y de orientación para contrarrestar la drogadicción. De ello, obviamente dan cuenta los boletines del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Marido y mujer, en plena campaña.
Las encuestas del momento colocan arriba al panismo. No cabe duda que los Cárdenas trabajan, ¿quién lo iba a decir?, para la derecha.
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