Llegó por atrás, se fue por atrás y así seguirá hasta el basurero de la historia
Tomados de La Jornada y El Universal. El Fisgón, Carreño, Omar, Helguera y Ahumada.
Todo empezó en la madrugada cuando en una ceremonia sólo transmitida por el sistema de información de la Presidencia (Cepropie) el corrupto ladrón de Vicente Fox Quesada y el pelele de Felipe Calderón Hinojosa escenificaron una pantomima de traspaso de poder. Se intercambiaron banderas y el ex mandamás de Los Pinos entregó al chapelén la banda presidencial. Toda una mascarada encaminada a tratar de legitimar lo imposible. De noche y en medio de militares, tan solo con la presencia de sus “gabinetes” compartidos se dio la representación para que se pudiera leer un bofo discurso en vista de que no podría hacerlo en la máxima tribuna del Congreso de la Unión.
Teatro montado para que tanto el traidor como el espurio pudieran hacer uso del micrófono ya que sabían –previo acuerdo entre los coordinadores legislativos del PAN y PRD- que en el Congreso tendrían que abstenerse de hacerlo.
A las ocho de la mañana de hoy viernes 1 de diciembre de 2006 terminó la tregua en San Lázaro y comenzó la refriega por el control de la tribuna, que desde el martes mantenía el PAN. Mientras, las hojas para el pase de lista iban de mano en mano entre panistas y priístas para lograr el quórum necesario para una sesión en forma. Poco después de las 9:30 de la mañana se instaló el torpe presidente de la mesa directiva, el panista Jorge Zermeño. Para ese momento coordinados con relojes de precisión, tanto el ladrón como su aprendiz, llegaban a la sede del Congreso para cumplir un vergonzoso papel en la historia. Como estaba previsto -una vez que el PRD había cerrado los accesos principales a la sala de plenos- ambos entraron resguardados por elementos del Ejército por la puerta trasera, aquella que está atrás de la monumental bandera.
En un ejercicio que duró unos cuantos minutos –los necesarios nada más- el pelele leyó las frases consagradas en la Constitución para “asumir plenamente el gobierno”, todo en medio de gritos y sonidos de silbato emitidos por los perredistas. El atril fue pasado por encima de las cabezas de panistas y elementos del estado mayor presidencial. La famosa banda presidencial fue vuelta a entregar por el ladrón -ahora ex mandatario- por segunda vez en el mismo día. Con torpeza acompañada por las prisas y las muecas de sonrisas de ambos patanes, Zermeño mal puso la banda y acto seguido llamó a entonar el himno nacional, al finalizar el canto levantó la sesión y dictó la fecha para una próxima cita. Eso fue todo, más tardaron en llegar que en salirse por donde entraron, por la puerta de atrás.
Al parecer ambos partidos PAN Y PRD cumplieron su cometido, el primero en lograr que el espurio y el traidor se presentaran aunque sea por unos minutos a cumplir el ritual constitucional. El segundo, en evidenciar que la fractura política que priva en el país es amplia lo que obligó al chapelén a comportarse como lo que es: un segundón vocero de los verdaderos poderes de México. Sin embargo, las diferencias y el clima de crispación persisten en el país. Nada ha cambiado, las dificultades apenas empiezan y la sesión del Congreso de hoy es la mejor muestra del tipo de políticos que mangonean al país y a los cuales mantenemos con salarios privilegiados.
En resumen, se trató de un acto vergonzoso donde pudo más el cinismo y la prepotencia que la prudencia el diálogo y la política. El espurio Felipe Calderón Hinojosa entró desde antes del 2 de julio pasado por la puerta trasera a la historia nacional, siguió entre sombras durante meses y continuó hoy por la madrugada en medio de militares y al resguardo de ellos. Siguió el día entrando por atrás y corrió en medio de un excesivo dispositivo policiaco militar al Auditorio Nacional convertido en un bunker fascista, acompañado por sus ya inseparables militares para, por fin estar entre sus compinches, con quienes “festejó” su toma de posesión. Varios de los invitados “especiales” extranjeros decidieron no hacer el ridículo y prefirieron regresar a sus lugares de origen antes de participar en dicho evento. Al término de la miniceremonia se encaminaron al aeropuerto de la ciudad de México. Una negra página de la historia de México se escribió hoy y es de preverse que en los próximos días se escribirán otras peores.
Nuestra responsabilidad no termina aquí y como sociedad civil somos los únicos que podemos cambiar la actual situación, donde somos rehenes de los tres poderes de la Unión –Ejecutivo, Legislativo y Judicial- además de los empresarios y los medios de comunicación. Lo anterior ha quedado fielmente demostrado durante el presente año. La voluntad popular es lo que menos importa, les servimos solamente como mano de obra barata, consumidores y por su puesto, pagadores de impuestos. Esa es la realidad y a esa nos debemos atener.
Por otro parte y como estaba también previsto Andrés Manuel López Obrador encabezó un multitudinario mitin en el Zócalo de la ciudad de México donde convocó a una marcha pacífica hacia el Auditorio Nacional, aunque dejó claro que no enfrentarían a las fuerzas armadas. Expresó: “No vamos a caer en la trampa, sabemos quiénes son los jefes de la mafia y el hampa de la política, no vamos a exponer a la gente para que enfrenten a policías y soldados que son parte del mismo pueblo, esta diferencia la tenemos con una pandilla de rufianes” y agregó “los jefes de jefes” de la derecha son Carlos Salinas, Mariano Azuela, Claudio González, Gordillo y Felipe Calderón.
Ante el avance de la marcha se dispuso un gigantesco operativo policial para evitar su progreso, lo que obligó a detener su camino y realizar un mitin en el lugar.
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