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martes, noviembre 14, 2006

De tapaderas y corrupción


Muchas de las actitudes del traidor y corrupto Vicente Fox Quesada darán claro testimonio de su perfil sicológico. No poco de escribirá sobre el “enano” que habitó Los Pinos y su falta de cordura, al menos su desorden de personalidad.

El presidente Benito Juárez señaló que la Presidencia de la República estaría en cualquier parte donde él estuviera. Pero para el inculto sinvergüenza Los Pinos es la Presidencia y no la abandonará, pues piensa usarla hasta el último día posible. Su vo-cero Burrén Aguilar anunció que el espurio Calderón le dio permiso para habitar la residencia oficial -pues no cuenta con casa en la ciudad de México- hasta el 30 de noviembre, fecha en que ofrecerá una cena de gala a mandatarios que acudirán al repudiado acto del chapelén. Pese a que otros presidentes dejaron la casa presidencial con dos meses de anterioridad el “ranchero sencillote” no quiere soltar el tamal, a lo mejor cree que si no vive el Los Pinos ya no lo respetarán. De ese tamaño son sus traumas.

En estos últimos días prácticamente ya no hay gobierno oficial, nadie está trabajando. El traidor se la pasa en eventos como si el país estuviera en calma y los actores políticos vivieran un largo romance. Nada le importa la situación en Oaxaca, las recomendaciones contra su policía realizadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos por violar los preceptos constitucionales, nada el repudio al fraude y las manifestaciones que se preparan fuera y dentro del Congreso de la Unión para impedir que el espurio borrachín se “divierta” el 1 de diciembre a costa de los mexicanos.

Nadie, ni José López Portillo, actuó con la frivolidad del traidor. Sólo el cinismo que lo acompañó a lo largo de seis años explicaría estos últimos días del foxismo en el país. No quepa duda, su paso por la política mexicana tendrá el mismo recuerdo que provocaron los dos ex presidentes pirístas más repudiados, José López Portillo (Jolopo y su saqueo a las arcas nacionales con todo y su Colina del Perro en Cuajimalpa) y el pelón de Carlos Salinas de Gortari (quien tuvo que abandonar los reflectores de los medios obligado por el repudio popular y el encarcelamiento de su hermano incómodo). A partir del 1 de diciembre el traidor se encontrará si el poder de la Presidencia, ni el dinero de nuestros impuestos. Sí en cambio tendrá que hacer frente a la demanda de 3 millones de dólares de sus abogados, al juicio popular –ya sin spots- que sabrá de su millonaria fortuna en efectivo, propiedades y negocios (otro corrupto mas), las investigaciones sobre el súbito enriquecimiento de una familia harto famosa por su fracaso en los negocios y ahora flamantes empresarios; y un chapelén de los mismos tamaños que el de las botas vaqueras, que también sabrá cobrarse las afrentas recibidas cuando fue subalterno. Si no al tiempo...

A continuación un análisis tomado de Proceso.

http://www.proceso.com.mx


Calderón: Entre Salinas y Echeverría
Álvaro delgado

México, D.F., 13 de noviembre (apro).- Felipe Calderón ha reproducido muchos comportamientos y acciones de Carlos Salinas, como su afirmación en los dogmas económicos, la sujeción a los grandes intereses y el desprecio a Luis Echeverría y José López Portillo, pero ahora --por su ausencia de legitimidad-- copia un desplante de estos últimos para garantizar su toma de posesión.

En efecto, tal como se informó a través de esta agencia de noticias hace casi tres semanas, el 27 de octubre, Calderón corteja a sus socios del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para asegurar la toma de protesta que, según el artículo 87 de la Constitución, debe rendir ante el pleno del Congreso el 1 de diciembre.

Él y sus operadores, igual que Vicente Fox y Carlos Abascal, formularon tres propuestas a los priistas del Comité Ejecutivo Nacional y de las coordinaciones parlamentarias, apenas el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) hizo oficial el triunfo que los votos ciudadanos no le dieron, el 5 de septiembre: Una, que la toma de protesta sea por escrito; dos, que se efectúe fuera del Distrito Federal, y tres, que la ceremonia se celebre en el Auditorio Nacional, como recinto alterno a la Cámara de Diputados.

En el reportaje de la agencia Apro, basado en información de prominentes legisladores de las dos cámaras del Congreso, se informó que Fox planteó las propuestas al presidente del PRI, Mariano Palacios, y a los coordinadores parlamentarios, Manlio Fabio Beltrones, del Senado, y a Emilio Gamboa, de la Cámara de Diputados, así como a gobernadores priistas que controlan diputados y senadores, con el fin de desactivar la amenaza de los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador de impedir la toma de posesión.

Ahora que Beltrones, coordinador de los senadores priistas, recomienda públicamente a Calderón abstenerse de ir a la Cámara de Diputados y aun de rendir protesta por escrito, las negociaciones apuntan a que la ceremonia de cambio de poderes será en el Auditorio Nacional, por supuesto, transformado en una fortaleza bajo la custodia --por dentro y por fuera-- de tropas del Ejército Mexicano, bajo el mando de Calderón desde el primer minuto de ese 1 de diciembre.

Si Beltrones habla ahora de una toma de protesta por escrito, a sabiendas de que no es posible por lo que establece el artículo 87 constitucional, es porque quiere seguir capitalizando la ilegitimidad de Calderón, como la dotación de más comisiones de las que le dieron los votos ciudadanos en las dos cámaras del Congreso, incluida la presidencia en la de Diputados; garantizar la impunidad de los gobernadores Mario Marín y Ulises Ruiz, así como más recursos para los estados a la hora de discutir el presupuesto del 2007.

Estas ganancias priistas, y no la banal declaración que el 1 de diciembre “será un día divertido”, evidencian el temor de Calderón de no cumplir con el mandato de la Constitución, que en el artículo 87 establece: “El presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los recesos de aquel, la siguiente protesta: Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo momento por el bien y prosperidad de la unión; y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande.”

Por eso alguien como Ulises Ruiz sigue gobernando Oaxaca bajo la custodia del Ejército disfrazado de Policía Federal Preventiva, pese a los 15 muertos de los recientes meses y la cauda de fraudes electorales que ese personaje ha cometido --como brazo derecho de Roberto Madrazo-- en las más recientes dos décadas, incluida su propia elección.

El PRI, es obvio, tiene sujeto a Calderón y éste dará todo con tal de que se consume su toma de protesta, por ejemplo en el Auditorio Nacional atiborrado de panistas y tropa militar, como lo hicieron en su momento dos de los presidentes que más detesta --Echeverría y López Portillo--, con un Zócalo atestado, también, de miembros del Ejército, como Salinas, el 1 de diciembre del 1988, que capturaron y sometieron a tortura a muchos mexicanos.

Al final, se trata del mismo esquema mafioso aplicado desde Salinas, sólo que al revés: En 1988 --si los jóvenes y no tan jóvenes no recuerdan--, el PAN convalidó al usurpador a cambio de hacer suya la “victoria cultural” como denominó Carlos castillo Peraza a la política económica vigente, y ahora le toca al PRI darle barniz de legitimidad a Calderón, a cambio de elementos menos exquisitos, pero de mayo disfrute política y económicamente.

Al final, todo tiene que ver con la voluntad de los ciudadanos: El 2 de julio de 1988 fue burlada; ahora, también. En aquel año la cúpula panista desdeñó la protesta de su candidato presidencial Manuel Clouthier, hasta que un oportuno accidente liquidó su incómoda presencia para los arreglos, y en esta coyuntura la inconformidad no cesa, aunque haya quienes en el perredismo --habituados al cochupo y a la transa, la izquierda “moderna”, dicen sus propagandistas-- pretendan un episodio análogo.

Apuntes

Ya se le elevó a Calderón el costo político de tratar de deponer a Manuel Espino de la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN), después de que éste es el nuevo presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América Latina (ODCA), en la elección celebrada el sábado, en Santiago de Chile. El plan de Calderón era evitar esa victoria de Espino para, en marzo del próximo año, arrebatarle el control del Consejo Nacional y deponerlo. Ya no. No tuvieron el más mínimo éxito las maniobras de un pequeño personaje, Rolando García Alonso, para frustrar el entrenamiento de su expatrón. García Alonso, quien cobra 38 mil pesos mensuales en el equipo de transición de Calderón, es el ineficaz operador de Cecilia Romero Castillo, coordinadora justamente de la toma de posesión, quien hoy lunes aseguró que la ceremonia será en el recinto de la Cámara de Diputados, en San Lázaro… Cuánta razón tenía el pintor guanajuatense José Chávez Morado cuando, en el 2000, anticipaba: “¿Qué es Fox? Nada, una nada llena de palabras.”

Comentarios: delgado@proceso.com.mx



Otro claro ejemplo de que la jerarquía católica –los mandamases de la Iglesia- no los católicos -que son dos cosas distintas-, privilegian sus intereses y evitan emitir posturas que los comprometan. A cambio reciben del gobierno protección, apoyo e impunidad. En otras palabras se trata de una relación cómplice. Dejemos una cosa en claro, no se cuestiona las creencias religiosas de nadie –nuestro respeto para todas-, de lo que se trata es de denunciar una relación perversa (nadie está libre de caer en la tentación) entre el alto clero católico y el corrupto gobierno saliente. La siguiente nota fue tomada del diario Milenio.

http://www.milenio.com


A la Jerarquía Católica no le toca juzgar el sexenio de Fox

Cuatitlán Izcalli, Estado de México.– La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) subrayó que no es a los obispos a quienes toca emitir un juicio sobre el sexenio del presidente Vicente Fox, y confió en que la toma de posesión de Felipe Calderón se efectúe el 1 de diciembre en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

En conferencia de prensa, los obispos Abelardo Alvarado, Javier Navarro y Miguel Angel Alba consideraron que “es muy pronto para emitir cualquier juicio acerca del sexenio del presidente Fox, además eso le corresponde al Poder Legislativo, a los analistas políticos, intelectuales y medios de comunicación”.

Sin embargo, indicaron que hubo avances positivos en distintos aspectos en los últimos seis años, y que “todas las fallas y críticas señaladas tienen su razón de ser y no de todo se le puede culpar al gobierno federal”.

Calificaron como inédita la visita que efectuó el primer mandatario a la sede de la CEM, ya que por primera vez un presidente de la República en funciones asiste a una Asamblea Plenaria del episcopado.

Los obispos precisaron que ese hecho ocurrió a iniciativa del titular del Ejecutivo, quien quiso despedirse de los prelados, así como agradecer el apoyo institucional que la Iglesia Católica dio a las autoridades federales durante el sexenio que está por terminar.

Subrayaron que continuarán en la búsqueda de la consolidación de la libertad religiosa como tema central de las solicitudes de la Iglesia Católica al gobierno federal, por lo que esa petición se hará llegar al presidente electo Felipe Calderón.

Al referirse a la toma de posesión de Calderón Hinojosa, confiaron en que se lleva a cabo conforme a lo previsto en la tradición política del país el 1 de diciembre en la Cámara de Diputados.

Javier Navarro indicó que no se trata de que un partido político lo permita o no, por estar en desacuerdo con aquel que resultó triunfador en la contienda electoral.

Agregó que la CEM “está cierta de que habrá un nuevo presidente el 1 de diciembre, y de que no se puede afirmar que hubo una elección fraudulenta sólo porque alguien así lo dice”.

Miguel Alba expresó que sería una hipocresía muy grande que un Congreso legítimo y electo en un proceso democrático señale como ilegítimo a quien resultó electo presidente de la República en ese mismo proceso.

A su vez, Abelardo Alvarado indicó que las advertencias del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de impedir la toma de protesta de Calderón también podrían tomarse como una forma de sentar una base para negociar el interés de su partido.

“No deseamos que la toma de posesión se vea agraviada porque eso da la impresión de que somos un país que no acaba de madurar y capaz de vivir los hechos políticos con toda seriedad. Debe haber una nueva cultura política en el tema”, concluyó.