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lunes, septiembre 18, 2006

Necesario cambio real en lugar de instituciones patito


La postura tomada por algunos después de que Andrés Manuel López Obrador fuera elegido por la Convención Nacional Democrática como presidente legítimo es el signo más claro de la crisis política que vive el país. Hay quienes beneficiados por el sistema y acoplados a él, lanzan gritos de que deje el caudillismo –situación que deberá corregirse- y acepte el resultado del fraude. Quienes así se expresan como Cuauhtémoc Cárdenas y Carlos Fuentes, entre otros no tuvieron una postura clara ante los ataques y la aplanadora del Estado en épocas preelectorales, electorales y poselectorales.

No se puede venir ahora con el cuento de que todo se debe cambiar desde las corruptas instituciones, que ya no dieron más. Si el fracaso fue tal, lo más lógico en refundarlas y por favor, no esperemos que ellas mismas lo hagan, pues cada seis años dicen que se renuevan y la realidad es que van de mal en peor.

Al parecer para ellos se trata de una obra de teatro en actos y ahora toca el del 1 de diciembre, después de esa fecha, si el movimiento que encabeza –pero que no es de él sino de la ciudadanía- López Obrador, no se desinfla como lo pronosticaron hace dos meses y medio, que es lo que sigue. ¿El primer año de gobierno, las elecciones legislativas intermedias o qué?

Es tiempo de que las personas que se dicen de izquierda y que cobran con la derecha definan y sean congruentes con sus ideas, no se trata de seguir mamando de la misma ubre que todos. Basta de desangrar al país. Basta de que se acomoden en puestos, premios o fundaciones, liderazgos morales y toda la retahíla de cargos honorarios, para vivir bien a costa de las carencias de las mayorías.

Es tiempo de un cambio real y no fingido, es lo menos que esperamos y por lo que seguiremos en la lucha. No más arreglos cupulares. La clase política –incluídos todos los partidos- deben entender que los mexicanos estamos cansados de sus acuerdos a espaldas de la nación, que sólo benefician a ellos y otros tantos privilegiados.