Ahora resulta que lo programas de Televisa son apolíticos
El gobierno federal, el PAN y los paleros de las radiodifusoras, la televisión y la mayoría de los periódicos insisten en que el movimiento de resistencia civil se desmorona, que cada vez somos menos y que de plano estamos a punto de desaparecer. Si no atenemos a que desde un principio dijeron lo mismo y de eso ya van 41 días, para hoy viernes, ni nuestros fantasmas quedarían. Si somos tan pocos, porqué les preocupa tanto y llenas tantos espacios hablando de nosotros. Ya impusieron al chapelén Calderón, dicen que el país está mejor que nunca y el traidor a la democracia que es Fox cuenta que dejará una nación despejada y harto llena de dinero, ¿entonces?
Será que no somos tan pocos, ni que tampoco se desinfló el movimiento de resistencia civil como lo pensaban y que al contrario sigue con el objetivo inmediato de la Convención Nacional Democrática, que será la encargada de señalar los causes por los cuales se refundarán las instituciones.
Las pruebas de lo que escribo están a la vista, el comentado episodio en el programa de Otro Rollo no deja lugar a dudas. Adal Ramones se encargó hace seis años de entrevistar al traidor de Fox, quesque por la apertura y pluralidad y que los "chavos" querían saber sus propuestas. Esa misma fórmula la utilizó con el chapelén. El fue quien convirtió su programa en un foro para comentar cosas políticas y ahora se queja de que ahí se discutan. Durante el disque "monólogo" dice: hay un personaje que se le conoce como el cuestionador, en ese momento empiezan los gritos de sufragio efectivo no imposición. Su intolerancia es tan grande que pretende apagar las voces discordantes subiendo el volumen de la música, y ante su fallido intento regaña a los manifestantes, les pide respeto -cuando el no lo tiene por los casi 15 millones de votos a favor de Andrés Manuel López Obrador- y al final les dice que, ni modo, no hay libertad de expresión, que para afuera. Si esto se hizo en un espacio en "vivo", nos podremos imaginar lo que ocurre con los programas grabados.
Sólo recordemos que las televisoras nada más son concesionarias de la señal que emiten, no son dueñas, los dueños somos todos los mexicanos. Dentro de sus obligaciones los concesionarios está el deber de informar con veracidad y objetividad, algo de lo que carecen y cuando ocurren protestas los quieren descalificar con el "argumento" de que eran personas organizadas. Pues de qué cren que se trata la resistencia civil, de eso mismo de organización. O pretenden que nos quedemos frente a la "caja idiota" sin reflexionar. Si han podido manjonear este país, con testaferros -léase lambiscones a sueldo- como Ramones y demás personajes de la farándula, es por falta de información y de saber organizarse para exigir y hacer valer de una vez por todasnuestro derecho a la libre información y formación de criterios. ¡Faltaba más!
Para quien todavía no ha visto el mentado show aquí lo tienen. Noten la manera en que el "conductor" intenta, sin conseguirlo -acostumbrado a un público acrítico y entrenado para el aplauso- que los manifestantes se callen o dejen el estudio.
Aquí otro intento de Televisa por desprestigiar a los manifestantes. Los "conductores" del programa de marras usan tan pocas veces su materia gris, que cuando lo intentan -como en este caso-, no consiguen su propósito y si en cambio quedan exhibidos.
Será que no somos tan pocos, ni que tampoco se desinfló el movimiento de resistencia civil como lo pensaban y que al contrario sigue con el objetivo inmediato de la Convención Nacional Democrática, que será la encargada de señalar los causes por los cuales se refundarán las instituciones.
Las pruebas de lo que escribo están a la vista, el comentado episodio en el programa de Otro Rollo no deja lugar a dudas. Adal Ramones se encargó hace seis años de entrevistar al traidor de Fox, quesque por la apertura y pluralidad y que los "chavos" querían saber sus propuestas. Esa misma fórmula la utilizó con el chapelén. El fue quien convirtió su programa en un foro para comentar cosas políticas y ahora se queja de que ahí se discutan. Durante el disque "monólogo" dice: hay un personaje que se le conoce como el cuestionador, en ese momento empiezan los gritos de sufragio efectivo no imposición. Su intolerancia es tan grande que pretende apagar las voces discordantes subiendo el volumen de la música, y ante su fallido intento regaña a los manifestantes, les pide respeto -cuando el no lo tiene por los casi 15 millones de votos a favor de Andrés Manuel López Obrador- y al final les dice que, ni modo, no hay libertad de expresión, que para afuera. Si esto se hizo en un espacio en "vivo", nos podremos imaginar lo que ocurre con los programas grabados.
Sólo recordemos que las televisoras nada más son concesionarias de la señal que emiten, no son dueñas, los dueños somos todos los mexicanos. Dentro de sus obligaciones los concesionarios está el deber de informar con veracidad y objetividad, algo de lo que carecen y cuando ocurren protestas los quieren descalificar con el "argumento" de que eran personas organizadas. Pues de qué cren que se trata la resistencia civil, de eso mismo de organización. O pretenden que nos quedemos frente a la "caja idiota" sin reflexionar. Si han podido manjonear este país, con testaferros -léase lambiscones a sueldo- como Ramones y demás personajes de la farándula, es por falta de información y de saber organizarse para exigir y hacer valer de una vez por todasnuestro derecho a la libre información y formación de criterios. ¡Faltaba más!
Para quien todavía no ha visto el mentado show aquí lo tienen. Noten la manera en que el "conductor" intenta, sin conseguirlo -acostumbrado a un público acrítico y entrenado para el aplauso- que los manifestantes se callen o dejen el estudio.
Aquí otro intento de Televisa por desprestigiar a los manifestantes. Los "conductores" del programa de marras usan tan pocas veces su materia gris, que cuando lo intentan -como en este caso-, no consiguen su propósito y si en cambio quedan exhibidos.
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