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martes, septiembre 19, 2006

Es tiempo para las definiciones


En política no hay casualidades. Y no la es la entrevista que concedió Cuauhtémoc Cárdenas al periódico español La Vanguardia, donde el llamado “líder moral” del PRD hace declaraciones que solamente pueden estar dirigidas a un opositor, a un contrario, alguien ajeno al PRD.

Señalar que la actuación de López Obrador golpea y daña a toda la izquierda de México, o calificar que el desconocer a las instituciones y al espurio de Felipe Calderón es un “grave error”, tiene un objetivo, que no es la crítica al interior del partido, más bien es el preámbulo del rompimiento con la izquierda que lo cobijó en 1988 y posibilitó la candidatura a un priísta recién salido del partido en el poder.

La trayectoria de Cárdenas en el PRI fue de legislador a gobernador de Michoacán y a candidato –ya fuera del PRI- a la presidencia de la República en tres ocasiones y jefe de Gobierno de la Ciudad de México por breve periodo, que dejó a su aliada política Rosario Robles –la que puso al PRD en manos de Ahumada- y después líder moral y dirigente de su fundación por la democracia.

En la carta que Cárdenas publicó para responder a Elena Potiatowska sobre su postura de no apoyar a Andrés Manuel López Obrador, critica que el tabasqueño no se haya pronunciado sobre diversos temas –lo que es cierto- y que colaboradores cercanos a hayan sido candidatos a cargos populares sin deslindarse de su pasado priísta poco claro –lo que también es cierto-.

Sin embargo, para tratar de ser objetivos, tendríamos que preguntar porque él no se deslindó de su pupila Rosario Robles y del embrollo y endeudamiento a que sometió al PRD, de sus nexos con el corrupto de Carlos Ahumada.

Porque no dijo una sola palabra de condena a la campaña mediática e ilegal para desaforar a López Obrador y contra la guerra sucia que se implementó desde el más alto nivel en el gobierno del traidor de Fox. Porqué aceptó un cargo transexenal de organizador de fiestas. ¿Es acaso esa su preocupación mayor? O las expuestas en la carta a Poniatowska.

El ingeniero pide claridad y congruencia pero no es capaz de darla, se peleó por la rebanada de pastel cuando aún no había tal y después aceptó un premio de consolación que le garantiza seguir percibiendo de nuestros impuestos un nada despreciable sueldo, por al menos cuatro años.

Si lo que cuestiona son los liderazgos mesiánicos, cómo le llama al periodo ejercido por él desde 1988 hasta que entró a escena López Obrador, quien en abono suyo cuenta con un respaldo popular amplio, que podría menguar, si ahora que finalizó la etapa de los campamentos, no deja que la dirigencia siga siendo horizontal.

Una cosa debe quedar clara, si lo que busca Cárdenas es una salida del PRD, no hay que dar tanto brinco estando el suelo tan parejo.

En cuanto a López Obrador hasta el momento ha dado pruebas de honestidad y apego a las causas ciudadanas –con sus bemoles-, pero tampoco tiene carta blanca. Mientras, el movimiento continuará; y de todas maneras continuará porque es ciudadano. Al tiempo...

A continuación una nota tomada de Proceso

http://www.proceso.com.mx

Desprecio a las instituciones
Álvaro delgado

México, D.F., 18 de septiembre (apro).- La noche del 15 de septiembre, en el Zócalo capitalino, se registró un hecho insólito ignorado por todos los medios de comunicación: justo cuando miles de ciudadanos interpretaban el Himno Nacional, un grupo huyó, con prisa, del Palacio del Ayuntamiento. No era un pelotón irrelevante: al frente iba ni más ni menos que el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, y sus acompañantes, una nube de guaruras.

Para cualquier militar, oficial o de tropa --y en general para los ciudadanos--, es inadmisible una falta a los símbolos patrios, entre ellos el himno que da identidad a los mexicanos, pero es más grave aún si el desafío proviene de un civil que tiene como responsabilidad evitar ultraje a los mismos, que es el secretario de Gobernación.

Pero tal estampa ocurrió la noche del Grito de Independencia, poco después que Alejandro Encinas, jefe de gobierno capitalino, arengó frente a la Plaza de la Constitución, con Abascal a su derecha y su antítesis, Rosario Ibarra de Piedra, a la izquierda: el representante del gobierno de Vicente Fox huyó, literalmente, cuando era entonado con solemnidad el Himno Nacional.

De ese tamaño es el respeto que Abascal tiene por los símbolos patrios.

De ese tamaño, también, es el respeto que este gobierno y sus secuaces dicen tener por las instituciones de la República, envilecidas por ellos mismos mediante su uso faccioso.

No es un dato menor la conducta de Abascal --quien esa noche padeció la repulsa de los ciudadanos congregados en la Plaza de la Constitución, que observaron un pleno respeto al himno--, porque hasta para eso existe la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales.

En el capítulo quinto de la ley, “de la ejecución y difusión del Himno Nacional”, se establece en el artículo 38: “El canto, ejecución, reproducción y circulación del Himno Nacional, se apegarán a la letra y música de la versión establecida en la presente ley. La interpretación del himno se hará siempre de manera respetuosa y en un ámbito que permita observar la debida solemnidad.”

Abascal no interpretó el Himno Nacional “de manera respetuosa”, porque ni siquiera lo hizo, urgido de huir del Zócalo que, para entonces, sólo concentraba a ciudadanos que querían disfrutar de un acto tradicional, confundido por el vocero presidencial, Rubén Aguilar, en una asonada contra su patrón.

Más grave es, todavía, el comportamiento de Abascal si, conforme el artículo 55 de esa misma ley, le confiere al secretario de Gobernación la responsabilidad “de vigilar el cumplimiento de esta ley” que, obviamente, él no observó.

Esta misma ley es la que prohíbe la alteración del escudo nacional que, en el artículo 5, dispone que deberá corresponder fielmente al modelo descrito en el artículo 2:

“El Escudo Nacional está constituido por un águila mexicana, con el perfil izquierdo expuesto, la parte superior de las alas en un nivel más alto que el penacho y ligeramente desplegadas en actitud de combate, con el plumaje de sustentación hacia abajo tocando la cola y las plumas de ésta en abanico natural. Posada su garra izquierda, sobre un nopal florecido que nace en una peña que emerge de un lago. Sujeta con la derecha y con el pico, en actitud de devorar, a una serpiente curvada, de modo que armonice con el conjunto. Varias pencas del nopal se ramifican a los lados. Dos ramas, una de encino al frente del águila y otra de laurel al lado opuesto, forman entre ambas un semicírculo inferior y se unen por medio de un listón dividido en tres franjas que, cuando se representa el Escudo Nacional en colores naturales, corresponden a los de la Bandera Nacional.”

El foxismo hizo del escudo nacional una caricatura y con ello inauguró, como con la toma de protesta de Fox ante el Congreso, una conducta de sistemática violación a la Constitución y a las leyes durante todo el sexenio, incluido el desprecio a los principios democráticos en el proceso electoral del 2006. La institución presidencial fue mancillada por su propio titular, que la hizo dual y por ello condenado al desprecio.

En este tenaz comportamiento no han estado exentos los otros poderes del Estado, que constitucionalmente Fox encabeza: el más reciente episodio --para no hablar más sobre la coyuntura electoral-- es la decisión de la Suprema corte de Justicia de la Nación (SJCN) sobre un caso que exhibe el envilecimiento de las instituciones: el de Lydia Cacho.

Suprimidas como prueba para acreditar la conducta criminal de Mario Marín, gobernador de Puebla, y su cómplice Kamel Nacif, Cacho deberá seguir padeciendo un proceso por ejercer con responsabilidad su trabajo sobre otro asunto vergonzoso: el abuso de niñas por estos dos personajes y una red de connivencia, al más alto nivel, que quedará impune.

Resulta que para un conjunto de ministros de la SCJN --ciertamente no todos--, Cacho no padeció violaciones graves a sus garantías individuales, no solamente porque las grabaciones que acreditan la complicidad de Marín, Nacif, Emilio Gamboa, Miguel Ángel Yunes --y otros políticos y empresarios de altos vuelos-- no son legales, sino porque la investigación que realizaron los magistrados Emma Meza y Oscar Vázquez no arrojó tal conclusión.

Queda pendiente todavía que, ¡por mayoría!, los ministros decidan efectuar una nueva investigación, pero la garantía constitucional de justicia imparcial, pronta y expedita ya quedó hecha añicos, mientras quienes actúan de manera criminal se ufanan de su poder.

Nada raro: quizá ha sido olvidado por el tiempo, salvo por los afectados, pero la SCJN cometió una injusticia que no debe quedar impune al menos en la memoria: en octubre de 1998 legalizó el anatocismo, el cobro de intereses sobre intereses, que llevó a la ruina a miles, quizá millones, de mexicanos.

¿Estas son las instituciones sólidas de las que se ufana esa coalición de intereses que ahora ha impuesto a un nuevo gerente?

Una vez más: el problema es muy grave y la República no se sustenta ya en instituciones tan podridas como sus titulares.

Apuntes

Mal hacen quienes forman de esta coalición de intereses, y sus jilgueros, montar en cólera por la designación de Andrés Manuel López Obrador como “presidente legítimo”. La asunción de tal cargo, que de no hacerlo era un reconocimiento tácito a la victoria de Felipe Calderón, no es tan relevante como la constitución del Frente Amplio Progresista (FAP), con sustento legal, y su agenda: ya no fue posible desarticular, con chambas, a la coalición electoral, y eso implica que Calderón habrá de seguirse refugiando sólo en el priismo, los verdes, Elba Esther Gordillo y si acaso Alternativa, así como sus patrocinadores económicos de dentro y fuera del país. Pero, también, está condenado a no cumplirle justamente a sus patrocinadores, sobre todo en materia energética y laboral, y a seguir enjaulado ante un acoso sistemático. Y si le echa una mirada a las cifras del proyecto de presupuesto para el próximo año, preparado por Francisco Gil Díaz, ¿cómo rebasará “por la izquierda” a quienes lo desprecian por ser un usurpador y un pelele? Quizá Cuauhtémoc Cárdenas le ayude…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx

2 Comments:

  • En cierta ocasión tuve la oportunidad de conocer a un paisano que, entre plática y plática me comentó que tiempo atrás, antes de dedicarse al negocio de la soldadura —ahora carena barcos en los diques de la región—, había sido zardo en su juventud.

    Me dijo que por cosas del destino y siendo su padre amigo personal de un prominente político, éste lo sacó de repente de la milicia para insertarlo —así sin más— en el grupo que servía entonces como guardia presidencial en los tiempos de la transición del poder entre De la Madrid y Carlos Salinas.

    Por supuesto que no me sorprendió en absoluto cuando le escuché decir que ahora, el tan sólo pronunciar el nombre de Salinas le producía —así sin más— un cierto escozor en el pescuezo, pero reconoció que en su tiempo, “el chaparrito mondo” tuvo un poder super encabronado en nuestro país. Y he aquí que de repente, entre parrafada y cháchara, se le salió decirme algo que en verdad me cimbró.

    Me dijo en voz baja —así sin más—, que en determinada fecha del año 1988, justo en los aciagos tiempos electorales y en cierto lugar (no mencionó el sitio naturalmente) de la ciudad de México, él fue testigo de un encuentro discretísimo entre las íntimas huestes de Cuauhtémoc Cárdenas y las de Carlos Salinas. Ellos, como cohorte personal de un Salinas ya “electo”, recibieron ordenes de acordonar la cuadra donde éstos dos individuos se entrevistaron, y desde luego, nada pudieron saber de lo que acordaron en secreto. Pero lo que sí pudo mirar —así sin más—, fue cuando Cárdenas salió del edificio cargado con maletas de dinero —él dixit—, las que metió rápidamente a uno de los vehículos para perderse después entre el tráfico.

    Esto que digo no tendría nada que ver con inocencia o sospecha, con candor o suspicacia, con ingenuidad o recelo a no ser por la noticia que se publicó apenas ayer en “todos los periódicos México” sobre la personal postura de Cárdenas respecto de los sucesos políticos que están ocurriendo en el país. Sabido es que Cuauhtémoc, “el águila que cae”, por años ha tenido un cierto prestigio político —a últimas fechas ya algo desgastado— que, bien manejado por los cabecillas de la imposición puede surtir algún efecto en las ¿cándidas? mentes del defraudado elector.

    Por ello cuando leí la nota recordé —así sin más—, la confidencia que me hiciera aquel paisano, el que fuera militar en su juventud y a la postre guardia presidencial, pero que hoy prefiere ser carenador de barcos en los diques de la región. Este humilde paisano, dolido por lo que vió, renunció poco después al cargo y prefirió salirse del estiércol que siempre ha sido la política mexicana.

    Francamente y por más que uno le busque, no se puede entender la postura de Cuauhtémoc cuando todos sabemos que es el partido que él mismo fundó el que está luchando por un cambio de cosas en el México del siglo veintiuno. ¿De qué se trata, Cuauhtémoc? Como están las cosas casi todos sabemos —y una gran mayoría, cándidamente, lo sospecha— que en 1988 hubo fraude electoral. ¿Y qué hizo el buen Cuauhtémoc? ¿Volar como el águila aunque le quemasen los pies o entrevistarse a ultranza con Salinas para pactar la elección, para recibir esas maletas que mi paisano dice que miró? Y aquí la pregunta es: ¿se vendió Cuauhtémoc en el 88? No lo sabemos.

    Pero si él en su momento no actuó con patriotismo, no fue capaz de defender un triunfo que a todas luces le favoreció, ¿por qué se opone ahora a que López Obrador defienda su causa envuelto en la bandera de su propio partido?

    ¿Daño irreversible a la izquierda o defensa de intereses particulares? ¿De qué se trata?

    Ahora mismo he comenzado a sentir —así sin más—, al igual que mi paisano, el viejo zardo retirado sintió, un cierto escozor en el pescuezo.

    Y puedo ver pájaros negros que sobrevuelan Palacio, penachos de plumas que se derriten en el fuego, extranjeros que nos queman los pies para encontrar el tesoro… y también —así sin más, como entre brumas—, a un águila que cae.

    Por OswaldoLilly

    By Blogger San Judas Cuauhtemoc Cardenas, at 3:41 p.m.  

  • PUES SI ESE DIPUTADO PERTENECIO AL PAN, EL MUY HIJO DE SU PUTA MADRE IGUAL QUE LOS HOMOSEXUALES DE LOS CARDENAS, QUE YA VAN A CUMPLIR 100 AÑOS ROBANDO AL PUEBLO CON LA BANDERA DE DEFENDER A LOS POBRES PERO QUE BIEN COBRAN CON LA DERECHA, ES MAS QUE CHINGUEN A SU REPUTA Y BOMBA Y GUANGA MADRE TODOS LOS CARDENAS Y QUE LES CAIGA LA MALDICION JAROCHA HASTA LA TREINTAVA GENERACION

    By Blogger San Judas Cuauhtemoc Cardenas, at 9:37 a.m.  

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