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jueves, agosto 21, 2008

Bribones pedirán castigo para bribones hoy en Palacio Nacional







Tomados de La Jornada, El Fisgón, Helguera, Hernández y Rocha y El Universal, Helioflores y Naranjo.

Con el pretexto de la “seguridad” el pelele Felipe Calderón Hinojosa dará un espectáculo en vivo y directo por medio de la radio y televisión la tarde de este jueves en Palacio Nacional. La tan esperada foto con el perredista Marcelo Ebrard y los gobernadores de las 31 entidades del país está rodeada de la prepotencia de quien se robó la presidencia en 2006.

Desde temprana hora el centro histórico de la Ciudad de México fue tomado por el Estado Mayor presidencial que colocó vallas de 2 metros de altura para “frenar” a la delincuencia. La de por si caótica circulación vehicular fue colapsada sin que los merolicos de los medios electrónicos pusieran el grito en el cielo como es su costumbre, cuando ciudadanos de a pie realizan manifestaciones en contra del usurpador Calderón Hinojosa. Todo sea por la ansiada foto que “legitimara” –al menos para los medios golpistas- al espurio Calderón Hinojosa.

Nada augura que en la mentada reunión se lleguen a soluciones que resuelvan o al menos mitiguen el grave problema de inseguridad del país. Como telón de fondo del convite en Palacio Nacional están la muerte de siete policías la víspera en entidades federativas como Estado de México, Jalisco y Aguascalientes, mal gobernadas por el PRI y el PAN respectivamente.

Tan descompuesto está el ambiente que hasta el fiel aliado del PAN, el PRI, exigió al pelele Calderón Hinojosa que reconozca que su “guerra” contra el crimen organizado y narcotráfico “fracasó” totalmente. En días pasados otras “honorables” y destacadas figuras del priísmo han señalado lo mismo. Esa misma conclusión no se ha escuchado por parte del PRD y su sustituto líder –quien pretende quedarse, sin la voluntad electoral, hasta el 2010- Guadalupe Acosta Naranjo. El mentado líder no se cansa de repetir que el PRD irá sin colores a colaborar en la “seguridad”. Se sabe que ha sostenido reuniones con el otro famosísimo líder del PAN Germán (Mentiras) Martínez para acordar los términos del albazo legislativo que concretará el atraco a la nación llamado privatización de Pemex.

Sobre ese tema el pelele Calderón Hinojosa otorgó al desgobierno ultradederchista y corrupto de Guanajuato subsidio en combustibles al llenarle el tanque cada semana a 52 automóviles durante los dos últimos años. Mientras, el ciudadano de a pie tiene que seguir pagando altos precios por el energético aún cuando en Venezuela el precio de la gasolina es de un peso el litro. Ese apoyo sí que se ve.

Y que decir del desmentido al saltimbanqui Javier Lozano, quien aseguró que el empleo aumentó más de 2 por ciento en los primeros 6 meses del año. Sin embargo, el INEGI que todavía no destroza Eduardo Sojo, informó ayer todo lo contrario, Es más la tasa de desempleo se incrementó en 18 por ciento en ese mismo lapso al ubicarse en 4.15, todo un “éxito” para fracasar.

El desempleo es una consecuencia clara de la desaceleración económica tantas veces negada y de la crisis económica que día a día se torna más difícil, contra todo pronóstico de los agoreros de Fecalandia y su “México triunfador”. Los sectores de entretenimiento y construcción se mantienen a la baja por la falta de liquidez de los consumidores a la par que se incrementan las deudas por tarjetas de crédito y el no pago de hipotecas.

A este difícil panorama hay que sumarle el aumento –que amenazan continuará, hasta quien sabe cuando- de los combustibles de hasta cuatro veces al mes. Nueva fórmula del gobierno pirata en un intento de retrasar el estallido social y descontento popular por tamaños ladrones que mantienen secuestrado al país. Por eso no es fortuito que los convocantes a la marcha contra la inseguridad –organizada en el Club de Industriales, es decir donde se reúnen los hombres más ricos del país- pregonen como un logro que no se lea ninguna postura política en el zócalo de la capital del país, nada más se entonará el himno nacional y cada quien para su casa. No sea que algunos saquen pancartas que “empañen” las imágenes para la televisión o que se escuchen los gritos en contra del usurpador, de los empresarios, de los políticos, de las policías, de los jueces y por supuesto de la televisión y la radio. Es mejor todo asceptico. Una marcha contra la inseguridad, pero sin reclamos a nadie. Valiente marcha.



La siguiente colaboración fue tomada del periódico La Jornada.




http://www.jornada.unam.mx/







Una pequeña propuesta


Octavio Rodríguez Araujo

El 7 de agosto fue asesinado el empresario Marco Iván del Rincón Jarero, hijo de un ex dirigente del Partido Acción Nacional en Sinaloa. En una semana fueron detenidos la viuda del empresario y su amante, por su presunta participación y autoría intelectual en ese crimen.

El asesinato se quiso presentar como un crimen más del narcotráfico, abundante éste en esa entidad de la Federación: Rincón Jarero fue encontrado, en su camioneta abandonada, atado de manos y pies y con una bolsa de plástico en la cabeza. Había un letrero cuyo texto ignoro, pero que probablemente diría algo así como “el que la hace la paga” o cosa semejante.

Lo interesante del caso es la declaración del gobernador de Sinaloa, una auténtica joya que revela lo que en realidad está ocurriendo en el país en relación con las policías. El gobernador, Jesús Alberto Aguilar Padilla dijo que cuando la delincuencia organizada no está involucrada en los homicidios las pesquisas avanzan con mayor rapidez (El Universal, Internet, 15/08/08).

Confesión de parte, sin ninguna duda. Si el crimen organizado no está involucrado entonces las investigaciones se llevan a cabo con rapidez y eficiencia (una semana para resolver el misterio y detener a los principales sospechosos), de donde se desprende que si el crimen organizado participa no hay tal diligencia. ¿Por qué? ¿Porque nadie sabe dónde están los narcotraficantes y sus sicarios o porque en estos casos la policía está involucrada y, por lo mismo, entorpece las pesquisas?

Me temo que la respuesta positiva es por lo segundo, pues cuesta trabajo imaginar que la policía no sepa dónde encontrar a los maleantes organizados, especialmente en Sinaloa. ¿Lo dicho por el gobernador fue una queja o un reconocimiento de que sus policías están involucrados con el crimen organizado? No lo sé, pero es una pista a seguir.

Hace muchos años llegó a la Procuraduría General de la República un hombre honrado que quiso sanear el ambiente de la dependencia. Me contaron que lo primero que hizo fue relevar de sus cargos a los policías judiciales sospechosos de tener nexos con el crimen organizado. Pero surgió un problema: los nuevos policías o sus jefes llegaron a sus oficinas sin ninguna información sobre los criminales no eventuales ni improvisados. La moraleja fue –me dijeron– que el nuevo procurador tuvo que recontratar a los que sí sabían, aunque presumiblemente estuvieran involucrados con los narcotraficantes, secuestradores, ladrones de coches, etcétera. La estrategia de la Procuraduría sería, como ha sido siempre: se persigue a una banda de delincuentes, pero no a todas y, según se sospecha, no ha faltado “la aceitadita” de dinero de una de las bandas para que se persiga a las rivales, pues el crimen, como todo negocio, también tiene competencia; y acabar con ésta o ganarle el mercado es una de las aspiraciones de cualquier empresario, sea legal o no.

La cuña, para que apriete, debe ser del mismo palo, reza un dicho popular. Antonio García de León en su libro Resistencia y utopía narra que los finqueros de Chiapas solían poner como capataces a indios, no a mestizos, ya que los primeros no sólo conocían mejor a sus semejantes trabajando como peones, sino que eran más crueles con ellos en los castigos. No pocos presidentes municipales de pueblos alejados de los centros urbanos, como supe alguna vez, contrataban como jefes de su policía a peligrosos delincuentes buscados en otros estados. La razón era la misma: conocían mejor que los policías improvisados el medio criminal y su modus operandi.

De lo anterior no debe interpretarse que estoy sugiriendo que se ponga a criminales al frente de las corporaciones policiacas, sino a gente que sí sepa: criminalistas experimentados y de comprobada honestidad, que en lugar de expulsar de sus dependencias a los policías sospechosos de complicidad y corrupción los coopten para que sean eficientes en su trabajo institucional y no sólo cuando se trata de ilícitos que no tienen que ver con el crimen organizado. ¿Cómo cooptar institucionalmente a policías sospechosos de nexos con el crimen organizado? Con dinero, que es el mismo mecanismo que usan los narcotraficantes para hacerlos sus cómplices. Pagarles bien, dignificar su trabajo, protegerlos de posibles venganzas contra ellos y sus familias, profesionalizarlos, competir, en una palabra, con el poder económico de quienes los compran para delinquir o para protegerlos de la justicia.

Si es cierto y veraz lo dicho por el gobernador de Sinaloa, los policías pueden ser eficientes siempre y cuando no se trate de combatir al crimen organizado. Para que en esta lucha también sean eficientes deberán contrarrestarse los posibles motivos (dinero) que los hacen ser capaces en unos casos y no en otros. Expulsarlos de las instituciones, en cambio, será un peligro peor, equivalente a lanzarlos, con su experiencia y entrenamiento, a la calle. Sabido es, porque ha sido denunciado varias veces, que muchos de los delincuentes, por ejemplo relacionados con secuestros, son ex policías. No parece buena idea crear más maleantes de los que ya hay y menos dejarlos sueltos.