Mundo al revés
Tomados de La Jornada, Hernández, El Fisgón y Rocha y El Universal, Naranjo.
Durante el sexenio del ladrón y traidor Vicente Fox Quesada la ciudadanía comenzó a presionar a quienes detentan el poder para que se crearan las condiciones de un país equitativo, donde la distribución de la riqueza generara el crecimiento y la consolidación de una democracia, que se creía incipiente.
Poco tiempo duraría la ilusión, en los próximos meses al triunfo del “salvaje de Guanajuato”, quedaría claro que había llegado a Los pinos para hincharse de dinero junto con su parentela y que había hecho un trato mafioso, con los poderes fácticos con la finalidad de que respaldaran el saqueo nacional a cambio de una tajada de ese gran pastel.
A partir de ahí la lucha de la ciudadanía se ha incrementado y diversificado. Los poderes fácticos y el gobierno usurpador del pelele Felipe Calderón Hinojosa utilizan el dinero nuestro para combatir el descontento social, que este fin de año como ningún otro se hace evidente. Los medios de comunicación defendiendo sus intereses –corrompidos por las componendas que han tenido a lo largo de décadas- arremeten contra todo lo que huela a organización, ya sea vecinal, laboral o ciudadana.
Una lucha desigual que matizan con la “defensa de la libertad” o la “defensa de los intereses de la nación” o asustan con la violencia generalizada y avalan la militarización del país, que evitaría –piensan- un levantamiento social contra la terrible desigualdad y miseria en que está sumido México.
Sin el menor rubor siguen repitiendo como pericos que el neoliberalismo es la salvación del mundo, y hasta los “defensores de la fe, las buenas conciencias y costumbres”, usan los medios para denostar, intimidar e injuriar a quienes se atreven a denunciar sus actos criminales.
Se trata de un mundo vuelto al revés. Los corruptos gritan a otros corruptos y dicen que ellos no los son. Los calumniadores y mentirosos, señalan a otros como tales y dicen que ellos no son. Y los empresarios –esos que defienden el libre mercado y las “bondades” del neoliberalismo- se niegan a acatar las leyes y utilizan todas las herramientas a su alcance para torcer la ley y no pagar a lo que se comprometieron.
En medio quedamos los millones de ciudadanos a quienes esquilman los dueños del poder. Unos cobrando más impuestos por cada cosa que se les ocurra –placas, licencias, gasolina, gas, etc-, otros no pagando los seguros –médicos, automovilísticos, etc.- contratados, con el beneplácito de la “autoridad”. Otros más incrementando sus inmensas fortunas a costa de la pésima educación de los niños y jóvenes mexicanos. Y la alta jerarquía católica entablando juicios en contra de quienes los acusan de proteger a pederastas. En lugar de combatir el mal dentro de la iglesia, lo cobijan y solapan. Claro no todos los sacerdotes pueden hacerlo, principalmente incurren en este delito, los altos jerarcas de la iglesia católica mexicana. También castigan a quienes dentro de la propia institución se pronuncian por “ventilar” públicamente este tipo de fechorías.
Poco tiempo duraría la ilusión, en los próximos meses al triunfo del “salvaje de Guanajuato”, quedaría claro que había llegado a Los pinos para hincharse de dinero junto con su parentela y que había hecho un trato mafioso, con los poderes fácticos con la finalidad de que respaldaran el saqueo nacional a cambio de una tajada de ese gran pastel.
A partir de ahí la lucha de la ciudadanía se ha incrementado y diversificado. Los poderes fácticos y el gobierno usurpador del pelele Felipe Calderón Hinojosa utilizan el dinero nuestro para combatir el descontento social, que este fin de año como ningún otro se hace evidente. Los medios de comunicación defendiendo sus intereses –corrompidos por las componendas que han tenido a lo largo de décadas- arremeten contra todo lo que huela a organización, ya sea vecinal, laboral o ciudadana.
Una lucha desigual que matizan con la “defensa de la libertad” o la “defensa de los intereses de la nación” o asustan con la violencia generalizada y avalan la militarización del país, que evitaría –piensan- un levantamiento social contra la terrible desigualdad y miseria en que está sumido México.
Sin el menor rubor siguen repitiendo como pericos que el neoliberalismo es la salvación del mundo, y hasta los “defensores de la fe, las buenas conciencias y costumbres”, usan los medios para denostar, intimidar e injuriar a quienes se atreven a denunciar sus actos criminales.
Se trata de un mundo vuelto al revés. Los corruptos gritan a otros corruptos y dicen que ellos no los son. Los calumniadores y mentirosos, señalan a otros como tales y dicen que ellos no son. Y los empresarios –esos que defienden el libre mercado y las “bondades” del neoliberalismo- se niegan a acatar las leyes y utilizan todas las herramientas a su alcance para torcer la ley y no pagar a lo que se comprometieron.
En medio quedamos los millones de ciudadanos a quienes esquilman los dueños del poder. Unos cobrando más impuestos por cada cosa que se les ocurra –placas, licencias, gasolina, gas, etc-, otros no pagando los seguros –médicos, automovilísticos, etc.- contratados, con el beneplácito de la “autoridad”. Otros más incrementando sus inmensas fortunas a costa de la pésima educación de los niños y jóvenes mexicanos. Y la alta jerarquía católica entablando juicios en contra de quienes los acusan de proteger a pederastas. En lugar de combatir el mal dentro de la iglesia, lo cobijan y solapan. Claro no todos los sacerdotes pueden hacerlo, principalmente incurren en este delito, los altos jerarcas de la iglesia católica mexicana. También castigan a quienes dentro de la propia institución se pronuncian por “ventilar” públicamente este tipo de fechorías.
A manera de ejemplo están algunos párrafos de tres noticias publicadas hoy en dos diarios de circulación nacional. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
El cardenal Norberto Rivera Carrera aprovechó la misa que ofreció anoche con motivo de la Navidad y el año nuevo en el penal femenil de Santa Martha para lanzarse en contra de los medios de comunicación, que, según afirmó, destruyen la fama de las personas y de los sacerdotes.
Durante su homilía, dijo a las internas en ese reclusorio que aunque han sido señaladas y condenadas por la sociedad, fuera de este lugar hay gente peor que destroza la dignidad de las personas, “verdaderas prostitutas, verdaderos prostitutos de la comunicación que deshacen la fama de los demás, no mata el cuerpo del otro, pero es una víbora que mata la fama de los demás”, expresó.
No les importa si son inocentes, “con su sentencia ellos juzgan, ellos sentencian, ellos condenan y para ellos no hay justicia que la que ellos dictan”, dijo el purpurado.
La Jornada, 18 de diciembre de 2007.
El seguro de gastos médicos mayores resulta muy caro para los ingresos de la mayoría de la población, además de que el costo se va elevando significativamente con la edad del usuario; las principales problemáticas que plantean los clientes de las compañías aseguradoras tienen que ver con rechazo por siniestro no cubierto o excluido, negativa de pago por enfermedad prexistente y el no respeto de antigüedad adquirida, informó la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Al presentar los resultados de la primera Encuesta nacional sobre la calidad en el servicio a clientes de las instituciones de seguros en el rubro de gastos médicos mayores, póliza individual, el funcionario recomendó erradicar prácticas en las que se niega renovar la póliza a clientes con buen historial de pago, con fidelidad a la aseguradora y con poca siniestralidad, cuando dicho usuario alcanza la tercera edad y, lógicamente, eleva su tasa de siniestros.
Fabre Pruneda precisó que menos de uno por ciento de la población tiene acceso a contratar un seguro de gastos médicos mayores, ya que su costo oscila entre 25 mil y 30 mil pesos anuales, y para personas de más de 70 años se eleva a casi 50 mil pesos.
La Jornada, 18 de diciembre de 2007.
La dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación Elba Esther Gordillo Morales, denunció que la Secretaría de Educación Pública ha pervertido la carrera magisterial, pese a que este es el principal recurso que tienen los maestros para fortalecer la educación.
Gordillo Morales calificó que ahora la carrera magisterial se ha convertido sólo en simples cursillos por descuido de la SEP. “Afirmo que la Secretaría de Educación eludió durante mucho tiempo un sistema de evaluación que permitiera que carrera magisterial siguiera funcionando adecuadamente como la habíamos dejado pero se pervirtió”, sentencio la líder sindical.
“Quien quiera ser maestro que sea maestro y quien quiera estar en el sindicato que se meta a la vida sindical”, externo; esto en referencia a que dijo que en varios estados del país existen lideres sindicales que están en carrera magisterial lo cual se contrapone al desarrollo que se busca en la vida educativa.
El Universal, 18 de diciembre de 2007.
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