progressif

lunes, agosto 13, 2007

Encuestas patito vs realidad apabullante







Tomados de El Universal, Naranjo y Helioflores y La Jornada, Hernández, Helgueray Rocha.



A pocos días de que el usurpador Felipe Calderón Hinojosa pretenda hacer uso de la tribuna de San Lázaro, las encuestas oficiales y oficiosas vuelven a mentir. El periódico El Universal afirma que según una encuesta de Ipsos-Bimsa, contratada por ellos, el 55 por ciento de los ciudadanos está satisfecho con su desempeño en el área de derechos humanos.

Cuando estamos en vísperas de que se dictamine la culpabilidad o no del ejército en la violación tumulturaria de 13 sexoservidoras en Castaños , Coahuila y cuando las denuncias de violaciones graves a los derechos humanos, tortura, violaciones sexuales, etc., son levantadas cotidianamente en Oaxaca y cuando hace unos días cuatro reporteros fueron detenidos y torturados en Moncloa , Coahuila por el ejército.

“Oportunamente” la “encuesta”, señala todo lo contrario. El mentado sondeo –a modo- asegura también que el 64 por ciento de los encuestados apoya la “gestión” del pelele Calderón Hinojosa y que 57 por ciento considera que ha hecho lo que se esperaba de él. Sin embargo, los hechos desmienten las impolutas encuestas.

El espurio Calderón Hinojosa no puede visitar ninguna plaza pública, ni encuentro con la sociedad sin ser repudiado, recibir silbidos y abucheos. Siempre el despliegue militar –PFP, ejército y marina- los precede. Para un acto de minutos, por días son cercados los lugares aledaños y prescritas garantías constitucionales. No es bien recibido, ni es los estados gobernados por el PAN. ¿Entonces cual aceptación popular? Puros cuentos chinos.

Sobre el respeto a los derechos humanos la visita de Amnistía Internacional a México es más que elocuente. El organismo premiado con el Nobel de la Paz y con reconocimiento mundial se mostró preocupado por el desempeño del pelele Calderón Hinojosa en la materia. Durante la 28 Reunión del Consejo Internacional de organismo, efectuada ayer domingo en Yautepec, Morelos, hizo un llamado a sus delegados en todo el mundo para que exijan a las autoridades mexicanas “investigaciones imparciales, exhaustivas y sin demora" sobre las “detenciones arbitrarias” y las violaciones a los derechos humanos en Oaxaca, y San Salvador Atenco.

En su comunicado Amnistía Internacional afirmó categórica:

"...en el sistema mexicano de justicia penal y de seguridad pública es común el uso de la tortura y los malos tratos durante la detención y para extraer una 'confesión'. A la mayoría de los presuntos delincuentes se les niega el acceso a la asistencia y representación letrada adecuada en el momento de la detención, cuando más peligro corren de sufrir tortura e intimidación.

"Las autoridades -continúa el informe- desestiman o ignoran de forma sistemática las denuncias de malos tratos bajo custodia y, cuando hay denuncias de tortura o malos tratos, la carga de la prueba recae sobre la víctima (...). Las personas sospechosas de haber cometido un delito a menudo son consideradas culpables hasta que se demuestra su inocencia".

Esa es la realidad, como dijimos anteriormente ya con el traidor y ladrón de Vicente Fox Quesada habíamos visto la misma película. Ahora sabemos que pagó de nuestros impuestos una encuesta cada tercer día, además de las que daba a conocer “oficialmente” para que los medios de comunicación paleros hicieran su parte del pacto acordado: mentir.


La siguiente colaboración fue tomada del diario La Jornada.











La Bastilla de las palabras


Hermann Bellinghausen


Mientras los políticos, los intelectuales y los columnistas de prensa y televisión se llenan la boca con la palabra “democracia”, ésta es cada vez más pobre, descompuesta, mercantilizada y canalla. En todo caso la “democracia” como la entienden ellos. Ya para qué abundar en el circo y fraude de 2006. En la represión brutal, ilegal e impune de un año para acá. En los partidos camaleones que entre más avanza su “democracia” más se parecen entre sí y menos gente vota por ellos.

Lo reciente: el tongo en las elecciones locales de Oaxaca con un abstencionismo que ni con los trucos que se saben los priístas lograron disimular, y el duelo de hienas para gobernar Baja California. Es la democracia de estos días. Nada que ver con la perorata justificatoria de los intelectuales del régimen, desde una ceguera de clase que por supuesto niegan.

Los comicios legales se han convertido en pasaporte a la impunidad para delincuentes. En Oaxaca como en Tijuana, Los Pinos y San Lázaro, se agencian fueros con cargo al presupuesto. Es el caso de la ex procuradora ulisista en los momentos más álgidos del movimiento que aún sacude a Oaxaca, Rosa Lizbeth Caña Cadeza; candidata plurinominal, para no errarle, pues tiene cuentas pendientes con la justicia.Y no por las mentiras descaradas que emitió desde aquel puesto, sino por los hechos delincuenciales de los que fue corresponsable. Hubo muertos, golpeados, torturados, sabotaje de Estado.

La visita de máximo nivel de Amnistía Internacional sólo acrecentó el clamor de que los atropellos recurrentes obedecen a una política federal, no a un “descontrol” por incompetencia, ni las limitaciones que impone el federalismo (¿de cuándo acá?), como se justificó el gobierno calderonista. La justicia en México apesta en su trato a los movimientos sociales, los pueblos, los sindicatos y cualquier otra chusma; en la impunidad policiaca y de sicarios, mientras cae todo-el-peso-de-la-ley para los inconformes y hasta los meros pobladores de territorios codiciables que el mercado vacía de cualquier identidad colectiva.

Lo de Baja California fue alarmante, aún para los niveles históricos que lo “alarmante” ha alcanzado entre nosotros. Dos figuras dominantes del naufragio del PRI, hechos a la corrupción impoluta (hasta se les atribuyen muertes), La Maestra y el Zar de las Apuestas Legales, se disputaron la puerta de entrada y salida del país, la ruta de todas las rutas. El grupo Atlacomulco perdió en su audaz intento de asaltar el gobierno bajacaliforniano con un candidato tan impresentable y alarmante como la ganadora alianza de ex priístas y panistas que se la pasan dándole para atrás a la soberanía nacional.

Como diputados, gobernadores, presidentes, jefes policiacos o jueces, se van cubriendo las espaldas mientras hacen negocio y se asocian con el crimen organizado. La matazón entre cárteles es un inconcluso ajuste de cuentas de los poderes que se disputan las plazas. Partidos, familias, empresas, funcionarios se funden con capos y mafias, y se hacen más vulnerables a los halcones de Washington que ven la suya como nunca antes desde que se llevaron California, Texas y anexas.

En una disociación asombrosa, los que promueven el espíritu de la “democracia” y predican a la izquierda que se civilice, sacan sus polendas académicas, de prestigio intelectual y presencia mediática para defender del “enemigo” sus negocios, los de sus socios y del gobierno, sin mencionar siquiera la desviación represiva del sistema, la impunidad de ligas mayores que reina, la profunda desigualdad social que hace que para la mayoría de los mexicanos resulte irrelevante quién gobierna si, literalmente, todos son lo mismo y pasarán sobre ellos cuando se les pegue la gana.

Los intelectuales del régimen gastan sus municiones en burlarse de alguna izquierda naca o de anacada, y entre menos “politicen” o “socialicen” sus parrafadas, más tranquilos darán sus dentelladas de amargura y arrogancia, y como las lanzan desde arriba, las hacen parecer chistosas. Entre ellos se las ríen. Con un aparato de instituciones, medios virtuales y de producción, fuerza disuasiva y poder económico, la “democracia” y las “elecciones” que hoy avergüenzan al país son un cascarón vacío.

Es sabido que la democracia puede ser de otras maneras, con ejes de legitimidad y consistencia ética. Si no llegamos allá, nos alcanzará el totalitarismo del mercado. “La democracia liberal va rumbo a una forma de dictadura corporativa. Esto significa un cambio histórico y no se debe permitir que los medios sirvan de fachada para ocultarlo; por sí solo se ha convertido en un asunto popular y candente, y susceptible a la acción directa”, afirmó el periodista y documentalista australiano John Pilger en reciente entrevista con Amy Goodman. Recordó a Tom Paine, el único miembro no francés de la Asamblea Nacional de la Revolución Francesa, quien advertía que “si se niega a la mayoría la verdad y las ideas de verdad, vendrá el momento de tomar por la fuerza la Bastilla de las palabras”. Para Pilger, “ese momento llegó ya”.