Elecciones sin credibilidad; quedan los mismos hampones
Tomados de La Jornada, Hernández y Rocha y El Universal, Naranjo y Helioflores.
Los resultados oficiosos y oficiales de las elecciones efectuadas ayer en los estados de Baja California, Oaxaca y Aguascalientes ofrecen la realidad “democrática” en México, la sociedad no confía en los procesos electorales. En pocas palabras la mentada “democracia” es una mera ilusión para millones de mexicanos que asisten cada año a un espectáculo donde los mismos de siempre se reparten el botín –presupuestal y de recursos de la nación- sin que el ciudadano común tenga vela en el entierro.
En Oaxaca participaron en las elecciones menos del 30 por ciento de los inscritos en el padrón electoral y el PRI arrebató –como siempre- la voluntad del pueblo e impuso a quien quiso. Baja California tuvo una participación cercana al 45 por ciento, pese al despliegue publicitario del PRIAN. Todos sabían quienes eran los candidatos, pero la mayoría prefirió no asistir a la mascarada, pues sabía de antemano que todos los candidatos son pésimos, que nada cambiaría.
En Aguascalientes participó el 42 por ciento de los empadronados para dividir las opciones entre el mismo PRIAN. Es decir de nueva cuenta las personas decidieron no asistir a ser comparsa de un espectáculo anunciado, donde no importa quien quede en el cargo público, la situación no mejorará, sino todo lo contrario.
Los des gobiernos emanados del PRIAN han evidenciado con mucho la corrupción que priva en sus militantes y dirigentes. La misma que aflora una vez instalados en los puestos públicos. Las promesas de campaña quedan en eso: promesas. Lo importante es ordeñar el presupuesto para acrecentar o fincar fortunas personales a costa de los impuestos de los mexicanos. No es casualidad que en diversos foros de opinión la inmensa mayoría de los jóvenes quieren como “profesión” ser diputados, senadores, presidente de la República, juez, alcalde, gobernador o ministro de la Suprema Corte. Los motivos –dicen- son el poder y el dinero que vienen con el cargo.
Para aquellos que siguen pensando que la democracia puede llegar con este tipo de “instituciones” en los comicios de ayer tienen un buen ejemplo de lo que piensan millones de ciudadanos, y sin necesidad de realizar ninguna encuesta patito.
Uno de los principales efectos de esta crisis institucional que vive México es Carlos Slim, considerado por múltiples publicaciones como el hombre más rico del mundo. La revista Fortune estima que Slim logró amasar un 59 mil millones de dólares. Un hecho de escándalo en un país de 100 millones de habitantes donde más de la mitad son pobres y al menos el 40 por ciento sobrevive en la extrema pobreza.
Lo peor es que consiguió encumbrarse no por su dotes de gran empresario, sino por sus alianzas con el PRIAN, que le permitieron y le permiten tener una posición monopólica, violentando las leyes reglamentarias en la materia y la propia Constitución.
Esa realidad es uno de tantos hechos que ha obligado a la mayoría de ciudadanos a no participar en procesos electorales, pues de nada sirve si todo seguirá igual. Los pobres cada vez serán más y más pobres y los ricos cada vez serán menos y más ricos.
El cinismo del personaje es mostrado en la siguiente reunión que tuvo con un grupo de comunicadores.
Ser rico no es incompatible con la vida familiar: Slim
''A mis 67 años ya debería estar retirado'', bromeó
Se reunió tres horas con un grupo de comunicadores
Acciones sociales e industria petrolera, sus próximos retos
AFP
Carlos Slim Helú. Imagen de archivo Foto: Carlos Ramos Mamahua El empresario mexicano Carlos Slim Helú, considerado por muchos como el hombre más rico del mundo, parece haber contraído -como antes ocurrió a Bill Gates y George Soros- una especie de ''enfermedad'' de los multimillonarios: querer hacer otra cosa que simplemente ganar dinero.
''No importa ser el primero'' en la lista de millonarios, dijo el magnate de la telefonía en América Latina, luego de tres horas de una entrevista inédita, sencilla y sin agenda con un pequeño grupo de periodistas.
''La familia es lo primero'', porque ser rico ''no es incompatible con la vida personal y familiar'', comentó Slim Helú, habano en mano, durante un desayuno con comunicadores realizado en la sede del grupo financiero Inbursa, en un salón adornado con pinturas de Renoir, El Greco y obras de otros grandes maestros, de su colección personal.
En el encuentro, el presidente del Grupo Carso rindió homenaje a la experiencia que heredó de su padre, un inmigrante libanés que llegó a México a principios del siglo XX, pero al que, dijo, conoció poco.
''A mis 67 años de edad yo ya debería estar retirado'' de los negocios, añadió -a manera de broma- Slim, quien ha ido delegando cada vez más responsabilidades de la dirección de su imperio económico en sus tres hijos: Carlos, Marco Antonio y Patricio.
La fortuna de Slim Helú ha crecido considerablemente en los dos años anteriores, totalizando a fines de junio del presente año 67 mil 800 millones de dólares, según Sentido Común, un sitio de Internet mexicano especialista en análisis económicos y financieros, que ubica a Bill Gates, el gigante de Microsoft, con 59 mil 200 millones de dólares.
Teléfonos celulares ''para todos'' en América Latina, la meta
Sin embargo, aun cuando Carlos Slim sueña con una próspera América Latina, en la que ''todos'' cuenten con un teléfono celular, parece fijarse nuevos desafíos, como poner en marcha acciones sociales y además mostrar interés en la industria petrolera.
El nuevo gran proyecto de la Fundación Telmex, que ya trabaja con cientos de millones de dólares en los terrenos de la salud, el deporte y la cultura, se denomina ''educación digital''.
Carlos Slim explica que quiere distribuir este año 250 mil computadoras portátiles a niños de escasos recursos, tanto en México como en Centroamérica, con una inversión de 70 millones de dólares en 2007, y promete incrementar ese monto en 2008 y 2009.
Sin embargo, Slim Helú tiene dificultades con su imagen pública, pues hay quienes le reprochan tener una ''fortuna indecente'' en un país con 50 millones de pobres.
''Compro en tiempos difíciles'', dice el empresario mexicano, al explicar con lujo de detalles cómo construyó su fortuna y, según su nueva filosofía, ''la mejor inversión es combatir la pobreza'', porque así se ''fortalece el desarrollo del país''.
La idea es ''no dar sino resolver'', con la educación como pilar
La idea, dice, es ''no dar, sino resolver'' con la educación como pilar para combatir la situación de rezago. ''La experiencia empresarial permite actuar sobre problemas que no son empresariales'', añadió el magnate de la telefonía.
''El sector energético me interesa'', comenta Slim en un momento en que Petróleos Mexicanos (Pemex) sufre una baja en su producción petrolera y no cuenta con los recursos necesarios para explotar nuevos yacimientos en aguas profundas del Golfo de México.
En el debate casi tabú de la privatización de Pemex -México es el sexto productor mundial de petróleo-, Carlos Slim es favorable a una empresa estatal con autonomía en su gestión y un régimen fiscal limitado. En su opinión, Petróleos Mexicanos debe concentrarse en la producción y en optimizar la riqueza nacional y dejar que otras empresas aporten tecnología y conocimientos a la petroquímica, el transporte y la exploración en materia energética. En el terreno petrolero, el Grupo Carso participa en la fabricación de plataformas y en la construcción de ductos mediante la nueva sociedad Swecomex.
En Oaxaca participaron en las elecciones menos del 30 por ciento de los inscritos en el padrón electoral y el PRI arrebató –como siempre- la voluntad del pueblo e impuso a quien quiso. Baja California tuvo una participación cercana al 45 por ciento, pese al despliegue publicitario del PRIAN. Todos sabían quienes eran los candidatos, pero la mayoría prefirió no asistir a la mascarada, pues sabía de antemano que todos los candidatos son pésimos, que nada cambiaría.
En Aguascalientes participó el 42 por ciento de los empadronados para dividir las opciones entre el mismo PRIAN. Es decir de nueva cuenta las personas decidieron no asistir a ser comparsa de un espectáculo anunciado, donde no importa quien quede en el cargo público, la situación no mejorará, sino todo lo contrario.
Los des gobiernos emanados del PRIAN han evidenciado con mucho la corrupción que priva en sus militantes y dirigentes. La misma que aflora una vez instalados en los puestos públicos. Las promesas de campaña quedan en eso: promesas. Lo importante es ordeñar el presupuesto para acrecentar o fincar fortunas personales a costa de los impuestos de los mexicanos. No es casualidad que en diversos foros de opinión la inmensa mayoría de los jóvenes quieren como “profesión” ser diputados, senadores, presidente de la República, juez, alcalde, gobernador o ministro de la Suprema Corte. Los motivos –dicen- son el poder y el dinero que vienen con el cargo.
Para aquellos que siguen pensando que la democracia puede llegar con este tipo de “instituciones” en los comicios de ayer tienen un buen ejemplo de lo que piensan millones de ciudadanos, y sin necesidad de realizar ninguna encuesta patito.
Uno de los principales efectos de esta crisis institucional que vive México es Carlos Slim, considerado por múltiples publicaciones como el hombre más rico del mundo. La revista Fortune estima que Slim logró amasar un 59 mil millones de dólares. Un hecho de escándalo en un país de 100 millones de habitantes donde más de la mitad son pobres y al menos el 40 por ciento sobrevive en la extrema pobreza.
Lo peor es que consiguió encumbrarse no por su dotes de gran empresario, sino por sus alianzas con el PRIAN, que le permitieron y le permiten tener una posición monopólica, violentando las leyes reglamentarias en la materia y la propia Constitución.
Esa realidad es uno de tantos hechos que ha obligado a la mayoría de ciudadanos a no participar en procesos electorales, pues de nada sirve si todo seguirá igual. Los pobres cada vez serán más y más pobres y los ricos cada vez serán menos y más ricos.
El cinismo del personaje es mostrado en la siguiente reunión que tuvo con un grupo de comunicadores.
Ser rico no es incompatible con la vida familiar: Slim
''A mis 67 años ya debería estar retirado'', bromeó
Se reunió tres horas con un grupo de comunicadores
Acciones sociales e industria petrolera, sus próximos retos
AFP
Carlos Slim Helú. Imagen de archivo Foto: Carlos Ramos Mamahua El empresario mexicano Carlos Slim Helú, considerado por muchos como el hombre más rico del mundo, parece haber contraído -como antes ocurrió a Bill Gates y George Soros- una especie de ''enfermedad'' de los multimillonarios: querer hacer otra cosa que simplemente ganar dinero.
''No importa ser el primero'' en la lista de millonarios, dijo el magnate de la telefonía en América Latina, luego de tres horas de una entrevista inédita, sencilla y sin agenda con un pequeño grupo de periodistas.
''La familia es lo primero'', porque ser rico ''no es incompatible con la vida personal y familiar'', comentó Slim Helú, habano en mano, durante un desayuno con comunicadores realizado en la sede del grupo financiero Inbursa, en un salón adornado con pinturas de Renoir, El Greco y obras de otros grandes maestros, de su colección personal.
En el encuentro, el presidente del Grupo Carso rindió homenaje a la experiencia que heredó de su padre, un inmigrante libanés que llegó a México a principios del siglo XX, pero al que, dijo, conoció poco.
''A mis 67 años de edad yo ya debería estar retirado'' de los negocios, añadió -a manera de broma- Slim, quien ha ido delegando cada vez más responsabilidades de la dirección de su imperio económico en sus tres hijos: Carlos, Marco Antonio y Patricio.
La fortuna de Slim Helú ha crecido considerablemente en los dos años anteriores, totalizando a fines de junio del presente año 67 mil 800 millones de dólares, según Sentido Común, un sitio de Internet mexicano especialista en análisis económicos y financieros, que ubica a Bill Gates, el gigante de Microsoft, con 59 mil 200 millones de dólares.
Teléfonos celulares ''para todos'' en América Latina, la meta
Sin embargo, aun cuando Carlos Slim sueña con una próspera América Latina, en la que ''todos'' cuenten con un teléfono celular, parece fijarse nuevos desafíos, como poner en marcha acciones sociales y además mostrar interés en la industria petrolera.
El nuevo gran proyecto de la Fundación Telmex, que ya trabaja con cientos de millones de dólares en los terrenos de la salud, el deporte y la cultura, se denomina ''educación digital''.
Carlos Slim explica que quiere distribuir este año 250 mil computadoras portátiles a niños de escasos recursos, tanto en México como en Centroamérica, con una inversión de 70 millones de dólares en 2007, y promete incrementar ese monto en 2008 y 2009.
Sin embargo, Slim Helú tiene dificultades con su imagen pública, pues hay quienes le reprochan tener una ''fortuna indecente'' en un país con 50 millones de pobres.
''Compro en tiempos difíciles'', dice el empresario mexicano, al explicar con lujo de detalles cómo construyó su fortuna y, según su nueva filosofía, ''la mejor inversión es combatir la pobreza'', porque así se ''fortalece el desarrollo del país''.
La idea es ''no dar sino resolver'', con la educación como pilar
La idea, dice, es ''no dar, sino resolver'' con la educación como pilar para combatir la situación de rezago. ''La experiencia empresarial permite actuar sobre problemas que no son empresariales'', añadió el magnate de la telefonía.
''El sector energético me interesa'', comenta Slim en un momento en que Petróleos Mexicanos (Pemex) sufre una baja en su producción petrolera y no cuenta con los recursos necesarios para explotar nuevos yacimientos en aguas profundas del Golfo de México.
En el debate casi tabú de la privatización de Pemex -México es el sexto productor mundial de petróleo-, Carlos Slim es favorable a una empresa estatal con autonomía en su gestión y un régimen fiscal limitado. En su opinión, Petróleos Mexicanos debe concentrarse en la producción y en optimizar la riqueza nacional y dejar que otras empresas aporten tecnología y conocimientos a la petroquímica, el transporte y la exploración en materia energética. En el terreno petrolero, el Grupo Carso participa en la fabricación de plataformas y en la construcción de ductos mediante la nueva sociedad Swecomex.
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