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domingo, agosto 05, 2007

El poder creciente de Elba Esther Gordillo*


Tomado de La Jornada. Hernández

Expertos afirman que la líder afianza su presencia en la política mexicana, en ámbitos como la educación, la seguridad social, los órganos electorales y el Congreso

NURIT MARTÍNEZ
El Universal
Domingo 05 de agosto de 2007

Convertida en pieza clave del ajedrez político nacional, la dirigente del magisterio Elba Esther Gordillo consolida un complejo aparato de poder que se extiende a distintos sectores públicos, y que le permite operar no sólo en las entrañas del Estado, sino también influir, con el apoyo de maestros afiliados a su gremio sindical, en los procesos electorales del país.
Politólogos y dirigentes magisteriales entrevistados sobre este tema por EL UNIVERSAL coincidieron en que los maestros ocupan hoy un sector estratégico en el juego político nacional por su capacidad de estructura territorial en todo el país.

La penetración del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que dirige Gordillo desde 1989, abarca secretarías de Estado e instituciones federales como el ISSSTE, la Lotería Nacional e incluso el Instituto Federal Electoral (IFE), donde se encuentran hombres cercanos a la maestra Gordillo Morales.

De acuerdo con Alberto Aziz Nassif, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), el SNTE se ha constituido en una “estructura profesionalizada eficiente y pieza fundamental en términos electorales que ya vimos operar en el año 2006”.

Sostiene que desde hace 10 ó 15 años, el SNTE desarrolló una estrategia electoral profesional ante el derrumbe de factores estratégicos electorales para el PRI, como lo fueron los sectores obrero y campesino.

Los maestros, argumenta, se convirtieron en un sector estratégico por su cobertura y estructura territorial.

En diversas entrevistas la propia Elba Esther Gordillo acepta que esta estructura sindical fue la que aportó los votos para el registro del Partido Nueva Alianza, y también al triunfo del presidente Felipe Calderón. “Mucho”, es la deuda que tiene el jefe del Ejecutivo, respondió recientemente la maestra.

Para Leonardo Curzio, politólogo y académico de la UNAM, en México las corporaciones pueden mover a individuos, “y esto parece que lo logró demostrar Elba Esther Gordillo” con el sindicato de maestros.

Dice que al SNTE hay que entenderlo como un grupo que gravitó en el proceso electoral de 2006, y que por ello sigue siendo una forma de atavismo político. “La cuota política está en consonancia con el apoyo que brinda”, destaca Curzio.

Elba Esther Gordillo tiene también presencia con un bloque del magisterio en el Congreso de la Unión con casi 20 legisladores, y en liderazgos en más de la mitad de las secretarías de Educación Pública de los estados del país.

La lista de legisladores afines al magisterio es larga. Entre otros están Benjamín González Roaro, ex director del ISSSTE; Humberto Dávila Esquivel, ex secretario general del SNTE y presidente de la Federación de Sindicatos de Servidores Públicos (Fedessp), y José Ángel Ibáñez Montes, diputado federal, defensor de Gordillo en 2003 en la Cámara de Diputados cuando la bancada priísta la destituyó de la coordinación. También es el presidente del Comité de Acción Política del SNTE.

Desde la renovación estatutaria del SNTE a mediados de la década de los 90, el grupo dirigente en el Consejo Nacional fortaleció la estructura electoral.

Con parte de los recursos provenientes de las cuotas sindicales, de acuerdo con dirigentes del magisterio consultados, se elaboró una estrategia de capacitación; primero, para convertir a profesores en observadores electorales a través de la Organización Nacional de Observadores Electorales del Magisterio; y después, de profesionalización de la estructura electoral para la movilización de apoyo a los candidatos afines a la dirigencia local o nacional.

Pero ahora existe el interés de algunos maestros de apoyar no sólo a candidatos de diferentes partidos, sino ser ellos mismos aspirantes a algún cargo de elección popular.

La formalización de este proceso se logró con el Partido Nueva Alianza, que alcanzó su registro con 236 asambleas distritales y 221 mil 177 afiliados.

Es la Secretaría de Educación Pública en donde se concentra la fuerza del SNTE como producto de ese trabajo electoral. Al frente de ese contingente sindical se encuentra el principal operador político y la persona más allegada a Gordillo Morales; es el yerno Fernando González Sánchez, quien ocupa la Subsecretaría de Educación Básica.

Con él están Édgar Jiménez Cabrera como coordinador de asesores y ex director del Instituto de Estudios Educativos Sindicales; en la Dirección de Planeación Estratégica fue designado Christian Jiménez Costas, proveniente de la Fundación sindical; y Juan López Romero, coordinador de la Dirección General de Desarrollo Curricular, quien antes estaba en el ISSSTE.

En el sexenio pasado a Leopoldo Felipe Rodríguez le tocó encabezar la comisión que cuestionó la reforma de la secundaria impulsada desde la SEP; ahora se encuentra al frente de la Dirección de Desarrollo Curricular, que tiene la responsabilidad de diseñar los planes y programas de estudio de más de 24 millones de niños de educación básica en México.

La responsabilidad de los programas de capacitación del magisterio recae en José Humberto Catalán, cercano al actual director de la Fundación del magisterio, Emilio Zebadúa.

Mientras que en la oficina donde se elaboran los contenidos de los libros de texto está María Edith Bernaldez Reyes, como directora de Materiales Educativos y cercana al yerno Fernando González; en tanto que en Educación Indígena fue designado el ex secretario de la sección 57 de Yucatán, Ángel Paulino Canul Pacab.

En la misma SEP, el sindicato ratificó su posición en la Administración Federal de Servicios Educativos del Distrito Federal con Luis Ignacio Sánchez.

Para José Luis Piñeyro, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Gordillo “ha construido una especie de ejército electoral con movilidad y autonomía nacional” ante la debilidad, dijo, de los gobiernos de Vicente Fox y ahora de Felipe Calderón.

“La estructura corporativista se mantiene dentro del SNTE para funcionar en tiempos electorales. Así lo vimos en el 2006 y ahora, en Baja California, la operación electoral se repite”, explicó.

El ISSSTE es la segunda dependencia en donde el poder sindical de Gordillo Morales se ha volcado en toda su estructura. Desde la dirección con Miguel Ángel Yunes, el SNTE consolidó la presencia de Gordillo. Ricardo Yáñez Herrera, hermano del actual director de la Lotería Nacional, Francisco Yáñez Herrera, es otro de los incondicionales de la líder del sindicato de maestros.

Otro de los ex yernos de Gordillo Morales, René Fujiwara, ocupa actualmente la Subdirección Jurídica de Atención al Derechohabiente del ISSSTE.

En el IFE la presencia del SNTE está en la figura de Miguel Ángel Solís, en la Dirección Ejecutiva de Organización Electoral. Es egresado de la Escuela Normal Superior de Oaxaca y cursó la maestría en la Normal Superior de Baja California, entidad en la que se desempeñó como funcionario de los servicios educativos en aquella entidad, al tiempo que se fungió como presidente del comité distrital electoral.

Incluso en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal existe presencia de la maestra, ya que la segunda de la hijas, Mónica Tzasna Arriola Gordillo, funge como legisladora en el Congreso local.

También la presencia familiar elbista se extiende a Nayarit, en la oficina de representación estatal, en donde la hija mayor, Maricruz Montelongo, es la titular.

Piñeyro asegura que Elba Esther sigue jugado hoy un papel protagónico en la política nacional y lo que sucede en Baja California es un “minilaboratorio” de lo que sucedió hace un año en el que un poder fáctico del sindicato de maestros pudo hacer llegar al poder a Felipe Calderón.

*Tomado de el periódico El Universal.

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Medina Mora*

jorge carrasco araizaga

México, D.F., 3 de agosto (apro).- El procurador Eduardo Medina Mora se ha convertido en uno de los funcionarios más vulnerables con el escándalo de Zhenli Ye Gon. Desde hace días crecen las versiones, tanto en México como en Estados Unidos, sobre su posible salida de la Procuraduría General de la República (PGR).

Incluso, hay quienes se alistan para ocupar el cargo de quien ha sido señalado como una de las autoridades que omitieron investigar y advertir no sólo sobre las actividades del ciudadano mexicano de origen chino y su relación con las aduanas, sino que dejaron pasar el proceso de su naturalización.

Entre los más activos para controlar la PGR se encuentra el grupo que encabeza el coordinador del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones.

El senador priista no es ajeno a los asuntos de seguridad y justicia, pues además de haber sido gobernador de Sonora se formó al lado del exdirector de la desparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS), Fernando Gutiérrez Barrios, el hombre de la policía política en México fallecido en 2000.

Uno de sus cercanos es el exdirector de Interpol en México, Juan Miguel Ponce Edmonson, quien se apresta a regresar a la PGR ante una eventual salida de Medina Mora.

Actual funcionario de la embajada de México en Uruguay, Ponce Edmonson tuvo la representación de la policía internacional en el país durante el sexenio de Ernesto Zedillo. Y a pesar de la distancia geográfica y temporal, se mantiene como uno de los hombres más informados sobre la delincuencia en México, en especial sobre las operaciones internacionales de los narcotraficantes mexicanos.

Fue en ese sexenio (1994-2000) cuando el PAN empezó a ocupar posiciones de poder a nivel federal. En un arreglo político con quien había sido su contrincante en la elección presidencial, Diego Fernández, Zedillo designo como titular de la PGR a Antonio Lozano Gracia, cuyo periodo ha sido uno de los más desastrosos de la procuraduría, pero quien se encargó del trabajo sucio para encarcelar a Raúl Salinas de Gortari.

Una década después, la historia se repetiría pero con el PRI y el PAN en papeles contrarios, si Felipe Calderón invita a su gobierno a un priista para la PGR. De ser el obligado a conceder en 1994, el PRI pasaría a darle fuerza política a un gobierno con serios problemas de gobernabilidad, profundizados con la cada vez más descubierta red de protección oficial que recibió Ye Gon en el gobierno pasado y en el que Medina Mora fue uno de los hombres más informados.

Herencia del gobierno de Fox, Medina Mora llegó a la PGR por la interlocución que logró con Estados Unidos en sus cargos de director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y de secretario de Seguridad Pública federal (SSP).

Distintas instancias del gobierno estadunidense han tenido en el actual procurador a uno de sus principales informantes. Con la llegada de Medina Mora al Cisen se dio un flujo amplio de información de México hacia Estados Unidos. Fue un hecho sin precedentes reconocido por los estadunidenses.

Medina Mora llegó al Cisen de la mano de Santiago Creel. El entonces secretario de Gobernación y actual coordinador del PAN en el Senado aparece como otro de los presuntos involucrados en el escándalo Ye Gon. De acuerdo con la norma, la naturalización del ciudadano mexicano de origen chino sólo era posible mediante una opinión de la secretaría que ocupaba Creel.

Esa opinión pasaba tanto por el Cisen –Medina Mora– y el Instituto Nacional de Migración INM), cuya titular era otra persona cercana de Creel, la publirrelacionista de formación internacionalista Magdalena Carral.

La aparente omisión de Medina Mora no sólo tiene que ver con la naturalización de Ye Gon, sino con sus “actividades empresariales”. Como director del Cisen era uno de los funcionarios que tenía la responsabilidad de alertar sobre la amenaza que representaba la masiva importación de pseudoefedrina que realizó el ciudadano mexicano de origen chino.

La importación, por cierto, le fue advertida al gobierno pasado por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), organismo adscrito a la ONU y cuya representante de México en el sexenio pasado fue María Elena Medina Mora.

Sobre el procurador pende, además, la amenaza de un grave señalamiento por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante los conflictos sociales de San Mateo Atenco y Oaxaca, el año pasado. En ese momento, era secretario de Seguridad Pública y, como tal, era responsable de la Policía Federal Preventiva (PFP).

En esa condición de vulnerabilidad de Medina Mora, a Calderón se le abre una ventana para empezar a distanciarse de Fox, a menos de que, en lealtad por haberlo hecho presidente, mantenga intactas las redes de protección de que gozó Ye Gon en el gobierno pasado.

jcarrasco@proceso.com.mx


*Tomado de la revista Proceso.