Los que mandan en México
Tomados de La Jornada, Hernández y Rocha y El Universal, Helioflores y Naranjo.
Cada día que pasa se demuestra que en México los que mandan son los poderes fácticos que asaltaron Los pinos e impusieron al pelele Felipe Calderón Hinojosa en 2006. Y es que no hay semana en que alguien ligado a ellos –llámese Elba Esther Gordillo, Carlos Slim, Lorenzo Servitje, Roberto Hernández, el PRI, Emilio Azácarraga Jean, Iglesia católica, etc.- exija en vivo y directo algún tipo de trato preferencial en cualquier situación.
Todos quieren la mayor tajada de un pastel que ya no es, pues en menos de un año fue reducido ha migajas. Sin embargo esto no es obstáculo para que los jaloneos se den a diestra y siniestra. Cada uno quiere más de lo prometido y presentan sus facturas una y otra vez, además de amagar con el descrédito público.
Al usurpador Calderón Hinojosa no le queda más remedio que aflojar y ceder ante quienes son los verdaderos mandamases del país. Discursos van y vienen y la mano represora es aplicada contra los que menos tienen y a los que no se ha hecho justicia, esos a los que se pretende seguir exprimiendo con el aumento a las gasolinas en el planificado parche fiscal.
Mientras, los mismos de siempre reclaman la disminución de impuestos que no han pagado, ni pagarán de acuerdo a lo planteado por el espurio en su propuesta de miscelánea fiscal, que no reforma.
Los televisios se quejan de que se imponga un impuesto de 20 por ciento al juego, como si éste fuera de primera necesidad. Aducen que es una "industria" que apenas empieza, cuando todos sabemos que siempre ha existido. Calificado por el Vaticano como un pecado, el alto clero católico ha hecho oídos sordos y ojos ciegos para oponerse a él. No ha corrido la misma suerte la jefatura de gobierno de la ciudad de México, la cual es tomada como caballito de batalla de los santones del Episcopado Mexicano.
El PRIANismo hace su labor al declarar que es peligroso cobrar el CETU (Contribución Empresarial a Tasa Unica) a las empresas pues generaría "incertidumbre legal", pero los trabajadores tendrán que pagar más y nadie de los "representantes populares" del PRIAN ha salido a defenderlos. Es evidente pues quien manda en el país y quien es y será un pelele, no sólo para los empresarios, sino sobre todo para una inmensa mayoría de mexicanos que tendrán que aguantar otros años de la misma medicina de "cambio" para mal.
La siguiente es una nota tomada del periódico La Jornada.
http://www.jornada.unam.mx/
Monsiváis: Ulises, un déspota impune
Tiene el repudio de la población, sostiene el escritor
DAVID CARRIZALES
Monterrey, NL, 24 de julio. El escritor Carlos Monsiváis lamentó que en Oaxaca se haya permitido que hasta hoy "un déspota actúe como le ha dado la gana y que gobierne, impune, a pesar los asesinatos de 27 personas" y el repudio general.
El ensayista consideró inadmisible que Ulises Ruiz continúe al frente del gobierno oaxaqueño, cuando se ha ganado el repudio de la población y de todos los partidos políticos, y sólo tiene la protección "descarada y fanfarrona del PRI".
Monsiváis fue entrevistado durante la presentación de La ciudad como texto, obra de Jezreel Salazar ganadora del Premio Nacional de Ensayo Alfonso Reyes. Advirtió que a pesar de las pruebas sobre los crímenes de Ulises Ruiz no ha pasada nada. Preguntó: "¿Cuántos presos políticos hay? ¿Cómo se ha permitido la represión? ¿Cómo se ha rentado a grupos de provocadores que, ciertamente diciendo que actúan en nombre de la izquierda, lo que hacen es perjudicarlo todo?", mientras se criminaliza al movimiento responsable que protesta contra los abusos del gobierno.
Lo más inadmisible "es que un señor como Ulises Ruiz, que tiene el repudio de la población, que tiene el repudio de los partidos políticos y que sólo tiene la protección descarada y fanfarrona del PRI, aun así permanezca en el poder. Nosotros, como ciudadanos, no podemos aceptar esto. Yo espero que esta situación nos lleve a soluciones racionales y pacíficas, pues cualquier otra cosa sería empeorar el problema".
Interrogado sobre el ensayo de su crónica urbana, presentado por los autores locales Ximena Peredo y Joaquín Hurtado, dijo estar muy agradecido, "y procuro no envanecerme".
Las ciudades, expuso el creador de Los rituales del caos, las estamos perdiendo, y esto se palpa en la medida en que uno ve cómo la violencia ha ido cortando los espacios a los ciudadanos. "Las ciudades empiezan ya a vivir una vida agonizante, titubeante, de zozobra, y con el crecimiento de la población, del desempleo, de la violencia y de la maldición bíblica y apocalíptica del narco, no se ve cómo se vaya a revertir esta tendencia", sostuvo.
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En seguida un análisis publicado por la revista Proceso.
http://www.proceso.com.mx/
La sonrisa de Ulises
josé gil olmos
México, D.F., 24 de julio (apro).- Ulises Ruiz tiene una sonrisa que en Oaxaca no contagia, sino que molesta. Es cínica e impúdica. Luego de 500 detenidos, 23 muertos y decenas de heridos en el conflicto social más largo que ha tenido el país en los últimos años, el gobernador priista sigue sonriendo; pero es tal el rechazo que provoca su actitud que ahora ya le llaman "El carnicero de la Antequera".
Ulises Ruiz tiene una biografía poco envidiable entre los políticos mexicanos: La mayor parte de su obra está en los subterráneos de la política electoral, siempre de la mano de Roberto Madrazo, a quien le ha servido de operador político e incluso de suministrador de recursos. De hecho, es por esto que, se asegura en Oaxaca, está en problemas, porque una gran parte de los recursos del estado los desvió para apoyar la campaña presidencial de Madrazo y también para pagar una parte de la nómina del PRI en el 2005 y 2006.
La especialidad de Ulises Ruiz ha sido el fraude electoral y desde que fue delegado del PRI, entre 1982 y 1989, sirvió de operador en elecciones en las que Madrazo ha sido el responsable, como la de Michoacán, en 1989, cuando se le escatimó la victoria al PRD. Luego, en 1994, Ulises Ruiz le hizo el trabajo directo a Madrazo y le ayudó a ganar la gubernatura de Tabasco.
Es a partir de 1994 cuando su carrera política sube como la espuma: en 1996 lo nombran secretario de Organización del Comité Directivo Estatal del PRI; luego, diputado federal, de 1997 al 2000. Posteriormente, senador de la República, desde donde salta para ser candidato y gobernador de Oaxaca.
Como legislador nunca brilló, a pesar de haber participado en las comisiones de Recursos Hidráulicos, Justicia, y en la de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias. No se recuerda que haya hecho ninguna propuesta de reforma significativa. Imposible que lo hiciera, su fuerte siempre fue el fraude electoral.
Su incapacidad como gobernante quedó demostrada inmediatamente desde que llegó a Oaxaca en el 2004. En los dos primeros años, organizaciones de derechos humanos registraron 27 muertos por conflictos agrarios, así como decenas de detenidos.
Formado fuera de Oaxaca, aunque nació en Chalcatongo en 1958, Ulises Ruiz mostró muy pronto su insensibilidad cuando cambio el Zócalo de la capital –símbolo de identificación– y mandó a retirar árboles centenarios. Esta acción irritó a los oaxaqueños y fue parte de los inicios del conflicto que hoy vivimos.
En mayo del 2006 trató de engañar a los maestros en las negociaciones que tradicionalmente se repiten desde hace 20 años. Les prometió un porcentaje de aumento de recursos y al firmar el acuerdo resultó que era menos. Al mismo tiempo mandó a desalojar el Zócalo y ahí empezó a surgir la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, un movimiento social en el que confluyeron sindicatos, estudiantes, colonos y campesinos de la entidad en contra del gobernador.
A 14 meses de que iniciara el conflicto social, el saldo es el siguiente: 23 personas muertas, cerca de 600 detenciones arbitrarias –en los que 41 personas siguen presas y 200 más están libres bajo fianza aunque sujetas a un proceso penal--, más de 50 casos de tortura, siete ataques a defensores de derechos humanos, e igual número de agresiones a comunicadores, así como dos desaparecidos.
Como nadie, Ulises Ruiz ha reprimido y dividido a la sociedad oaxaqueña. El conflicto ha penetrado en el seno de las familias, en el tejido social y tiene confrontados a los actores sociales. Pero esto poco le importa.
El lunes pasado el gobernador celebró como una victoria personal la celebración de las fiestas populares conocidas como la Guelaguetza, que no es otra cosa que un rito muy oaxaqueño que significa dar lo que uno tiene.
Si nos atenemos al significado de la Guelaguetza, Ulises Ruiz dio lo mejor de sí: un acto de represión previo del cual resultaron 40 detenidos y 50 heridos; anuncios de un fraude en las elecciones a diputados locales el próximo 5 de agosto; y el acarreo de miles de burócratas para llenar el auditorio donde se realizó el festejo. Es decir, un fraude. Todo con una sonrisa burlona. La sonrisa de Ulises.
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