Con tal de llevar "agua a su molino", miente el usurpador
Tomados de La Jornada, El Fisgón, Hernández, Helguera y Rocha y El Universal, Naranjo y Helioflores.
Lo dicho, no hay manera de frenar el descaro con que se conducen los prianistas encabezados por el usurpador Felipe Calderón Hinojosa.
Al conmemorarse hoy el 201 aniversario del natalicio de Benito Juárez el espurio habló de respeto a la ley, al mentado Estado de derecho y a las instituciones, pues agregó es la manera de rendirle honor al ideario de Juárez.
Solo que el pelele en nada sigue el camino juarista y mucho menos busca el bienestar general. Sólo el particular como ha quedado demostrado desde el año pasado y en los pocos meses que lleva de usurpar el poder en México.
Cinismo puro si tomamos en cuenta que hay un derroche de recursos para su “seguridad” en un país donde hasta hace seis meses él mismo decía que había paz, prosperidad y justicia social. Gastos superfluos que sumados a los de su gabinetazo contradicen las máximas de juarismo de vivir con austeridad republicana, pues el poder se ejerce desde la legitimidad –de la cual carece- y no desde la fuerza de la policía, los militares, los medios de comunicación o el dinero.
Así pues hay un abismo entre lo que dice y lo que hace. Se trata de un insulto a la inteligencia de los millones de mexicanos que vivimos y tenemos conciencia del fraude electoral de 2006 y del saqueo que gobiernos priístas y ahora panistas han hecho a la nación.
También tenemos claro que ninguno de esos partidos –todavía menos el PVEM y Panal- pugnará por un México donde se distribuya con equidad la riqueza que todos –menos los privilegiados- generamos con el esfuerzo cotidiano de nuestro trabajo.
Las pruebas están a la vista cotidianamente –pese a la desinformación y mentiras de los medios televisivos y radiofónicos-, baste a manera de ejemplo el enojo de los panistas y del Panal porque el PRI decidió hacerla cansada y diferir el atraco llamado Pensionissste para que mañana sea aprobado por la aplanadora oficial y oficiosa.
Al conmemorarse hoy el 201 aniversario del natalicio de Benito Juárez el espurio habló de respeto a la ley, al mentado Estado de derecho y a las instituciones, pues agregó es la manera de rendirle honor al ideario de Juárez.
Solo que el pelele en nada sigue el camino juarista y mucho menos busca el bienestar general. Sólo el particular como ha quedado demostrado desde el año pasado y en los pocos meses que lleva de usurpar el poder en México.
Cinismo puro si tomamos en cuenta que hay un derroche de recursos para su “seguridad” en un país donde hasta hace seis meses él mismo decía que había paz, prosperidad y justicia social. Gastos superfluos que sumados a los de su gabinetazo contradicen las máximas de juarismo de vivir con austeridad republicana, pues el poder se ejerce desde la legitimidad –de la cual carece- y no desde la fuerza de la policía, los militares, los medios de comunicación o el dinero.
Así pues hay un abismo entre lo que dice y lo que hace. Se trata de un insulto a la inteligencia de los millones de mexicanos que vivimos y tenemos conciencia del fraude electoral de 2006 y del saqueo que gobiernos priístas y ahora panistas han hecho a la nación.
También tenemos claro que ninguno de esos partidos –todavía menos el PVEM y Panal- pugnará por un México donde se distribuya con equidad la riqueza que todos –menos los privilegiados- generamos con el esfuerzo cotidiano de nuestro trabajo.
Las pruebas están a la vista cotidianamente –pese a la desinformación y mentiras de los medios televisivos y radiofónicos-, baste a manera de ejemplo el enojo de los panistas y del Panal porque el PRI decidió hacerla cansada y diferir el atraco llamado Pensionissste para que mañana sea aprobado por la aplanadora oficial y oficiosa.
En seguida un artículo tomado del periódico La Jornada.
ISSSTE: alianzas maléficas
Luis Linares Zapata
La combinación de conspicuos actores públicos no pudo ser más letal para los intereses nacionales y, de paso, contra los de todos aquellos que son y serán trabajadores al servicio del Estado. Tampoco las consecuencias derivadas de las complicidades electorales entre Felipe Calderón, los banqueros que le dieron todo el respaldo y la profesora Gordillo con su carga fraudulenta por donde ella aparece en escena, pueden olvidarse como causal eficiente de la negociación en curso. De hecho, son esas complicidades, precisamente, las que distorsionan toda la tentativa de reformar la ley que rige al ISSSTE para acomodarla a sus conveniencias.
Nadie puede llamarse a engaño una vez aprobada, esta misma semana de preferencia, la iniciativa presentada ante la Cámara de Diputados. La pretensión tanto del oficialismo disfuncional de Calderón, como de los banqueros, es echarle el guante (sin importar que sus huellas digitales queden impresas de manera indeleble en cada uno de los billetes y documentos que manejarán para su uso y desuso discrecional) a los cientos de miles de millones de pesos que pasarán por sus avarientas manos en unos cuantos años. Los burócratas federales, afiliados al apartado B, nada o muy poco ganarán en el intercambio de votos a favor, y muy poco, también, lograrán los gremios y partidos que se opongan a esta ya orquestada maniobra.
La oposición partidista y gremial ha quedado en la casi completa orfandad. El trabuco que forman, por un lado el SNTE bajo la férula terrible de Gordillo y la FSTE que regentea desde hace una década Joel Ayala, se aparece como una aplanadora que suma al PRI, a los verdes y el oficioso Panal. Los banqueros y Calderón colaboran como planta de poder, pues son y serán directamente beneficiados con los votos panistas que ellos le adhieren al proyecto. En la otra esquina, el Frente Amplio Progresista y sus aliados sindicalistas con grandes premuras y dificultades podrán presentar una resistencia que pueda transformar el paquete ya presentado. No cuentan con la suficiente fuerza en el Congreso que les permitiría, con el auxilio desde la calle, movilizar suficientes recursos ciudadanos en su favor. El bloqueo informativo que padecen por un lado, junto con las tremendas facilidades y respaldos al oficialismo en los medios de comunicación, harán el resto.
El tiempo requerido para conjuntar la energía dispersa que actuara preventivamente se agotó frente a esta acción tan concertada como previsible. Los estudios y contrapropuestas ahora levantados con premura no surtirán el efecto deseado para informar adecuadamente a los afectados. Los datos, las evaluaciones, los análisis que pudieran alertarlos sobre lo que antes era sólo presunción indeseable, es ya ominosa realidad. La maléfica alianza de los poderosos de siempre volverá a inclinar la balanza de los privilegios en su favor, esta vez en la forma de cientos de miles de millones de pesos derivados de las jubilaciones y las pensiones de retiro de los burócratas federales. Los demás trabajadores que quedan, todavía fuera del sistema de cuentas individuales y en la indefinición legal, pronto serán llevados por la misma corriente. Cosa de los tiempos del fundamentalismo neoliberal, las muy urgentes y eficaces ambiciones personales de cara a la pulverizada o blanda oposición.
Poco importan, para los que empujan la iniciativa en vías de aprobación, las experiencias que se han acumulado sobre los ralos beneficios, si alguno, tenidos en el caso de los trabajadores del apartado A (IMSS). Es claro que, durante toda la década transcurrida con su cuestionada aplicación de las cuentas individuales, los millones de aportantes apenas acumulan una pequeñísima fracción de intereses, en términos reales, por sus masivos depósitos en las famosas Afore. Los ganones han sido los capitalistas de esas empresas, no cabe la menor duda. En cuanto a los hombres y mujeres que logren llegar a la edad de retiro mediante el régimen pensionario por inaugurar, podrán, en el mejor de los casos, conseguir una indecorosa cantidad de recursos que, después de engorrosos trámites, les serán entregados para financiar una vejez llena de apremios.
Quienes ya se frotan las manos son los dueños de las Afore, de las Siefore y de los bancos donde se acumularán tan enormes cantidades de dinero. Es decir, sin eufemismos (Pensionisste) de por medio, el capital trasnacional. Han esperado pacientemente el día en que los trabajadores del apartado B cayeran en sus alforjas y ya lo lograron. La excusa de la Afore pública no es más que una faramalla temporal que recubre, durante tres poquiteros años, su triunfo rotundo.
Calderón, en cambio, incrementará la deuda pública en cantidades enormes, pero todo ello tiene una ventaja adicional: podrá financiar a todos aquellos que se ganen una o varias concesiones de carreteras, próximas a ser adjudicadas mediante fingidas subastas. Otra vez, tal y como se aprecia en los orígenes nacionales de los postulantes para tan vastos negocios, serán agentes extranjeros. Los españoles vendrán en primera línea enarbolando sus estandartes de reconquista estampados de creación de empleos. En España saben bien que, de Latinoamérica, y en especial de México, extraerán, cuando menos, 50 por ciento de su bienestar futuro. En ningún otro lado les servirán la mesa como en estas tierras de promisión.
Por lo que toca a Calderón, la utilidad es clara: se convertirá en un gran constructor de infraestructura sin necesidad de afectar rubros fundamentales de la economía. No aumentará el déficit fiscal porque todo se pagará con deuda y el ahorro de los burócratas, y ambos serán pasivos pagaderos después de que él se haya ido, no sin dejar saldadas sus onerosas deudas electorales.
Escandalosa iniquidad
carlos acosta córdova
México, D.F.(apro).- En 2006 la fortuna de los mexicanos que aparecen en la lista de la revista neoyorquina Forbes, en su edición 2007, sumó la cantidad de 74,100 millones de dólares, equivalente a un 9% del Producto Interno Bruto. Algo similar ocurre con los millonarios estadunidenses, cuya riqueza totaliza 1 billón 357,000 millones de dólares, poco más del 10% del PIB de ese país.
La diferencia entre millonarios mexicanos y estadunidenses, de acuerdo con las listas de la publicación, es que en México sólo son 10 personas y sus familias las que concentran tal riqueza, mientras que en Estados Unidos son 415 los multimillonarios que alcanzan dicha proporción del PIB.
En México, sólo una persona y su familia –Carlos Slim-- acumulan un patrimonio apenas superior al 6% del PIB nacional.
Es decir, más allá del morbo que generan por los nombres y cantidades extraordinarias de dinero, las listas de Forbes preocupan por lo reveladoras que son al dejar en claro, al menos en el caso de México, la escandalosa e inmoral iniquidad social.
La lista 2007 de Forbes revela también que, de un total de 55 países, México ocupa el lugar 17 por el número de multimillonarios, con 10. Lo superan Estados Unidos (415); Alemania (55), Rusia (53), India (36), Inglaterra (29), Turquía (25), Japón (24), Canadá (23), Hong Kong (21), Brasil, China y España (20 cada uno), Francia (15), Italia y Arabia Saudita (13) y Australia (12). Debajo de México, con menos de 10 multimillonarios están los restantes 38 países, entre los que aparecen Suiza, Suecia, Holanda, Singapur, Holanda y Emiratos Árabes Unidos.
Por el monto de la fortuna conjunta de los más ricos, México ocupa la posición 11, de 55 países, con 74,100 millones de dólares. Y, sorprendentemente, la riqueza acumulada de los mexicanos enlistados por Forbes, es mayor a la de los más ricos de Arabia Saudita (64,600 millones), Japón (64,400), Italia (61,000), Brasil (46,200), Turquía (36,400), Suiza (32,700), Malasia (29,800) y China (29,400), por citar algunos.
La fortuna de los más ricos de otros países avanzados con altos estándares de vida y mejor ingreso per cápita, palidece frente a lo que acumulan los mexicanos de Forbes. Por citar tres casos: los multimillonarios que en conjunto tienen Dinamarca, Bélgica e Islandia suman una fortuna de 14,800 millones de dólares. Nada que ver con los 74,100 millones de los mexicanos.
En la lista de mexicanos enlistados en Forbes aparecen, además de Carlos Slim Helú, nombres muy conocidos, dueños o principales accionistas de empresas también muy conocidas. En orden descendente: Alberto Bailleres (Peñoles, El Palacio de Hierro, Grupo Nacional Provincial); Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca, Electra, Banco Azteca, Iusacell-Unefon); Jerónimo Arango (ex de WalMart México); Emilio Azcárraga Jean (Televisa).
Le siguen: María Asunción Aramburuzabala (Grupo Modelo) y Roberto Hernández Ramírez (Banamex-Citigroup); Isaac Saba Raffoul (Grupo Xtra, socio de General Electric y Telemundo); Lorenzo Zambrano (Cemex), y Alfredo Harp Helú (Banamex). (20 de marzo de 2007).
Interés Público
El ISSSTE de Elba Esther
Miguel Ángel Granados Chapa
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) comenzó a ser privatizado cuando su gestión fue entregada por el presidente Fox a Elba Ester Gordillo, que lo dirigió a través de Benjamín González Roaro, ahora diputado panista-elbista y uno de los firmantes del proyecto de ley del nuevo ISSSTE, a la que, cuando sea aprobada, convendrá llamar Ley Gordillo, porque ella es su autora, la tejedora de la urdimbre que ha puesto bajo su férula personal, privada, el órgano de seguridad social de la burocracia federal.
El diseño de poner a la lideresa magisterial al frente de esa burocracia, comenzando por el órgano que le otorga prestaciones (no en vano en muchos sexenios priistas dirigentes sindicales se convirtieron en directores del instituto), dio un gran paso en diciembre de 2003, cuando la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, dirigida por el senador Joel Ayala (cacique del sindicato de la Secretaría de Salud), sufrió un golpe cuya contundencia se ha ido advirtiendo al paso de los años. En aquel entonces una veintena de sindicatos, encabezados por el de los maestros, renunció a seguir perteneciendo a la que por ley era la federación única de los sindicatos burocráticos. No se limitaron a actuar como mera disidencia, en busca de un nuevo orden interno o de sustituir a la dirección con la que estaban en desacuerdo.
Menos de tres meses después, el 27 de febrero de 2004, pusieron su casa aparte. Integraron la llamada, no sin sarcasmo, Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos, que pugnó por obtener reconocimiento. Solicitó su registro ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, el órgano de la justicia laboral burocrática, que le negó la inscripción, no sólo porque la ley establecía un órgano federado único y ese papel correspondía desde 1938 a la FSTSE, sino porque la composición misma del tribunal refleja el corporativismo tradicional en que es dominante la representación del grupo ayalista.
Pero en marzo de 2005 la Suprema Corte de Justicia ordenó al tribunal registrar a la nueva federación, que empezó a disputar a la antigua los cargos de representación hasta entonces reservados a la FSTSE tradicional. Apenas en febrero pasado un juez declaró inconstitucional la Ley del ISSSTE que sólo reconoce lugar a esa federación añeja, y declaró el derecho de la federación gordillista a tener representación en la junta directiva de ese instituto.
En el entretanto, el ISSSTE escriturado a favor de Gordillo estrenó gerente, designado dentro del círculo más próximo a la lideresa magisterial. El exdiputado priista, exsubsecretario de Seguridad Pública Miguel Ángel Yunes fue encargado de rehacer el instituto, que enfrenta una crisis financiera y de servicios propia de un organismo del que se ha abusado sin límite. La razón principal para cerrar aquella institución y crear otra, bajo el pleno dominio gordillista, es el excesivo y creciente monto del déficit pensionario, que debe ser colmado con aportaciones fiscales. En el año que corre, 40 mil millones de pesos pagados por los contribuyentes fueron necesarios para que no se deje de cubrir sus magras pensiones a los jubilados.
A fin de construir ese nuevo ISSSTE sin generar los anticuerpos que hicieron difícil la recreación del sistema de pensiones y jubilaciones en el Instituto Mexicano del Seguro Social, se echaron a andar dos operaciones políticas de avenimiento de intereses, una sindical y otra partidaria. Por efecto de la primera, Joel Ayala –ahora diputado, que transita por su undécimo año consecutivo de legislador, amén de un trienio anterior– quedó frente a una realidad insoslayable. La organización que encabeza está en franca declinación, y dentro del PRI cada vez cuenta menos, como lo muestra el trato desdeñoso que se dio a su propia iniciativa de reorganizar el ISSSTE. Se le dejó hallar de lo perdido lo que aparezca y se le brindó la oportunidad de negociar no con la federación formada por disidentes de la suya propia, lo que haría más difícil de apurar su trago amargo, sino con sólo el sindicato principal del nuevo organismo, el SNTE.
Para avenir intereses partidarios que aseguraran la aprobación de una nueva ley en el Congreso se pusieron en acción recursos políticos y personales del gordillismo. Amigos cercanos según se pudo saber por la información contenida en el libro de Lydia Cacho Los demonios del edén, Emilio Gamboa y Yunes no tuvieron dificultad para entenderse. La aportación panista se daba por descontada, y cada uno trajo a la coalición a sus aliados, el Verde con el PRI y el Panal con el PAN. Se convino en que no fuera la Presidencia donde se firmara la iniciativa, sino que la presentaran diputados de esos cuatro partidos, con claros tintes gordillistas en la mayor parte de los casos. Así, el jueves 15 de marzo el priista duranguense Samuel Aguilar Solís leyó (con interrupciones surgidas de la oposición de los diputados del Frente Amplio) la iniciativa, suscrita por él mismo y sus compañeros tricolores José Manuel Parás González y Joel Ayala; los panistas Efraín Arizmendi Uribe, José Manuel Sandoval Munguía y Benjamín González Roaro, expriistas los tres; el verde Carlos Alberto Puente Salas, y los gordillistas del Panal Ariel Castillo Nájera y Humberto Dávila Esquivel, este último secretario general del SNTE ya bajo la égida de Gordillo.
Ésta tuvo participación directa en la elaboración de la ley, en cuyo análisis no entramos ahora, pues lo relevante en este momento es subrayar su autoría y sus consecuencias. La presidenta del SNTE se reunió con Ayala para hacer posible el acuerdo, y ella formuló señalamientos específicos a la proyectada legislación. De uno de ellos se derivará un acrecentamiento de la fuerza sindical que encabeza: 300 mil trabajadores que tienen hasta ahora posición precaria, pues el ISSSTE ha congelado las plazas correspondientes, serán de inmediato contratados bajo las nuevas condiciones de jubilación. Constituyen una fuerza que dominará a la actual planta laboral, compuesta por 80 mil trabajadores. A aquéllos, a los nuevos, se les puede inducir a que lleven su sindicato a la federación gordillista, pues al fin y al cabo la lideresa arregló su situación.
El primer principio que, dijeron los diputados firmantes de la iniciativa, regulará la nueva era del ISSSTE, es que no se privatizará. En efecto, no ocurrirá tal fenómeno en el futuro. Ya ha ocurrido, y no por la vía de la subrogación médica como está previsto, sino por operaciones políticas que lo dejaron en manos de la lideresa magisterial. El ISSSTE es suyo, con todo y nueva ley.
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