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domingo, febrero 18, 2007

Que siempre sí debemos más ¿No que se pagó por adelantado?


Tomados de La Jornada, Hernández y El Universal, Naranjo.


El traidor Vicente Fox Quesada no se cansó e repetir que la deuda de los mexicanos había bajado a límites nunca antes vistos y con bombo y platillo anunciaba el pago anticipado de la misma, para que la “nueva administración” no pasara mayores problemas, perola realidad –como siempre en los “gobiernos” del PRIAN- es muy diferente a la de los comerciales y los discursos de los políticos transas. Ahora resulta que según datos de la propia Secretaría de Hacienda, los mexicanos debemos 35 por ciento más que cuando llegó el ladrón de Guanajuato a Los Pinos, ¿qué nos espera con un personaje como el usurpador Felipe Calderón Hinojosa, quien decidió con una camarilla asaltar Los Pinos?.

La siguiente es una nota tomada de La Jornada donde se informa de lo anterior.




Aumentó 35% deuda per cápita en México en el sexenio pasado

El débito público creció a 3 billones 358 mil 223 millones, reporta la Secretaría de Hacienda

Cada mexicano debía $23,776.4 en 2000 y al cierre de 2006 subió a $31 mil 983.1

El monto del adeudo implica que de cada peso que se genera 37 centavos están comprometidos

ISRAEL RODRIGUEZ J.

La deuda per cápita en México se incrementó casi 35 por ciento en el sexenio del ex presidente Vicente Fox, al pasar de 23 mil 776.4 pesos que cada mexicano debía al cierre de 2000 a 31 mil 983.1 pesos a diciembre de 2006.

De acuerdo con el Informe sobre la situación de las finanzas públicas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al cierre de 2006 la deuda neta del sector público (incluida la presupuestaria y no presupuestaria o contingente) aumentó de 2 billones 318 mil 200 millones de pesos en 2000 a 3 billones 358 mil 223 millones de pesos.

Este monto total representa el 36.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, que de cada peso que se genera en la economía, casi 37 centavos se encuentran ya comprometidos.

Así para 2006 y de acuerdo con la Secretaría de Hacienda, la deuda directa presupuestaria, es decir, la deuda directa "oficialmente reconocida", interna y externa es de un billón 794 mil 737.5 millones de pesos, de los cuales corresponden a la deuda interna un billón 327 mil 977.5 millones de pesos, que representa 39.5 por ciento de la deuda total, mientras que la deuda externa directa o presupuestaria ascendió a 466 mil 760 millones de pesos, representando con ello, 13.9 por ciento del total.

Por su parte, la deuda no presupuestaria o "contingente" que incluye el rescate carretero, IPAB, Pidiregas y la banca de desarrollo, ascendió a un billón 563 mil 485.9 millones de pesos.

De esta manera, para 2006, de los 31 mil 983.1 pesos que cada mexicano adeuda; 6 mil 681.4 pesos son por concepto del rescate bancario; 5 mil 278.7 pesos son originados por los Proyectos de Inversión con Impacto Diferido en el Registro de Gasto (Pidiregas); 992.4 pesos son debido al quebranto de la banca de desarrollo; mil 530 pesos obedecen al rescate carretero que además es un fideicomiso, y 407.5 pesos se explican por los programas de apoyo a deudores; 12 mil 647.4 son derivados de la deuda interna directa y cuatro mil 445.3 por la deuda externa directa.

En el caso de los Pidiregas que han rebasado ampliamente la deuda externa directa y que representan 16.5 por ciento de la deuda total de la economía mexicana, hay que añadir que las amortizaciones para 2008 ascenderán a poco más de 38 mil millones de pesos, unos tres mil 816.8 millones de dólares.

Eso sin contar los intereses que generan los Pidiregas y que para este 2007, según el Presupuesto de Egresos de la Federación, se estiman en 38 mil 600 millones de pesos, monto equivalente a los pagos del principal que se realizarán el próximo año.

Sobre la presión de los Pidiregas en las finanzas públicas, el secretario de la Hacienda Pública del Gobierno Legítimo, Mario Di Costanzo, destacó que un prepago de las obligaciones derivadas de los Pidiregas le permitirían a Petróleos Mexicanos (Pemex), reducir su costo financiero, al tiempo que le ayudaría a obtener directamente financiamiento en mejores condiciones para proyectos de expansión y de exploración.

Di Costanzo Armenta recordó que el año pasado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público anunció la liquidación anticipada de deuda externa directa haciendo uso de las reservas internacionales, por ello y dado que el saldo actual de las reservas es nuevamente muy alto (76 mil 330 millones de dólares) sería posible que el gobierno federal utilizara parte de las mismas, aproximadamente 15 mil millones de pesos, para prepagar obligaciones derivadas de los Pidiregas.

Esta alternativa permitiría reoxigenar la empresa sin necesidad de requerir inversión privada o la asociación con empresas paraestatales de otros países como Petrobras.

Por lo anterior, consideró el especialista: "Es muy importante que el Congreso analice todas las opciones técnico-financieras para mejorar la situación de Pemex, ya que éstas existen y son muy diversas".




El siguiente es un artículo tomado de La Jornada.






Hablando de la Suprema Corte

Néstor de Buen


Aunque ustedes no lo crean, me tenía preocupado la discusión en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, actuando en pleno, acerca de la interpretación que debe darse al artículo 133 constitucional. En lo esencial determina que la propia Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella (expresión no del todo feliz ya que, por referirse al Congreso de la Unión debía decir "de él") y los tratados que estén de acuerdo con la propia Constitución, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República con aprobación del Senado "serán la Ley Suprema de toda la Unión".

Tradicionalmente se había considerado que existía un empate entre las leyes y los tratados, dependiendo la preferencia exclusivamente de la fecha de su promulgación, de acuerdo a un principio constitucional fundamental: la ley posterior que exprese un concepto contrario, deroga a la ley anterior. Sin embargo, hace tres o cuatro años la Corte fijó un criterio de preferencia a favor de los tratados independientemente de la fecha de su entrada en vigor, particularmente por el nivel internacional en que se celebran de tal manera que dejarlos sin efecto por un acto del Congreso de la Unión, parecería colocar a nuestro país en una situación de desprecio hacia el país o los países con los que se hubiera celebrado el tratado.

¿Cuál es, en realidad la razón de la preferencia por los tratados que en la Suprema Corte provocó una fuerte discusión que concluyó, de acuerdo a los criterios precedentes, con la reafirmación del mayor valor de los tratados internacionales?

En la confección de las leyes participa, ciertamente, el Congreso de la Unión, esto es, el organismo político más importante del país. El Presidente de la República tiene una participación relativa por medio del veto, que puede ejercer una vez devolviendo el proyecto de ley al Congreso, pero si éste insiste, no le queda más remedio que promulgar la ley. No ha sido un hecho frecuente, entre nosotros, por el respeto más que institucional hacia el Presidente de la República de quien han partido, históricamente, los más importantes proyectos de ley.

En la formación del tratado internacional se pueden dar situaciones diversas. La primera deriva del acuerdo celebrado por el Presidente de la República con una nación extranjera, ratificado por el Senado y debidamente promulgado. La segunda situación, por regla general la más importante, deriva de que el acuerdo haya sido celebrado en el ámbito de un conjunto de naciones, bien para una situación aislada, bien en el marco de una institución plural. Es el caso, precisamente, de los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de los que México tiene suscritos hasta la fecha 70, sobre poco más de 182 que han sido aprobados por la OIT.

El tratado exige la aprobación del Presidente de la República y del Senado. La ley requiere la aprobación mayoritaria de cada una de las cámaras del Congreso de la Unión: diputados y senadores y que el Ejecutivo se abstenga de vetarla o, en su caso, que habiéndola vetado, el Congreso la ratifique.

El tratado exige, a su vez, la conformidad de otra o muchas naciones y nadie puede dudar de que en los tiempos actuales las relaciones internacionales pueden ser y generalmente son, de mayor rango que los problemas internos de cada país.

Simplemente el hecho de que el gobierno de Estados Unidos no haya aprobado el Protocolo de Kyoto por una decisión unilateral está poniendo al mundo de cabeza. Si el calentamiento afectara solamente a los gringos, pues ¡allá ellos! con sus problemas ecológicos.

La existencia, como lo hubo en su tiempo, de acuerdos entre México y Estados Unidos para regular la situación de los migrantes, generó una tranquilidad mutua importante. La supuesta solución del problema por la vía unilateral ha demostrado ser notablemente perniciosa.

La Corte, finalmente, ratificó el criterio vigente. Por mayoría declaró que los tratados están por encima de las leyes. Hizo bien.