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jueves, enero 18, 2007

Oficializa el espurio incremento a la tortilla





Tomados de La Jornada, El Fisgón y Hernández, y El Universal, Helioflores y Helguera.

Entre las estupideces mayores que el usurpador Felipe Calderón Hinojosa ha hecho en los días recientes es avalar hoy el incremento a la torilla en 8.50 pesos por kilogramo. El llamado Acuerdo para Estabilizar el Precio de la Tortilla fue firmado por los mismos acaparadores y especuladores que hicieron elevar su costo. Se trata de una cínica burla a los mexicanos ya que en lugar de que metiera a la cárcel a los especuladores y a quienes permitieron la compra indiscriminada del grano, ahora “debemos agradecerle” el que se haya oficializado el incremento a la tortilla. Parece ser que el alcohol o alguna droga le impide ver y oir las múltiples y multitudinarias manifestación que le exigen frenar las alzas no sólo a las tortillas sino al huevo, la carne, la leche –y no de Liconsa- la gasolina, etc.

Así que no caigamos en la trampa de “creer” que el pelele está tomando en cuenta el interés popular, pues se trata de todo lo contrario. Entre los empresarios que convalidaron el atraco a la población están Roberto González Barrera, presidente de Maseca –uno de los principales acaparadores- , representantes de Wal-Mart (violador de las leyes del trabajo y acaparadores), Bimbo (acaparador de la harina), todos ellos apoyaron el fraude electoral de 2006, la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio (ANTAD), Confederación Nacional Campesina y del Consejo Nacional Agropecuario, organismos cúpula que controlan a los campesinos y retrasan la modernización del campo en beneficio de grandes caciques como el ex secretario de Sagarpa Javier Usabiaga.

Esas son las corporaciones y organizaciones con las que el espurio firmó el mentado acuerdo que durará poco más de dos meses. Tiempo en que seguramente dejarán que el precio se eleve de nuevo. Así que ¿qué tenemos que agradecer? Basta de querer tomarnos el pelo. Alto a los incrementos en los precios de los productos básicos. No más cinismo.

En seguida una colaboración tomada del diario La Jornada.


http://www.jornada.unam.mx




Calderón se equivocó


Octavio Rodríguez Araujo


En la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron Felipe Calderón y Antonio Saca, presidente de El Salvador, el primero dijo: "No es lo relevante la orientación de un gobierno, si es de izquierda o si es de derecha, lo relevante, es que el pueblo pueda decidir quiénes son sus gobernantes".

Con esta declaración el impuesto presidente mexicano hizo gala de ignorancia y de superficialidad. De hecho, quedó a la zaga del mandatario salvadoreño, quien, siendo también de derecha, incluyó en sus respuestas a los periodistas un matiz importante. Antonio Saca dijo: "Sobre el tema de los gobiernos de izquierda o de derecha, yo creo que al final de cuentas lo más importante es que en América Latina se elijan gobiernos democráticos". Y el matiz que agregó, propio de un político informado, fue el siguiente: "Pero la democracia no sólo debe verse en el momento de su elección, sino también en el momento de ejercer el poder a lo largo del periodo presidencial".

Lo que señaló el salvadoreño, y que soslayó el mexicano, fue que entender la democracia como modo para acceder al poder es insuficiente, pues omite lo principal: el ejercicio del poder, la forma en que se ejerce el poder. Muchos candidatos que han llegado al poder democráticamente, lo han ejercido, como gobernantes, brutalmente en contra del pueblo que dicen representar. Esto lo sabe cualquier estudiante de ciencia política o de historia. Hay múltiples ejemplos en casi todos los países latinoamericanos, para no hablar de otras regiones.

El gobernante de El Salvador quizá no se percató de la sutil contradicción en su respuesta, es decir, que el ejercicio del poder no es una abstracción, sino que está orientado por la ideología del gobierno y, en el caso de nuestros países, por la del presidente en turno. Sin embargo, el gobernante mexicano, que evidentemente no entendió el matiz de su homólogo centroamericano, se montó en la declaración de éste afirmando para sí y para el mundo una ideología típica de la derecha más ignorante: que las ideologías no importan y que, por lo tanto, tampoco importa cómo y de qué forma se ejerza el poder.

La palabra "ideología" tiene muchos significados y se usa para muchas cosas. Pero hay aceptación generalizada de que quiere decir "conjunto de ideas y de valores concernientes al orden político que tienen la función de guiar los comportamientos políticos..." (M. Stoppino). La forma en que se ejerza el poder es un comportamiento político, por ejemplo en favor de unos y en contra de otros, de manera autoritaria o de manera democrática, ignorando al pueblo o tomándolo en cuenta. Y una ideología es la guía de ese comportamiento político. Una ideología de derecha es favorecedora de privilegios para quienes ya los tienen, una de izquierda orienta al gobernante a ayudar a quienes carecen de privilegios buscando horizontes igualitarios o que tiendan a disminuir las diferencias sociales y económicas entre ricos y pobres. Sí hay diferencia, como también existe entre un régimen autoritario y uno democrático: no es lo mismo gobernar con el apoyo de las "fuerzas armadas del orden" que con el pueblo y su participación activa en los asuntos que le competen. Esta diferencia también es tema de las ideologías, y una distinción clara entre izquierdas y derechas; esto es, entre los valores de unas y los de las otras.

Decir que lo importante "es que el pueblo pueda decidir quiénes son sus gobernantes" es una tontería, y más viniendo de un gobernante que le debe su cargo a una elección plagada de irregularidades y de muy dudosa transparencia (tanta que hubo negativa total, desde el poder, a que se contaran los votos para despejar las dudas existentes).

El ejercicio del poder, su forma, es mucho más importante que el acceso al poder. Pensemos en el gobierno de Fox, sólo como un ejemplo reciente. Su acceso al poder fue transparente, democrático en muchos sentidos. Sin embargo, al final del mandato el presidente se metió en la contienda electoral en favor del candidato de su partido, y sus subordinados, que no empleados, tanto en el IFE como en el tribunal electoral, manipularon las cosas de tal manera que lograron impedir, a toda costa, que pudiera ganar la oposición. En este caso, para no recurrir a más ejemplos, el ejercicio del poder no sólo no fue democrático, sino ilegal. ¿Y qué guió el comportamiento del gobernante Fox y de sus cómplices? Una ideología: la ideología derechista del neopanismo y de los poderes fácticos que vieron en la oposición de López Obrador un peligro para sus intereses y sus privilegios (que no para México, aunque así lo dijeran).

Ergo, las ideologías sí son importantes, pues guían la orientación de un gobierno, y la democracia no es ni puede ser, ni siquiera etimológicamente, la forma de acceso al poder. Calderón se ha equivocado una vez más.


A continuación un análisis tomado de la revista Proceso.


http://www.proceso.com.mx


¿Hasta cuando Oaxaca?

josé gil olmos

México, D.F., 17 de enero (apro).- Después de medio año de conflicto, con un saldo de 20 muertos y más de 200 detenidos, algunos de ellos con amenazas de violaciones o ser lanzados al mar desde helicópteros, el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, se mantiene no sólo con el apoyo de su partido, sino con el soporte del presidente Felipe Calderón.

A lo largo de estos siete meses en Oaxaca han ocurrido una serie de sucesos que darían vergüenza a cualquier gobernante, pero que a Ulises Ruiz parecen no afectarle. La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) ha sido el movimiento social más reprimido en los últimos años, la persecución policíaca contra lops dirigentes se parece mucho a la que hace treinta años se desató en contra de los grupos guerrilleros.

En los hechos los appistas han sido tratados como guerrilleros o delincuentes de alta peligrosidad. Luego de su detención en la Ciudad de México, Flavio Sosa fue llevado al penal de alta seguridad en La Palma, Estado de México, en un operativo tan espectacular como el que se implementó con Archibaldo Guzmán, hijo de “El Chapo”: helicópteros, patrullas y hombres fuertemente armados lo custodiaron todo el trayecto y el hecho fue trasmitido en vivo por Televisa y TV Azteca.

El trato policíaco y militar que el gobierno de Ulises Ruiz, apoyado por el gobierno federal, ha dado a la APPO desde el inicio del conflicto, muestra el perfil de gobernantes que tenemos, incapaces de entender las causas sociales de un movimiento popular.

La responsabilidad del gobernador es más que evidente, pero lo que preocupa es la forma en que ha respondido el gobierno federal, primero con Fox y ahora con Calderón, al dejarlo indemne no obstante las muestras de cacique que ha dado.

De nada han valido las denuncias que han hecho la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y grupos de observadores internacionales sobre casos de tortura y persecución a que ha sido sometidos los appistas.

Los oídos sordos del gobierno de Felipe Calderón y el cinismo de Ulises Ruiz a la protesta nacional e internacional muestran la incapacidad de la clase política mexicana para atender y entender los reclamos sociales de un pueblo empobrecido y marginado por muchos años.
Al final lo único claro que deja el conflicto oaxaqueño es que la impunidad sigue siendo una virtud de la clase gobernante nacional, la cual se maneja como una plutocracia, y que la justicia es una deuda pendiente dentro del proceso democrático nacional.