progressif

sábado, enero 27, 2007

Aunque la mona se vista de seda pelele se queda





Tomados de La Jornada, El Fisgón y Helguera y El Universal, Carreño.

Como en los mejores momentos del traidor, corrupto y ladrón de Vicente Fox Quesada, el usurpador Felipe Calderón Hinojosa fue al mayor foro económico del mundo en Davos, para defender lo indefendible. El libre comercio, libre mercado y las políticas neoliberales. Un modelo hasta el cansancio puesto en marcha y probado su fracaso, para las economías de los países que no son ricos. Por la simple y sencilla razón de que en ningún país del mundo –mucho menos en los ricos- se aplica el mentado “libre mercado”. Esas naciones subsidian a sus productores menos competitivos y cierran sus mercados a la libre importación poniendo un sin fin de trabas imposibles de cumplir por los demás países. Recordemos los conflictos comerciales que por décadas se han dado entre Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea, ahora Unión Europea, por una larga lista de productos, donde ambos bandos se acusan de emplear medidas proteccionistas. Así que ¿cuál libre mercado?

El pelele se congratuló del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y criticó que no se firmara el Acuerdo de Libre Comercio de América, que echaron abajo los presidentes sudamericanos. No sé de que se siente feliz si lo único que ha traído el mentado tratado es mayor pobreza y marginación y una gigantesca brecha entre ricos y pobres en México. Las industrias agropecuaria, textil, juguete o de calzado y cuero han sido nulificadas y de ser industrias se quedaron en talleres artesanales. Importamos la mayoría de los productos que consumimos en todos los órdenes. Pasamos de ser un país productor a uno maquilador, que también importa la mayoría de las materias primas que maquila. Nuestra dependencia alimentaria sólo es superada por la tecnológica, campo en el que las naciones ricas nos adelantan por décadas de preparación e inversión en ciencia y tecnología.

En doce años nos hemos convertido en el taller de maquila y la mano de obra barata de Estados Unidos, no sólo en su patio trasero como alguna vez el exembajador de México ante la ONU Adolfo Aguilar Zinser afirmó. Ahora pregunto ¿eso es lo que tenemos que festejar? No cabe duda que el espurio sabe ejecutar muy bien sur artes rastreras e inclinarse ante los poderosos que tanto lo alaban por la militarización que está haciendo del país.

Para que no quepa duda de que el chapelén Calderón es el “presidente” de México en la “entrevista” amañada y contratada –con nuestros impuestos- con el imbécil de Joaquín López-Dóriga, ayer no se cansó de repetir que el había ganado la elección, que no pretendió enviar un mensaje al disfrazarse de bufón general, que no está distanciado con el PAN, aunque el fascista de Manuel Espino no lo pele, que si bien el precio de la tortilla no bajará, si se estabilizará algún día y etc. Si tanta confianza tiene en él y en las instituciones para que tanto spot y tanta entrevista y tanto ataque a Andrés Manuel López Obrador y al PRD. Lo que sucedió es que dio un tremendo bajón en las encuestas y su popularidad se desplomó, pese al millonario gasto que lleva desde hace casi dos meses. Cuando el pueblo tiene hambre no bastan las buenas intenciones y el bombardeo mediático. Va quedando más claro ante muchos que no estaban convencidos o que se ilusionaban con el “ahora si se puede”, que se trata de una persona incapaz, ignorante, prepotente y carente de toda experiencia para dirigir un país. Es a todas luces un PELELE.

En seguida un artículo tomado del periódico La Jornada.


http://www.jornada.unam.mx



Una débil mano firme

Carlos Beas Torres


Hace unos pocos días el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, en una declaración hecha a los medios, repitió un mensaje que de manera constante ha emitido el presidente Calderón: "Se aplicará la ley y la mano firme en todo el sexenio".

Este mensaje ha sido parte central del montaje mediático que ha promovido el nuevo gobierno; a menos de dos meses de haber tomado posesión, son numerosas las imágenes televisivas donde Felipe Calderón aparece rodeado de militares y marinos. En un mensaje claro y directo a la ciudadanía, funda su legitimidad en el presunto respaldo de las fuerzas armadas; a falta de legitimidad democrática, la violencia institucional y la fuerza del Estado son hasta ahora su principal soporte.

Costosos y poco efectivos han sido los operativos policiacos que han tenido lugar en Tijuana, Michoacán y Guerrero; los resultados obtenidos hasta ahora no son tan vistosos como lo ha sido el desplazamiento de miles de policías y soldados. Es claro que más que efectividad se está buscando proyectar una imagen de fuerza y de contundencia.

Sin embargo, ahora que la Comisión Civil Internacional de Observación de Derechos Humanos concluyó la primera etapa de su investigación sobre las graves violaciones a los derechos humanos de cientos de ciudadanos oaxaqueños, y que como resultado de la misma se demuestra que los responsables de delitos de lesa humanidad son los mismos funcionarios federales y estatales, la mano firme y el estado de derecho se desvanecen sospechosamente.

Otros organismos nacionales e internacionales de sobrada solvencia han expresado su preocupación por las graves violaciones a los derechos de la población, las cuales han ocurrido a lo largo del segundo semestre de 2006, y que ahora que comienza 2007 se han seguido presentando en Oaxaca.

Apenas han transcurrido tres semanas del nuevo año y ya se han practicado más de 20 detenciones arbitrarias y se ha impedido de manera violenta la realización de actos públicos garantizados por la Constitución federal. En Oaxaca, las autoridades locales siguen violando los derechos constitucionales y mantienen un estado de excepción que cancela los mismos y ello es delito.

En Oaxaca se han cometido y se siguen cometiendo todo tipo de arbitrariedades y atropellos, tales como asesinatos, desapariciones forzadas, secuestros y detenciones arbitrarias, lesiones, allanamientos de domicilio, y otros muchos actos de brutalidad gubernamental. Ninguno de estos hechos, que dañaron y que siguen dañando física y sicológicamente a miles de ciudadanos y que fueron realizados de manera indiscriminada, hasta ahora ha sido castigado. Y ello también se configura como delito, y como un acto de omisión de la ley.

Estos recientes atropellos, ocurridos ya bajo su sexenio, señor Calderón, violentan la ley, la trasgreden; ¿su mano firme y su respeto al estado de derecho serán aplicados para sancionar a los responsables de los mismos?

¿O su mano firme sólo servirá para perseguir a ciudadanos que reclaman sus derechos; para reprimir aquellos que han dicho basta a los atropellos de los grupos caciquiles que se han apoderado del gobierno en Oaxaca?

Cuando habla usted, señor Presidente, de aplicar la ley sin excepción, ¿ello incluye a los funcionarios de su gobierno relacionados con graves atropellos cometidos en Guadalajara, Querétaro, Atenco, Lázaro Cárdenas o Oaxaca?

Hasta ahora los hechos revelan que el mensaje gubernamental sólo es demagogia autoritaria, ya que no se percibe la más mínima voluntad de hacer valer el estado de derecho, el cual tiene como principio el que todos, todos sin excepción, respetemos las normas y preceptos legales, y por lo visto la única voluntad gubernamental que existe es la de brindar impunidad a los responsables de los crímenes cometidos en contra de inermes ciudadanos mexicanos. Este, precisamente, es el "estado de derecho" de la derecha.