progressif

lunes, octubre 16, 2006

El fraude de siempre; los medios de siempre

Tomado de La Jornada



La elección de Estado que se llevó a cabo en Tabasco es la marca de la casa, la forma en que veremos en los próximos meses o años como se desmorona lo poco que queda de institucionalidad nacional. Es una vergüenza que unos comicios tan abiertamente manipulados, donde la equidad y libre elección dieron paso al hostigamiento, la compra del voto y recluir o secuestrar a los opositores.



Pareciera que no estamos en el siglo XXI, sino a principios del XX. El dinosaurio del PRI y el bebésaurio del PAN se aliaron de nuevo para llevar al país 100 años atrás. ¿Será que nunca podremos telen elecciones limpias? Ahora sabemos que aunque ganó el traidor de Fox en el 2000 el PRI le dio paso a la alternancia pues no representaba ningún peligro para los privilegios de la clase dominante, de los verdaderos poderes que mandan en México.



Esta burla a la voluntad ciudadana seguirá en la medida en que los ciudadanos nos quedemos callados y permitamos que la arbitrariedad continúe siendo la forma de “gobernar” de nuestras instituciones patito, que no se cansan de lucrar con la pobreza de los mexicanos. Lo que sigue es un guión que nos conocemos a la perfección: jueces a modo para declarar la validez de los comicios y medios de comunicación con las televisoras corruptas a la cabeza señalando claro e inobjetable triunfo. De las trapacerías y el fraude documentado y videograbado, pues nada. Ya lo dijo el espurio de Calderón: “haiga ganado como haiga sido”.



Enseguida una colaboración tomada de La Jornada

http://www.jornada.unam.mx


Astillero


Julio Hernández López



Elecciones, ¿para qué?

Desenlaces programados

Oaxaca, el gran riesgo

Gordillo asoma la guadaña



Tabasco es la confirmación de que la vía electoral está siendo gradualmente cerrada por una derecha hipócrita que al arsenal de defraudación del 2 de julio anterior ha agregado esta vez el ingrediente de un priísmo delincuencial sin tope que, entre más embarre de suciedad al foxismo-calderonismo, más lo tendrá como cómplice y rehén. La combinación de la mojigatería hildebrándica con la impudicia madracista ha producido la explícita vuelta al reino de los dinosaurios que se vivió ayer en aquella entidad. De mantenerse el esquema del control de conciencias a través de la demoscopía, la propaganda y los medios, más la defraudación electoral tradicional y el uso abierto de la fuerza pública y la provocación, como sucedió ayer en Tabasco, en el futuro inmediato no tendrán sentido los actos comiciales, pues explícitamente estarán sujetos a desenlaces programados.

Lo peor de todo es que en desastres cívicos como el de Tabasco -como el del país entero- no hay posibilidad de construir pistas de esperanza partidista que permitan el aterrizaje de ánimos contrariados. Es reprochable lo que han hecho el priísmo madracista (que pretende seguir con Tabasco como botín regional) y el panismo sin capital electoral local (pero deseoso de dar un golpe nativo al lopezobradorismo para allanar el camino a Los Pinos al precario Calderón), pero esas connotaciones negativas no transforman automáticamente en bueno al contrincante aniquilado a la mala, César Raúl Ojeda, empresario de Villahermosa que estableció los contactos originales entre el equipo de López Obrador en el gobierno capitalino y Carlos Ahumada, el gran corruptor del perredismo, que desde luego dejó beneficios al candidato Ojeda y a alguno de sus familiares.



El escándalo electoral del trópico no desplaza a Oaxaca del primer lugar de la agenda política nacional de los conflictos (a fin de cuentas, en Tabasco la pelea ha sido entre los intereses de aprovisionamiento de dos candidatos presidenciales derrotados o, dicho de otra manera, entre la supervivencia de un cacicazgo compartido entre Roberto Madrazo y Manuel Andrade sobre el químico Andrés Granier, y un cacicazgo de Andrés Manuel sobre un César Ojeda disminuido de origen por un activismo electoral de AMLO que se fue a Tabasco a hacer campaña como si el candidato estatal fuera él, regalando al calderonismo un paréntesis nacional que ha ayudado a enfriar el tema poselectoral que, sin embargo, ahora será retomado con el 20 de noviembre en lista de espera).



Contra el optimismo santiguado de quienes ya se aprestaban a proponer a San Carlos María Abascal para el Premio Nobel de la Paz (o, de perdis, para que repita en Gobernación), el cubo de Rubik de Oaxaca sólo aparenta en algunas de sus caras que se ha logrado la combinación perfecta, pero esas visiones beatíficas de armonía política se descomponen a partir de un solo cuadro de color sin acomodo. He ahí entonces que el iluminado paisaje de días atrás se ha ido volviendo sombrío y ruinoso, con instantes de gran peligro de desmoronamientos o desbordamientos como el sucedido la madrugada, en que dos personas, militares según los indicios disponibles, dispararon contra simpatizantes de la APPO y asesinaron a uno. Momentos de peligro institucional como el que hoy se vivirá cuando la mano dura del gobierno federal presione para actuar porque a su entender los miembros de la APPO y los maestros de la sección 22 del magisterio no están cumpliendo con las expectativas de negociación que el Santo de Bucareli había creído firmes e irreversibles: regreso a clases o muerte, parecería ser el grito de los fundamentalistas abascalinos que se sienten traicionados porque sus presuntos acuerdos en firme resultaron mero arrebato místico.



En ese contexto de sacro desencanto, la profesora Elba Esther Gordillo ha creído conveniente aparecer públicamente (pobre calderonismo crucificado en dos frentes: en Tabasco tiene que hacer tratos -o permitir que los hagan a nombre de él- con el madracismo, que es sinónimo de agandalle y bribonería; en Oaxaca con el gordillismo, que le tiene el pie puesto en el cuello a escala nacional pero ahora también asoma su guadaña cobradora de mies en la Oaxaca devastada). Esa reaparición fue en dos frentes. En el primero, en el que habló a título propio, la profesora advirtió que estudiará la posibilidad de desconocer la sección 22 del SNTE y dijo que el conflicto de la entidad se debe a los intereses del priísta Ulises Ruiz y del ahora calderonista Diódoro Carrasco. En el segundo frente, la consejera en jefe del presidente formal del IFE hizo que éste pronunciara algunas palabras llenas de reconfortante cinismo: según el corresponsable histórico del fraude electoral del pasado 2 de julio (se habla de Luis Carlos Ugalde, instrumento operativo de EEG), es necesario pensar en cambios para siguientes comicios, pues en los pasados hubo aspectos omisos o confusos que requieren ser atendidos más adelante (¡oh, sí: muerto el 2 de julio, tapen el pozo legal!).



Tan feos asuntos de la grilla mundana no tienen cabida en el rincón del cielo que a un mexicano ilustre ha regalado el Santo Padre B-15. Ayer el santoral fue enriquecido con la presencia de Rafael Guízar y Valencia, tío de Marcial Maciel, fundador, éste, de los Legionarios de Cristo, a quien el mismo B-15 retiró a oración para no indagar más sobre desviaciones sexuales largamente denunciadas a las que el antecesor JPII no quiso dar seguimiento ni castigo aunque contemplativo éste fuera. Entre la muchedumbre gozosa por el arribo de un mexicano más a la nómina sagrada estaban el canciller de los desastres, Luis Ernesto siempre Al Derbez, y el comisionado de El Yunque para asuntos vaticanos, Luis Felipe Bravo Mena.



Y mientras el caso Tabasco se encamina al tribunal electoral federal (y la izquierda, o los segmentos sociales progresistas, son mantenidos en la ilusión electorera de que los candidatos contrarios al PRIAN son por ello "buenos"), y mientras Oaxaca vuelve a colocar focos rojos en el escenario nacional, ¡hasta mañana, en esta columna que le invita a ver hoy, en la Otratele (página de Internet de La Jornada), la entrevista de Juan Bautista con el pintor Francisco Toledo, los reportajes de Alejandro Hernández sobre actos de resistencia civil (uno mediante un desnudo) y los comentarios de este tecleador y voceador!



Fax: 56 05 20 99 juliohdz@jornada.com.mx




A continuación un análisis tomado de la revista Proceso

http://www.proceso.com.mx


Oaxaca, ausencia de poder


jorge carrasco araizaga



México, D.F., 16 de octubre (apro).- La incapacidad para tomar decisiones efectivas de autoridad es lo que hace a las sociedades ingobernables. Oaxaca es el más evidente y reciente ejemplo de la ingobernabilidad que se vive en México.



El ultimátum lanzado el viernes por la Secretaría de Gobernación para que, a más tardar, este lunes la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación responda a su oferta de compensación económica está lejos de ser un acto de autoridad.



Es, si acaso, un viso de autoridad de un gobierno que por omisión abrió la puerta a la ingobernabilidad.



Como acción política, el ultimátum puede ser entendido como medida de presión, pues se les pide a los maestros disidentes una definición en la víspera de la decisión que tomará el Senado respecto a la procedencia o no de declarar la desaparición de poderes en Oaxaca.



Luego de 140 días de movilizaciones, plantones, bloqueos y enfrentamientos –incluso armados– en demanda de la renuncia del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, el Senado tendrá que recuperar el sentido de autoridad al que renunció el Poder Ejecutivo.



La decisión del gobierno de Vicente Fox de intervenir en Oaxaca sólo cuando escaló el conflicto, bajo el argumento de que “el presidente no quita ni pone gobernadores”, demostró la renuncia voluntaria al ejercicio del poder de quien estaba obligado a contener el problema, pues desde el inicio quedó claro que no se trataba de un asunto de la exclusiva soberanía de esa entidad.



La gobernabilidad implica que las decisiones tomadas por la autoridad sean obedecidas. La ingobernabilidad, por el contrario, ocurre cuando la autoridad no es efectiva, es decir, que no toma decisiones que se respeten.



La ingobernabilidad también es resultado de la desproporción entre las demandas de la sociedad y la capacidad de respuesta del aparato estatal.



Por eso, es claro que lo que comenzó como reivindicaciones económicas de la Sección 22 del SNTE y derivó en la constitución de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) para exigir la renuncia de Ulises Ruiz, tiene que ver con la incapacidad de las autoridades mexicanas para encausar esas exigencias.



Contrario a la excusa presidencial de que en su momento no intervino para no emular al presidencialismo autoritario del régimen del PRI, lo que se requería eran acciones efectivas del aparato estatal para contener tales demandas.



La amenaza latente del uso de la fuerza, lo que incrementa el nivel de tensión, es también consecuencia de la imposibilidad para instrumentar medidas efectivas, pues la represión y el enfrentamiento no son más que el fracaso de la política.



Fox y su secretario de Gobernación, Carlos María Abascal –responsable de la seguridad interior del país– cometieron prevaricato, pues el problema no era si se ejercía un exceso del poder presidencial, sino de ejercerlo.



No se trataba de un poder autoritario, sino de un poder eficaz.



El vacío de poder desde el Ejecutivo trasladó el conflicto al Senado, que el martes decidirá más que el futuro de Ulises Ruiz; habrá de establecer si desaparecen también los Poderes Legislativo y Judicial en el estado.



En ese caso, el propio Senado tendría que designar a un gobernador interino entre los senadores oaxaqueños.



Otra salida, prevista en la Constitución de Oaxaca, es que en caso de que el Senado limite la desaparición de poderes al Ejecutivo y el Legislativo, el presidente del Tribunal Superior de Justicia deberá asumir como gobernador interino.



Cualquiera que sea la resolución del Senado, incluida la permanencia de Ruiz, lo único que se logrará será un intento de darle cauce institucional a la crisis; pero permanecerá el problema de fondo que no han querido ver las autoridades estatales y federales, incluido el Legislativo: que las demandas de los movimientos sociales como los de Oaxaca, San Salvador Atenco, en el Estado de México, o Chiapas no se satisfacen con la democracia electoral.



Las diferentes muestras de la ingobernabilidad que padece México demuestran que no basta con la alternancia, por definición limitada, para organizar las diferentes expresiones políticas.



Esas manifestaciones demandan un nuevo sistema que pronto tendrá que empezar a diseñarse y echarse a andar antes de que la ingobernabilidad se extienda por otras partes del país.



Comentarios: jcarrasco@proceso.com.mx




Y uno más tomado de El Universal

http://www.eluniversal.com.mx


Detrás de la Noticia


Ricardo Rocha


16 de octubre de 2006




Oaxaca: días circulares


El conflicto de Oaxaca puede recaer en cualquier momento en una espiral de violencia de proporciones inimaginables. El todavía gobernador Ulises Ruiz está dispuesto a todo por aferrarse al cargo con uñas y dientes. A pesar de que ya no gobierna, todavía tiene bajo su mando las poderosas policías estatales que -disfrazadas de civiles- se convierten en verdaderos asesinos a sueldo.



Ahí están también sus aviones y helicópteros, desde los cuales se han disparado gases lacrimógenos a los oaxaqueños. Las fotografías recientes de estos cuerpos represivos, y por supuesto ilegales, disparando contra miembros de la APPO, no hacen sino probar hasta dónde puede llegar este discípulo de Roberto Madrazo y heredero de la vena melodramática de José Murat.



El lunes pasado advertíamos del riesgo de provocaciones y ataques de estos grupos paramilitares y ahí están los hechos. Ya nadie puede tener dudas de que Ruiz está dispuesto a un derramamiento de sangre de consecuencias impredecibles. Con o sin ayuda de la Policía Federal Preventiva. Él quiere quedarse a cualquier costo. Por eso fue patética su reunión de gabinete con los tres senadores del PAN, PRI y PRD enviados por la Comisión de Gobierno para elaborar un informe de campo que allegue elementos para un nuevo dictamen sobre la desaparición de poderes en Oaxaca. El encuentro hubo de darse en el hangar oficial del gobierno en el aeropuerto de la capital oaxaqueña. Hasta ahí puede llegar Ulises Ruiz. Quien mediante todos los trucos imaginables intentó -junto con sus corifeos del Legislativo y Judicial- convencer a unos atónitos legisladores de que en Oaxaca no pasa nada y que los tres poderes trabajan normalmente. Un engaño dramático que ilustra el grado de evasión de la realidad en que andan Ulises y su gente.




Todo podría parecer anecdótico de no presagiar tantos peligros. Y es que en cualquier momento Oaxaca puede regresar a ese 14 de junio que tampoco se olvida. Los balazos, los muertos, los heridos, los gases y la brutal represión fallida en sus propósitos de desalojo pero que desató una explosión social que a cada minuto del día exige la salida de Ulises Ruiz del gobierno de Oaxaca. No es verdad que se trata de unos cuantos revoltosos que tienen secuestrados a los ciudadanos oaxaqueños. En primer lugar tan ciudadanos son los maestros y los de la APPO como los empresarios y restauranteros. Además, la inconformidad y el repudio no están sólo entre quienes se manifiestan activamente en las calles. Son mayoría los oaxaqueños que abominan a un gobierno represor, abusivo y bajo sospecha permanente de corrupción.



En el mejor de los casos, hay quienes detestan los métodos de APPOS y maestros, pero coinciden en que la salida de Ulises es la única vía de solución a todos sus males. Pocos y cada vez menos los que -como los panistas Héctor Larios y Manuel Espino- creen que la fuerza pública debe entrar ya a Oaxaca. Ni idea tienen del grado de furia que ahí van a encontrar.




Por cierto, todo indica que los senadores del PAN serán la clave para decidir el destino político de Ulises Ruiz y su desgobierno. Una vez que el informe de la subcomisión se convierta en dictamen y suba al pleno este martes se espera una agria discusión. Sin embargo, los posicionamientos parecen muy claros: el PRI en bloque apoyando a Ulises; el PRD también en bloque por la desaparición de poderes; el PAN en cambio es una incógnita.



Los foxistas, espinistas y anexas van todavía por una solución de fuerza con el pretexto de evitar a toda costa un efecto dominó en todo el país. Enfrente los calderonistas -los menos, por cierto- ya se convencieron de que eso del fenómeno copy-cat es un cuento chino. Y que lo que más les conviene es que Oaxaca se resuelva ahora. Sin sangre. Y antes de que Calderón tuviere que arrancar su gobierno con tamaña loza en sus espaldas. Las próximas horas y el activismo de unos y otros serán cruciales para inclinar la balanza en el Senado.




Es probable que el tema Oaxaca comience a hartar a algunos. La verdad es que 150 días de pudrimiento parecen ser muchos. Pero sería muy peligroso que el hartazgo nos llevara a consentir que el conflicto se arregle de cualquier manera. Lo dicho: por una u otra puerta Ulises Ruiz debe salir del gobierno de Oaxaca. Y no debe haber ni un sólo muerto más.



ddn_rocha@hotmail.com