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jueves, octubre 12, 2006

Nerviosismo del PRIAN, perderán Tabasco

Tomado de Proceso

El próximo domingo se llevarán a cabo las elecciones para gobernador, legisladores y presidentes municipales en Tabasco. Las encuestas oficiosas y los medios oficiosos –prácticamente todos, como siempre- dan como triunfador al candidato del PRI Andrés Granier, quien según su alegres cuentas aventaja con 10 puntos a Raúl Ojeda de la Coalición Por el Bien de Todos. Sin embargo algunos datos pueden ofrecernos más luz sobre el nerviosismo del PRIAN y la violencia de los disque “pacíficos” que han tomado instalaciones en territorios perredistas y quieren espantar con el petate del muerto (“...es un peligro para Tabasco”).



Da la casualidad de que en las elecciones del año 2000 el PRI llevaba 8 puntos de ventaja en las encuestas y terminó ganando con solo 1, según cifras oficiales del Instituto Electoral de Tabasco. En los comicios intermedios de 2003 las encuestas decían que el PRI ganaría, pero quien se alzó con el triunfo fue el PRD. Y hace unos cuantos meses en las elecciones federales para presidente de la República todas las encuestas señalaban al PRI como triunfador en todos los distritos y terminó ganando como es sabido la Coalición Por el Bien de Todos.



Esos son los hechos. Las encuestas internas de la coalición señalan que Ojeda repuntó en las preferencias electorales, por ello el PRI planea el fraude y si pierde de todas maneras, intentará anular la elección.



La coalición ha presentado pruebas de la coacción del voto mediante las prácticas de siempre, despensas y obsequios de diversa índole. También ha señalado que el domingo se tiene preparado un operativo para la compra del voto en la entidad. Recordemos que el PRI es quien gobierna en Tabasco, que está en juego el capital político de Roberto Madrazo –quien gobernó la entidad- y el del PRI nacional. Quien más tiene en juego en esta elecciones es el PRI, no es el PRD ni Andrés Manuel López Obrador como quieren hacer creer los medios de comunicación. Al tiempo, solo faltan unos días. Estemos atentos.





A continuación un análisis tomado dela revista Proceso

http://www.proceso.com.mx



Tabasco y Oaxaca, desenlace crucial



josé gil olmos



México, D.F., 11 de octubre (apro).- La elección a gobernador en Tabasco y la posible caída del gobernador de Oaxaca, son dos hechos políticos que circunstancialmente coinciden y que habrán de tener un peso importante en el desarrollo de la política nacional, sobre todo en la forma en que saldrá el presidente Vicente Fox y en la llegada de Felipe Calderón a Los Pinos.





Tabasco y Oaxaca, dos estados del sur del país marcados por fuertes cacicazgos políticos, se encuentran emparentados de alguna manera con el madracismo, y sus respectivos rumbos políticos se habrán se definir este fin de semana.



El próximo domingo se realizan las elecciones a gobernador, alcaldías y diputaciones locales en Tabasco. El perredista Raúl Ojeda y el priista Andrés Granier se disputan la elección al gobierno y ambos representan dos corrientes importantes que buscan la sobrevivencia a nivel nacional.



La victoria de Ojeda representaría un mensaje de fortalecimiento del movimiento político nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador a través del Frente Amplio Progresista (FAP), sobre todo frente al fortalecimiento de la derecha con la unción de Calderón a partir del primero de diciembre. Pero una derrota sería un fuerte descalabro al movimiento lopezobradorista, porque se trataría de un fracaso en su propia tierra, que sus opositores de PAN y PRI capitalizarían con creces.



Es por ello que Andrés Manuel tiene un especial interés en esta elección y el que le haya echado el hombro a Raúl Ojeda en las últimas semanas, esperando empatar las encuestas que en los meses anteriores favorecían al candidato del PRI, Andrés Granier, hasta con diez puntos, pero que en las últimas semanas se ha ido cerrando la distancia hasta llegar a sólo dos puntos.



Pero si para el PRD y López Obrador la victoria en Tabasco es importante, para el PRI es fundamental obtener una victoria, tras la reciente derrota en Chiapas y frente al riesgo de perder al gobernador de Oaxaca, luego de la grave crisis que enfrenta en los dos últimos meses.



La victoria de Granier, quien no era el candidato de Roberto Madrazo, podría significar un respiro para el tricolor y una bocanada de aliento ante las presiones que está recibiendo en el Congreso de la Unión, luego del escándalo en que se vio involucrado su coordinador en la Cámara de Diputados, Emilio Gamboa Patrón, por sus relaciones con el empresario Kamel Nacif.



Mantener Tabasco es fundamental para el PRI en estos momentos en que en el Senado de la República y en la Secretaría de Gobernación se juega la cabeza de Ulises Ruiz en Oaxaca.



Si pierden en Tabasco el domingo, la semana que entra llegarán debilitados al Senado, donde se habrá de elaborar un nuevo dictamen sobre la ausencia de poderes en Oaxaca.



Es aquí donde vemos que los tiempos políticos se empatan en Oaxaca y Tabasco, y curiosamente de lo que ocurra en las dos entidades también se definirá el futuro político de Roberto Madrazo, pues en su estado natal se juega el destino de una corriente interna que en el PRI no ha cuajado y que fracasó el pasado 2 de julio, el llamado “madracismo”. Curiosamente, además en Oaxaca se juega el futuro de uno de los principales operadores de esta corriente, Ulises Ruiz, quien en los últimos años ha sido uno de sus principales apoyos económicos.



Paradójicamente, las consecuencias de lo que ocurra el domingo en estas dos entidades, también se reflejarán en la salida del gobierno de Vicente Fox y la entrada de Felipe Calderón.



Si en Tabasco gana Ojeda y López Obrador, el panismo en Los Pinos tendrá mucho de qué preocuparse, porque desde el inicio del sexenio tendrán que enfrentar a un adversario fuerte que, desde la izquierda, no dejará que avance su proyecto privatizador del sector energético, y tampoco las reformas hacendarias basadas en aplicar impuestos en medicinas y alimentos.

Y si en Oaxaca cae Ulises Ruiz, Fox y Calderón tendrán que revisar sus nuevos esquemas de negociación, tanto con el PRI como con el PRD, quienes habrán de convertirse en fuertes opositores a sus proyectos de gobierno para los próximos seis años.

Es así que una buena parte del futuro del próximo gobierno presidencial, de PRI y PRD, está íntimamente relacionado con lo que ocurra en Oaxaca y Tabasco.



Enseguida un artículo tomado de La Jornada


http://jornada.unam.mx



Algo para recordar



Octavio Rodríguez Araujo


Me refiero a la posición de varios de los hoy antilopezobradoristas del PAN y del PRD, pero en 1991.



Como todos sabemos, el 16 de septiembre pasado la mayoría de los delegados a la convención nacional democrática decidió que AMLO fuera el presidente legítimo, cuya toma de posesión, como tal, será el 20 de noviembre. Fue curiosa la reacción de muchos ante este hecho, especialmente de los publicistas de la derecha y, desde luego, del Partido Acción Nacional. Todos ellos, sin excepción, intentaron no sólo minimizar la existencia de un presidente legítimo, en paralelo con el presidente electo recién dictaminado por el TEPJF, sino que trataron de ridiculizarlo. Y digo que fue curiosa porque en 1991, el 26 de septiembre, a las 19 horas, los panistas, entre otros, reconocieron en la Plaza de los Fundadores de la capital de San Luis Potosí a Salvador Nava Martínez como "gobernador legítimo" de esa entidad de la Federación. Horas antes, a las 14 horas de ese mismo día, en un recinto cerrado y resguardado por efectivos militares, Fausto Zapata Loredo rendía protesta como gobernador "legal" del mismo estado, en presencia de Carlos Salinas de Gortari y en una ceremonia tan breve como precipitada.



Muchos de los críticos de AMLO en 2006 fueron en 1991 entusiastas simpatizantes de la candidatura de Nava, apoyada por una coalición entonces considerada sui generis, formada por el Frente Cívico Potosino, el PRD, el PAN y el Partido Demócrata Mexicano de origen sinarquista y ya desaparecido. Se trató de la Coalición Democrática Potosina. La elección se había llevado a cabo el 18 de agosto de ese año. En esa elección, como en la de 2006, fue evidente que el gobierno había actuado como juez y parte, y los observadores de entonces concluyeron que la equidad había estado ausente en el proceso y que los comicios no habían sido transparentes ni creíbles.



Rafael Reygadas, en su libro Abriendo veredas (capítulo 4), escribió: El 26 de septiembre, el mismo día de la toma de posesión de la gubernatura por parte de Fausto Zapata, el Informe Final del Proceso de Observación Electoral de las elecciones en San Luis Potosí señaló:



"La mayor parte de los medios de comunicación potosinos no cumplieron con su obligación de informar objetivamente a los ciudadanos de las opciones y de las propuestas políticas existentes... la televisión y la mayoría de la prensa escrita tuvieron una clara parcialidad a favor de los candidatos del PRI... (Esto) demostraría que dejó de ser una televisión de estado y se convirtió en una televisión de partido... también fuimos testigos que funcionarios gubernamentales intimidaron a ciudadanos o utilizaron la ayuda económica para favorecer a los candidatos del Partido Revolucionario Institucional. Hemos documentado incidentes de este tipo en poblados de la Huasteca, la zona Pame, Moctezuma y Matehuala. Recogimos asimismo evidencias, en diversas partes de la entidad, que demuestran que se utilizaron recursos, oficinas y vehículos oficiales (como el DIF) para hacer campaña a favor de los candidatos del mismo partido..."



Cámbiesele al texto anterior PRI por PAN y en lugar de DIF escríbase Secretaría de Desarrollo Social, y el párrafo parecería escrito por los furiosos y desbocados lópezobradoristas en 2006, pero no fue así. Lo que ocurre es que los panistas de hoy, sus publicistas por conveniencia y oportunismo, y varios cardenistas en el PRD tienen mala memoria.



Es pertinente recordar también que Fausto Zapata no pudo entrar en sus oficinas, pues los navistas (incluidos los del PAN) se instalaron en la parte frontal del Palacio de Gobierno en la Plaza de Armas de la capital. Fue un plantón. En paralelo, el 28 de septiembre, Salvador Nava encabezó una marcha a pie a la ciudad de México. La protesta contra el fraude y la imposición no se hizo esperar y a mediados de octubre el gobierno federal propuso un gobernador interino al tiempo que hacía renunciar a Zapata, quien había sido elogiado por Salinas en su toma de posesión. El gobernador legítimo, es decir, Salvador Nava, no fue criticado por ostentarse como tal por decisión de los presentes en la Plaza de los Fundadores, sino apoyado por muchos que ahora sufren de amnesia. Tampoco fue puesto al frente del gobierno de su estado, pero sí logró lo que ahora le critican a López Obrador como uno de sus propósitos: que el gobernador espurio (léase ahora presidente espurio) se quedara en el palacio de cantera rosada del siglo XVIII. Habrá que reconocerle a Salinas más oficio político que a Fox, lo que no es mucho.



No deja de ser curioso que siendo Cárdenas presidente del PRD en 1991, cuando Nava fue declarado en la plaza pública gobernador legítimo, ahora diga, haciéndose eco de Luis Villoro (como cita en su carta a Elena Poniatowska), que "muchos no podemos estar de acuerdo con nombrar un nuevo presidente en rebeldía. Esto rompería, aunque sólo fuera simbólicamente, el orden constitucional. Para sostener una amplia y permanente oposición lo que menos necesitamos son actos provocadores". Y es curioso porque no sólo hay implícita una defensa del orden constitucional que se quiere cambiar y que el mismo Cárdenas dijo que debía sufrir cambios, sino que le parezca una provocación que pondría en riesgo el sostenimiento de "una amplia y permanente oposición". En el mejor de los casos, esta crítica de Cárdenas revela que hay dos puntos de vista distintos sobre lo que debe ser "una amplia y permanente oposición". Para Cárdenas ésta debe darse, según sus hechos y dichos, dentro de las instituciones y no desconociéndolas; para López Obrador no, sino en todos los frentes: en los institucionales y en los no institucionales.