Crisis institucional y otra mentira más de Fox
A menos de dos meses de que concluya Foxilandia continúan saliendo los resultados que durante seis años el traidor de Vicente Fox ocultó a los mexicanos.
Ahora resulta que el modelo educativo del foxismo fue un rotundo fracaso y que los alumnos de primaria y secundaria están reprobados en matemáticas y español. Mediante exámenes aplicados por la Secretaría de Educación Pública al 90 por ciento de los alumnos de sexto grado de primaria y de tercer grado de secundaria, se determinó que luego de cursar nueve años de educación básica no se alcanzó la excelencia y sí por el contrario se bajó el nivel educativo del país.
Para el vo-cero presidencial don Burrén el problema es serio pero sin abundar en el asunto alcanzó a colgarse del logro alcanzado por la UNAM al pasar del lugar 95 al 74 entre las mejores universidades del mundo. Y señaló que es una prueba de que México cuenta con centros de educativos de excelencia a nivel mundial. En esta escala no hay ninguna otra escuela superior de América Latina, de España o de Portugal.
Quienes se encargan de la educación en el país retrasaron la información y mintieron sobre los logros en la materia. Ahora que se dio a conocer tocó el turno a los medios de comunicación "bajarle" el tono y minimizar el hecho. A modo de ejemplo la lectora de noticias de radio Fórmula Denise Maerker informó del hecho diciendo que había tal rezago, pero enseguida señaló los avances en materia de detección de este tipo de problemas, ya que durante "muchísimos años habíamos carecido de un mecanismo para saber la situación educativa en el país".
Sin menospreciar los avances en la manera de conocer el grado de escolaridad en México, Maerker miente pues no es a partir de este año que se sabe el bajo nivel educativo en el país. Fue a partir de que la nación ingresó a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en los tiempos del infame Carlos Salinas de Gortari, que los estudios se realizan con periodicidad y se hacen públicos. Entre las condiciones para permanecer en el organismo que agrupa a los 24 países más desarrollados del mundo están las evaluaciones anuales en varios rubros económicos y educativos.
Estando así las cosas, la lectora de noticias es tramposa al desviar la atención de su público hacia el avance de las técnicas nacionales para saber que tal mal estamos y no en la verdadera noticia que es el saber que la calidad y modelo
educativo es malo. Que la preparación es pésima y por décadas se han arrastrado deficiencias. Que los profesores tienen una cuota máxima de reprobados a fin de cumplir con la metas gubernamentales en lugar de proporcionar enseñanza de calidad y actualizada.
Este ejemplo muestra de qué manera los lectores de noticias de la radio y televisión desvían la atención a otros temas y quitan importancia o exageran las noticias al gusto de los intereses de quienes en realidad mandan en el país, es decir, empresarios, grandes capitales, etc.
Sabemos que el desarrollo y posibilidad de crecimiento de una nación se basa en sus cuadros en ciencia y tecnología - todos los países desarrollados con Estados Unidos a la cabeza importan personal calificado para subsanar sus deficiencias en estos rubros- por lo que una noticia como ésta debería ocupar los principales espacios noticiosos, además de ir acompañados de información adicional, mesas de análisis con intervención de los actores: gobierno, legisladores, maestros, padres de familia, profesionales de apoyo (psicólogos, sociólogos, etc), empresarios, etc. Pero la triste realidad es que la nota mereció menos tiempo que el dado a los deportes. De ese tamaño es la calidad de la "información" que nos recetan las televisoras, radiodifusoras y la mayoría de la prensa escrita. Y para darse cuenta de ello no necesitamos de grandes encuestas, sondeos o exámenes aplicados por algún organismo de vanguardia. Sólo basta con abrir los ojos y oídos.
Enseguida una colaboración tomada de La Jornada de este viernes 6 de octubre de 2006.
http://www.jornada.unam.mx
El pelele
Luis Javier Garrido
La crisis de Oaxaca está poniendo en evidencia el desastre institucional del país, y cómo el fraude electoral de 2006 está llevando a la coalición de intereses que lo impuso, y que pretende seguir gobernando por seis años más, a un callejón sin salida.
1. La crisis de Oaxaca, que se ha ido agravando por la incapacidad del gobierno de Vicente Fox de responder a las demandas de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), y en particular a la principal de ellas, que es la salida del priísta Ulises Ruiz de la gubernatura oaxaqueña, es una consecuencia directa del fraude en las elecciones presidenciales, pues no hay consenso entre quienes lo instrumentaron de cómo enfrentarla. La crisis prefigura, en consecuencia, la inviabilidad de un posible gobierno ilegítimo de Felipe Calderón, que tendría que responder a los intereses espurios que lo pretenden llevar a Los Pinos para que funja como una marioneta suya, y que son los responsables de la miseria existente en ese estado y en el país y, por lo mismo, de la imposibilidad de responder democráticamente ante los conflictos.
2. El caso de Oaxaca no tiene para el gobierno foxista una salida inmediata, ni democrática ni autoritaria, que fuese aceptable para la coalición de fuerzas integradas a la alianza PRI-PAN, en particular en vistas a su colaboración en la 60 Legislatura para hacer pasar el paquete de contrarreformas estructurales. La salida democrática, que implicaría, entre otras cosas, la remoción de Ulises Ruiz, no puede darse, pues supondría un interino priísta, que tendría que ser aprobado por la APPO, el quiebre del PRIAN y unas elecciones para gobernador en las que con certeza el régimen perdería la gubernatura. Y la supuesta salida autoritaria, que consideraría la represión y sólo agravaría las cosas, dejaría aún más en entredicho a Calderón, por mucho que éste busque deslindarse de lo que acontece.
3. La pregunta que se hacen muchos ante lo que está aconteciendo, sobre quién gobierna y está tomando las decisiones, es la misma que se podría hacer de imponerse el 1º de diciembre a Calderón. El fraude electoral de 2006, orquestado desde Los Pinos, contó con la activa colaboración de panistas, priístas, elbistas, yunquistas y múltiples grupos empresariales a los que Fox y Calderón están respondiendo, sin darse cuenta de que están llevando a su régimen a un callejón sin salida al intentar seguir anteponiendo a esa coalición de intereses por sobre los derechos de los mexicanos.
4. El fraude electoral de 2006 no se hizo para que Felipe Calderón, un individuo incompetente, y ahora se sabe que deshonesto, gobernase a México, porque de llegar a Los Pinos no iría a gobernar, sino simplemente a figurar como "primer mandatario" dejando que las decisiones se sigan tomando en otra parte: ailleurs, como dicen los franceses. El fraude fue para impedir que Andrés Manuel López Obrador llegase a Palacio Nacional y la coalición de intereses espurios que ha dominado al país en los últimos años pudiera seguir prevaleciendo sobre los derechos del pueblo de México.
5. Calderón es, por lo tanto, doblemente espurio. Lo es porque no ganó la Presidencia, sino que está tratando de ser impuesto en ella por medios fraudulentos e impositivos en contra de la voluntad mayoritaria de los mexicanos. Y lo es, además, porque lo están tratando de colocar en la silla presidencial grupos de poder que representan privilegios espurios y que lo hacen para poder seguir usufructuando un sistema ilegítimo de dominación y prevaricación, como se ve en Oaxaca.
6. Las contradicciones entre estos grupos no se pueden resolver en Los Pinos, ni puede hacerlo tampoco quien manipula los hilos tras bambalinas. En 1929, tras la crisis política que generó el asesinato de Obregón, Calles implantó lo que uno de sus amigos llamó el gobierno "de trasmano", que le permitió durante siete años prevalecer en la vida de México, y siguiendo este modelo, en 1988, luego de la crisis derivada del fraude que le permitió sentarse en la silla, Carlos Salinas de Gortari pactó con el PAN un marco de alternancia política sustentado en la alianza PRI-PAN, que le permitió crear las condiciones para ejercer un nuevo poder "de trasmano", del cual ahora se ven sus límites.
7. Calderón es en este escenario un pelele, una marioneta, que de llegar al cargo podría hablar en nombre del Estado, pero que no ejercería siquiera sus funciones constitucionales plenas ni tomaría las decisiones fundamentales; que podría abusar del poder, repartiendo algunos cargos (que no todos), haciendo negocios y enriqueciéndose sin límites, tanto él y su parentela, como lo está haciendo Fox, pero que en las decisiones claves en materia económica y política estaría atado de manos, mucho más que Fox, precisamente porque para llegar al cargo por la vía fraudulenta debe su posición a quienes le hicieron los operativos: desde Salinas, la Gordillo, el PAN y El Yunque hasta los capitalistas extranjero y nacionales que invirtieron en él, pasando por Tv Azteca y Televisa, por lo que si tuviese un ápice de dignidad renunciaría a ejercer el cargo en esas condiciones.
8. La campaña en los medios para imponer a ese producto espurio como "legítimo" tiene dos vertientes que no hacen más que evidenciar la inviabilidad de un posible gobierno calderoniano. El hacer pasar a Calderón como algo diferente a lo que es, lo que supone para radio y televisión empezar a deturpar a Fox, y el hacer creer que quienes denunciaron el fraude están empezando a aceptarlo, lo que lleva a las equivocaciones y al ridículo. La obsesión de los gobernantes espurios por "legitimarse", como suponen pueden hacerlo con decisiones espectaculares, giras turísticas internacionales (como la que ahora hace Felipillo) o el aval de grupos nacionales, no cambia el fondo de las cosas.
9. En uno de los cartones que hizo para la Real Fábrica de Tapices de Madrid, que se halla en el Museo del Prado, Francisco de Goya pintó hacia finales del siglo XVIII una escena costumbrista llena de humor de las fiestas populares de la época, que representa a un muñeco pandeado por los aires por quienes festejan: "el pelele". Sólo que éste no pretendía ser un jefe de Estado.
10. Un eventual gobierno de Felipe Calderón, como se está viendo en el caso de Oaxaca, prefigura lo que vendría si se insiste en su imposición: no tiene la autoridad moral ni política para poder gobernar.
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