progressif

sábado, octubre 21, 2006

El bufón del reino; aventuras en Foxilandia


La mentira fácil y la risa facilona acompañan los últimos días del sexenio perdido del traidor de Vicente Fox. Un sus “giras” no se cansa de repetir sus “logros” al igual que los spots comerciales, pese a que hace casi dos meses que no dio el informe, sus mentimerciales siguen al aire.

No cabe duda que las drogas que toma para sus problemas depresivos lo han “elevado” más de la cuenta. Tanto que a cada rato suelta alguno de sus chistoretes con la pretensión de arrancar risas de sus incondicionales. Actos por supuesto hechos a la medida y con personas a la medida. Un bufón en la corte o en tonto de la reina, como se le quiera ver.

La realidad del país que deja es mucho muy distinta a sus disparatados discursos y fantasías de una mente afiebrada. Al parecer seis años viviendo en Los Pinos lo terminaron de desquiciar.

Enseguida una colaboración tomada d La Jornada que nos regresa al mundo real y a la verdad sobre el desastre en que dejó al país el traidor cambión.

http://www.jornada.unam.mx



México SA
Carlos Fernández-Vega

Las ''buenas noticias'' laborales de Fox

Dice haber creado más de 2 millones de empleos

Le faltó incluir a los que se emplearon... en EU

"Que luego no me digan hablador y presumido", exigió el presidente Fox cuando de nueva cuenta sacó la calculadora del "cambio" -la que sólo suma o resta a conveniencia- para presumir, dijo, el "hecho histórico" en materia de empleo en el sector formal de la economía.

No hay necesidad de que alguien se lo diga; él mismo lo certifica cotidianamente, sobre todo cuando de "logros" se trata, y en este sentido los obtenidos en empleo se cuentan entre los primeros. Tal es el caso de su reciente discurso en Cancún, en el que aseguró que en su sexenio "se crearon más de 2 millones" de puestos de trabajo en la economía formal; "millón y medio de nuevas plazas y 500 mil a las de personas que se pensionaron o jubilaron".

Fantasía pura, pero podría presumir una cifra más abultada si incluyera a los 3 millones de mexicanos que, en efecto, se emplearon (a razón de 500 mil por año), pero en Estados Unidos a donde la realidad económica y social del país los obligó a emigrar en busca de mejor vida.

Sin embargo, el presidente Fox sólo presume "logros" internos, como esos 2 millones de empleos virtuales que sacó de la chistera en Cancún. Pero más allá de los fatuos actos de magia del inquilino de Los Pinos, a lo largo del sexenio del "cambio" (cifras oficiales hasta la primera quincena de octubre) la economía formal escasamente generó un millón 200 mil empleos, de los que sólo 22 por ciento se registraron como permanentes; el 78 por ciento restante correspondió a plazas eventuales.

De ese millón 200 mil, alrededor de 910 mil han sido registrados en 2006. Los restantes 300 mil se generaron en los cinco años previos, lo que cubrió tan sólo 5 por ciento de la demanda anual en ese periodo. En el mejor de los casos, lo que Fox sí puede presumir es que por cada mexicano que logró emplearse en el sector formal de la economía nacional, otros 3 tuvieron que emigrar para ocuparse fuera del país. Y aún así 3 millones adicionales quedaron en el aire. Como diría el secretario de Economía, Sergio García de Alba, lo anterior avala que la creación neta de empleo en el sexenio foxista arroja un resultado "aceptable y razonable".

De cualquier suerte, el inquilino de Los Pinos presume algo que debería darle vergüenza. En Cancún celebró las "buenas noticias", porque, dijo, "el aumento en la generación de empleos en el sexenio se ubicará en 12 por ciento" (en realidad ha sido de 8.9 por ciento, pero eso es lo de menos porque el aumento tendría que haber sido no menor a 56.3 por ciento sólo para satisfacer la demanda laboral en el sexenio, sin considerar el rezago ni sus promesas de campaña). Entonces, auto alabarse porque durante su administración sólo 9 de cada 100 mexicanos lograron emplearse en el sector formal de la economía ratifica, sin duda alguna, su calidad de hablador y presumido, para ser generosos con los términos.

Y mientras Fox celebra "las buenas noticias", el INEGI vuelve a corregirlo, porque en su más reciente reporte sobre el particular advierte que a nivel nacional la tasa oficial de desocupación abierta fue de 3.98 por ciento de la PEA en septiembre pasado, porcentaje superior al registrado en igual mes de 2005 cuando resultó de 3.7 por ciento. Por sexo, la TD en los hombres aumentó de 3.61 a 3.84 por ciento y la de las mujeres de 3.84 a 4.23 por ciento.

Si sólo se consideran las 32 principales áreas urbanas del país (con una población mayor a 100 mil habitantes), el desempleo abierto en septiembre afectó a 5.17 por ciento de la PEA, 0.48 puntos porcentuales más que en el mismo mes de 2005

Esas son las "buenas noticias" que en materia laboral y calculadora del "cambio" en mano gusta celebrar el presidente Fox. Tal vez olvide que prometió 8 millones 100 mil nuevos empleos formales y que a duras penas sólo puede "presumir" 14 por ciento de ese total, y que cuando se sentó en Los Pinos, el 1º de diciembre de 2000, la tasa oficial de desempleo abierto involucraba a 1.5 por ciento de la PEA y a estas alturas del partido esa proporción casi se ha triplicado.

Sobre la población ocupada, el INEGI aporta la siguiente información: alcanzó 96.02 por ciento de la PEA en septiembre de 2006; su distribución porcentual por sector de actividad fue la siguiente: en los servicios se concentró 39.9 por ciento del total; en el comercio 19.4; en la industria manufacturera 17.3; en las actividades agropecuarias 13.8; en la construcción 8.1; en otras actividades económicas (que incluyen minería, electricidad, agua y suministro de gas) 0.9, y el restante no especificó su actividad.

64.5 por ciento de los ocupados se ubicó como trabajador subordinado y remunerado; 23.4 por ciento como trabajador por cuenta propia; 7 por ciento como trabajador sin pago, y otro 5.1 por ciento agrupó a los empleadores. La población subocupada representó 7.8 por ciento de la PEA (alrededor de 3.4 millones de personas) y 8.1 por ciento de la población ocupada.

Las rebanadas del pastel:

Muy asustada está Sabritas, fabricante de productos chatarra y subsidiaria de la trasnacional Pepsico, porque calculó mal y le está costando mucho dinero: creyó que su campaña a favor del Felipillo sólo implicaba el pago de la propaganda en radio y televisión, pero ahora reporta una sensible caída en sus ventas derivada del boicot de los consumidores que reprueban su descarada intervención en el pasado proceso electoral. Sólo así se explica el humilde desplegado de prensa publicado ayer en distintos medios. No es el único consorcio en tal situación, pero parece que Sabritas reventó a la primera.

cfvmx@yahoo.com.mx / cfv@prodigy.net.mx

A continuación un análisis tomado de la revista Proceso

http://www.proceso.com.mx

Mezquindad política
gerardo albarrán de alba *

México, D.F., 20 de octubre (apro).- El balón regresó adonde el gobierno de Vicente Fox no lo quería: su propia cancha. Luego que el Senado de la República se negó a declarar la desaparición de poderes en Oaxaca, cualquier solución al conflicto que rebasa ya cinco meses tendrá que salir de Los Pinos, ya sea a través de su torpe operador político en la Secretaría de Gobernación o de un despliegue de fuerza coordinado desde el gabinete de seguridad. Sin embargo, las opciones para la Presidencia de la República son cada vez más estrechas, en gran medida porque los senadores del PAN optaron por refrendar el maridaje sumiso que sostienen con el PRI, y unieron sus votos en la Comisión de Gobernación del Senado para sostener en el puesto al gobernador priista Ulises Ruiz.

Todos los actores políticos coinciden en que el gobernador priista Ulises Ruiz no gobierna y es el principal obstáculo para atender el fondo del conflicto, pero nadie se atreve a tocarlo, en la esperanza de que su documentada prepotencia y cinismo lo haga caer por su propio peso.

El vocero de Fox dice que, tras el fallo del Senado, toca a la Secretaría de Gobernación resolver el conflicto. Pero la incapacidad política que ha caracterizado a la administración foxista no augura eficacia para resolver por la vía de la negociación la mayor crisis que ha debido enfrentar a lo largo de seis años, y menos aun cuando le queda poco más de un mes en el poder. Por el contrario, sobran los ejemplos de torpeza para encarar conflictos, como podría ser la huelga minera en Sicartsa y el desalojo de comerciantes en el pueblo de Atenco, que dejaron varios muertos nada más este mismo año, e hicieron que el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, José Luis Soberanes, declarara en mayo pasado que el gobierno de Fox había obtenido para México un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas “con las manos manchadas de sangre”.

Ninguno de esos conflictos tenía los alcances que la crisis en Oaxaca plantea a la gobernabilidad y a la estabilidad democrática en México, pero terminaron mal cuando el gobierno federal se decidió por emplear a la fuerza pública, que incurrió en toda clase de excesos e incluso en el asesinato. La permanencia de Ulises Ruiz en el poder, aunque esté incapacitado para ejercerlo, y la amenaza latente de avasallar a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y al magisterio disidente local hacen temer un baño de sangre, máxime cuando golpeadores priistas vinculados al mandatario oaxaqueño –alentados por los pusilánimes senadores del PAN que han condenado a su próximo presidente a ser un rehén del PRI– se aprestan para rebasar al gobierno federal panista y desde el miércoles pasado realiza ensayos de un supuesto ataque a las barricadas para recuperar el centro de la ciudad y los edificios públicos ocupados por los asambleístas.

La Presidencia de la República ha insistido en que no heredará el conflicto a la siguiente administración y que resolverá el problema antes del 1 de diciembre. Pero ahora que el Senado de la República se ha lavado las manos al negarse a declarar desaparecidos los poderes en Oaxaca, el costo total de cualquier salida es para Vicente Fox y el PAN. Incluso Felipe Calderón no será ajeno a la responsabilidad por lo que ocurra, pues las decisiones últimas que adopte Fox se han discutido en su presencia durante las reuniones cada vez más frecuentes del gabinete de seguridad integrado por las secretarías de Gobernación, Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública, así como el Cisen (la policía política del gobierno) y la Procuraduría General de la República, en las que se barajan diversos escenarios de intervención policiaca y militar.

Para colmo, la aparente división entre asambleístas y maestros –luego de que el dirigente de la sección 22 se adelantara a sus bases y anunciara el regreso a clases– alentó a quienes reclaman el uso de la fuerza pública federal para desarticular el movimiento social que mantiene tomado el centro de Oaxaca y varios edificios públicos. Sin embargo, el vocero presidencial ha descartado públicamente la intervención de la Policía Federal Preventiva, aunque fuentes de la Secretaría de Gobernación dicen contar con informes de inteligencia sobre los grupos que integran la APPO, así como de sus planes, y cuentan ya con estrategias para desactivarlos luego del regreso de los maestros a las aulas. Esto genera preocupación en la izquierda, como lo ha expresado el senador perredista por Oaxaca, Salomón Jara Cruz, quien teme que “el día de mañana en Oaxaca veamos más sangre, más muertos y más violencia”.

No en balde, el subcomandante Marcos calificó a la APPO y el movimiento social oaxaqueño como “un ejemplo heroico para todo el país”, y advirtió que “si tocan a la APPO, nos tocan a todos y tendrán el apoyo incondicional por lo menos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional”. Otro grupo guerrillero que opera en la región, las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP), alertó a otros grupos armados clandestinos contra una posible represión en Oaxaca.

En realidad, nada se ha resuelto y, por el contrario, el riesgo aumenta cada día.

Nunca antes, un personaje políticamente muerto había pesado tanto. El enquistamiento de Ulises Ruiz en la inoperante gubernatura de Oaxaca tendrá costos irreversibles para el PAN y para el PRI, pero hasta ahora los muertos siguen siendo de la APPO.

* Gerardo Albarrán de Alba es coordinador de proyectos académicos de la revista Proceso. (Contacto: albarran@proceso.com.mx)