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lunes, agosto 06, 2012

Caso Monex: Salen a la luz más empresas fachada*




Tomados de La Jornada, Hernández y El Universal, Helioflores y Naranjo.



Dos empresarios parecen tener un papel sumamente importante en el entramado de la presunta triangulación de fondos millonarios para la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Se trata de Emilio Fraga Hilaire y José Luis Lozada Neyra; el primero, dueño de Efra; el segundo, de Inizzio y Atama… pero no sólo de esas. Entre ambos acumulan 27 compañías bajo fuerte sospecha de ser sólo membretes para enredar más la madeja y tratar de borrar las huellas que los vincularían con Banco Monex y el PRI.

Conforme pasan los días salen a relucir los nombres de varias empresas formadas por dos personajes clave en el caso de presunta triangulación de recursos millonarios a la campaña presidencial del PRI y que hasta el momento no han sido señalados por el Instituto Federal Electoral (IFE). Son Emilio Fraga Hilaire, dueño de Efra, y José Luis Lozada Neyra, propietario de Inizzio y Atama. 

Proceso detectó por lo menos 27 empresas en las que estos personajes participan directamente como accionistas o a través de terceras personas; ambos manejan sus cuentas en el Grupo Financiero Monex, en Banamex, Bancomer y Santander.



De acuerdo con el Movimiento Progresista, Importadora y Comercializadora Efra, S.A. de C.V. –nombre formado con el acrónimo de Emilio Fraga–, compró tarjetas Monex por 110 millones de pesos. Esta compañía tiene como dirección Calderón de la Barca número 78, colonia Polanco. Este semanario encontró por lo menos otras 15 empresas con la misma dirección. 

A José Luis Lozada Neyra, quien usa también el pseudónimo de Alejandro Jaén Pérez Lizárraga, se le encontraron 11 empresas cuyas cuentas están radicadas en Banamex y Bancomer. Éstas, sumadas a las 11 que Proceso reveló en su número 1865, dan un total de 22 compañías. Hasta el momento el Movimiento Progresista únicamente ha dado a conocer dos: Inizzio y Atama. 

A 40 días de la primera denuncia hecha por el PAN contra el PRI y su candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, por la presunta triangulación de recursos y el uso de empresas no reportadas, la Unidad de Fiscalización del IFE, la Fepade, el Sistema de Administración Tributaria y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores no han informado nada.



Fraga, investigado por fraude



En enero de 2008 se constituyó la empresa Efra, que usó 110 millones de pesos para la compra de tarjetas Monex; como socio accionista de la compañía figura Moisés Hernández Hernández. 

Un año después Emilio Fraga –hijo de Gabino Fraga, director jurídico de la Secretaría de Gobernación en el sexenio de Ernesto Zedillo– creó la empresa Grupo Levkis, S.A. de C.V., junto con el español Manuel Galguera Pintado. Moisés Hernández aparece en esta compañía como comisario.

Fraga y Galguera “están relacionados en una averiguación previa por el delito de fraude; Fraga en su carácter de apoderado legal. Los dos empresarios con estatus de probables responsables”, según datos obtenidos por Proceso de las autoridades capitalinas.



La cercanía del español con la familia Fraga es tal, que el día que se casó, en 2008, proporcionó como su domicilio la calle Calderón de la Barca número 78, colonia Polanco. 

Galguera tiene además otra empresa que abrió en 2002, Comercial Internacional de Productos, S.A. de C.V. 

En 2000 Emilio Fraga se casó con Sandra Eugenia Acuña de la Paz; la ceremonia estuvo a cargo de Enrique González Torres, sacerdote jesuita y hermano de Jorge González Torres, fundador del Partido Verde que en coalición con el PRI hizo a Enrique Peña Nieto su candidato presidencial. 

A esa boda asistieron el exgobernador mexiquense Alfredo del Mazo González y el actual consejero del IFE Sergio García Ramírez, quien fue secretario general del PRI de 2000 a 2001. Asimismo, Emilio Fraga realizó aportaciones económicas al PRI en 2000 y 2001, según registros del IFE. 

Fraga no sólo tiene Efra: información obtenida por Proceso establece que tiene seis compañías más creadas entre 2000 y 2009. 

Esas empresas son: “Inversiones e Infraestructura Mexicana en Telecomunicaciones, S.A. de C.V.; Aramij, S.A. de C.V.; Tennyson 102, S.A. de C.V.; Impulsora de Griferías Europeas, S.A. de C.V.; Zingamex, S.A. de C.V., y Gastronomía Sol Naciente”. 

Existen otras ocho en las que se desconoce si Fraga participa como socio, pero que dieron como domicilio Calderón de la Barca número 78, colonia Polanco. Se trata de: Blastinaval de México, S.A. de C.V.; Distribuidora de Materiales Fani, S.A. de C.V.; GAPI Importadora de Vinos, S.A. de C.V.; Aeroimagen Euromex, S.A. de C.V.; Servicios Médicos Especializados Family Care, S.A. de C.V.; Ediciones Contemporáneas Viart, S.A. de C.V.; Vacaciones Mundiales, S.A. de C.V., y Alta Costura Áurea, S.A. de C.V. 

Una parte del dinero utilizado por Efra para comprar las tarjetas Monex, hasta donde se tiene documentado, provino de depósitos realizados por dos empresas: Koleos y Tiguan, mismas que fueron dadas de alta el mismo día, ante el mismo notario y con los mismos accionistas: Juan Antonio Hodrogo Guerra y Luz María Viveros Balero. Ambas fueron constituidas el mismo año que Efra: 2008. 

Según el Movimiento Progresista, Efra compró tarjetas Monex primero por 60 millones 604 mil pesos y en una segunda remesa, por 50 millones de pesos. 

En la operación financiera de 60 millones de pesos hubo una pequeña participación de Koleos y Tiguan. La primera realizó un depósito mediante el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) en el banco Santander por 3 millones 271 mil pesos. Tiguan, en el mismo banco y por la misma forma, depositó 9 millones 228 mil pesos. 

En este caso la Unidad de Fiscalización del IFE es la que tendrá que indagar qué otras empresas alimentaron la cuenta de Monex para llegar a los 60 millones 604 mil pesos. La primera revisión obliga a verificar los estados financieros de todas las empresas de Emilio Fraga y las que tienen el famoso domicilio de la colonia Polanco, Calderón de la Barca 78.



Fachadas


Desde que se reveló la existencia de Inizzio y Efra las sospechas del Movimiento Progresista fueron en aumento, debido a que pudo documentar que se trataba de empresas fachada utilizadas para triangular recursos millonarios a la campaña electoral de Enrique Peña Nieto. 

Las sospechas aumentaron cuando la reportera Anabel Hernández, en el diario Reforma, publicó que Mario Alberto Fiaschi Toschischigue aparecía como comisario de Efra. Sin embargo este empresario aclaró que conocía a Emilio Fraga desde hace años pero que nunca fue consultado por éste ni firmó el acta constitutiva de dicha empresa. “Puso mi nombre sin mi consentimiento, sin que yo firmara ante notario público y sin tener ningún tipo de aviso de esas operaciones”. 

También aclaró que vive en San Antonio, Texas, y se dedica a la venta de tortillas de nopal en esa entidad de Estados Unidos. 

Un seguimiento elaborado por el reportero Jenaro Villamil, de Proceso, sobre el caso de Fiaschi revela que tiene una sociedad con Benjamín Buzali Aguilar, director de Relaciones Públicas de TV Azteca y vicepresidente del Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria. 

Además Fiaschi aparece como gerente de la compañía Bvfg Foods LLS radicada en San Antonio, Texas, dedicada a comprar comida y accesorios de limpieza para el hogar. El representante legal inscrito en la página de internet de esta compañía –información actualizada a febrero de 2012– es Erik Rojas, y el otro socio es precisamente Buzali Aguilar.


Monex, Banamex y Bancomer


En la ingeniería financiera que José Luis Lozada Neyra presuntamente utiliza aparecen otros bancos además de Grupo Financiero Monex: Bancomer y Banamex. 

Lozada Neyra es dueño de Inizzio, otra de las empresas que presuntamente compró a Monex las tarjetas utilizadas por el PRI (91 millones de pesos en la primera operación y 46 millones 309 mil pesos en la segunda). Además su otra empresa, Atama, fue utilizada por Alkino, compañía que el propio PRI aceptó haber contratado, para el pago a sus operadores electorales mediante 7 mil 851 tarjetas por 66 millones 326 mil pesos. 

Proceso reveló en su número anterior que Lozada Neyra tenía nueve empresas. Nuevos documentos obtenidos en días recientes acreditan la existencia de otras 13 en las que los nombres de los socios, apoderados o comisarios figuran de manera indistinta en todas ellas.

Se trata de Cartonero El Ébano, S.A. de C.V.; Constructora de Abastecimiento y Materiales Ruiseco, S.A. de C.V.; Distribuidora Falobra, S.A. de C.V.; Comercializadora Dalacin, S.A. de C.V.; Arte y Diseño Creativo Provec, S.A. de C.V.; Cartón y Corrugados Avixis, S.A. de C.V.; Servicios Empresariales Nurbak, S.A. de C.V.; Distribuidora de Materiales e Insumos Entriva, S.A. de C.V.; Distribuidora Rilutek, S.A. de C.V.; Transportadora y Mensajería TAUA, S.A. de C.V.; Distribuidora Daktacort, S.A. de C.V.; Fatimex, S.A. de C.V., y Rafil, S.A. de C.V. 

En suma Lozada Neyra cuenta, hasta el momento, con 24 compañías creadas en sólo 12 años y que abarcan diversos giros, desde la comercialización de cartón hasta asesorías empresariales, pasando por abastecedoras de cómputo. 

Una de estas compañías es Atama, que tiene un papel importante en esta trama financiera porque su relación con Grupo Financiero Monex viene desde mucho antes de que el PRI haya decidido adquirir monederos de prepago emitidos por este banco. 

Lozada Neyra suele realizar movimientos de dinero en Banco Monex. Por ejemplo, el jueves 22 de marzo de 2012 Atama le compró 17 mil 465 dólares, según consta en documentos en posesión de Proceso y donde figura como su operador José Garzón Díaz. 

La consolidada relación de Atama con Monex presuntamente le permitió a Lozada Neyra realizar tiempo después la operación para el PRI con la adquisición de diversos monederos prepagados a Monex entre el 4 de mayo y el 18 de junio pasados, por 13 millones 986 mil pesos. 

Cuando el Movimiento Progresista denunció las operaciones de Inizzio con Monex y posteriormente de Atama con este banco, el PRI se apresuró a negar por lo menos 10 veces haberse valido de este banco. 
Sin embargo el hoy defensor de Enrique Peña Nieto ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Jesús Murillo Karam, al revelar que el PRI había contratado a la empresa Alkino para realizar el pago de los operadores priistas, el representante legal de esta empresa, Rodolfo Antonio Jumilla, aceptó públicamente que sí habían adquirido los servicios de Atama para la transacción financiera. 

A pesar de la voluminosa documentación sobre las triangulaciones financieras, aún hay preguntas que el Movimiento Progresista no puede responder. Por ejemplo, qué otras empresas facturaron a Monex para la entrega de los monederos, ya que los documentos con los que ellos cuentan tienen números de facturas no progresivos. 

Es el caso de las facturas de Inizzio con Monex que tiene en su poder el Movimiento Progresista, dichas facturas tienen una numeración que salta del 2 mil 322 hasta el 24 mil 213. Los huecos en esa documentación financiera son evidentes y sólo pueden ser aclarados por Monex. La Unidad de Fiscalización del IFE es la autoridad facultada para exigir la información y conocer a detalle cuáles otras empresas facturaron, por qué montos y si el dinero fue a parar a los monederos priistas. 

Pero así como Banco Monex tendría que aclarar lo anterior a los funcionarios electorales, éstos tienen en puerta otra indagatoria: las cuentas asignadas, el número de clave y las sucursales que Bancomer y Banamex otorgaron a las 24 empresas de Lozada Neyra. 

Al igual que en el caso de Fraga, según el Movimiento Progresista esta información tendría que estar ya en manos de la autoridad electoral encargada de investigar todas las empresas que pudieron haber alimentado las cuentas de Monex, lugar de donde se sabe, hasta ahora, que salieron las tarjetas de prepago utilizadas por el PRI. 

Y por si no bastara, actualmente hay nuevas líneas de investigación por parte del Movimiento Progresista en las cuales se sigue la posibilidad de que haya habido más tarjetas de prepago usadas por el PRI en la pasada campaña presidencial, pero esta vez emitidas por Banamex.

*Tomado de la revista Proceso.