El “árbitro” electoral, ciego, lento y autocomplaciente*
Tomados de La Jornada, Helguera y Rocha y El Universal, Helioflores y Naranjo.
Jesusa Cervantes
Durante el proceso electoral, aun antes de las campañas, el
Instituto Federal Electoral se presentó como un árbitro atento e hizo intentos
por pulir las leyes que garantizaran un ejercicio transparente. Pero a partir
del martes 3 por la noche, cuando su consejero presidente, Leonardo Valdés
Zurita, se apresuró a cantar victoria, se le vinieron las inconformidades
encima, incluidas la del mandatario Felipe Calderón y las de los candidatos
perdedores: Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota.
El martes 3 por la noche, luego de que los integrantes del
Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) festejaron que los
ciudadanos empadronados ejercieron su derecho a votar y hablaban de una jornada
limpia, comenzaron a manifestarse las inconformidades por “la iniquidad antes y
durante la campaña”.
“Señoras y señores consejeros y representantes: más de 50
millones de mexicanos acudieron a las urnas el domingo pasado. Cada uno de
ellos ejerció su derecho y decidió en las casillas libremente el sentido de su
voto”, expuso Leonardo Valdés Zurita en
la sesión de consejo del IFE poco antes de iniciar el conteo oficial de los
votos presidenciales.
“Esta elección ha sido buena; ha sido limpia”, lo secundó el
consejero Francisco Guerrero Aguirre.
Pero las quejas y observaciones se desataron. Venían del
propio presidente Felipe Calderón, de los candidatos del PAN y del Movimiento
Progresista, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador,
respectivamente, de la sociedad civil y del movimiento estudiantil #YoSoy132.
Todos exigían al árbitro electoral dar respuesta satisfactoria o, decían,
“habrá razones para no aceptar la elección”.
Y como telón de fondo, algunos diarios publicaron imágenes
de “simpatizantes del PRI” cuando realizaban compras de pánico ante el rumor de
que las tarjetas entregadas por ese partido a cambio de su voto se iban a
cancelar. El mismo miércoles 4 López Obrador exhibió miles de plásticos con el
logotipo de la cadena de tiendas Soriana.
Avasallada por las pruebas contra el PRI y su candidato, la
panista Vázquez Mota se sumó a los reclamos de iniquidad en la contienda
presidencial. El presidente Calderón Hinojosa retomó las acusaciones sobre uso
indebido de recursos en las campañas.
Entrevistado por Pascal Beltrán del Río, director editorial
de Excélsior, el Ejecutivo federal expuso que el “tema” no está en el conteo de
votos, sino en el uso indebido del dinero. Un asunto que, dijo, el IFE aún no
aborda.
–A las personas que están inconformes con el resultado, con
el desarrollo de los comicios, a quienes están protestando en las calles, ¿qué
mensaje les enviaría? –preguntó Beltrán del Río.
–No sólo a ellos; yo creo que también a las autoridades. Yo
diría que es importante que se atiendan sus cuestionamientos… Si esto no es
atendido debidamente, evidentemente habrá razones, por lo menos, para no
aceptar o, por lo menos, protestar en el proceso. Mi mensaje es que se haga
legalmente por las vías institucionales. Creo que no son cosas triviales, yo
creo que deben atenderse.
Calderón, “El Peje” y Vázquez Mota
Pese a que Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez
Mota se quejaron ante el IFE por el uso indebido de recursos, rebase de topes,
manipulación de encuestas e iniquidad “antes y durante el proceso electoral”
por parte del PRI, la Unidad de Fiscalización del instituto no consideró
urgente su resolución; incluso adelantó que las investigaciones podrían
concluir en cinco años.
El viernes 5, justo cuando terminó el conteo oficial de los
votos para presidente de la República, el cual dio al priista Peña Nieto una
ventaja de siete puntos sobre López Obrador, el diario Excélsior publicó la
entrevista de su director editorial con Calderón, quien se pronunció por una
revisión del proceso electoral:
“Yo creo que el tema no está, por ejemplo, en el conteo de
votos. Yo creo que el conteo de votos va a arrojar más o menos las mismas
cifras, porque, honestamente, las casillas estuvieron muy vigiladas y (los
votos estuvieron) bien contados. Y qué bueno. Fue un poco como en mi elección.”
Y aclaró: “Pero ahí no está el tema. Las acusaciones son
sobre uso de recursos indebidos en las campañas que provocan una desigualdad”.
Poco antes de la medianoche del domingo 1, una vez que el
IFE emitió los resultados del conteo rápido que dio como puntero a Peña Nieto,
Calderón emitió un mensaje en cadena nacional en el cual expuso sus primeras
dudas sobre el proceso.
“Dije por ejemplo –le recuerda a su entrevistador– que había
señalamientos muy serios y de preocupación de algunos partidos y candidatos;
que tenían que ventilarse debidamente las inconformidades y que nuestra
democracia, claramente, requiere perfeccionarse.
“Los señalamientos que hace, por ejemplo, el candidato del
PRD-PT-Movimiento Ciudadano, López Obrador, son relativos a la iniquidad y al
uso de recursos. Él tiene una expresión: que hubo dinero a raudales en la
campaña. Y Josefina (Vázquez Mota) ha hecho una declaración en el mismo sentido,
que hubo una desproporción muy importante en el uso de dinero.”
Calderón –quien contendió en 2006 contra López Obrador en
una jornada tras la cual el tabasqueño exigió el recuento voto por voto–
puntualizó al respecto:
“Yo no puedo afirmar que lo haya habido (el gasto excesivo),
pero sí creo, como presidente y como ciudadano, que las autoridades electorales
están obligadas, desde luego, a darnos a todos una respuesta sobre ello.”
El jueves 5, la candidata presidencial del PAN denunció la
falta de equidad. Sostuvo que así como aceptó que los números no le favorecían,
igualmente exigía a las autoridades una investigación al respecto.
“En esta elección se hicieron visibles circunstancias de
iniquidad que tuvieron un efecto determinante en el resultado electoral. Esas
circunstancias se dieron antes y durante la campaña electoral.”
Añadió: “En esta elección algunas encuestas en algunos
medios dieron resultados que sólo pueden interpretarse como instrumentos de
propaganda electoral y no basta un ‘me equivoqué, ustedes disculpen’”.
Y, al igual que López Obrador, pidió a la autoridad
electoral revisar “con todo detalle los gastos que evidentemente rebasaron los
topes de campaña establecidos por la ley por parte de algunas fuerzas políticas
y que se asocian a la compra y coacción al votante y al uso ilegal de recursos
públicos y privados”.
También sentenció que “la legitimidad que deriva de las
urnas se pierde cuando se ha violado la ley para alcanzar un propósito
electoral”.
Un árbitro complaciente
Satisfecho por la elevada participación ciudadana en la
jornada del domingo 1, el presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, se
precipitó al declarar que el proceso fue “limpio” y al desdeñar las pruebas y
demandas presentadas por el PAN y la coalición PRD-PT-Movimiento Ciudadano a lo
largo del proceso contra el PRI y su candidato, en particular por el rebase del
tope de campaña, la compra y coacción del voto y las encuestas de la empresa
GEA-ISA que favorecieron a Peña Nieto a lo largo de tres meses, aun cuando
nunca cumplieron con los requisitos establecidos por el IFE.
Además, bajo la consigna de la aplicación “literal” de la
ley, el instituto se negó a emitir un mensaje para conminar a los consejos
distritales a abrir todos los paquetes electorales y disipar cualquier duda
sobre los votos obtenidos por el candidato triunfador.
Esta última decisión crispó el ánimo de integrantes del
movimiento #YoSoy132, quienes desde el domingo 1 por la noche manifestaron su
rechazo del conteo rápido y los resultados preliminares que daban como ganador
a Peña Nieto. Desde ese día mantienen bloqueada la entrada del IFE y demandan
que se limpie la elección.
Sobre la presencia del movimiento, a cuyos integrantes ni
siquiera los han invitado a dialogar, el consejero Francisco Guerrero se quejó
porque, dijo, “el IFE sigue bajo el asedio. Según he podido platicar con gente
que conoce el IFE, pareciera que no hay precedente en torno a este sitio al que
se le quiere someter al IFE… Esta situación la señalo porque este clima de asedio
nos debe hacer reflexionar el tono y la manera en que estamos conduciendo los
trabajos de este consejo general”.
Pero mientras sus consejeros dicen una cosa, el IFE se
muestra omiso ante las demandas. Así, para evitar sesgos en las encuestas que
realizarían algunos medios de información, desde el 14 de diciembre de 2011,
según el acuerdo CG411/2011, el instituto fijó como requisitos obligatorios la
entrega de las bases de datos.
El 25 de abril último, en vísperas del arranque formal de
las campañas, el Movimiento Progresista denunció que el Grupo de Economistas y
Asociados, S.C. e Indagaciones y Soluciones Avanzadas, S.C. (GEA-ISA) desde
febrero publicó todos los días una encuesta en Milenio diario y Milenio TV,
pero nunca entregó la base de datos, por lo que pidió como medida cautelar que
se suspendiera la encuesta en tanto no cumpliera con la obligación y el IFE
tuviera certeza jurídica sobre lo que revelaba.
Contra sus propias reglas, el IFE declaró improcedente el
recurso. Las encuestas siguieron publicándose. Otro par de ejemplos: cuando el
PAN denunció el caso de Monex y el Movimiento Progresista el de Soriana, así
como el rebase del tope de gastos de campaña –según el cual hasta el 4 de junio
el PRI había gastado 719.5 millones de pesos, 383.3 millones por encima de lo
permitido–, el instituto no actuó.
Meses antes, el 8 de febrero, López Obrador presentó 12
puntos para evitar la compra y coacción
del voto, entre ellos uno en el que pidió “reforzar acciones como el revisar
los perfiles de los capacitadores electorales”. El Estado de México y Veracruz,
expuso, “son ejemplos vivos de la utilización de programas sociales”.
Pidió también que la Unidad de Fiscalización fijara reglas
para la contabilidad y registro de los bienes que se distribuyen como
propaganda durante las precampañas y las campañas, así como realizar auditorías
durante la campaña para verificar el origen y destino de recursos y evitar la
simulación de compra indebida de espacios en radio y televisión, entre otras
acciones.
Tres meses después, el IFE respondió que se estaban
realizando esas acciones. Pero no fue así. Prueba de ello es que el miércoles 4
el Movimiento Progresista presentó un escrito con la denuncia de tres
consejeros propietarios del Distrito 05 en Coahuila, en el cual pedían que el
vocal de esa circunscripción, Jorge Luis Grana Hernández, no participara en el
recuento de votos, ya que desde el 22 de febrero, en una plática a los futuros
capacitadores y asistentes electorales, les comentó que López Obrador “hizo mucho
daño a la democracia”.
En cuanto a las denuncias acerca de Monex, Soriana y el
rebase de tope de gastos de campaña, el representante del Movimiento
Progresista ante el IFE, Eleazar Márquez Madrid, se reunió con el director de
la Unidad de Fiscalización, Alfredo Cristalinas, la tarde del jueves 5 para
solicitarle información. El funcionario le respondió que no era su obligación
dársela; incluso le dijo que se la proporcionaría en cinco años más.
En la sesión de ese día, Márquez Madrid pidió al consejero
presidente del IFE que se les entreguen “los proyectos de resolución de dichas
quejas, porque hay que destacar que el proceso electoral tiene que analizarse
antes, durante y después de la jornada electoral”.
Y expuso: “El señor Cristalinas dijo que él no está obligado
a rendir ningún informe ni a adelantar ningún avance de lo que ha investigado
ni lo que le ha informado el SAT o la CNBV ni los requerimientos que ha hecho a
Soriana, ni los que ha hecho al PRI. Hay una violación al principio de equidad,
legalidad y transparencia sobre el uso de recursos de dudosa procedencia que
utilizó el PRI”.
Valdés Zurita respondió a Márquez Madrid: “Analizaremos con
la Unidad de Fiscalización la pertinencia de su solicitud”.
Cristalinas dijo a Proceso que dará su informe el próximo 26
de julio.
En la sesión del jueves 5, el representante del PAN, Agustín
Castilla Marroquín, le reclamó al IFE el hecho de que aún permanezcan “vigentes
prácticas nocivas como la compra y coacción del voto, o la inducción a través
de encuestas”. Y Pablo Gómez, representante del PRD, manifestó que la elección
fue “una práctica que no consiste en la manipulación de votos en casillas, sino
en la compra de votos y en presionar a los electores”.
En una de sus peticiones para evitar la compra y coacción de
voto, López Obrador demandó que se prohibiera el uso de celulares el día de la
elección. El IFE desechó la solicitud el 21 de junio con este argumento: “no
tenemos base jurídica alguna para prohibir celulares, prohibir fotografías o
hacer registros en la privacidad de la casilla”.
Sin embargo, en su acuerdo CG41/2012, emitido como respuesta
a la petición que el 11 de junio pasado hizo el dirigente del Sindicato
Mexicano de Electricistas, Martín Esparza, para que se permitiera al votante
fotografiar su propio sufragio, el consejo se negó porque, dijo, daría pauta a
la compra o coacción del voto:
“El fomentar que los ciudadanos puedan fotografiar la boleta
electoral una vez emitido su voto, más allá de velar por la autenticidad y
efectividad del sufragio, podría utilizarse como un elemento que propiciara una
práctica contraria al principio de secrecía y libertad del sufragio, como son
la compra y la coacción del voto.”
De acuerdo con las denuncias, el PRI pedía a los ciudadanos
mostrar una foto de su voto a favor del partido para entregarles la tarjeta
Soriana. Hasta el cierre de edición, el IFE no había respondido.
*Tomado de la revista Proceso.
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