Las lecciones*
Tomados de La Jornada, El Fisgón y Helguera.
Ernesto Villanueva
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El 1 de julio la gente salió a
votar, en números apreciables, dentro de una contienda presidencial. Y las
cosas permanecieron como se había previsto, sin mayores sorpresas. Estos
comicios aportan, empero, varias lecciones:
Primera. Representan, de entrada, que la fallida estrategia
contra el crimen organizado de Felipe Calderón fue repudiada por la ciudadanía,
de modo que el pasivo presidencial en la política estímulo-respuesta influyó en
el hecho de que su candidata, Josefina Vázquez Mota (JVM), fuera mandada hasta
el tercer lugar de las preferencias. El mensaje que se envió al gobierno
federal fue: “Queremos combate al crimen, organizado o común, pero no con
estrategias por ocurrencia”. Asimismo, la detención de quien supusieron era el
hijo de El Chapo Guzmán tuvo un efecto negativo para JVM, quien, para empezar,
siempre tuvo un apoyo limitado en su propio partido.
Desde el principio, en el equipo de campaña de JVM siempre
hubo dudas de que pudiera ganar. Esa y no otra fue la razón de que su círculo
cercano jugara a dos bandas. Por ejemplo, Roberto Gil Zuarth, su coordinador de
campaña, buscó asegurar su futuro político con una candidatura plurinominal
para senador. Si JVM hubiera ganado la Presidencia, el pediría licencia para ocupar
una secretaría de Estado. Si no, como fue el caso, ganaría una senaduría que le
daría oxigeno para seguir en la política seis años más. Ante la incertidumbre,
varios miembros de su equipo de campaña buscaron una curul o un escaño como vía
de escape. De la misma forma, gobiernos estatales de coalición o salidos del
PAN jugaron al voto diferenciado: promovieron a candidatos panistas pero
algunos negociaron con Peña Nieto para no perder su vigencia política.
Segunda. Andrés Manuel López Obrador, quien tuvo la mejor
propuesta programática y generó empatía con los que menos tienen, no pudo
vencer los intereses que se benefician de la corrupción, la simulación y la
mentira. Fue el único con simpatía popular y quien hizo una campaña de
propuestas. El hecho de contar con el apoyo del magnate regiomontano Alfonso
Romo no fue suficiente para generar consensos en la mayoría de ese sector. La
sociedad, o al menos parte de ella, cedió a los dulces envenenados (Javier
Corral dixit), pues explotaron su pobreza para que votaran en favor del PRI y,
en mucho menor medida, por la candidata del PAN.
Otro factor fue que pocos creyeron en el cambio del discurso
de AMLO en relación con el proceso electoral de 2006. Algunos medios de
comunicación recordaron con frecuencia su pasado crítico. Ahora podría
inclusive acudir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con
datos de casillas que hayan tenido irregularidades con la esperanza –pero sólo
eso– de que pudiera anularse la elección. Es posible, aunque improbable.
Lo que sí es muy probable es que de ahora en adelante AMLO
sea líder moral del PRD, ya que su casi segura derrota electoral será razón
suficiente para que se reabra la disputa por el PRD federal. Eso reducirá
gradualmente su incidencia como líder natural del partido del sol azteca. El
movimiento #YoSoy132, buena parte de cuyos miembros promovieron a AMLO, no tuvo
éxito, pues en las encuestas de salida ninguna empresa seria le dio el triunfo
a AMLO.
Tercera. Gabriel Quadri cumplió sus propósitos: mantener el
registro del partido que lo postuló, el Panal. Es dable pensar que difícilmente
Gabriel Quadri esperara ganar la Presidencia de la República. Puede en cambio
ser incorporado a un puesto en el nuevo gobierno federal, por los servicios
prestados. A pesar de que se autoproclama un ciudadano apartidista, fue el
abanderado de Elba Esther Gordillo y ofreció, “amable”, colaborar con quien
ganara la Presidencia de la República para “servir a la patria”. Cumplió además
con La Maestra al conseguir el registro del partido que lo propuso.
Esta justa electoral tuvo problemas, pero menor encono que
la de 2006. Lo que sigue para el PRD es capacitar a sus miembros para cuidar
casillas, tener abogados en cada distrito federal con experiencia en derecho
electoral y sujetarse a la ley de la materia, de manera especial. De la misma
forma, JVM y Quadri pueden –y deben– realizar acciones de escrutinio mediante
alianzas estratégicas para generar contrapesos institucionales donde toda la
sociedad saldría beneficiada. Veremos.
Twitter: @evillanuevamx
*Tomado de la revista Proceso.
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