El despertar*
Tomado de Homosapiens, Helguera y Hernández.
Santiago Igartúa
Solitario en la cumbre de las encuestas, a partir del
incidente del viernes 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana, Enrique Peña
Nieto ve su aspiración presidencial al filo del abismo. El candidato puntero,
su partido y Televisa, su principal promotor y beneficiario, enfrentan el acoso
inesperado del grito estudiantil, el de las redes sociales contra el que apenas
se defienden, el de las autoridades hacendarias que hurgan las finanzas de dos
de los colaboradores más cercanos a Peña Nieto y el del bien calculado golpe
del gobierno de Washington contra el exgobernador priista de Tamaulipas Tomás
Yarrington. Lo más temible para el candidato, el PRI y Televisa parece ser, sin
embargo, el movimiento de los jóvenes universitarios #YoSoy132, cuyos alcances
son aún imprevisibles. Esta es la breve e intensa historia de cómo se generó.
Nacido del desprecio, el Movimiento 131 que se originó en la
Universidad Iberoamericana el undécimo día de mayo, durante la visita de
Enrique Peña Nieto, puso en jaque a la clase política y a los medios que los
desestimaron.
Durante días se encontraron con el rostro mutado.
Distorsionados sus dichos y sus gestos, no se reconocieron en la realidad que
proyecta la televisión, tampoco en la que escribe un sector de la prensa. Los
llamaron fascistas, porros, acarreados de un partido político que los había
entrenado para “reventar” adversarios. Los desconocieron como alumnos con un
discurso legítimo. Censurados en medios electrónicos, los insultaron también
con el silencio.
El enojo inundó el mundo virtual que los jóvenes de hoy
habitan. La indignación se propagó como un virus. Miles de jóvenes estaban
atentos a las redes sociales, espacio que no sabe de timidez o de miedos,
esperando una reacción que pudiera ser suya.
En entrevista con Proceso, incendiados sus ojos, los
fundadores de ese movimiento cuentan que su raíz está en Atenco, en los
feminicidios, en los desplazados, en la corrupción, en el hartazgo del
“sistema” y en los relatos que, en la prensa, no llegan.
Rodrigo Serrano tuvo la iniciativa. “Había que
responderles”, relata al reportero. Por Facebook, que desde la tecnología
agrupa a la comunidad más grande del mundo que conocemos, convocó a que cada
uno de los manifestantes disconformes de la Ibero elaborara un video simple, con
su credencial de estudiante en mano, para recobrar la identidad robada.
Serrano, junto con Omar Chávez y Anahí Rolón, editó un video
final con el rostro de 131 universitarios, que dio el nombre al movimiento
estudiantil de la Iberoamericana Somos Más de 131. Lo publicaron en internet
apenas el lunes 14 y fue ese mismo día cuando la grabación se convirtió en
trending topic mundial. Eso significa que durante un periodo fue uno de los 10
temas más comentados en las redes sociales del mundo entero.
“Estaba aterradísimo. Estábamos por todas partes”, narra su
hazaña. A partir de ahí, cuentan los estudiantes, su comunidad se organizó como
nunca antes. Por las mismas redes que los unieron, citaron a una junta urgente
para el día siguiente en la Ibero.
Sandra Patargo recuerda esos primeros días de mayo, que hoy
le parecen tan lejanos. “Nunca había sentido eso en la Ibero. Corrían por las
redes las notas manipuladas de Televisa, las acusaciones de fascistas en
Milenio (Román Revueltas tituló Turbas de fascistas intolerantes en la Ibero,
su columna del domingo 13). José Carreño, el maestro de la Ibero, coordinador
de Periodismo, dijo con López Dóriga (en Radio Fórmula) que seguramente no
éramos estudiantes o que éramos estudiantes entrenados por un grupo político.
Ese enojo nos unió, aun sin conocernos”.
No tiene duda de que fueron las redes sociales lo que
levantó el movimiento. “Yo estuve en la UIA en 2007, la primera vez que fue
Peña a la Ibero en calidad de gobernador del Edomex. Llegué con mi pancarta
para protestar por la masacre de Atenco y me encontré completamente sola. Yo
sabía que había jóvenes escondidos que por ahí querían levantar la voz, pero no
nos encontrábamos. Aparecieron las redes y ahora no importa que no nos
conozcamos para saber que estamos en lo mismo. Yo te puedo leer en internet y
saber que estás conmigo”.
A pesar de ser apartidista el movimiento que se formó a raíz
de la visita de Peña Nieto a la Ibero mantiene un discurso crítico contra el
Revolucionario Institucional. “Es difícil deslindarse de la crítica al PRI. De
ahí nacimos”, reconoce Patargo. “Ese día en la Ibero vimos la herencia del PRI.
Nada ha cambiado. Lo vivimos nosotros. Fue el ataque del PRI de siempre, el PRI
que te quiere acallar, el PRI represor, autoritario, que aparte está ligado con
los medios. Si Pedro Joaquín Coldwell nos insultó ese día, digámosle gracias a
él, a como nos trataron ellos (los priistas) y sus medios sesgados, que
acababan de despertar a los jóvenes de este país”.
Para los jóvenes el PRI es un fantasma, una sombra en esa
sombra que “carcomió” al país, dice Julio César Colín. “Pensamos que en
realidad el PRI nunca se ha ido. Sigue teniendo mayoría en el Congreso y
gobierna la mayor parte de los estados de la República. El PRI representa un
fantasma que no nos hemos logrado quitar”.
Han tenido que soportar el manoseo político de todos lo
frentes. Panistas, priistas y principalmente perredistas han intentado colgarse
del arrastre popular que, en su protesta, los estudiantes alcanzaron.
“Se están tratando de apoderar de nuestra imagen.
Principalmente el PRD y Morena. Un ejemplo es el spot de López Obrador que
contrasta su visita y la de Peña a la Ibero. Usan al movimiento para su
beneficio insinuando que el movimiento es del PRD, y no es así. Que se cuelguen
de nuestra imagen es muy bajo”, dice Beatriz Creel.
Los estudiantes también denuncian que se intentó vincularlos
como promotores de la marcha Anti-Peña Nieto que, dicen ellos, fue organizada
por el PAN, y a favor de las movilizaciones de apoyo al candidato de izquierda.
“Todos tenemos mucho miedo de los infiltrados”, dicen los
jóvenes. Colín narra que a él lo contactaron desde Acción Nacional. “El PAN,
por medio del hijo de Rosi Orozco, legisladora candidata a senadora. Pablo
Orozco (estudiante de ciencias políticas en la Ibero) me llamó y me dijo que
querían de buena fe acercarse a nosotros para concertar el formato del
encuentro con Josefina Vázquez Mota en la Ibero. Y él está en la campaña de
Josefina”.
“El PRI está seguro de que alguien nos está azuzando y nos
quisieron vincular con el hijo de uno de los del gabinete propuesto de AMLO,
Miguel Torruco, que estudia en la Ibero. Pero no tiene nada que ver con
nosotros”, acusa Serrano.
Como un reflejo de supervivencia, excitados por la
adrenalina, los estudiantes diseñaron la logística de su primera protesta
organizada durante un día y hasta morir la noche, desbordados en un salón de
clase. Decidieron manifestarse en las instalaciones de Televisa en Santa Fe y
San Ángel el viernes 18, en protesta por la manipulación informativa de la
visita de Peña Nieto a la Ibero. Los cubrieron horas de incertidumbre. Ninguno
de los alumnos de las instituciones privadas sabía de mítines ni de
convocatoria de masas. Se sumergieron en las redes sociales. De inicio se conformarían
con la unión de 200 cuerpos para representar una valla humana. Se reportaron
más de mil personas, 800 en San Ángel y cerca de 400 en Santa Fe.
La protesta repercutió en las redes sociales a escala
mundial. Televisa, que una semana atrás había distorsionado en sus espacios
informativos la visita del candidato del PRI a la Ibero, reportó las
manifestaciones a las puertas de sus oficinas en San Ángel y Santa Fe.
Joaquín López Dóriga buscó a los jóvenes de la Ibero para
dialogar. La condición: que fuera por radio. “Quería hablar el sábado en la
radio y nos citó a las 7:00 de la mañana. No aceptamos. Sabemos que era un
control de daños porque ese día casi no tiene rating. Nadie nos iba a escuchar
y se iba a poner su estrellita por escuchar al movimiento. Él contestó enojado
que no iba a discutir y no se iba a molestar, que ahí nos esperaba”, cuenta
Serrano.
“Yo no diría que no aceptamos. Más bien pedimos otro espacio,
en televisión, porque la nota que tuvo mayor repercusión de lo que pasó en la
Ibero, donde nos agraviaron con el manejo negligente de la nota, fue en el
Canal 2 en horario estelar”, sigue Julio César Colín.
Los estudiantes de Somos Más de 131 hicieron un análisis de
la nota que López Dóriga transmitió el viernes 11 para reportar la visita de
Peña a su universidad. La nota central, según sus datos, dura menos de tres
minutos. Beatriz Creel explica: “Fueron 27 segundos de Peña saliendo del coche,
caminando al auditorio y luego entrando. El único cartel que enfocan es uno a
favor del PRD. Siguen con él hablando, cuando no era la nota, 40 segundos.
Luego ponen lo que dijo de Atenco. Y después sólo dicen que hubo algunas
protestas con audios manipulados. Fin de la nota. Esa nota son 2:40 y de ahí
van dos minutos con Luis Videgaray haciendo control de daños. Esa fue la nota
oficial. Y a nosotros no nos dieron réplica”.
López Dóriga les reiteró que la invitación estaba abierta
siempre y cuando se presentaran en Radio Fórmula. Al día siguiente, domingo 20
a las 10:00 de la noche, contactaron a la vocera del movimiento, María José
López, del noticiario Primero Noticias que conduce Carlos Loret de Mola, para
acudir la mañana siguiente. La cambiaron para el martes.
Al llegar al estudio de Televisa, relatan a Proceso Rodrigo
Serrano y Sandra Patargo, el conductor los recibió con un trato
condescendiente. “Nos dijo que él también era 132”.
Arriba el telón, disimulada entre risas, la entrevista se
desarrolló. Los jóvenes reprocharon a Loret que la réplica llegara una semana
tarde y que no se reportara en ese espacio el video que, grabado en su
autodefensa, dio la vuelta al mundo. El conductor lo negó y prometió mandarles
por “mail” la prueba que, aun hoy, no reciben.
Loret los cuestionó por no haber entablado un diálogo
anteriormente. “Ese asunto de decir sí acepto, pero acepto en tal espacio, a
tal hora, está interesante. López Obrador le hacía así. Lo invitabas y decía
no, yo quiero ir con Joaquín en la noche”, dijo irónico el entrevistador.
El conductor intentó asociarlos con un movimiento “anti-Peña
Nieto” y les preguntó por quién votarían. Los jóvenes reviraron. “¿Quién es el
candidato de Televisa?”. Loret respondió que no recordaba entrevistas más duras
contra Peña Nieto que las que le hizo Joaquín López Dóriga y que él mismo había
hecho una “muy dura”.
Al ocaso del encuentro Loret les dijo: “Ya están en la arena
pública y les va a tocar baño. De que te toca crítica, te toca. ¿Ya están
preparados? ¿No temen que estando las maquinarias políticas tan desatadas como
están en las campañas, porque ustedes están ahí saltando, con mucho ímpetu,
pero los otros tienen mucha lana, se los puedan comer y rebasar el
movimiento?”.
“Perdón, pero ahí nos sentimos amenazados”, dijo Serrano y
relata de la entrevista: “Lo vimos siguiendo un guión, con un apuntador,
haciendo un control de daños. Según Beatriz Creel, quien se mantuvo detrás de
cámaras, sintieron el acoso. “Nos preguntaban muchas cosas. Nos querían sacar
la sopa con mucha insistencia”.
Cinco días después del viernes 11 en la Ibero se creó el
movimiento que se adueñó de la vida pública del país. Contagiados por la
euforia, alumnos del Tec, el ITAM y la Anáhuac se unieron en solidaridad con
los alumnos de la Iberoamericana para llevar el movimiento Más de 131,
simbólicamente, a lo que se conoce como #YoSoy132.
“Todos teníamos este descontento y empezamos a publicar
imágenes en protesta por una libertad de expresión. Eso fue a las 11 a.m. A las
7 p.m. estábamos en la Ibero representaciones de estas universidades para
hablar con el consejo de alumnos”, cuenta a este semanario Tevye de Lara,
estudiante del ITAM.
De esa reunión del miércoles 16 surgió el movimiento
interuniversitario. Unidas, las escuelas privadas decidieron que la protesta no
podía quedar en un candidato, violentados por la manipulación informativa de
los medios, narra De Lara. Acordaron hacer una manifestación e ir a Televisa.
Con la fuerza en sus pasos se decidió abrir la convocatoria
a las universidades públicas. La naciente unión universitaria convocó a una
reunión al día siguiente en el Parque México, a la que se sumaron más de 15
universidades públicas y privadas, organizadas en comités internos de
investigación, de medios y uno de carácter interuniversitario con dos
representantes por cada institución que deben ser rotados.
De la integración de la UNAM da cuenta el vocero Nahúm
Pérez, estudiante de Ciencias Políticas de esa casa. “Surgió la iniciativa de
que este movimiento no se concentrara en las murallas de una sola universidad”.
En la primera reunión se estableció un moderador que distribuye el tiempo en
espacios de dos minutos, con réplicas y contrarréplicas. Para llegar a acuerdos
democráticamente, sin importar la escuela, cada representación tiene un voto.
“Fue una junta histórica. Estuvimos siete horas hablando del
movimiento que queríamos, cómo queríamos organizarnos y qué métodos se iban a
seguir para tomar decisiones”, cuenta De Lara.
Acordaron el objetivo primordial del movimiento. Se hicieron
estatutos. “Gente de tan distintos perfiles teníamos ideas muy diferentes de lo
que queríamos y de cómo lo queríamos conseguir. Los organizadores originales
teníamos una idea de una agenda de medios. Ir contra el duopolio televisivo,
proponer la creación de un ómbudsman de medios”, cuenta el vocero del ITAM.
Los alumnos de las universidades públicas tenían otra idea:
“Era una iniciativa en rechazo a la manipulación mediática, pero también a un
proyecto de gobierno y de un candidato presidencial que abandera a las cúpulas
de la burguesía mexicana y contra el sistema económico neoliberal. También una
agenda social”, describe Pérez, de la UNAM.
Llegaron a un consenso. Cuenta Carlos Brito, del Tec:
“Defender la libertad de expresión a ultranza. Muchos jóvenes nos vimos
identificados al ver como que muchos opinadores querían cercenar la libertad de
expresión. Hoy más que nunca, con la tecnología que tenemos, el derecho a la
información en términos sociales rompe un paradigma. Vamos a defender que los
jóvenes se politicen, que tomen conciencia y, si hace falta, que salgan a las
calles y las tomen”, fueron sus palabras.
El movimiento demandó la democratización de los medios y, a
corto plazo, crear el derecho al acceso a internet. Defendió su apartidismo.
“El universitario no va a asociarse con un movimiento que le dicte línea, que
le diga no puedes decir esto, tienes que ir a favor o en contra de…”, explican.
Pero acotan: sí están politizados: “Lo que hizo Peña en la Ibero con el tema
Atenco, refrendando su decisión de usar la fuerza del Estado, lo criticamos
como universitarios. Pero el día de mañana vamos a criticar a AMLO. Si la única
aportación que podemos hacer es darle carne de cañón a los partidos de
izquierda, no lo vamos a hacer”, aclara De Lara.
Los estudiantes están enfocados a establecer una agenda que
no muera con el proceso electoral de julio. Establecer una confederación de
universidades que integre instituciones de toda la República y que tenga un
espacio en la vida política. La victoria de su movimiento, coinciden todos,
será reducir el abstencionismo entre los jóvenes en relación con las elecciones
de 2006.
El miércoles 23 el movimiento #YoSoy132 reunió a más de 20
mil estudiantes, en una demostración de poder de convocatoria que se extendió
por todo el país y en algunas ciudades del extranjero.
Los integrantes del movimiento que nace, en palabras de
Carlos Brito, dijeron del futuro inmediato: “No es que no lo sepamos. Aún no lo
hemos decidido”.
UNAM
Los alumnos de la UNAM tienen una clara identificación con
los movimientos de izquierda. En el simulacro electoral realizado ahí el jueves
17, López Obrador arrasó con 86% de los votos entre casi 23 mil sufragios.
En esa línea, de inicio los alumnos de la Universidad
Nacional propusieron que el movimiento se pronunciara contra el sistema
económico actual y Enrique Peña Nieto. La contraposición en las negociaciones
se dio entre los representantes de la UNAM y el ITAM. De Lara, del ITAM, narra
el encuentro del sábado 19. “En esa ocasión no se coincidió en el tema de
atacar o no al candidato. Tenemos una percepción un poco distinta, con una
agenda social muy particular, pero queríamos a la UNAM porque no puedes hacer
un movimiento estudiantil sin ella”. Se enfocaron en los puntos de
coincidencia: libertad de expresión y de información.
Dos días más tarde José Narro Robles, rector de la UNAM,
dijo: “(…) Creo que las universidades no deben ser la arena política, no deben
ser el foro para hacer el proselitismo político. No es el espacio”.
Identificado con el PRI, funcionario público en los
gobiernos de ese partido entre 1982 y 1999, Narro ha sido criticado por el
estudiantado de la universidad pública en las protestas del #YoSoy132 por su
postura. El mismo Andrés Manuel López Obrador insinuó una lejanía.
–¿Tiene el apoyo del rector de la UNAM, José Narro? –se le
preguntó en su conferencia matutina del martes 15.
–Prefiero no opinar –respondió tras anunciar que en su
campaña no se presentaría en universidades públicas.
Para el próximo miércoles 30 el movimiento #YoSoy132 convocó
a Asamblea General en las islas de la Rectoría de la UNAM.
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