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domingo, mayo 27, 2012

El despertar*


Tomado de Homosapiens, Helguera y Hernández.




Santiago Igartúa



Solitario en la cumbre de las encuestas, a partir del incidente del viernes 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana, Enrique Peña Nieto ve su aspiración presidencial al filo del abismo. El candidato puntero, su partido y Televisa, su principal promotor y beneficiario, enfrentan el acoso inesperado del grito estudiantil, el de las redes sociales contra el que apenas se defienden, el de las autoridades hacendarias que hurgan las finanzas de dos de los colaboradores más cercanos a Peña Nieto y el del bien calculado golpe del gobierno de Washington contra el exgobernador priista de Tamaulipas Tomás Yarrington. Lo más temible para el candidato, el PRI y Televisa parece ser, sin embargo, el movimiento de los jóvenes universitarios #YoSoy132, cuyos alcances son aún imprevisibles. Esta es la breve e intensa historia de cómo se generó.


Nacido del desprecio, el Movimiento 131 que se originó en la Universidad Iberoamericana el undécimo día de mayo, durante la visita de Enrique Peña Nieto, puso en jaque a la clase política y a los medios que los desestimaron.

Durante días se encontraron con el rostro mutado. Distorsionados sus dichos y sus gestos, no se reconocieron en la realidad que proyecta la televisión, tampoco en la que escribe un sector de la prensa. Los llamaron fascistas, porros, acarreados de un partido político que los había entrenado para “reventar” adversarios. Los desconocieron como alumnos con un discurso legítimo. Censurados en medios electrónicos, los insultaron también con el silencio.

El enojo inundó el mundo virtual que los jóvenes de hoy habitan. La indignación se propagó como un virus. Miles de jóvenes estaban atentos a las redes sociales, espacio que no sabe de timidez o de miedos, esperando una reacción que pudiera ser suya.

En entrevista con Proceso, incendiados sus ojos, los fundadores de ese movimiento cuentan que su raíz está en Atenco, en los feminicidios, en los desplazados, en la corrupción, en el hartazgo del “sistema” y en los relatos que, en la prensa, no llegan.

Rodrigo Serrano tuvo la iniciativa. “Había que responderles”, relata al reportero. Por Facebook, que desde la tecnología agrupa a la comunidad más grande del mundo que conocemos, convocó a que cada uno de los manifestantes disconformes de la Ibero elaborara un video simple, con su credencial de estudiante en mano, para recobrar la identidad robada.

Serrano, junto con Omar Chávez y Anahí Rolón, editó un video final con el rostro de 131 universitarios, que dio el nombre al movimiento estudiantil de la Iberoamericana Somos Más de 131. Lo publicaron en internet apenas el lunes 14 y fue ese mismo día cuando la grabación se convirtió en trending topic mundial. Eso significa que durante un periodo fue uno de los 10 temas más comentados en las redes sociales del mundo entero.

“Estaba aterradísimo. Estábamos por todas partes”, narra su hazaña. A partir de ahí, cuentan los estudiantes, su comunidad se organizó como nunca antes. Por las mismas redes que los unieron, citaron a una junta urgente para el día siguiente en la Ibero.

Sandra Patargo recuerda esos primeros días de mayo, que hoy le parecen tan lejanos. “Nunca había sentido eso en la Ibero. Corrían por las redes las notas manipuladas de Televisa, las acusaciones de fascistas en Milenio (Román Revueltas tituló Turbas de fascistas intolerantes en la Ibero, su columna del domingo 13). José Carreño, el maestro de la Ibero, coordinador de Periodismo, dijo con López Dóriga (en Radio Fórmula) que seguramente no éramos estudiantes o que éramos estudiantes entrenados por un grupo político. Ese enojo nos unió, aun sin conocernos”.

No tiene duda de que fueron las redes sociales lo que levantó el movimiento. “Yo estuve en la UIA en 2007, la primera vez que fue Peña a la Ibero en calidad de gobernador del Edomex. Llegué con mi pancarta para protestar por la masacre de Atenco y me encontré completamente sola. Yo sabía que había jóvenes escondidos que por ahí querían levantar la voz, pero no nos encontrábamos. Aparecieron las redes y ahora no importa que no nos conozcamos para saber que estamos en lo mismo. Yo te puedo leer en internet y saber que estás conmigo”.

 u u u


A pesar de ser apartidista el movimiento que se formó a raíz de la visita de Peña Nieto a la Ibero mantiene un discurso crítico contra el Revolucionario Institucional. “Es difícil deslindarse de la crítica al PRI. De ahí nacimos”, reconoce Patargo. “Ese día en la Ibero vimos la herencia del PRI. Nada ha cambiado. Lo vivimos nosotros. Fue el ataque del PRI de siempre, el PRI que te quiere acallar, el PRI represor, autoritario, que aparte está ligado con los medios. Si Pedro Joaquín Coldwell nos insultó ese día, digámosle gracias a él, a como nos trataron ellos (los priistas) y sus medios sesgados, que acababan de despertar a los jóvenes de este país”.

Para los jóvenes el PRI es un fantasma, una sombra en esa sombra que “carcomió” al país, dice Julio César Colín. “Pensamos que en realidad el PRI nunca se ha ido. Sigue teniendo mayoría en el Congreso y gobierna la mayor parte de los estados de la República. El PRI representa un fantasma que no nos hemos logrado quitar”.

Han tenido que soportar el manoseo político de todos lo frentes. Panistas, priistas y principalmente perredistas han intentado colgarse del arrastre popular que, en su protesta, los estudiantes alcanzaron.

“Se están tratando de apoderar de nuestra imagen. Principalmente el PRD y Morena. Un ejemplo es el spot de López Obrador que contrasta su visita y la de Peña a la Ibero. Usan al movimiento para su beneficio insinuando que el movimiento es del PRD, y no es así. Que se cuelguen de nuestra imagen es muy bajo”, dice Beatriz Creel.

Los estudiantes también denuncian que se intentó vincularlos como promotores de la marcha Anti-Peña Nieto que, dicen ellos, fue organizada por el PAN, y a favor de las movilizaciones de apoyo al candidato de izquierda.

“Todos tenemos mucho miedo de los infiltrados”, dicen los jóvenes. Colín narra que a él lo contactaron desde Acción Nacional. “El PAN, por medio del hijo de Rosi Orozco, legisladora candidata a senadora. Pablo Orozco (estudiante de ciencias políticas en la Ibero) me llamó y me dijo que querían de buena fe acercarse a nosotros para concertar el formato del encuentro con Josefina Vázquez Mota en la Ibero. Y él está en la campaña de Josefina”.

“El PRI está seguro de que alguien nos está azuzando y nos quisieron vincular con el hijo de uno de los del gabinete propuesto de AMLO, Miguel Torruco, que estudia en la Ibero. Pero no tiene nada que ver con nosotros”, acusa Serrano.

 Televisa


Como un reflejo de supervivencia, excitados por la adrenalina, los estudiantes diseñaron la logística de su primera protesta organizada durante un día y hasta morir la noche, desbordados en un salón de clase. Decidieron manifestarse en las instalaciones de Televisa en Santa Fe y San Ángel el viernes 18, en protesta por la manipulación informativa de la visita de Peña Nieto a la Ibero. Los cubrieron horas de incertidumbre. Ninguno de los alumnos de las instituciones privadas sabía de mítines ni de convocatoria de masas. Se sumergieron en las redes sociales. De inicio se conformarían con la unión de 200 cuerpos para representar una valla humana. Se reportaron más de mil personas, 800 en San Ángel y cerca de 400 en Santa Fe.

La protesta repercutió en las redes sociales a escala mundial. Televisa, que una semana atrás había distorsionado en sus espacios informativos la visita del candidato del PRI a la Ibero, reportó las manifestaciones a las puertas de sus oficinas en San Ángel y Santa Fe.

Joaquín López Dóriga buscó a los jóvenes de la Ibero para dialogar. La condición: que fuera por radio. “Quería hablar el sábado en la radio y nos citó a las 7:00 de la mañana. No aceptamos. Sabemos que era un control de daños porque ese día casi no tiene rating. Nadie nos iba a escuchar y se iba a poner su estrellita por escuchar al movimiento. Él contestó enojado que no iba a discutir y no se iba a molestar, que ahí nos esperaba”, cuenta Serrano.

“Yo no diría que no aceptamos. Más bien pedimos otro espacio, en televisión, porque la nota que tuvo mayor repercusión de lo que pasó en la Ibero, donde nos agraviaron con el manejo negligente de la nota, fue en el Canal 2 en horario estelar”, sigue Julio César Colín.

Los estudiantes de Somos Más de 131 hicieron un análisis de la nota que López Dóriga transmitió el viernes 11 para reportar la visita de Peña a su universidad. La nota central, según sus datos, dura menos de tres minutos. Beatriz Creel explica: “Fueron 27 segundos de Peña saliendo del coche, caminando al auditorio y luego entrando. El único cartel que enfocan es uno a favor del PRD. Siguen con él hablando, cuando no era la nota, 40 segundos. Luego ponen lo que dijo de Atenco. Y después sólo dicen que hubo algunas protestas con audios manipulados. Fin de la nota. Esa nota son 2:40 y de ahí van dos minutos con Luis Videgaray haciendo control de daños. Esa fue la nota oficial. Y a nosotros no nos dieron réplica”.

López Dóriga les reiteró que la invitación estaba abierta siempre y cuando se presentaran en Radio Fórmula. Al día siguiente, domingo 20 a las 10:00 de la noche, contactaron a la vocera del movimiento, María José López, del noticiario Primero Noticias que conduce Carlos Loret de Mola, para acudir la mañana siguiente. La cambiaron para el martes.

Al llegar al estudio de Televisa, relatan a Proceso Rodrigo Serrano y Sandra Patargo, el conductor los recibió con un trato condescendiente. “Nos dijo que él también era 132”.

Arriba el telón, disimulada entre risas, la entrevista se desarrolló. Los jóvenes reprocharon a Loret que la réplica llegara una semana tarde y que no se reportara en ese espacio el video que, grabado en su autodefensa, dio la vuelta al mundo. El conductor lo negó y prometió mandarles por “mail” la prueba que, aun hoy, no reciben.

Loret los cuestionó por no haber entablado un diálogo anteriormente. “Ese asunto de decir sí acepto, pero acepto en tal espacio, a tal hora, está interesante. López Obrador le hacía así. Lo invitabas y decía no, yo quiero ir con Joaquín en la noche”, dijo irónico el entrevistador.

El conductor intentó asociarlos con un movimiento “anti-Peña Nieto” y les preguntó por quién votarían. Los jóvenes reviraron. “¿Quién es el candidato de Televisa?”. Loret respondió que no recordaba entrevistas más duras contra Peña Nieto que las que le hizo Joaquín López Dóriga y que él mismo había hecho una “muy dura”.

Al ocaso del encuentro Loret les dijo: “Ya están en la arena pública y les va a tocar baño. De que te toca crítica, te toca. ¿Ya están preparados? ¿No temen que estando las maquinarias políticas tan desatadas como están en las campañas, porque ustedes están ahí saltando, con mucho ímpetu, pero los otros tienen mucha lana, se los puedan comer y rebasar el movimiento?”.

“Perdón, pero ahí nos sentimos amenazados”, dijo Serrano y relata de la entrevista: “Lo vimos siguiendo un guión, con un apuntador, haciendo un control de daños. Según Beatriz Creel, quien se mantuvo detrás de cámaras, sintieron el acoso. “Nos preguntaban muchas cosas. Nos querían sacar la sopa con mucha insistencia”.

 “#YoSoy132”


Cinco días después del viernes 11 en la Ibero se creó el movimiento que se adueñó de la vida pública del país. Contagiados por la euforia, alumnos del Tec, el ITAM y la Anáhuac se unieron en solidaridad con los alumnos de la Iberoamericana para llevar el movimiento Más de 131, simbólicamente, a lo que se conoce como #YoSoy132.

“Todos teníamos este descontento y empezamos a publicar imágenes en protesta por una libertad de expresión. Eso fue a las 11 a.m. A las 7 p.m. estábamos en la Ibero representaciones de estas universidades para hablar con el consejo de alumnos”, cuenta a este semanario Tevye de Lara, estudiante del ITAM.

De esa reunión del miércoles 16 surgió el movimiento interuniversitario. Unidas, las escuelas privadas decidieron que la protesta no podía quedar en un candidato, violentados por la manipulación informativa de los medios, narra De Lara. Acordaron hacer una manifestación e ir a Televisa.

Con la fuerza en sus pasos se decidió abrir la convocatoria a las universidades públicas. La naciente unión universitaria convocó a una reunión al día siguiente en el Parque México, a la que se sumaron más de 15 universidades públicas y privadas, organizadas en comités internos de investigación, de medios y uno de carácter interuniversitario con dos representantes por cada institución que deben ser rotados.

De la integración de la UNAM da cuenta el vocero Nahúm Pérez, estudiante de Ciencias Políticas de esa casa. “Surgió la iniciativa de que este movimiento no se concentrara en las murallas de una sola universidad”. En la primera reunión se estableció un moderador que distribuye el tiempo en espacios de dos minutos, con réplicas y contrarréplicas. Para llegar a acuerdos democráticamente, sin importar la escuela, cada representación tiene un voto.

“Fue una junta histórica. Estuvimos siete horas hablando del movimiento que queríamos, cómo queríamos organizarnos y qué métodos se iban a seguir para tomar decisiones”, cuenta De Lara.

Acordaron el objetivo primordial del movimiento. Se hicieron estatutos. “Gente de tan distintos perfiles teníamos ideas muy diferentes de lo que queríamos y de cómo lo queríamos conseguir. Los organizadores originales teníamos una idea de una agenda de medios. Ir contra el duopolio televisivo, proponer la creación de un ómbudsman de medios”, cuenta el vocero del ITAM.

Los alumnos de las universidades públicas tenían otra idea: “Era una iniciativa en rechazo a la manipulación mediática, pero también a un proyecto de gobierno y de un candidato presidencial que abandera a las cúpulas de la burguesía mexicana y contra el sistema económico neoliberal. También una agenda social”, describe Pérez, de la UNAM.

Llegaron a un consenso. Cuenta Carlos Brito, del Tec: “Defender la libertad de expresión a ultranza. Muchos jóvenes nos vimos identificados al ver como que muchos opinadores querían cercenar la libertad de expresión. Hoy más que nunca, con la tecnología que tenemos, el derecho a la información en términos sociales rompe un paradigma. Vamos a defender que los jóvenes se politicen, que tomen conciencia y, si hace falta, que salgan a las calles y las tomen”, fueron sus palabras.

El movimiento demandó la democratización de los medios y, a corto plazo, crear el derecho al acceso a internet. Defendió su apartidismo. “El universitario no va a asociarse con un movimiento que le dicte línea, que le diga no puedes decir esto, tienes que ir a favor o en contra de…”, explican. Pero acotan: sí están politizados: “Lo que hizo Peña en la Ibero con el tema Atenco, refrendando su decisión de usar la fuerza del Estado, lo criticamos como universitarios. Pero el día de mañana vamos a criticar a AMLO. Si la única aportación que podemos hacer es darle carne de cañón a los partidos de izquierda, no lo vamos a hacer”, aclara De Lara.

Los estudiantes están enfocados a establecer una agenda que no muera con el proceso electoral de julio. Establecer una confederación de universidades que integre instituciones de toda la República y que tenga un espacio en la vida política. La victoria de su movimiento, coinciden todos, será reducir el abstencionismo entre los jóvenes en relación con las elecciones de 2006.

El miércoles 23 el movimiento #YoSoy132 reunió a más de 20 mil estudiantes, en una demostración de poder de convocatoria que se extendió por todo el país y en algunas ciudades del extranjero.

Los integrantes del movimiento que nace, en palabras de Carlos Brito, dijeron del futuro inmediato: “No es que no lo sepamos. Aún no lo hemos decidido”.


UNAM

Los alumnos de la UNAM tienen una clara identificación con los movimientos de izquierda. En el simulacro electoral realizado ahí el jueves 17, López Obrador arrasó con 86% de los votos entre casi 23 mil sufragios.

En esa línea, de inicio los alumnos de la Universidad Nacional propusieron que el movimiento se pronunciara contra el sistema económico actual y Enrique Peña Nieto. La contraposición en las negociaciones se dio entre los representantes de la UNAM y el ITAM. De Lara, del ITAM, narra el encuentro del sábado 19. “En esa ocasión no se coincidió en el tema de atacar o no al candidato. Tenemos una percepción un poco distinta, con una agenda social muy particular, pero queríamos a la UNAM porque no puedes hacer un movimiento estudiantil sin ella”. Se enfocaron en los puntos de coincidencia: libertad de expresión y de información.

Dos días más tarde José Narro Robles, rector de la UNAM, dijo: “(…) Creo que las universidades no deben ser la arena política, no deben ser el foro para hacer el proselitismo político. No es el espacio”.

Identificado con el PRI, funcionario público en los gobiernos de ese partido entre 1982 y 1999, Narro ha sido criticado por el estudiantado de la universidad pública en las protestas del #YoSoy132 por su postura. El mismo Andrés Manuel López Obrador insinuó una lejanía.

–¿Tiene el apoyo del rector de la UNAM, José Narro? –se le preguntó en su conferencia matutina del martes 15.

–Prefiero no opinar –respondió tras anunciar que en su campaña no se presentaría en universidades públicas.

Para el próximo miércoles 30 el movimiento #YoSoy132 convocó a Asamblea General en las islas de la Rectoría de la UNAM.

 *Tomado de la revista Proceso.