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martes, noviembre 18, 2008

De Chuchineros y otras cosas





Tomados de La Jornada, Hernández y El Universal, Helioflores y Naranjo.

En momentos en que arrecian las denuncias sobre la corrupción y nexos con el narcotráfico que mantendría Genaro García Luna, uno de sus principales acusadores, Javier Herrera Valles, fue detenido por un lapso de 48 horas, para ser investigado por haber recibido pagos del crimen organizado.

En las semanas previas la revista electrónica Reporte Índigo ha publicado reportajes al respecto de Anabel Hernández –autora de “Fin de Fiesta en Los Pinos”, donde denuncia la corrupción del traidor Vicente Fox Quesada y su familia-, quien escribió el libro “Los cómplices del presidente”, donde da cuenta de las tropelías del fallecido Juan Camilo Mouriño y de Genaro García Luna, ambos colaboradores del pelele Felipe Calderón Hinojosa.

Herrera Valles había denunciado hace meses a García Luna por imponer a personal no calificado en altos puestos de la Secretaría de Seguridad Pública federal espuria. Desde hace tres semanas también denunció el acoso a él y su familia. Su hermano, que trabaja en la corporación federal en el estado de Tabasco, fue detenido por las mismas acusaciones. Uno de sus hijos, también policía federal, ha recibido presiones y amenazas. El ex mando policiaco, quien fue retirado de la institución, mantiene un juicio para ser restituido en el cargo. Ahora está detenido y es acusado justo de los cargos que él mismo hizo a uno de los consentidos del usurpador Calderón Hinojosa y de los grandes empresarios orquestadores del fraude.

Por ello, no es una coincidencia su detención, ni tampoco el tipo de cargos que se le imputan. Si desde hace meses fue retirado del cargo ¿por qué hasta ahora lo arraigan y sólo por 48 horas? Más bien huele a chantaje, a presión, y a otro de los espectáculos a que es afecto, quien desde el pasado 1 de diciembre de 2006 es un espurio en Los Pinos.

El ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, Alejandro Encinas, decidió no salirse del PRD, ni tampoco aceptar el cargo de Secretario General. Luego de afirmar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación convalidó el fraude en las elecciones internas de ese partido, dijo que no se va porque costó mucho crearlo y muchos han muerto en esa lucha. Aseguró que no dejarán ese partido en manos de quienes no ganaron la presidencia y de quienes desvirtúan sus postulados. También anunció la creación de un movimiento nacional interno para recuperar el ideario político original.

Lo que no queda claro es para qué quedarse en momentos en que la mayoría de simpatizantes -no militantes del PRD- están hartos de los “legisladores” a modo y del acercamiento –por dinero claro está, nunca por el bien de México y los mexicanos. La aprobación de la reforma petrolera y la privatización del hidrocarburo es un ejemplo irrefutable- con el pelele Calderón Hinojosa y con las mafias del PRI y PAN, además de con los poderes fácticos que les llaman la “izquierda moderna”. No existe más que una izquierda, no hay matices, existen claro diversas propuestas para llevar a cabo esos ideales, pero no “izquierdas”. La teoría política y la practica cotidiana dejan en claro que sólo hay de dos clases, los que detentan el poder y el dinero y los que generan la riqueza con su trabajo y esfuerzo cotidiano. La derecha política se inclina por los primeros y la izquierda política por los segundos. La primera es excluyente, la segunda incluyente. No se trata de la aniquilación del adversario, se trata del reparto justo de la riqueza, que es generada por los segundos y de la que se apropian los primeros. Tan sencillo como eso y sin tanto rollo económico de micros y macroeconomías, o de globalizaciones, o de comunismos o socialismos. La etiques sobran, los hechos y la realidad actual son más que elocuentes.



El siguiente análisis fue tomado de la revista Proceso.








Ortega: la izquierda paraestatal


áLVARO DELGADO

MÉXICO, D.F., 17 de noviembre (apro).- No pasará mucho tiempo para que se conozca públicamente que, en algún escondrijo, se celebró una reunión o varias de ellas entre el nuevo secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, y Jesús Ortega, quien encabeza el Partido de la Revolución Democrática (PRD) después de que un puñado de jueces legitimó toda suerte de trampas en su elección.

En eso no hay sorpresas: Ni en la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que también en el caso de Felipe Calderón impuso su criterio de convalidar la suciedad, ni en las reuniones subrepticias a las que son tan afectos los miembros de Nueva Izquierda, la corriente perredista que encabeza Ortega.

Porque, en efecto, justo el día en que murió Juan Camilo Mouriño, el martes 4, estaba prevista en su agenda una reunión con Ortega y el exdiputado federal Jorge Martínez Ramos --un empresario de estacionamientos y primo del vicepresidente ejecutivo de Televisa, Bernardo Gómez--, una plática cuyos objetivos son tan oscuros como la propia cita.

Lo de menos era si Ortega tenía la representación partidaria, que formalmente consiguió una semana después de esa cita, el miércoles 12, mediante un fallo por unanimidad del TEPJF, porque es costumbre de esa corriente reunirse, en secreto, como sucedería con Mouriño, como ocurrió en otras -muchas-- ocasiones con miembros del gobierno que juzgan espurio.

Al menos eso es lo que Ortega afirma: "He dicho y lo sostengo, que Calderón es un presidente ilegítimo y que esa ilegitimidad no se quita como si se quitara una mancha en la camisa. Calderón es y será ilegitimo por los siglos de los siglos."

Pero resulta que, así como Ortega lo pretendía con Mouriño --y seguramente lo materializará con Gómez Mont, de lo que sin duda se sabrá--, otro prominente miembro de Nueva Izquierda, Carlos Navarrete, se entrevistó en secreto con Francisco Ramírez Acuña, el primer secretario de Gobernación de Calderón, el "ilegítimo por los siglos de los siglos".
La reunión entre el coordinador del grupo parlamentario del PRD en el Senado y Ramírez Acuña se celebró, el 19 de febrero de 2007

-dos meses y medio después de la toma de posesión de Calderón--, en el Champs Elysses, un restaurante de postín. ¡Faltaba más!

Obviamente Navarrete jamás informó nada al respecto, secreta la reunión, pero sobre todo lo en ella tratado, como ahora tampoco ha informado nada Ortega sobre el encuentro que sostendría con Mouriño para tratar quién sabe qué.

Guadalupe Acosta Naranjo, quien tras la sucia elección interna asumió la gerencia del PRD, actuó con más abyección que el propio Germán Martínez, que ya es mucho decir, en el proceso de discusión de la reforma petrolera, cuya privatización no fue conjurada, aunque eso quiso hacer creer en la izquierda paraestatal.

Esa es la reputación de los Chuchos: La transa a hurtadillas, el trinquete oculto, el cochupo como mecanismo de poder.

Por eso, una vez que el TEPJF legitimó el fraude de Ortega --y que mañosamente administró dando a conocer, primero, el fallo sobre los spots del Consejo Coordinador Empresarial (CCE)--, proliferan las expresiones de repudio al PRD, no sólo de militantes identificados con la corriente que encabeza Alejandro Encinas, sino de ciudadanos ajenos a los partidos políticos pero con convicción liberal o de izquierda, o solamente hartos de panistas y priistas.

Si, como se prevé, Encinas acepta la secretaría general del PRD, que asumirá alguien que no será él, será cómplice del colaboracionismo que practican los Chuchos, aun cuando aduzcan que no aceptar sería escriturarles ese partido.

Andrés Manuel López Obrador enfrenta la misma encrucijada: O rompe, de tajo, con los Chuchos, o incurre en la simulación que tanto detesta.

Y, claro, no hay que olvidar a Ortega: "He dicho y lo sostengo, que Calderón es un presidente ilegítimo y que esa ilegitimidad no se quita como si se quitara una mancha en la camisa. Calderón es y será ilegitimo por los siglos de los siglos."

Apuntes




El científico Juan Carlos Ramírez García informa que el 6 y el 7 de noviembre asistió, en la ciudad de México, al Congreso Nacional para la Federalización de la Ciencia y Tecnología, al que acudieron científicos de varios estados del país y algunos diputados de congresos estatales. Dice que en una de las mesas de discusión estuvo el diputado panista Antonio Remes Ojeda, de Veracruz, quien se definió como amigo de Juan Camilo Mouriño y lamentó estar en ese congreso en lugar de hacer un duelo nacional por la muerte del exsecretario de Gobernación. Añade el científico Ramírez García: "Y en su exposición solicitó un aplauso para 'el mártir' Juan Camilo Mouriño a la audiencia de aproximadamente 500 científicos, (porque añadió) que debería ser ejemplo por su lucha patriótica, no habiendo respuesta a su solicitud". Y pregunta: "Siendo una figura pública y representante del gobierno panista, ¿no debería aclarar por qué calificó de mártir a Mouriño?". Pues sí, pero el gobierno de Calderón jamás reconocerá --porque ni para eso hay grandeza-- que se trató de un acto criminal. Ni Calderón ni sus secuaces --incluido el Mouriño antes de muerto-- son capaces de asumir con hombría que, por ejemplo, usaron todo el poder gubernamental para aplastar a sus enemigos al interior del PAN. Y los que son capaces de hacer fraude dentro de la organización a la que pertenecen, son obviamente capaces de hacerlo fuera...

Comentarios: delgado@proceso.com.mx