progressif

miércoles, noviembre 12, 2008

Cortina de humo para ocultar guerra panista














Tomados de La Jornada, Hernández, El Fisgón y Helguera y El Universal, Helioflores y Naranjo.

La muerte de 14 personas –hasta el momento- entre las que se encontraban Juan Camilo Mouirño y José Luis Santiago Vasconcelos continúa en medio de la polémica, desinformación y francos ataques entre los grupos de panistas enfrentados. Por un lado está el Yunke, con Manuel Espino y el traidor y corrupto Vicente Fox Quesada, y por el otro el equipo Timbiriche del pelele Felipe Calderón Hinojosa. Los segundos acusan al Yunke de “hacerle la vida imposible” al delfín del usurpador.

Sin tardanza Espino aseguró que lo que debería preocuparle al gobierno es el narcotráfico, pues comenzó una guerra con él.

Sin embargo, para los lectores de noticias de la radio y televisión quienes más criticaron al fallecido traficante de influencias fueron y son los seguidores de Andrés Manuel López Obrador. Se trata de la enésima campaña de linchamiento mediático en contra del dirigente del movimiento de resistencia civil pacífica en momentos en que convocó a una marcha para el 23 de noviembre del Angel de la Independencia a la Plaza de la Constitución.

Con un movimiento cada vez más fuerte y consolidado las posibilidades de su desunión son francamente nulas. Una muestra fue la concentración de ayer por la tarde frente a las oficinas de Televisa en Chapultepec 18 de la Ciudad de México.

Ante la exigencia de que los medios informen de forma veraz y oportuna, los testaferros lectores de noticias, omiten la verdad y llenan las pantallas de mentiras. Frente a miles de ciudadanos miembros de la Convención Nacional Democrátrica, López Obrador, acusó a la empresa de Emilio Azcárraga Jean de administrar la ignorancia.

Es por eso que intensificaron el linchamiento mediático. ¿Y la guerra interna del PAN? ¿Y la batalla por el presupuesto? ¿Y la verdad sobre la muerte de las 14 personas del avionazo?



El siguiente análisis fue tomado de la revista Proceso.






Avionazo: mensajes esquizofrénicos


JENARO VILLAMIL

MEXICO, D.F., 11 de noviembre (apro).- Una vez más, el gobierno federal contradice sus dichos y sus hechos con los mensajes que quiere imponer como verdad incuestionable a la opinión pública.

Mientras el secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, se esfuerza en convencernos de que el avionazo del martes 4 de fue resultado de un accidente y no de un atentado, el presidente Felipe Calderón encabezó una serie de eventos, cuyos mensajes centrales consistieron en ensalzar a Juan Camilo Mouriño, su exsecretario de Gobernación, como si hubiera sido víctima de un atentado, como un héroe caído en una guerra y, en plena desmesura, llegó a comparar al joven gallego-campechano con el Cid Campeador, mítico personaje de la heroicidad castellana.
La glorificación anticipada de Mouriño, además de exagerada y grosera, por ignorar olímpicamente a los otros fallecidos en el "accidente", en especial al exsubprocurador José Luis Vasconcelos, sólo ha vuelto a despertar las suspicacias y sospechas.

Calderón prácticamente ha despedido a su excolaborador como si se tratara de un sucesor presidencial frustrado y ha orientado sus baterías en reprocharle a los opositores y a los propios panistas sus críticas a Mouriño.

El dolor y el duelo son legítimos y necesarios en cualquier ser humano. Sin embargo, cuando un jefe de Estado como Calderón Hinojosa transforma estos sentimientos en ajustes de cuentas, con mensajes políticos ambiguos, sin destinatarios específicos, llenos de entrelíneas (¿a qué se refiere cuando habla de mezquindades, envidias y calumnias?), sólo abona a la sospecha y a la suspicacia.

¿Si se trató de un accidente qué necesidad hay de lanzar acusaciones anticipadas? Si Mouriño fue tan heroico, ¿por qué nos hemos enterado de su grandeza hasta que ocurrió un avionazo de esas condiciones?

Sorprende, también, que no exista la menor autocrítica en relación con los sucesos. Concedamos que, efectivamente, se trató de un lamentable y terrible accidente que costó la vida a 14 personas, entre ellas, ciudadanos capitalinos y dos extranjeros, cuyo infortunio fue estar en el fatídico cruce de la avenida Reforma y Periférico. Si así fue, ¿acaso no existieron errores de seguridad elementales? ¿Por qué no hubo una revisión previa del avión? ¿Por qué no se calcularon los riesgos de tener en una misma aeronave al número dos del gobierno federal y al operador más importante de la lucha contra el narcotráfico en los ocho años de régimen panista? ¿Acaso las amenazas de muerte contra Santiago Vasconcelos y el precio de cinco millones de dólares a su cabeza se tomaron con tanta ligereza por el gobierno federal?

La dualidad de los mensajes también alumbra a una profunda fractura al interior de lo que hace un año se llamaba "sistema PAN-gobierno". Los reproches de Calderón, primero en el Campo Marte y después en un evento entre panistas, orillan a pensar que existen divisiones muy fuertes en el seno de su equipo de gobierno -los calderonistas-- y también disputas no resueltas con el equipo de su antecesor -los foxistas--, pero también con el panismo militante.

La comunicación política, por definición, debe ser clara, contundente y precisa. Las ambigüedades surgidas en torno del avionazo abundan en una incomunicación política que se ha convertido en uno de los errores más graves del presente sexenio.

No se trata del "deporte nacional de la conjura" o del "sospechosismo" mexicano, como han querido descalificar columnistas o supuestos analistas cortesanos. Se trata de identificar contradicciones reales y un contexto nacional muy preocupante, que orientan a pensar en un atentado cercano al golpe de Estado.

Si no se trató de eso, que lo digan con mensajes claros. Si existen razones de seguridad nacional para no revelar los detalles de un posible sabotaje, que también se lo digan a los ciudadanos. Pero si quieren que aceptemos que tendrán que pasar 11 meses para saber cuáles son los mensajes de las "cajas negras" o que una turbulencia cercana a un tsunami provocó este accidente, entonces la escasa credibilidad gubernamental quedará en cero.
jenarovi@yahoo.com.mx