El agandalle de los corruptos
Tomados de La Jornada, Hernández y El fisgón y El Universal, Helioflores y Naranjo.
La clase política mexicana –corrupta hasta los huesos- persiste en saquear los recursos de la nación. Para ello se vale de todas las artimañas y “experiencias” acumuladas a lo largo de años. Para quien todavía dudaba de quiénes son los que realmente mandan en México, la designación del defensor de ladrones y corruptos, Fernando Gómez Mont, coloca de nueva cuenta a Carlos Slim, Carlos Salinas de Gortari y la “Coyota” Diego Fernández de Cevallos en los reflectores públicos.
Y no es que alguna vez se alejaran de la política, pero desde hace 8 años trabajan intensamente con el objetivo de liquidar, de una vez por todas la riqueza que le queda al país.
Con el beneplácito del PRI, la complacencia del PAN y la venta al mejor postor de la aprobación de Los Chuchos del PRD, ese grupo político compacto en el que no se diferencian colores partidistas logró con el pelele Felipe Calderón Hinojosa y su antecesor, el corruptazo –para usar su propio lenguaje- Vicente Fox Quezada, terminar con las pensiones de los trabajadores –luego que ambos, Salinas y Fox, se apropiaron de los recursos-, privatizar Pemex y privatizar la producción y venta de la energía eléctrica. Además de continuar con la venta de los litorales mexicanos a empresas extranjeras. Nunca como hoy queda más nítida la relación entre los políticos y los empresarios, pues muchos de ellos son ambas cosas.
Como lo admitió la secretaria de Energía del desgobierno usurpador, Georgina Kessel, pronto comenzarán a operar los contratos incentivados –dizque prohibidos por la nueva ley- mediante los que se les pagarán remuneraciones extra por su “buen desempeño” a empresas beneficiadas por esa banda que se apoderó de México. Con este hecho y con la confesión de que el 70 por ciento de las actividades de la paraestatal las realizan empresarios, ¿todavía alguien cree que no se privatizó el petróleo?
En los momentos críticos por los que atraviesa el país, con un pronóstico de crecimiento para el año que termina de menos del 2 por ciento y de menos del 1 por ciento para el 2009. Con la caída de los precios internacionales del crudo y con calificaciones negativas para las deudas de bancos públicos y privados, a la corrupta clase política y a los grandes empresarios mexicanos lo que les interesa es incrementar aún más sus enormes fortunas. ¿Al país? a ese que se lo lleve el diablo, y también a sus más de 106 millones de habitantes. Cuando eso ocurra ellos, como ahora, no vivirán aquí, sino en sus mansiones de Estados Unidos o Europa.
El siguiente análisis fue tomado de la revista Proceso.
http://www.proceso.com.mx/
Y no es que alguna vez se alejaran de la política, pero desde hace 8 años trabajan intensamente con el objetivo de liquidar, de una vez por todas la riqueza que le queda al país.
Con el beneplácito del PRI, la complacencia del PAN y la venta al mejor postor de la aprobación de Los Chuchos del PRD, ese grupo político compacto en el que no se diferencian colores partidistas logró con el pelele Felipe Calderón Hinojosa y su antecesor, el corruptazo –para usar su propio lenguaje- Vicente Fox Quezada, terminar con las pensiones de los trabajadores –luego que ambos, Salinas y Fox, se apropiaron de los recursos-, privatizar Pemex y privatizar la producción y venta de la energía eléctrica. Además de continuar con la venta de los litorales mexicanos a empresas extranjeras. Nunca como hoy queda más nítida la relación entre los políticos y los empresarios, pues muchos de ellos son ambas cosas.
Como lo admitió la secretaria de Energía del desgobierno usurpador, Georgina Kessel, pronto comenzarán a operar los contratos incentivados –dizque prohibidos por la nueva ley- mediante los que se les pagarán remuneraciones extra por su “buen desempeño” a empresas beneficiadas por esa banda que se apoderó de México. Con este hecho y con la confesión de que el 70 por ciento de las actividades de la paraestatal las realizan empresarios, ¿todavía alguien cree que no se privatizó el petróleo?
En los momentos críticos por los que atraviesa el país, con un pronóstico de crecimiento para el año que termina de menos del 2 por ciento y de menos del 1 por ciento para el 2009. Con la caída de los precios internacionales del crudo y con calificaciones negativas para las deudas de bancos públicos y privados, a la corrupta clase política y a los grandes empresarios mexicanos lo que les interesa es incrementar aún más sus enormes fortunas. ¿Al país? a ese que se lo lleve el diablo, y también a sus más de 106 millones de habitantes. Cuando eso ocurra ellos, como ahora, no vivirán aquí, sino en sus mansiones de Estados Unidos o Europa.
El siguiente análisis fue tomado de la revista Proceso.
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Gómez Mont y Mouriño: coincidencias
ALVARO DELGADO
MÉXICO D.F., 10 de noviembre (apro).- Entre prominentes miembros del Partido Acción Nacional (PAN) circula una historia que conduce, por los imponderables de la vida, al transe que padece el gobierno de Felipe Calderón a raíz del deceso de Juan Camilo Mouriño, uno de los catorce muertos --catorce, no sólo él-- de la tragedia aérea de hace una semana:
Diego Fernández de Cevallos emitió hacia julio, ante correligionarios y de manera informal, severas críticas a la conducción y al equipo de gobierno, en el contexto de los saldos negativos de la "guerra" contra el crimen organizado, las negociaciones para la reforma de Petróleos Mexicanos (Pemex) y las derrotas del Partido Acción Nacional (PAN) en las elecciones de este año.
Calderón supo de las críticas e, hipersensible por su inseguridad, envió una señal de conciliación que se materializó en agosto: Fernando Gómez Mont y Juan Miguel Alcántara Soria, dos prominentes abogados allegados a Fernández de Cevallos, fueron acogidos en el PAN y en el gobierno federal.
Gómez Mont, retirado de la vida partidaria desde hace más de una década por las críticas que concitó su relación con los expresidentes Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, así como la defensa de delincuentes de cuello blanco, se incorporó al Comité Ejecutivo Nacional del PAN, en sustitución de Javier Corral, quien renunció inconforme por el rumbo de su partido y del gobierno.
Alcántara Soria, retirado también de la vida partidaria desde que Vicente Fox ganó la Presidencia de la República --en cuyo sexenio estudió en España y de regreso litigó para hacer fortuna--, se incorporó a la Procuraduría General de la República (PGR), después de la limpia de subprocuradores de la que se salvó sólo Juan de Dios Castro, uno de los próceres panistas degradados en burócratas.
Curiosamente los dos asumieron sus respectivos cargos el mismo día, el lunes 18 de agosto, y ambos enfrentan una coincidencia macabra: Alcántara Soria sustituyó a José Luis Santiago Vasconcelos en la Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales y Gómez Mont relevó a Mouriño en la Secretaría de Gobernación, justamente los dos más altos funcionarios fallecidos en el turbio avionazo del martes 4.
Al margen de estas coincidencias, que en política sí importan, Alcántara Soria y, sobre todo, Gómez Mont se suman a un grupo político que durante muchos años --más de los dos que llevan en el ejercicio de gobierno-- ha privilegiado la lógica de facción y que ahora, por una imperiosa necesidad política, Calderón los incorpora para, como lo dijo él mismo en su larguísima segunda homilía sobre Mouriño, dejar a un lado mezquindades y envidias que los han conducido a las derrotas.
Pero en este afán de recurrir a quienes aprecia con eficacia política, Calderón le echa abajo a Germán Martínez, a quien él impuso como presidente del PAN, una jugada que tenía el mismo fin de sumar: Apenas en junio, incorporó a Fox al comité estratégico de las campañas para, en el 2009, "guanajuatizar" México.
Pero con la dotación de poder a representantes de Fernández de Cevallos, sobre todo en la Secretaría de Gobernación, se reactivan los rencores contra Fox, quien calificó de cobarde --"coyón"-- al barbado litigante.
Aun sin haberse oficializado el nombramiento de Gómez Mont, pero muerto ya Mouriño, Fox se negó a suspender la "cumbre" de partidos de derecha en el rancho de su propiedad en San Francisco del Rincón, inaugurada el jueves 6, justamente cuando Calderón encabezó el homenaje en el Campo Marte, y pronunció su primera y desproporcionada homilía para describir, ya no como un héroe a la altura de Hidalgo y Morelos, ni como un superhombre, sino como un santo a quien fue su delfín.
A final de cuentas, sin embargo, a estas tres facciones del PAN --la de Calderón, la de Fernández de Cevallos y la de Fox-- las hermana una característica que, en efecto, nada tiene que ver con lo que alguna vez se definió como doctrina --identificada con la honestidad--: El pragmatismo, sin límites, para conquistar y retener el poder.
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
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