Mafia institucional controla México
Tomados de La Jornada, El Fisgón, Hernández y Rocha y El Universal, Helioflores y Naranjo.
De nueva cuenta la farsa política viene de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) quien decidió convalidar uno de los principales actos que contribuyeron a la elección fraudulenta del 2006. La compra por parte de particulares de espacios publicitarios para denostar al candidato que no se ajuste a sus intereses económicos.
Así es, el “máximo” tribunal del país apoyó el fraude de nueva cuenta para los comicios de 2009 y 2012 ante el miedo de que una opción diferente al PAN y PRI (PRIAN) obtenga mayoría en el Congreso o la Presidencia de la República.
Para evitar el peligro que significa para su intereses la llegada de alguien no ligado a la mafia institucional, la mayoría de los ministros –quienes ganan al mes 500 mil pesos, contra los mil quinientos de salario mínimo- decidieron retirar las sanciones al código electoral para aquellos particulares, partidos políticos o empresas que contraten publicidad electoral. Mantuvieron sí una sanción a las televisoras de 150 mil pesos. Pero tomando en cuenta el poder económico de Televisa, TV Azteca, Bimbo, Cemex, Telmex. Coca Cola, Wal-Mart, etc., la multa es de risa loca. Si a esto agregamos que el desgobierno en turno devolverá el dinero vía no cobrar impuestos, pues todo queda en familia.
Claro que esto no significa que no se multará a particulares, partidos y empresas, sino que el Congreso tendrá que legislar de nuevo al respecto, claro que la nueva legislación no afectará los comicios para renovar la estratégica Cámara de Diputados el próximo año, pues ya no hay tiempo legal para hacer los cambios. De todas formas, la SCJN declaró inconstitucionales las partes medulares de la ley Televisa hace más de un año y todavía los “legisladores” no hay hecho una nueva ley que la supla. Así que podemos sentarnos a esperar a que cumplan con su trabajo, con la certeza de que lo harán a favor de los poderes fácticos, que son los que realmente mandan en el país.
Para redondear la perversión los ministros decidirán hoy si se retira la prohibición de que los particulares, empresarios y partidos políticos expresen a través de los medios electrónicos sus puntos de vista. El caso es que no compren el tiempo, sino que las “bondadosas” televisoras y radiodifusoras se los regalen y los difundan de “manera libre”, dijo el ministro José Ramón Cossío, quien llamó sus pares a revisar esta prohibición pues podría afectar el derecho constitucional a la libre expresión consagrado en el artículo sexto de la carta magna. En pocas palabras los cambios a la ley electoral que “garantizarían” que no se llevara a cabo la “guerra sucia” de anuncios comerciales en contra de algún candidato por parte de los monopolios y oligopolios que dominan México, serán borrados por la máxima instancia encargada de impartir y garantizar la justicia. Y luego se quejan de que los señalen como corruptos y de que se afirme que las instituciones que representan están caducas y comprometidas con los grandes empresarios del país.
Los mismos corruptos de siempre acomodan la ley para que sirva a sus intereses y no a los de los millones de ciudadanos, en quienes recae en última instancia la soberanía nacional. Sólo que de actuar conforme a la Constitución, adiós a los gigantescos salarios de los ministros o a los abultados sueldos de los altos funcionarios públicos, o a los miles de millones de pesos que reciben los partidos políticos, o a los miles de millones de pesos en subsidios y publicidad que reciben los grandes empresarios. Ese sería otro México, no el actual, el de la transa y la corrupción institucional, con la SCJN a la cabeza.
El siguiente análisis fue tomado de la revista Proceso.
http://www.proceso.com.mx/
El PAN y su jefe Beltrones
Álvaro delgado
MEXICO, DF, 7 de julio (apro).- Hasta hace no mucho, ocho años exactos, el Partido Acción Nacional (PAN) fue consecuente con una de sus reiteradas quejas como oposición: decirse víctima del espionaje de un régimen al que definía ya no sólo como autoritario, sino dictatorial, uno de cuyos conspicuos operadores, desde las “cañerías” de la Secretaría de Gobernación, era identificado como Manlio Fabio Beltrones.
En el contexto de la elección del 2000, cuando por ejemplo se reveló que Vicente Fox había sido rescatado por el Fobaproa --algo que era absolutamente cierto--, se generó un gran escándalo y uno de los compromisos del gobierno de la alternancia fue cerrar el capítulo del espionaje, práctica asociada por el PAN al priismo y a políticos como Beltrones.
Mano derecha del mítico Fernando Gutiérrez Barrios, a quien los panistas terminaron por adorar cuando aterrizó los pactos con Carlos Salinas, Beltrones era detestado por muchos prominentes líderes del PAN y aun de su propio partido, como Elba Esther Gordillo, quien reiteradamente lo califica de “operador de cañerías”.
Uno de esos políticos panistas era Felipe Calderón, quien hace 18 años fungía como secretario general del PAN y en esa condición acusó a Beltrones, gobernador de Sonora, de imponer un “régimen policiaco” por la reiterada práctica oficial del espionaje telefónico contra miembros de ese partido.
“En el espionaje telefónico contra dirigentes del PAN en Sonora no sólo hay un problema legal, sino de impunidad política de funcionarios del gobierno de ese estado”, decía Calderón Hinojosa en entrevista con el semanario Proceso, y evocaba cómo, en 1991, antes y después de las elecciones, también se registró una práctica semejante.
“Se trata de una práctica reiterada de Beltrones por intervenir en la vida pública del PAN”, acusó Calderón, quien ya como presidente de su partido, en 1996, envió a un personaje con fama de duro a enfrenar al priista y erradicar su intervención en el PAN de Sonora. Era Manuel Espino.
A casi tres lustros de ese capítulo, la triada vuelve a encontrarse, en condiciones francamente semejantes en términos de poder, salvo por las posiciones de cada cual: aunque Calderón fue impuesto en la titularidad del Ejecutivo, y Espino fue echado del PAN, el poder lo ejerce Beltrones.
Y todo el mundo lo sabe: el futuro del gobierno de Calderón depende de la decisión de Beltrones, quien acaba de volver a poner en ridículo a la pandilla que, formalmente, gobierna México.
Por una parte, desbarató el recurrente alegato que el PAN mantuvo durante décadas de ser víctima del espionaje y de desmontarlo una vez llegado al poder y elevó el precio de su apoyo a la privatización del petróleo, pero sobre todo reventó la estrategia que, hacia las elecciones del 2009, se pretendía instrumentar para asociarlo a escándalos inclusive de carácter sexual.
Por eso la furia de Manuel Espino: la escrituración que Calderón ha hecho de la Presidencia de la República a Beltrones, en el 2012, sin que además exista garantía de que, por ejemplo, se apruebe la privatización del petróleo, de la que depende la viabilidad de la gestión actual.
Apuntes
Tiene razón el arzobispo de León, Guanajuato, Guadalupe Martín Rábago: es “asqueroso (y) humillante” lo visto en los videos difundidos sobre las clases de tortura impartidas a los gendarmes de esa ciudad gobernada, desde hace exactamente dos décadas, por el PAN.
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
Así es, el “máximo” tribunal del país apoyó el fraude de nueva cuenta para los comicios de 2009 y 2012 ante el miedo de que una opción diferente al PAN y PRI (PRIAN) obtenga mayoría en el Congreso o la Presidencia de la República.
Para evitar el peligro que significa para su intereses la llegada de alguien no ligado a la mafia institucional, la mayoría de los ministros –quienes ganan al mes 500 mil pesos, contra los mil quinientos de salario mínimo- decidieron retirar las sanciones al código electoral para aquellos particulares, partidos políticos o empresas que contraten publicidad electoral. Mantuvieron sí una sanción a las televisoras de 150 mil pesos. Pero tomando en cuenta el poder económico de Televisa, TV Azteca, Bimbo, Cemex, Telmex. Coca Cola, Wal-Mart, etc., la multa es de risa loca. Si a esto agregamos que el desgobierno en turno devolverá el dinero vía no cobrar impuestos, pues todo queda en familia.
Claro que esto no significa que no se multará a particulares, partidos y empresas, sino que el Congreso tendrá que legislar de nuevo al respecto, claro que la nueva legislación no afectará los comicios para renovar la estratégica Cámara de Diputados el próximo año, pues ya no hay tiempo legal para hacer los cambios. De todas formas, la SCJN declaró inconstitucionales las partes medulares de la ley Televisa hace más de un año y todavía los “legisladores” no hay hecho una nueva ley que la supla. Así que podemos sentarnos a esperar a que cumplan con su trabajo, con la certeza de que lo harán a favor de los poderes fácticos, que son los que realmente mandan en el país.
Para redondear la perversión los ministros decidirán hoy si se retira la prohibición de que los particulares, empresarios y partidos políticos expresen a través de los medios electrónicos sus puntos de vista. El caso es que no compren el tiempo, sino que las “bondadosas” televisoras y radiodifusoras se los regalen y los difundan de “manera libre”, dijo el ministro José Ramón Cossío, quien llamó sus pares a revisar esta prohibición pues podría afectar el derecho constitucional a la libre expresión consagrado en el artículo sexto de la carta magna. En pocas palabras los cambios a la ley electoral que “garantizarían” que no se llevara a cabo la “guerra sucia” de anuncios comerciales en contra de algún candidato por parte de los monopolios y oligopolios que dominan México, serán borrados por la máxima instancia encargada de impartir y garantizar la justicia. Y luego se quejan de que los señalen como corruptos y de que se afirme que las instituciones que representan están caducas y comprometidas con los grandes empresarios del país.
Los mismos corruptos de siempre acomodan la ley para que sirva a sus intereses y no a los de los millones de ciudadanos, en quienes recae en última instancia la soberanía nacional. Sólo que de actuar conforme a la Constitución, adiós a los gigantescos salarios de los ministros o a los abultados sueldos de los altos funcionarios públicos, o a los miles de millones de pesos que reciben los partidos políticos, o a los miles de millones de pesos en subsidios y publicidad que reciben los grandes empresarios. Ese sería otro México, no el actual, el de la transa y la corrupción institucional, con la SCJN a la cabeza.
El siguiente análisis fue tomado de la revista Proceso.
http://www.proceso.com.mx/
El PAN y su jefe Beltrones
Álvaro delgado
MEXICO, DF, 7 de julio (apro).- Hasta hace no mucho, ocho años exactos, el Partido Acción Nacional (PAN) fue consecuente con una de sus reiteradas quejas como oposición: decirse víctima del espionaje de un régimen al que definía ya no sólo como autoritario, sino dictatorial, uno de cuyos conspicuos operadores, desde las “cañerías” de la Secretaría de Gobernación, era identificado como Manlio Fabio Beltrones.
En el contexto de la elección del 2000, cuando por ejemplo se reveló que Vicente Fox había sido rescatado por el Fobaproa --algo que era absolutamente cierto--, se generó un gran escándalo y uno de los compromisos del gobierno de la alternancia fue cerrar el capítulo del espionaje, práctica asociada por el PAN al priismo y a políticos como Beltrones.
Mano derecha del mítico Fernando Gutiérrez Barrios, a quien los panistas terminaron por adorar cuando aterrizó los pactos con Carlos Salinas, Beltrones era detestado por muchos prominentes líderes del PAN y aun de su propio partido, como Elba Esther Gordillo, quien reiteradamente lo califica de “operador de cañerías”.
Uno de esos políticos panistas era Felipe Calderón, quien hace 18 años fungía como secretario general del PAN y en esa condición acusó a Beltrones, gobernador de Sonora, de imponer un “régimen policiaco” por la reiterada práctica oficial del espionaje telefónico contra miembros de ese partido.
“En el espionaje telefónico contra dirigentes del PAN en Sonora no sólo hay un problema legal, sino de impunidad política de funcionarios del gobierno de ese estado”, decía Calderón Hinojosa en entrevista con el semanario Proceso, y evocaba cómo, en 1991, antes y después de las elecciones, también se registró una práctica semejante.
“Se trata de una práctica reiterada de Beltrones por intervenir en la vida pública del PAN”, acusó Calderón, quien ya como presidente de su partido, en 1996, envió a un personaje con fama de duro a enfrenar al priista y erradicar su intervención en el PAN de Sonora. Era Manuel Espino.
A casi tres lustros de ese capítulo, la triada vuelve a encontrarse, en condiciones francamente semejantes en términos de poder, salvo por las posiciones de cada cual: aunque Calderón fue impuesto en la titularidad del Ejecutivo, y Espino fue echado del PAN, el poder lo ejerce Beltrones.
Y todo el mundo lo sabe: el futuro del gobierno de Calderón depende de la decisión de Beltrones, quien acaba de volver a poner en ridículo a la pandilla que, formalmente, gobierna México.
Por una parte, desbarató el recurrente alegato que el PAN mantuvo durante décadas de ser víctima del espionaje y de desmontarlo una vez llegado al poder y elevó el precio de su apoyo a la privatización del petróleo, pero sobre todo reventó la estrategia que, hacia las elecciones del 2009, se pretendía instrumentar para asociarlo a escándalos inclusive de carácter sexual.
Por eso la furia de Manuel Espino: la escrituración que Calderón ha hecho de la Presidencia de la República a Beltrones, en el 2012, sin que además exista garantía de que, por ejemplo, se apruebe la privatización del petróleo, de la que depende la viabilidad de la gestión actual.
Apuntes
Tiene razón el arzobispo de León, Guanajuato, Guadalupe Martín Rábago: es “asqueroso (y) humillante” lo visto en los videos difundidos sobre las clases de tortura impartidas a los gendarmes de esa ciudad gobernada, desde hace exactamente dos décadas, por el PAN.
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