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viernes, noviembre 23, 2007

Caen máscaras bajo el peso de sus palabras y acciones






Tomados de La Jornada, Hernández, Helguera y Rocha y El Universal, Helioflores.


Los textos que a continuación se presentan hacen un breve esbozo de los malandrines que controlan el país. Desde los poderes constitucionales hasta los poderes fácticos buscan el lucro y la ganancia fácil, como sea. No importa pasar por encima de millones de mexicanos que tienen poco o nada. Considerado uno de los países –el primero en América- con el mayor grado de desigualdad en el mundo, el descaro con el que se conducen dichos personajes incrementa el número de agravios y la posibilidad de que la inconformidad social se desborde.



Después de 12 elecciones estatales, Manuel Espino tiene claro que funcionarios federales tienen “arreglos” con el PRI para intercambiar las derrotas panistas por votos en el Congreso que favorezcan las reformas que le interesan a Felipe Calderón. Gente como el jefe de la oficina presidencial, Juan Camilo Mouriño, y el estratega de la guerra sucia Jorge Manzanera, estarían entre los responsables de ese trueque.

(...)

–¿Usted, como presidente del PAN, está al tanto de esos arreglos?

–¡No!

–¿Se han hecho a espaldas del PAN?

–¡Claro! Yo no he participado en un arreglijo de esos. Jamás me prestaría a un arreglo ni cambiaría las posibilidades de éxito del partido que yo presido, por las posibilidades de un proyecto de reforma. ¡No se vale canjear una reforma, por muy importante que ésta sea, por el éxito del partido! ¡Esa no puede ser moneda de cambio!

(...)

Y asegura que funcionarios federales, que se niega a identificar con su nombre, prohibieron a los panistas usar el desprestigio de Marín para hacer campaña. “Hubo momentos en los que nuestra gente se desesperaba de nuestros candidatos que, a la hora del debate, cuando querían esgrimir como argumento la debilidad institucional del gobierno, el descrédito particular del gobernador, había llamadas telefónicas para decir: ‘Hey, por ahí no’.”

–Pero usted mismo fue a Puebla a dar esa instrucción.

–Yo dije que no íbamos a usarlo como bandera, porque no era nuestra estrategia fundamental. Pero eso no quiere decir que no aprovechemos el debilitamiento institucional que tiene el gobierno y su propio gobernador. No, él no tiene que ser bandera, pero había peticiones directas a nuestra dirigencia, a los candidatos, que no era por ahí.

(...)

–¿Es la fuerza del poder presidencial?

–No, yo jamás culparía al presidente Calderón de esto.

–Pero sí a sus subordinados...

–Yo se lo comenté alguna vez a él. Le dije: “Presidente, hay gente a la que le está ganando la ambición de poder”. Pero de ninguna manera pensaría que el presidente está involucrado. Son personas que están viendo por su proyecto personal a corto plazo, que están acumulando poder dentro del partido, pero con este tipo de consecuencias.

–¿Qué le respondió Calderón?

–Él me dijo: “Eso hay que revisarlo, porque no podemos permitir que haya funcionarios públicos que estén operando cosas en el partido, perjudicando al partido”. El presidente no está en esa idea de a ver cómo le hacemos para controlar al partido, y menos para que el partido pierda.

–¿Entonces lo que pasa es que no lo obedecen sus subordinados?

–No lo sé, pero es un asunto que hay que revisar. Como presidente del PAN asumo la responsabilidad que me toca, que no es toda, de estos resultados en Puebla o en Tamaulipas. Los de Tlaxcala son muy exitosos, los de Michoacán son muy exitosos.

–Insisto: ¿O están desobedeciendo a Calderón, si dio la instrucción de no intervenir, o no puede ni controlar a su grupo cercano?

–Yo no sé, yo no quiero especular. Yo tengo claro que hay personas ahí (en Los Pinos) que han obrado de manera indebida. Que van y se meten en los procesos internos del PAN para influir en la designación de candidaturas y, ya en las campañas, se meten por la puerta de atrás o por la rendija que encontraron abierta.

“Yo jamás autorizaría que Jorge Manzanera se vaya a cuidar una campaña estatal. Pero alguien lo puso ahí y lo puso ahí muy a pesar de la dirigencia estatal, que no fue tomada en cuenta para muchas cosas”.

–Pero Manzanera no se maneja solo...

–No sé a quién le haga caso, no sé quién lo manda.

–¿Mouriño?

–Lo puedo suponer.

–Y Mouriño no actúa por su cuenta, sino por los canjes que le interesan a Felipe Calderón...

–Es que no sé quién esté operando esas cosas, pero la lectura inmediata es: ¿Aquí hay un canje o qué? Porque, ¿cómo se explican cosas como las de Oaxaca, la de Puebla? Es verdaderamente inaudito.

Texto tomado de la revista Proceso del 18 de noviembre de 2007.


Luego de que el presidente del Grupo Salinas-Tv Azteca, Ricardo Salinas Pliego, arremetió contra los “tres principales partidos”, porque en busca de “ambiciones políticas” pretenden “echar al basurero” la lucha de millones de mexicanos por la libertad de expresión, el presidente Felipe Calderón Hinojosa aseguró que México vive una “democracia sólida” en la cual la libertad de expresión “es una premisa y una realidad cotidiana”.

En la residencia oficial de Los Pinos, ante concesionarios de los medios de comunicación, permisionarios, radiodifusores y anunciantes, el Ejecutivo recordó que los medios de comunicación, por su influencia y libertad, tienen hoy mayores responsabilidades y están sujetos al escrutinio ciudadano.

(...)

Previamente, en uso de la palabra, Salinas Pliego dijo que la labor del grupo A favor de lo mejor contrastaba con la pretensión de los dirigentes de los tres grandes partidos que hoy quieren imponer sus reglas y su visión al resto de los ciudadanos. “Esto a través de leyes que atentan contra nuestra libertad más básica, que es la de expresar nuestras ideas; no debemos permitir que las ambiciones políticas de unos cuantos echen al basurero de la historia la lucha de millones de mexicanos por conquistar la libertad de expresión.

“Es momento de pensar muy bien –agregó– si vamos a estar en favor de lo peor, que es el camino de una minoría de líderes políticos, o si vamos a estar en favor de lo mejor. Si ellos tienen éxito, nosotros todos habremos sido cómplices de la censura. ¿Y si no es ahora, cuándo, y si no somos nosotros, quién?”, se preguntó.

Texto tomado del periódico La Jornada, 23 de noviembre de 2007.



2. Buen pagador con otros (Aeroméxico a los empresarios de la guerra sucia de espots, cargos e impunidad a Elba Esther, garantías y ganancias a empresas españolas, por ejemplo), el fan del corrido de El hijo desobediente ha vuelto a usar el erario para saldar cuentas políticas personales. Eso sí, nadie le puede tachar de hipócrita, pues ha sido abierto el manejo de las finanzas federales para satisfacer compromisos grupales: “Tengo una deuda personal con El Zapote. Cuando yo era secretario de Energía (…) nos fuimos a echar un taco con el gobernador y algunos amigos de Jalisco, y a partir de ese taco se comenzó a hablar de la candidatura a la Presidencia y luego se armó un borlote por todo el país (…) Pero me da mucho gusto que aunque sea en esto los estemos compensando a los amigos de El Zapote”. Así, sólo por el hecho de que allí se produjo su virtual destape presidencial, el agradecido Felipe entregó 40 millones de pesos a ejidatarios que nunca antes habían podido cobrar por indemnización de terrenos expropiados. Otros favorecidos por tales zapotazos han sido Francisco Ramírez Acuña, que organizó el “taco” del destape; Abraham González Uyeda, dueño de la lechería Sello Rojo y del rancho del destape, quien ahora es subsecretario de Gobernación, y muchos otros jalisquillos incrustados en Bucareli y otras oficinas federales. Si así paga Calderón a unos ejidatarios nomás por un descorche, ¿cuánto pagará a quienes cerraron con fraude de oro esa saga llena de deudas?

Texto tomado de la columna Astillero, publicada en La Jornada del 23 de noviembre de 2007.



La “banca extranjerizada” que opera en México incumple una de las funciones fundamentales de la intermediación financiera, que es la de otorgar crédito a la actividad productiva, y en vez de ello se concentra en los préstamos al consumo, opinó este jueves David Ibarra Muñoz, ex secretario de Hacienda.

Al comentar cifras del Banco de México que dan cuenta de que en el último año se duplicó la morosidad entre deudores de tarjetas de crédito, Ibarra Muñoz declaró a este diario que “es insostenible” la estrategia adoptada por los bancos de poner énfasis en dar crédito al consumo, “cuando buena parte de la población está desempleada”.

Entrevistado este jueves en la presentación de los dos tomos de La nacionalización bancaria, 25 años después, editada por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, el ex secretario de Hacienda añadió: “la cartera vencida está aumentando considerablemente, pero por supuesto la banca está cobrando intereses monumentales, lo cual le permite darse el lujo de tener cartera vencida, pero este proceso no puede mantenerse indefinidamente”.

(...)


En términos generales, abundó, las instituciones bancarias no canalizan financiamiento a la producción y se han dedicado a otorgar préstamos al consumo, principalmente a través de tarjetas. “El crédito a la producción, en definitiva, se encamina a crear empleo y fomentar el desarrollo económico, características que no necesariamente tiene el crédito al consumo”, agregó.

Respecto del aumento de la morosidad entre los usuarios de tarjetas, Ibarra Muñoz consideró que el énfasis que ha puesto la banca en otorgar créditos al consumo, cuando buena parte de la fuerza de trabajo está desempleada (los bancos entregan plásticos incluso a quienes no tienen empleo fijo o con ingresos de 3 mil a 5 mil pesos mensuales), hace que crezca la cartera vencida porque la gente no tiene ingresos.

“La cartera vencida está aumentando considerablemente, pero la banca está cobrando intereses monumentales en tarjeta de crédito, de más de 30 por ciento en términos reales, lo cual le permite darse el lujo de tener cartera vencida, pero este proceso no puede mantenerse indefinidamente”, añadió.

Texto tomado del periódico La Jornada del 23 de noviembre de 2007.







El siguiente análisis fue tomado de la revista Proceso.










No pecarás

josé gil olmos

México, D.F., 22 de noviembre (apro).- El domingo pasado repicaron por espacio de 15 minutos las campanas de la Catedral Metropolitana. ¿Por quien doblaban las campanas? Sigue siendo la pregunta, y la respuesta difícilmente se puede deslindar de la intención política, pues si hay algo que ha caracterizado a la jerarquía católica mexicana en los últimos años ha sido su vinculación y participación en la vida política nacional.

Juan Sandoval Iñiguez, Norberto Rivera, Onésimo Cepeda, son algunos de los nombres de cardenales y obispos que aparecen no sólo en el púlpito de las iglesias, sino en la columnas políticas por sus constantes reuniones con legisladores, candidatos, presidentes de partidos políticos, empresarios y hasta presidentes de la República, no para difundir la palabra divina, sino para participar e incidir en la decisiones políticas.

Basta recordar la activa participación política de los jerarcas católicos en el proceso electoral del año pasado, sus constantes comentarios en contra de algunos candidatos, especialmente, Andrés Manuel López Obrador y Roberto Madrazo, y en favor de Felipe Calderón.

Fue desde el púlpito de las iglesias donde se difundió la idea de que no habría que votar por quien representaba un “peligro para México”, parafraseando la frase electoral de Calderón en contra de López Obrador.

Parte de esta campaña fue difundir entre la grey católica la idea de que, si ganaba el tabasqueño, les quitarían parte de sus propiedades y hasta la potestad de sus hijos más pequeños. Obispos y cardenales se encargaron de llamar a sus corderos a no votar en contra de quien representaba el peligro del comunismo.

Lo ocurrido en el zócalo de la ciudad de México el domingo pasado no puede verse fuera de este contexto. No es gratuito ni una acción ajena a una intensión política que repicaran las campanas durante tanto tiempo mientras se realizaba un acto político de López Obrador.

Las explicaciones del vocero de la Catedral y del abogado católico Armando Martínez, de que sólo se estaba llamando a misa, resulta una ofensa a la inteligencia y, en términos católicos, un pecado, porque se trata de una mentira. Es más que evidente que se trató de una provocación y una respuesta a las agresiones que han recibido de miembros del PRD con quienes han tenido enfrentamientos verbales en últimas fechas, entre ellos Gerardo Fernández Noroña.

La irrupción violenta de los seguidores de López Obrador al recinto religioso es también un grave error, pues nadie tiene el derecho a violentar recintos religiosos y faltar el respeto a los feligreses. Al César, lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios.

Iglesia católica y el PRD están estirando sus relaciones de manera peligrosa. Ambos viven sus propias crisis y no tienen que expresarlas más allá de sus respectivos ámbitos.

Los escándalos en que se han vinculado altos miembros de la jerarquía católica, como las demandas de pederastia, la comercialización de las imágenes religiosas, como la Virgen de Guadalupe, y la vinculación con personajes que son símbolos de la corrupción o del narcotráfico, son algunos de los problemas que tienen que resolver en sus propios ámbitos.

Lo mismo que el PRD, que se encuentra en un cisma profundo luego de la derrota que sufrió el año pasado, y la disputa salvaje en la que se han enfrascado las corrientes y tribus por ganar la dirigencia nacional.

Aún es tiempo de que detengan sus ataques, que los jerarcas católicos vinculados al sector de la derecha dejen de involucrarse en la vida política y los perredistas en la vida religiosa.

Los riesgos de un enfrentamiento ya los conocemos y siempre han tenido consecuencias mortales irreparables. La mesura es fundamental en estos momentos.