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sábado, marzo 10, 2007

Más de los mismo, receta para engañar



Tomados de El Universal, Omar y La Jornada, El Fisgón.

Los comerciales de radio y televisión anuncian que ahora sí ya vamos por buen camino -¿qué no era así con el ladrón de Vicente Fox Quesada?- y que el usurpador Felipe Calderón Hinojosa montó los cimientos para un nuevo país ¿en 100 días de discursos? Y que las 100 acciones comprometidas fueron cumplidas.

Pero en su intervención de hoy el pelele dice lo contrario: “Con errores y aciertos hemos cumplido con nuestro deber, este es el comienzo y sé que a lo largo de mi gobierno no deberé apartarme de las acciones comprometidas”, afirmó

"A pesar de las mezquindades y los malos augurios estamos trabajando intensamente por México, para que tenga un rumbo claro y avanzamos a paso firme y con pasión por nuestro país”, prosiguió. Palabras nada más, pues la realidad es que el país esta peor que hace 100 días. Mayor inflación, mayor carestía y mayores problemas sociales.

No es que uno trate de ver todo con pesimismo o de encontrar el prietito al arroz, pero al buscar hechos en los dichos del espurio nos topamos con muchos discursos, mucho anuncio de programas, muchos comerciales –atosigan a toda hora-, pero nada en los hechos. Palabras como las que dijo el usurpador a lo largo de 100 días las hemos escuchado mejor en voz de los priístas y hasta del propio traidor Vicente Fox Quesada.

Lo que esperábamos que debería hubiera hecho en ese tiempo es enfrentado los grandes monopolios, demandando a la Comisión Federal de Competencia y a la Cofetel poner fin a la impunidad con la que se mueven empresarios multimillonarios como Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Roberto Hernández, Lorenzo Servitje, etc.

O investigar –como está obligado- la corrupción de Vicente Fox Quesada, Marta Sahagún , sus hijos lo bribones Bibriesca, la familia Fox, Francisco Gil Díaz, los fideicomisos, el destino de las decenas de miles de millones de dólares que ingresaron a las arcas nacionales y cuyo destino no se sabe (aunque se supone que fue a para al bolsillo de los pillos de saquearon al país el sexenio encabezado por el “salvaje de Guanajuato”.

La violación de los derechos humanos por parte de fuerzas militares del gobierno federal en los casos de San Salvador Atenco, Oaxaca, Lázaro Cárdenas y más reciente mente en la sierra de Veracruz donde una anciana fue violada hasta causarle la muerte por parte de soldados del ejército mexicano, que ahora pretenden ocultar su infamia llevando material de construcción para edificar cuartos a los familiares de la víctima.

Crímenes sin resolver, demandas de decenas de miles de trabajadores y campesinos que exigen un alto a los desproporcionados incrementos de los productos básicos son el saldo de este breve periodo. Pero para el pelele todo marcha bien. Esa historia, ese cuento, es el mismo que nos recetó no 100 días sino 2190 días el corrupto de Vicente Fox Quesada. Así que ya no nos chupamos el dedo, con los gobiernos “del cambio”.


La siguiente es una nota tomada del diario La Jornada.








Cien días del gobierno calderonista: no hay proyecto de país ni liderazgo


Resalta su discurso de mano dura y su acercamiento a las fuerzas armadas

Destaca la ausencia de iniciativas en materias laboral, energética y política

Pobreza, tema pendiente

Se ha reunido más veces con priístas que con dirigentes del PAN



CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Si algo ha distinguido los primeros 100 días de gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien presentará hoy su balance en Chiapas, ha sido el discurso de la "mano firme" contra la delincuencia, apoyado en las fuerzas armadas, con las cuales ha estado en 10 actos. Asimismo, una carrera frenética por cumplir sus 100 promesas, pero sin conseguir 17 y dejando otras como enunciados, sin metas ni recursos.

Dicho corte de caja será recogido en un folleto que palomea la mayor parte de las acciones de gobierno y ya forma parte de una intensa campaña de propaganda en radio y televisión.

En ese lapso ha tenido más encuentros con el PRI y su añeja estructura sindical, que con la dirigencia del PAN. Ha visitado más foros empresariales que municipios pobres, y ha sostenido diversas reuniones con legisladores, cumpliendo así su propósito de hacer "política a nivel de cancha", lo cual le valió la aprobación, con facilidad, del presupuesto 2007.

Así, en ese periodo, que el michoacano se fijó como plazo para cumplir el proyecto que presentó 12 días antes de la elección con el nombre 100 acciones para los primeros 100 días de gobierno, su agenda ha sido intensa. Ha pronunciado 106 discursos y ha realizado cuatro giras internacionales y 30 en el país. Los estados más visitados han sido Michoacán (tres ocasiones), Nuevo León (tres), Estado de México (cinco), Guerrero (dos) y Sinaloa (dos).

A golpe de "compromisos de gobierno" y de discursos de "mano firme contra la delincuencia", el jefe del Ejecutivo ha buscado superar la tensión política causada por las elecciones del 2 de julio.

El peso de las fuerzas armadas

Desde el comienzo de su gobierno buscó apuntalar su figura apoyado en las fuerzas armadas.

En promedio, uno de cada 10 días lo dedicó a un acto militar. La lista es larga: Día de la Bandera, desayuno por el Día del Ejército, Marcha de la Lealtad, desayuno conmemorativo de la Fuerza Aérea Mexicana, entrega del sable de mando de la Marina, visita y saludo a las fuerzas federales en Michoacán, desayuno de fin de año con personal de la Armada de México, transferencia de personal de Defensa y la Marina a la Policía Federal Preventiva, toma de protesta del gabinete de seguridad y salutación de las fuerzas armadas.

Con el anuncio de la Operación conjunta Michoacán, el pasado 11 de diciembre, el gobierno federal dio inicio a una serie de movilizaciones militares, con las que ha resaltado el discurso de la "mano firme" contra la delincuencia.

Hasta ahora este es el mensaje que ha permeado más en la población, según estudios de opinión de la Presidencia de la República.

Distancia con el foxismo y cercanía con el PRI

Un tema que obsesionó al mandatario en el arranque de su gobierno fue el de "fortalecer la institución presidencial", pues su correligionario Vicente Fox la dejó maltrecha.

En su afán por diferenciarse del foxismo ha optado por proyectar una imagen sobria, que se sustenta en eventos rígidos, apego al discurso escrito y escaso contacto con la población. Esto último también a causa de las estrictas medidas de seguridad que rodean sus eventos, para evitar manifestaciones perredistas.

Calderón, a diferencia de Fox, siempre se ha ostentado como panista de cepa, pero paradójicamente se ha reunido más con el tricolor y su brazos corporativos que con su partido.

De hecho, en 100 días únicamente se ha informado de una visita del líder nacional del blanquiazul, Manuel Espino, a Los Pinos.

En contraste, han sido recibidas la nueva dirigencia del PRI y su fracción parlamentaria en la Cámara de Diputados, la Confederación de Trabajadores de México, la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, y el Congreso del Trabajo.

Aliada desde la campaña presidencial, la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, celebró su cumpleaños en la casa presidencial, donde reafirmó su alianza con el panista y de paso dictó la agenda educativa sexenal.

De las promesas hechas en campaña, Calderón se olvidó del gobierno de coalición al incorporar sólo a panistas, ex colaboradores de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y allegados a Gordillo. Ningún priísta ni perredista que llevara votos del Congreso bajo el brazo, como prometió.

Apurado por mostrar cercanía con el perredismo, el jefe del Ejecutivo ha buscado aparecer al lado de gobernadores que triunfaron bajo las siglas de ese partido. Ya realizó giras con el michoacano Lázaro Cárdenas Batel, la zacatecana Amalia García, el chiapaneco Juan Sabines y el guerrerense Zeferino Torreblanca, y con el de Baja California, Narciso Agúndez, sólo se entrevistó.

Hasta ahora el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, ha sido el único mandatario perredista que no ha asistido a ningún acto con el Presidente.

Los pendientes

En el periodo de transición que transcurrió en la casona de la colonia Insurgentes San Borja, Calderón vislumbró que en los primeros meses de su gobierno no era "prudente" hacer planteamientos de grandes reformas o cambios, sino revisar programas y abordar temas elementales.

La premisa se cumplió, porque si bien de última hora delineó su enmienda en materia de procuración e impartición de justicia, aún no ha enviado ninguna iniciativa en materias fiscal, laboral, energética y política.

En cambio, se enfocó en cumplir el documento 100 acciones para los primeros 100 días de gobierno, que consistió en dar seguimiento a algunos planes de la administración anterior y enunciar futuros programas, pero sin la precisión -en varios casos- de presupuestos, metas y vías para concretarlos.

De acuerdo con un cotejo realizado por este diario, no se han cumplido varias acciones, como la creación de la policía metropolitana, el transporte seguro, la vigilancia en cajeros automáticos y el inicio de un programa de combate a la piratería.

Tampoco se ha revisado la cartera de proyectos de la cuenca de Burgos ni se ha impulsado una legislación para atraer inversión complementaria a la del Estado en refinación y petroquímica. Además, no se han promovido adecuaciones legales para que personas físicas y morales paguen una tasa igual por concepto de impuesto sobre la renta.

No han sido atendidos los cuatro puntos sobre telecomunicaciones, y tampoco han empezado las corridas del tren suburbano. De igual forma, las obras de infraestructura carretera en varios puntos del país. Además, no se ha elaborado un calendario para la adopción de estándares internacionales en el control de emisiones de vehículos nuevos.

En el listado sin cumplir quedó el ofrecimiento de promover reformas para disminuir los tiempos de las campañas electorales y reducir el financiamiento a los partidos políticos.

Programas como el de prevención y combate a las adicciones, además del servicio de carrera policial, quedaron en enunciados, mientras las mencionadas asociaciones tecnológicas de Petróleos Mexicanos se redujeron a un acuerdo con la brasileña Petrobras.

Otro tema casi ausente ha sido el de la pobreza. Calderón sólo ha hecho visitas breves (que no duran más de 90 minutos) a cinco municipios marginados: Tlacoachistlahuaca, Guerrero; sierra de Puebla, El Nayar, Nayarit y Yucatán.





A continuación un análisis tomado de la revista Proceso.






Las batallas del Ejército


jorge carrasco araizaga


México, D.F. (apro).- Violaciones sexuales, pleitos judiciales y atentados son las nuevas batallas que libran las Fuerzas Armadas mexicanas, en especial el Ejército, en momentos en que se han convertido en el principal soporte del poder presidencial.

En algunos de estos casos, los militares parecen estar luchando contra sí mismos.

Al protagonismo que les asignó el presidente Felipe Calderón desde el primer día de su gobierno y reforzó luego con el despliegue de los operativos contra el narcotráfico, se han sumado en las últimas semanas acontecimientos que han elevado el grado de exposición negativa de los militares.

En forma paradójica, el 19 de febrero –día del Ejército– la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) comenzó a discutir los amparos interpuestos por once militares para impugnar su baja por ser portadores del VIH, condenándolos a la desatención médica y por tanto a la muerte.

La discusión en el máximo tribunal terminó con la restitución de los elementos con el fin de que sigan trabajando en las Fuerzas Armadas, pero dejó intacta la prerrogativa de la institución castrense para seguir tramitando la baja de aquellos efectivos que, mediante certificación médica, sean declarados “inútiles” por padecer VIH.

Con el amparo que la Corte dio a once militares –nueve del Ejército y dos de la Marina–, las Fuerzas Armadas ganaron perdiendo, pues los ministros de la SCJN salvaguardaron las disposiciones de la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM), que permiten negar el servicio a los militares que por actos fuera de servicio sean declarados inútiles, a menos de que tengan 20 años de servicio o más.

Después de tres semanas de discusiones en la Corte, que deberán terminar el próximo lunes, quedó claro que esa ley presenta serias deficiencias para la protección social de los militares, por más que las Fuerzas Armadas requieran elementos sanos.

La ley, vigente desde 2003, fue una iniciativa que presentó la anterior Presidencia de la República al Congreso, pero fue elaborada en los despachos militares. Los diputados y los senadores la aprobaron por unanimidad, en diciembre de 2002, sin reparar que algunas de sus disposiciones han condenado a muerte a muchos efectivos.

Ahora la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asegura que se prepara para presentar una iniciativa de reforma a la ley del ISSFAM, a fin de incorporar las decisiones de la Corte. En realidad será poco lo que se pueda modificar.

Y en medio de las discusiones en la SCJN, hubo una nueva manifestación de las crisis que se generan en el Ejército cuando algunos de sus efectivos se ven involucrados en abusos sexuales.

Todavía no se ha resuelto el caso de la violación de un grupo de sexoservidoras, en julio del año pasado, por parte de militares en el municipio de Castaños, Coahuila, cuando presuntamente otro grupo de soldados violó y provocó la muerte a una anciana indígena en la localidad Soledad Atzompa, en la sierra de Veracruz.

Aún no se determina la responsabilidad de los señalados, pero el tema tiene bajo presión al Ejército. Por ello el titular de la Sedena, general de división Guillermo Galván Galván, ha tenido que recibir en audiencia a distintos legisladores, reconociendo implícitamente el cariz político del problema.

La relevancia política está garantizada con la decisión de la Cámara de Diputados de incorporar el tema de las violaciones sexuales cometidas por miembros del Ejército en los trabajos de Comisión Especial para Conocer las Políticas y Procuración de Justicia Vinculada a los Feminicidios.

Tanto en la protección social a sus elementos, como en los casos de las violaciones sexuales, la solución está en el propio Ejército. Más compleja es la situación que enfrenta en relación con el narcotráfico.

El atentado al general de división retirado Francisco Fernández Solís, secretario de Seguridad Pública de Tabasco, inédito en los embates de la delincuencia organizada, demuestra la exposición a la que se encuentra el Ejército Mexicano por la decisión del poder político de descansar en en los militares las tareas de seguridad.

Sin embargo, la gran paradoja de la democracia mexicana es que los militares desempeñan día a día un papel más protagónico, cuando era de esperar que su presencia pública estuviera cada vez más acotada, al grado incluso de que quedara en manos de civiles la titularidad de las secretarías de la Defensa y Marina, como ya ocurre en varios países de América del Sur y Europa.

Por ello más allá de la crisis de inseguridad, lo que demuestran las batallas en las que ahora están inmersas las Fuerzas Armadas mexicanas, es que éstas no pueden ser ajenas a la esperada reforma del Estado. (9 de marzo de 2007)

Comentarios: jcarrasco@proceso.com.mx