Simulación priista frente a la reforma laboral*
Tomado de La Jornada, El Fisgón.
Jesusa Cervantes
MÉXICO, D.F. (apro).- El camino de Enrique Peña Nieto es el
de la ilegalidad. Primero, un triunfo simulado, avalado por autoridades
electorales a pesar de las documentales que prueban la violación a la
Constitución; ahora, una reforma laboral, también con un simulado bloque
opositor priista que terminará apoyándola.
Peña pactó con Felipe Calderón la aprobación de una ley
laboral, pero se trata de una iniciativa que sólo beneficia al empresario, al
dueño de la fuente de trabajo, y precariza aún más al empleado y sus derechos.
Si la ley se aprueba esta semana, se hará con tantos cambios
que se habrá achicado. No será la propuesta de Calderón, pero sí igual de
lesiva para los trabajadores.
Para simular el “gran bloque opositor” del PRI a la reforma
de Calderón y para que ante al opinión pública parezca que los priistas
“nacionalistas” (bueno, aquí habría que preguntarse si existen) siguen peleando
los derechos de los trabajadores, se opondrán a algunos apartados de la ley…
Pero ¿cuál apartado?: el que permite la fiscalización de los sindicatos, el que
permite el voto libre y secreto para elegir a sus dirigentes. Por lo demás dirá
que sí.
Hablar de la oposición del PRI es hasta una burla, porque
ese bloque obrero apenas y alcanza los “doce” escaños de la fracción que tiene
212 diputados.
Pero ¿cómo es que se sigue hablando del “sector obrero” del
PRI? Bueno, porque política y mediáticamente tiene impacto, y la gente cree en
lo inmediato, que efectivamente el PRI se opone a las intenciones regresivas de
Calderón.
Veamos la realidad y el peso electoral que tiene el “sector
obrero” del PRI. En la 52 Legislatura (1979-1982), sumó 86 diputados de los 294
que tenía la fracción, y en ese tiempo el total de diputados del Congreso era
de 400, y no 500 como hoy.
Por tanto, tenían la representación de una tercera parte de
la fracción, es decir, sí pesaban.
Las siguientes legislaturas el número de diputados obreros
se fue achicando: pasó a 77, luego 69 y en la primera Legislatura de Carlos
Salinas de Gortari cayó a 54. Le siguieron dos de 70, luego 42, 14 en la
elección de 2000, 31 y 37 en las dos pasadas legislaturas para hoy tener sólo
doce representantes.
Es decir, tan sólo 2% de la bancada del PRI.
Con estos datos, ¿alguien puede creer que al PRI le afecta
el pacto que estableció Peña Nieto con Calderón para impulsar su reforma
laboral?
Se eliminará, sí, la fiscalización de los gremios, pero
porque a esos doce representantes legislativos no les conviene que nadie se
meta en las finanzas de los sindicatos que encabezan.
La mayoría de la población puede tener dudas de que
realmente a estos líderes les interesen los derechos de los trabajadores, sobre
todo cuando están de acuerdo con el outsoursing o la subcontratación.
Y para muestra la lógica. Si se permite la subcontratación,
los sindicatos pierden afiliados; si pierden afiliados tienen menos cuotas
sindicales que manejar en la más completa opacidad, aunque los líderes obreros
aseguran que cada seis meses entregan las cuentas a sus afiliados.
Como sea, la ley laboral pasará, disminuida, sí, en los
cuatro grandes puntos de conflicto que la opinión pública tuvo conocimiento:
pago por hora, subcontratación, restricción para pelear los contratos
colectivos y diversas formas de contratación.
Sin embargo, hay muchos otros cambios que pasarán y que
también afectan –y gravemente– al trabajador. Por ejemplo, el pago de tan sólo
un año en caso de pleito por salarios caídos, aunque el conflicto laboral dure
20 años, eso, claro, orillará a los empleados a llegar a un mal arreglo antes
de iniciar un proceso.
Hay muchos puntos que no se pueden dejar atrás, por ejemplo,
la ley dice que la jornada es de ocho horas y, para tener derecho a Seguro
Social, y por tanto a pensiones e Infonavit, se deben cotizar ocho horas. No
obstante, el pago por horas facilita aún más al patrón a que se deslinde de sus
obligaciones y deje al trabajador en la indefensión.
La gran duda por ahora es si el PRD irá o no con la reforma
achicada que quedará lista la próxima semana. Si lo hace sólo le dará la razón
a Andrés Manuel López Obrador de que su salida fue lo mejor.
No obstante, Silvano Aureoles, el coordinador de la bancada
del PRD, no tiene fuerza propia ni grupo como para hacer valer cualquier
pretensión de Los Chuchos de sentar a negociar al PAN y al PRI.
Es por ello que si los perredistas avalan la reforma laboral
habrá sido a cambio de otro tipo de negociación… veremos qué pasa este jueves
27.
Lo que sí es claro es que el PRI irá con la reforma al igual
que el Partido Verde; más cara de lo que uno puede pensar, saldrá la
Presidencia de Peña Nieto… y luego viene la reforma energética.
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
@jesusaproceso y www.rompeviento.tv
*Tomado de la revista Proceso.
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