Beltrones, cómplice del fascismo*
ÁLVARO DELGADO
MÉXICO, DF, 15 de junio (apro).- El influyente senador Manlio Fabio Beltrones, aspirante presidencial priista, junto con la futura diputada Beatriz Paredes y el gobernador Enrique Peña Nieto, ha hecho un descubrimiento inusitado: que Felipe Calderón ha instaurado en México un Estado de derecha --no de derecho-- y lleva a la nación hacia el fascismo.
"Si no lo es en este momento, parece que rápidamente se está acercando", advierte Beltrones en la entrevista con Jenaro Villamil que se publica en la edición de Proceso de esta semana, y en la que explica que los "instrumentos de excepción" aprobados por el Congreso, como la intervención telefónica, los cateos y el arraigo, estén siendo utilizados de manera incorrecta y facciosa por el gobierno de Calderón.
Y acusa que nunca antes un gobierno había tenido tantos instrumentos para combatir a la delincuencia organizada, pero nunca tampoco se habían dado resultados tan mediocres.
--¿No fueron ingenuos en este sentido? ¿No pensaron que iban a usar facciosamente estas atribuciones? --le preguntó Villamil.
--Teníamos que correr ese riesgo. Fue una actitud de buena fe. Lamento mucho que hoy se discuta sobre un gobierno que no está a la altura de esa condición y no respete los propósitos que lo animaron.
--¿Siente una traición?
--No, veo una irresponsabilidad, pero también observo que estamos a tiempo de corregir estas desviaciones para beneficio del país.
--¿En plena época electoral?
--Confío en que el presidente Felipe Calderón haga un alto en el camino y recupere su visión de estadista a largo plazo (sic).
No está mal esta muestra de pirotecnia verbal de Beltrones, un político formado en los sótanos de la política de la que ya han abrevado también los panistas, pero está clara la argucia: Se trata de arrebatarle la iniciativa a Paredes, la presidenta formal del PRI, y colocarse al frente del priismo "agraviado" por el embate policiaco-militar de Calderón, justo cuando, este miércoles, la líder priista sostendrá debate entre algodones con su par del PAN, Germán Martínez.
Más que preocupación por el uso ciertamente faccioso de Calderón del aparato jurídico y policiaco-militar contra ciudadanos inermes, que se incrementan sobre todo por las arbitrariedades castrenses, lo que a Beltrones le importa es que esa estrategia siga minando la ventaja electoral de su partido y que Paredes lo avale al aceptar un debate con Martínez que, es preciso advertirlo, violará la Constitución si es transmitido por televisión al margen del Instituto Federal Electoral (IFE), único facultado para administrar los tiempos del Estado, e implicará además una ruptura de la equidad.
La estrategia de Beltrones es, pues, igual de facciosa que la de Calderón, porque antepone el interés grupal al de la nación, atormentada por el desastre económico que cada día que pasa se consolida como el principal problema nacional, por encima inclusive de la inseguridad y su reguero de cadáveres y sangre por toda la geografía nacional.
Tal conducta de Beltrones tiene sustento en numerosos hechos: El primero de ellos es el reconocimiento expreso de él mismo en el sentido de que las reformas anticrimen propuestas por Calderón son violatorias de los derechos humanos y, pese a ello, se aprobaron en el Congreso.
A eso que Beltrones llama "actitud de buena fe", se le denomina sencillamente complicidad.
Pero esta complicidad no es la única, sino que es consecuencia de una componenda de origen que hasta el propio Beltrones se ha encargado de hacer pública: Fue gracias a él, como pontífice de facto del PRI, que Calderón asumió la Presidencia de la República de manera ilegítima y por tanto convalidó el fraude electoral de 2006.
En abril, en el contexto del choque con el PAN por la aprobación de la Ley de Extinción de Dominio --que por cierto ni siquiera ha sido promulgada por Calderón y menos aún puesta a funcionar como supuestamente le urgía--, Beltrones llamó a evitar las "campañas de odio, que ya en el 2006 hicieron, incluso, que llegáramos a un punto en el cual estuvo en riesgo la estabilidad del país".
Y con malicia, deslizó: "Sobre todo al Partido Acción Nacional, que lo hizo en contra de otros partidos políticos y llegó a ganar las elecciones, supuestamente y según el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), pero se le dificultó enormemente ser gobierno."
El exgobernador de Sonora sabe de lo que habla cuando alude al "supuesto" triunfo de Calderón y que lo fue "según" el TEPJF, pero ha preferido guardarse el parque del que dispone para mejor ocasión. Otros hacen, al respecto, el trabajo sucio.
Por ejemplo, hace poco menos de un año, en julio de 2008, un directísimo colaborador de Beltrones, Fernando Castro Trenti, senador por Baja California, lo dijo claramente: "Nos vimos obligados a aceptar los resultados de una elección fraudulenta en 2006, que impuso a un presidente, en donde nosotros (la bancada del PRI) estábamos en la disyuntiva de reconocerlo o desconocer las instituciones. Frente a ello, el PRI asumió su responsabilidad en la asunción de Calderón."
Castro Trenti, quien como Beltrones es señalado de tener militancia en la organización secreta antagónica a El Yunque, los Tecos, añadió:
"Tuvimos una serie de negociaciones complejas en la instalación de la actual Legislatura, y fue para que todos los partidos presidieran comisiones, pero ellos, los panistas, esperaban que las comisiones estuvieran a su servicio, y ahora dicen que tenemos más comisiones producto de los acuerdos, pero eso es falso."
El propio Beltrones --quien por cierto ha guardado silencio sobre la tragedia de Hermosillo, Sonora, que dará impunidad a la elite prianista-- se pavoneaba de haber cocinado el cogobierno con Calderón, que no fue, en efecto, con cuotas de priistas en el gabinete, sino extensas parcelas de impunidad a gobernadores y componendas de toda clase para amigos mutuos.
Por eso Calderón tomó posesión y por eso, también, Juan Camilo Mouriño se sostuvo como secretario de Gobernación una vez que se acreditó, documental y por confesión propia, el tráfico de influencias que cometió en beneficio de los negocios familiares. Sencillamente complicidad, como lo hizo notar, por otras razones, Manuel Espino, el humillado expresidente del PAN.
Ahora Beltrones cree que los mexicanos son estúpidos y le envía a Calderón el mensaje de que con él puede volver a entenderse si desiste del espectáculo que el gobierno prepara para que el PAN rebase electoralmente al PRI: La captura, además de un capo prominente --quizá Joaquín "El Chapo" Guzmán--, de un prominente priista, que obviamente no será uno de los gobernadores que ayudó a instrumentar el fraude de 2006.
Beltrones confía en que Calderón "recupere su visión de estadista a largo plazo (sic)" y rectifique su conducta facciosa. ¿Visión de Estado entre mercaderes y cómplices? ¡Qué tontería!
Apuntes
También de mercaderes y cómplices se trata la decisión del TEPJF de anular casillas para modificar el cómputo final de la elección interna del PRD en la delegación Iztapalapa, en la Ciudad de México. Justo a tres semanas de las elecciones, los magistrados, cuyos propietarios son justamente el PRI de Beltrones y el PAN de Calderón --aunque Jesús Ortega alcanzó también a uno, Manuel González Oropeza--, atrajeron el caso y, con su fallo, abofetearon a quienes eligieron a Clara Brugada, y entregaron la candidatura a Silvia Oliva Fragoso, la exmujer de René Arce, uno de los que se quedará con lo que quede del PRD, muy amigo por cierto de Beltrones y César Nava, el candidato a diputado de dudosa moralidad personal y pública que, sin respeto a la privacidad de las personas, atormenta a los vecinos con llamadas a sus teléfonos particulares… Y, claro, de mercaderes y cómplices se trata además el multihomicidio de 46 niños, cuyos responsables --incluyendo a los parientes de Margarita Zavala, la hermana del presidente alterno del PAN y tía de Mariana Gómez del Campo, presidenta de ese partido en la capital-- se ríen de la abominable desgracia…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
*Tomado de la revista Proceso.
MÉXICO, DF, 15 de junio (apro).- El influyente senador Manlio Fabio Beltrones, aspirante presidencial priista, junto con la futura diputada Beatriz Paredes y el gobernador Enrique Peña Nieto, ha hecho un descubrimiento inusitado: que Felipe Calderón ha instaurado en México un Estado de derecha --no de derecho-- y lleva a la nación hacia el fascismo.
"Si no lo es en este momento, parece que rápidamente se está acercando", advierte Beltrones en la entrevista con Jenaro Villamil que se publica en la edición de Proceso de esta semana, y en la que explica que los "instrumentos de excepción" aprobados por el Congreso, como la intervención telefónica, los cateos y el arraigo, estén siendo utilizados de manera incorrecta y facciosa por el gobierno de Calderón.
Y acusa que nunca antes un gobierno había tenido tantos instrumentos para combatir a la delincuencia organizada, pero nunca tampoco se habían dado resultados tan mediocres.
--¿No fueron ingenuos en este sentido? ¿No pensaron que iban a usar facciosamente estas atribuciones? --le preguntó Villamil.
--Teníamos que correr ese riesgo. Fue una actitud de buena fe. Lamento mucho que hoy se discuta sobre un gobierno que no está a la altura de esa condición y no respete los propósitos que lo animaron.
--¿Siente una traición?
--No, veo una irresponsabilidad, pero también observo que estamos a tiempo de corregir estas desviaciones para beneficio del país.
--¿En plena época electoral?
--Confío en que el presidente Felipe Calderón haga un alto en el camino y recupere su visión de estadista a largo plazo (sic).
No está mal esta muestra de pirotecnia verbal de Beltrones, un político formado en los sótanos de la política de la que ya han abrevado también los panistas, pero está clara la argucia: Se trata de arrebatarle la iniciativa a Paredes, la presidenta formal del PRI, y colocarse al frente del priismo "agraviado" por el embate policiaco-militar de Calderón, justo cuando, este miércoles, la líder priista sostendrá debate entre algodones con su par del PAN, Germán Martínez.
Más que preocupación por el uso ciertamente faccioso de Calderón del aparato jurídico y policiaco-militar contra ciudadanos inermes, que se incrementan sobre todo por las arbitrariedades castrenses, lo que a Beltrones le importa es que esa estrategia siga minando la ventaja electoral de su partido y que Paredes lo avale al aceptar un debate con Martínez que, es preciso advertirlo, violará la Constitución si es transmitido por televisión al margen del Instituto Federal Electoral (IFE), único facultado para administrar los tiempos del Estado, e implicará además una ruptura de la equidad.
La estrategia de Beltrones es, pues, igual de facciosa que la de Calderón, porque antepone el interés grupal al de la nación, atormentada por el desastre económico que cada día que pasa se consolida como el principal problema nacional, por encima inclusive de la inseguridad y su reguero de cadáveres y sangre por toda la geografía nacional.
Tal conducta de Beltrones tiene sustento en numerosos hechos: El primero de ellos es el reconocimiento expreso de él mismo en el sentido de que las reformas anticrimen propuestas por Calderón son violatorias de los derechos humanos y, pese a ello, se aprobaron en el Congreso.
A eso que Beltrones llama "actitud de buena fe", se le denomina sencillamente complicidad.
Pero esta complicidad no es la única, sino que es consecuencia de una componenda de origen que hasta el propio Beltrones se ha encargado de hacer pública: Fue gracias a él, como pontífice de facto del PRI, que Calderón asumió la Presidencia de la República de manera ilegítima y por tanto convalidó el fraude electoral de 2006.
En abril, en el contexto del choque con el PAN por la aprobación de la Ley de Extinción de Dominio --que por cierto ni siquiera ha sido promulgada por Calderón y menos aún puesta a funcionar como supuestamente le urgía--, Beltrones llamó a evitar las "campañas de odio, que ya en el 2006 hicieron, incluso, que llegáramos a un punto en el cual estuvo en riesgo la estabilidad del país".
Y con malicia, deslizó: "Sobre todo al Partido Acción Nacional, que lo hizo en contra de otros partidos políticos y llegó a ganar las elecciones, supuestamente y según el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), pero se le dificultó enormemente ser gobierno."
El exgobernador de Sonora sabe de lo que habla cuando alude al "supuesto" triunfo de Calderón y que lo fue "según" el TEPJF, pero ha preferido guardarse el parque del que dispone para mejor ocasión. Otros hacen, al respecto, el trabajo sucio.
Por ejemplo, hace poco menos de un año, en julio de 2008, un directísimo colaborador de Beltrones, Fernando Castro Trenti, senador por Baja California, lo dijo claramente: "Nos vimos obligados a aceptar los resultados de una elección fraudulenta en 2006, que impuso a un presidente, en donde nosotros (la bancada del PRI) estábamos en la disyuntiva de reconocerlo o desconocer las instituciones. Frente a ello, el PRI asumió su responsabilidad en la asunción de Calderón."
Castro Trenti, quien como Beltrones es señalado de tener militancia en la organización secreta antagónica a El Yunque, los Tecos, añadió:
"Tuvimos una serie de negociaciones complejas en la instalación de la actual Legislatura, y fue para que todos los partidos presidieran comisiones, pero ellos, los panistas, esperaban que las comisiones estuvieran a su servicio, y ahora dicen que tenemos más comisiones producto de los acuerdos, pero eso es falso."
El propio Beltrones --quien por cierto ha guardado silencio sobre la tragedia de Hermosillo, Sonora, que dará impunidad a la elite prianista-- se pavoneaba de haber cocinado el cogobierno con Calderón, que no fue, en efecto, con cuotas de priistas en el gabinete, sino extensas parcelas de impunidad a gobernadores y componendas de toda clase para amigos mutuos.
Por eso Calderón tomó posesión y por eso, también, Juan Camilo Mouriño se sostuvo como secretario de Gobernación una vez que se acreditó, documental y por confesión propia, el tráfico de influencias que cometió en beneficio de los negocios familiares. Sencillamente complicidad, como lo hizo notar, por otras razones, Manuel Espino, el humillado expresidente del PAN.
Ahora Beltrones cree que los mexicanos son estúpidos y le envía a Calderón el mensaje de que con él puede volver a entenderse si desiste del espectáculo que el gobierno prepara para que el PAN rebase electoralmente al PRI: La captura, además de un capo prominente --quizá Joaquín "El Chapo" Guzmán--, de un prominente priista, que obviamente no será uno de los gobernadores que ayudó a instrumentar el fraude de 2006.
Beltrones confía en que Calderón "recupere su visión de estadista a largo plazo (sic)" y rectifique su conducta facciosa. ¿Visión de Estado entre mercaderes y cómplices? ¡Qué tontería!
Apuntes
También de mercaderes y cómplices se trata la decisión del TEPJF de anular casillas para modificar el cómputo final de la elección interna del PRD en la delegación Iztapalapa, en la Ciudad de México. Justo a tres semanas de las elecciones, los magistrados, cuyos propietarios son justamente el PRI de Beltrones y el PAN de Calderón --aunque Jesús Ortega alcanzó también a uno, Manuel González Oropeza--, atrajeron el caso y, con su fallo, abofetearon a quienes eligieron a Clara Brugada, y entregaron la candidatura a Silvia Oliva Fragoso, la exmujer de René Arce, uno de los que se quedará con lo que quede del PRD, muy amigo por cierto de Beltrones y César Nava, el candidato a diputado de dudosa moralidad personal y pública que, sin respeto a la privacidad de las personas, atormenta a los vecinos con llamadas a sus teléfonos particulares… Y, claro, de mercaderes y cómplices se trata además el multihomicidio de 46 niños, cuyos responsables --incluyendo a los parientes de Margarita Zavala, la hermana del presidente alterno del PAN y tía de Mariana Gómez del Campo, presidenta de ese partido en la capital-- se ríen de la abominable desgracia…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx
*Tomado de la revista Proceso.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home