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lunes, junio 08, 2009

Guerra subterránea por la fibra óptica*








Tomados de La Jornada, Hernández, Helguera y Rocha y El Universal, Naranjo.


JENARO VILLAMIL


En las cuatro últimas semanas, los directivos de Televisa y de Telmex movieron sus piezas en el gobierno y en los medios de comunicación luego del anuncio del presidente Felipe Calderón sobre la privatización de los dos primeros pares de fibra óptica oscura pertenecientes a la CFE. Hasta hoy el gobierno oculta más de lo que ofrece, pues no ha decidido aún ni las fechas ni la forma de licitación. Y mientras Televisa y su aliada española Telefónica Movistar parecen tener amarrado un multimillonario negocio, Slim teje alianzas.


La declaración hecha por el presidente Felipe Calderón Hinojosa, el 19 de mayo pasado, sobre la privatización de los primeros dos pares de redes de fibra óptica oscura para que provea los servicios de audio, video e internet (el triple play) abrió un nuevo capítulo en la guerra entre Televisa y Telmex por el control de las telecomunicaciones.

Valuado en cerca de 2 mil millones de dólares, este negocio beneficiará sobre todo al monopolio televisivo presidido por Emilio Azcárraga Jean y a su aliado español, Telefónica Movistar, dirigida por el exsecretario de Hacienda Francisco Gil Díaz.

Televisa busca incursionar en el mercado de la telefonía móvil en los próximos 18 meses, y se alista para participar en la licitación del espectro de 1.7 y 1.9 GHz. A su vez, el gobierno federal descartó ya la posibilidad de abrir las licitaciones en el espectro de televisión abierta, a pesar de que sí existe espectro disponible, sobre todo en la banda UHF, según los documentos internos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Gil Díaz, secretario de Hacienda en el sexenio de Vicente Fox, autorizó una inversión extraordinaria de 30 mil millones de pesos, vía contratos multianuales, entre 2006 y 2007 para construir las rutas de fibra óptica que serían rentadas u otorgadas “a precio de regalo” a Telefónica Movistar, la empresa española que ahora dirige.

Esa maniobra fue denunciada por el diputado federal del PRD, Juan Guerra Ochoa, quien hoy reitera que el exsecretario de Hacienda, ahora como presidente de Telefónica, cabildeó a inicios de febrero de 2009 una modificación a la Ley de Inversión Extranjera para permitir que empresas extranjeras pudieran invertir hasta 100% en los servicios de triple play.

“Hemos presionado para que no se vaya a regalar esta red, para que se maneje con un criterio de interés nacional y a favor de los consumidores. Al menos logramos parar la iniciativa en febrero junto con algunos diputados del PRI, pero ahora van de nuevo”, dice el legislador a Proceso.

–¿El proyecto de licitación anunciado por Felipe Calderón enfrentará a Televisa con Telmex? –pregunta el reportero.

–Hay una disputa entre Televisa y Telmex por el control del triple play, eso es evidente. El pleito es entre los dos monopolios. Entre ambos existe un pacto: Movistar no se mete en video y Televisa se podría asociar con ellos para otorgar el servicio de telefonía celular.
–En esta disputa, ¿cómo ve usted al gobierno de Felipe Calderón?

–Tanto él como su área económica están cargados hacia el grupo Televisa-Telefónica-Roberto Hernández. El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, la Comisión Federal de Competencia y la Cofetel están en ese plan.

Licitación oscura

Hasta ahora, los detalles de la licitación anunciada por Calderón, durante el evento Conectividad para la Competencia, aún no se definen. Se ignora, por ejemplo, qué dependencia será la responsable de esa licitación: la SCT o la Comisión Federal de Electricidad; tampoco se conocen los términos en que se realizará ese proceso, si será por región (son 13 las que hay en el país) o una sola convocatoria; se ignora de igual manera cuál será el costo total.

Sólo se sabe que el gobierno federal realizará “consultas” durante los próximos tres meses con los principales operadores privados, así como con los organismos que representan a las compañías de telecomunicaciones, como la Cámara Nacional de la Industria de Televisión por Cable (Canitec) y la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), ambas claramente alineadas a los intereses de Televisa.

En su discurso, Calderón afirmó que “en un plazo no mayor de 90 días, la CFE restablecerá las condiciones técnicas para instalar, operar y dar mantenimiento a los equipos de iluminación y repetición de esta red, de manera que se garantice la seguridad del Sistema Eléctrico Nacional y se preserven, desde luego, los derechos de los trabajadores del instituto”.

Así mismo, advirtió que la CFE pondrá a disposición de los operadores 111 puntos de entrada denominados “hoteles de telecomunicaciones”, en los cuales los operadores podrán interconectarse para dar servicios de voz, datos y video.

Ese día se pusieron en marcha “hoteles de telecomunicaciones” en nueve ciudades: Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, Torreón, Hermosillo, Mexicali, Veracruz, Mérida y Tuxtla Gutiérrez.

El 20 de mayo la subsecretaria de Comunicaciones, Gabriela Hernández, afirmó que “si todo el proceso ocurre de manera fluida, el ganador de la licitación podría iniciar operaciones el próximo año”.

Para Jorge Álvarez Hoth, que fue subsecretario de Comunicaciones durante el sexenio de Vicente Fox, la licitación “debe ser regionalizada y hacerse en cada una de las nueve regiones”; también sostiene que, por estatuto, es la CFE la que debe hacer la licitación del proyecto.

“La fibra óptica le pertenece a la CFE y no a la SCT”, dice a Proceso, y advierte que para evitar un fenómeno de concentración es necesario que un primer par de fibra óptica oscura se licite a una empresa y el segundo a otra. Además, aclara, los dos pares de fibra oscura “no llegan a las casas, por lo que será necesario licitar la última milla”.

El plan de Televisa y Telefónica

Versiones recabadas por Proceso confirman que el proyecto de licitación de la fibra óptica de la CFE obedece a una presión de Televisa y Telefónica. Al interior de la televisora el principal impulsor fue el vicepresidente ejecutivo Adolfo de Angoitia, así como su asesor Tony Rayo.

De Angoitia es cerebro financiero del consorcio y cabildeó desde la llegada de Juan Molinar Horcasitas a la SCT para acelerar la licitación. Incluso marginó al vicepresidente Bernardo Gómez, encargado de las “relaciones políticas” de Televisa y que se ha concentrado más en obstaculizar la posibilidad de que se licite una tercera o cuarta cadena de televisión nacional.

En entrevista con Milenio Diario, publicada el viernes 5, Carlos Ferreiro, coordinador de Telecomunicaciones de Televisa, admitió que Televisa sí está interesada en invertir en la fibra óptica, pero cuestionó el esquema de licitación y que sólo se privaticen dos pares de fibra óptica.

“El esquema de licitación puede no ser el mejor vehículo porque no se tiene claro qué se va a licitar y cómo”, afirmó. Así mismo, abogó por que se estudie “el esquema más simple” para que la CFE abra sus redes a las empresas que requieran sus servicios y “les cobre a precios internacionales”.

Fabián Bifaretti, director general de Telefónica Movistar declaró a El Financiero el 20 de mayo, al día siguiente del anuncio de Calderón: “Estamos ansiosos de que salga la licitación. De hecho hemos sido los principales impulsores de esta iniciativa que ha tenido el gobierno”.

El funcionario de la empresa española anunció que durante este año Telefónica planea invertir un total de 300 millones de dólares y crecer 16%, sobre todo en telefonía fija.
En un acto cerrado realizado el viernes 5 en el Hotel Camino Real, los representantes de la Canieti y de la Canitec se pronunciaron por un esquema que facilite la inversión de varios operadores privados.

Eduardo Ruiz Esparza, presidente de la Canieti, presentó un estudio en el cual propone que “el consorcio, la asignación por porcentaje de capacidad o la constitución de un Organismo Administrador Privado (OAP) pueden ser mejores formas que las tradicionales”.
La propuesta que la Canieti presentó ante los operadores privados, y en ausencia del director de la CFE, Alfredo Elías Ayub, está encaminada a configurar un consorcio “integrado por concesionarios”.

De acuerdo con el documento de la Canieti, cuya copia obtuvo Proceso, un consorcio permitirá “maximizar el aprovechamiento de las dos fibras disponibles de la CFE; ofrecer transporte nacional a cualquier concesionario afiliado, de manera no discriminatoria; alcanzar costos más bajos y economía de escala para oferta de tarifas del servicio final competitivas; que sea administrado y operado por un tercero de manera neutral; que cada concesionario pueda elegir las rutas y capacidades que requiere”.

Y agrega: “El consorcio fungiría como vehículo común de los concesionarios para contratar, operar y administrar la red arrendada a CFE” Según el documento, el consorcio estaría integrado “sólo por concesionarios de red pública, un voto cada uno”; también se encargaría de asignar la capacidad adquirida a sus socios.

Ruiz Esparza advirtió: “Se deben encontrar alternativas de licitación que permitan que esas dos fibras puedan ser utilizables por el mayor número de concesionarios posibles”. Y criticó el dominio de Telmex, sin mencionar por su nombre a la compañía de Slim.

Explicó: La demanda de servicio de banda ancha nacional “actualmente es ofrecido por un solo proveedor, cuyas tarifas son aún muy altas, comparadas con las de los países que son nuestros principales socios comerciales, por lo que la nueva oferta derivada de la licitación de la fibra oscura de la CFE va a contribuir a que los agentes económicos nacionales dispongan de servicios de telecomunicaciones con tarifas competitivas internacionalmente”.

El evento fue clausurado al mediodía del viernes 5 por el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas. Los organizadores declararon que la reunión era parte de una “ronda de consultas” antes de que se cumpla el plazo de los 90 días.

La reacción de Slim

El anuncio de la licitación de la fibra óptica oscura de la CFE cayó como bomba en el círculo cercano al magnate Carlos Slim. Desde febrero pasado la relación entre el principal accionista de Telmex y el gobierno de Calderón se ha tensado.

Desde julio de 2008 Telmex espera la autorización para el cambio de título de concesión para ingresar al mercado de la televisión restringida. Esa posibilidad ha sido vetada por la Canitec y por Televisa.

En respuesta a ese bloqueo, Telmex constituyó una sociedad con Multivisión, del empresario Joaquín Vargas, para crear el sistema Dish México, en alianza con la estadunidense Echo Star. Esta nueva compañía de televisión restringida representa una nueva competencia para Sky, Cablevisión, Cablemás y TVI, filiales de Televisa.

En su informe anual ante la Securities Exchange Commission (SEC), el organismo regulador del mercado bursátil de Estados Unidos, Telmex advirtió que busca invertir directamente en Dish México, pero que está en espera de la autorización de la SCT y de la Comisión Federal de Competencia.
Al mismo tiempo, las autoridades de Comunicaciones y Transportes acusan a Telmex de incumplir, desde el 16 de mayo, con los compromisos para consolidar las Áreas de Servicio Local (ASL), claves en el plan de interconexión.

El lunes 1, Slim decidió abrir frontalmente la guerra contra el gobierno de Felipe Calderón. En una larga entrevista concedida a Lawrence Wright, de The New Yorker, Slim relató un encuentro privado con el presidente Calderón en el cual le reprochó que obstaculizara el ingreso del gigante de la telefonía al mercado de video.

De acuerdo con el relato de la publicación, donde Grupo Carso ahora es accionista, en Los Pinos hubo un encuentro entre el mandatario y Slim, quien estuvo acompañado por su equipo, incluyendo a su hijo Carlos Slim Domit, su sobrino Héctor Slim, cabeza de Telmex, su yerno Daniel Hajj, director de América Móvil, y su otro yerno, Arturo Elías, vocero del grupo y hermano de Alfredo Elías Ayub, director de la CFE.

Del lado del gobierno participaron el propio Calderón, el entonces titular de la SCT, Luis Téllez, y su subsecretario Rafael del Villar, actual comisionado de Cofetel.

“Del Villar abrió la reunión y dijo a Slim: ‘Vamos a permitirle entrar a la televisión, pero primero tenemos que acordar una serie de ‘términos’, los cuales incluían bajar las tarifas de interconexión, introduciendo costos de larga distancia, compartir la infraestructura de Telmex y eliminar la práctica de redondear los costos de una llamada al minuto siguiente. De haber aceptado estas concesiones, las ganancias que hubieran perdido las empresas de Slim habrían sido superiores a todo el valor de la televisión en México”, relató el reportero Wright.
Según el reportaje, la discusión duró dos horas y media y subió tanto de tono que Calderón tuvo que pedir calma. Tres de los participantes dijeron que Slim estaba “tan enojado que amenazó con vender Telmex, versión que el empresario niega.

“Dije: díganme qué quieren. Si quieren que venda, está bien. Si quieren que nos dividamos en dos, tres partes, está bien. Lo único que no haremos es destruir Telmex”, afirmó Slim.
La reunión “terminó en punto muerto”, según el reportero del New Yorker.

Un año y medio después de aquel encuentro con Slim, el gobierno de Calderón anunció la licitación del primer paquete de fibra oscura de la CFE.

Al día siguiente, el pasado 20 de mayo, el dirigente del sindicato de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez, declaró que ese proyecto presidencial “destruye a Telmex”.
“Tengo la sospecha de que el gobierno piensa que la manera de lograr que las redes den servicio a todo el país es destruir a Telmex… pero permite que Televisa funda a todas las empresas cableras y tenga mejores condiciones de operar en el mercado”, afirmó Hernández Juárez en entrevista con El Economista.

Para la mayoría de observadores y analistas del sector, la batalla es entre los dos grandes rivales surgidos en el seno del salinismo: Roberto Hernández y Carlos Slim. El primero es el principal aliado de Televisa y desplazó a Slim como segundo accionista en importancia dentro del consorcio televisivo.

Junto con Gil Díaz, su exempleado, Roberto Hernández presiona y cabildea desde febrero en el Senado para modificar la Ley de Inversiones Extranjeras y permitir que empresas extranjeras como Telefónica puedan ser accionistas hasta en 100% en áreas restringidas de telecomunicaciones.

Por lo pronto, el área de análisis financiero de Banamex, institución vinculada a los intereses de Hernández, advirtió en su análisis publicado el 31 de mayo que “existe una probabilidad mayor de 50% de que Televisa ingrese al mercado móvil. La compañía estaría interesada en añadir banda ancha móvil a su servicio existente de banda ancha por cable”.


*Tomados de la revista Proceso.