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viernes, septiembre 26, 2008

Reprueba Congreso a traficante de influencias Mouriño, éste se niega a renunciar






Tomados de La Jornada, El Fisgón, Helguera y Rocha y El Universal, Helioflores.


Tal y como sucedió en la Cámara de Diputados, el reconocido traficante de influencias Juan Camilo Mouriño, optó por mostrar su sonrisa cínica y nerviosismo en lugar de responder “con verdad” ante los senadores que cuestionaron que cobre millonario sueldo a costa de los contribuyentes y no trabaje.

De nada sirvieron las impugnaciones, las demandas de respuestas claras y directas, tampoco la de: “si no pueden, renuncien”. De nueva cuenta el campeón en contratos con Pemex, no se salió de un guión bien estudiado con el cual evitó a toda costa dar alguna respuesta.

Desde hace dos años el pelele Felipe Calderón Hinojosa y su equipo Timbiriche de comunicación social crearon la ficticia imagen de que Mouriño era un “joven político talentoso, frío y calculador”, capaz de la negociación y de sacar adelante acuerdos por más difíciles que fueran. Tras su incursión en la secretaría de Gobernación del desgobierno pirata del usurpador Calderón Hinojosa, la endeble imagen quedó por los suelos. Su patética participación ante diputados y senadores fue la puntilla para retratarlo de cuerpo entero. Un pobre tipo que no es ni frío, ni inteligente y mucho menos capaz de articular ningún consenso a favor, todo lo contrario, lo que obtuvo fue la unidad de la oposición y no pocos panistas que le reprocharon que cobre sin trabajar.

Y es que a dos años del pelelato los traspiés del gabinetazo pirata son más que evidentes. Ni estabilidad y paz social, ni crecimiento de la economía, ni mayor empleo, ni bienestar familiar, ni baja en los precios de la luz y gasolinas. En cambio hay mayor inseguridad, más asaltos, más robos, más secuestros, más narcotráfico, más y mejor impunidad.

Los tiempos oficiales de radio y televisión son acaparados por Los Pinos para promocionar la venta de Pemex y de que todo está bien. Con el 40 por ciento de los tiempos oficiales a su disposición el espurio Calderón Hinojosa llenas los espacios de radio y televisión con mentiras oficiales sobre más empleo, mejor combate a la delincuencia y mayor crecimiento económico. Con el 30 por ciento el Congreso de la Unión aporta sus comerciales políticos para apuntalar lo dicho por el pelele Calderón Hinojosa. De esta manera el 70 por ciento de los tiempos oficiales en radio y televisión son utilizados para mentir con descaro a televidentes y radioescuchas que tienen que soportar hasta en la sopa las “supuestas bondades” de las leyes de los legisladores y los “supuestos triunfos” de quien no puede andar ni bicicleta sin caerse.

Todo ello sin contar los miles de millones de pesos que ambas “instituciones” gastan de su abultado presupuesto para continuar con la mentira y fabricar –como Televisa y el usurpador Calderón Hinojosa- el mexican dream.


La siguiente colaboración fue tomada del periódico La Jornada.








El efecto jazz

Luis Javier Garrido

La peor crisis económica y financiera de Estados Unidos en más de medio siglo se está agravando en este otoño de 2008 y amenaza a los países sin capacidad de decisión autónoma y uncidos a Washington, como México, que se halla, por otro lado, enfrentando una situación política y social crítica derivada de las políticas del gobierno de facto de Felipe Calderón, que en menos de dos años ha creado un clima de inseguridad y de violencia sin precedentes con el pretexto mentiroso de estar luchando contra el narcotráfico.

1. El gobierno ilegítimo de Felipe Calderón ha entrado antes de cumplir dos años en un escenario de desastre sin precedentes, derivado tanto de su incompetencia y de sus tentativas privatizadoras antinacionales, que lo han llevado de fracaso en fracaso, como del escenario caótico creado por él mismo al lanzar anticonstitucionalmente a las fuerzas armadas a aparentar una lucha contra el crimen organizado, que lo único que ha producido es un inútil derramamiento de sangre, y éste ahora se agrava por la crisis financiera internacional, sin que se vislumbre una salida.

2. El país requiere con urgencia un cambio radical –de otras políticas que privilegien los derechos del pueblo por sobre los intereses de las trasnacionales, y de otros hombres para ejecutarlas, muy distintos a los yuppies extranjerizantes con los que Calderón pretende inútilmente gobernar–, pero las exigencias provenientes de todos los sectores se están multiplicando sin que el gobierno panista parezca tener otra prioridad que proseguir con una serie de manipulaciones tendientes a imponer una mayoría panista en la Cámara de Diputados en las legislativas de 2009.

3. El escenario actual de México requiere una lectura muy diferente de la que muchos analistas están haciendo, influidos por la propaganda oficial. La violencia generalizada que prevalece es consecuencia de las políticas deliberadas que instauró el gobierno de Calderón desde el primero de diciembre de 2006 para crear un escenario de caos que le permitiese mantenerse en el poder, a pesar de su ilegitimidad, e imponer los programas privatizadores, y no de los traficantes que tienen sus propios códigos, y que el pueblo ve claramente. En México no existe una violencia derivada de la lucha de los cárteles entre sí, como no hay tampoco, según se pretende, un narcoterrorismo.

4. Ese interés del gobierno panista en mantener el clima de violencia para amedrentar a la población y desmovilizarla, es lo que explica que lejos de tomar las medidas conducentes pretende arrojar aceite al fuego. Y es lo que explica también que lejos de prever medidas drásticas frente a la crisis financiera que está germinando, se pretenda ignorarla creyendo que puede contribuir al escenario del caos.

5. Las señales que vienen del Potomac y de Wall Street no dejan, sin embargo, lugar a dudas de cuál va a ser el escenario inmediato. Los republicanos y los demócratas de Washington están dando ya evidencias de que una vez más van a hacer recaer el costo de su crisis a la clase trabajadora estadunidense y, sobre todo, a los países subordinados a sus políticas como México, y esto va a ser así ocupe quien sea la Casa Blanca a partir del 20 de enero. De la misma manera que el gobierno panista de México, sometido por completo al exterior, va a pretender seguir haciendo lo que hasta ahora ha hecho: hacerle pagar el costo de sus erráticas políticas al pueblo y pasarle a las capas medias de la población, sobre todo al pueblo empobrecido, la factura de lo que ya se llama a nivel internacional el efecto jazz.

6. México estará destinado, en consecuencia, a pagar en parte el costo de la crisis del sistema financiero estadunidense de no cambiarse de políticas, y esto es responsabilidad de Calderón, pues no hay una fatalidad en el porvenir inmediato. Cualquier salida que le puedan dar a la crisis mexicana los grupos que actualmente pretenden gobernar, de seguir las cosas como están, va a ser, por consiguiente, dentro del modelo actual y del insignificante margen de acción que les dejan a quienes mandan en México tanto la Casa Blanca como los organismos financieros a los que han aceptado someterse.

7. La disputa que está aflorando entre los sectores más retrógrados del país sobre las medidas que ha de tomar el gobierno calderoniano para que la violencia que el mismo desató conduzca a algo o para que el efecto jazz no afecte demasiado al sector empresarial no refleja más que la miopía, la ineptitud y el entreguismo de los grupos oligárquicos que se han apoderado del poder en México. Y poco importa si Guillermo Ortiz (director del Banco de México) se opone al titular de Hacienda, Agustín Carstens, pues ambos obedecen dócilmente las directrices de Washington.

8. Las medidas que deben tomarse de urgencia para poner un alto a la debacle nacional no implican, sin embargo, más que algo muy sencillo: respetar el marco jurídico establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Es urgente que el gobierno de facto calderonista detenga su frenesí privatizador lo mismo de industrias estratégicas que del sector educativo, que el ejército y la Marina regresen a sus cuarteles y no realicen tareas policiacas y represivas que les están tajantemente prohibidas, que el gobierno cese de derrochar los recursos de la nación para poder imponerse de manera fraudulenta en 2009. Y, ¿por qué no?, que se establezca un gobierno que trabaje para los mexicanos y no para los intereses trasnacionales.

9. La dinámica política de los últimos meses de desastre del segundo gobierno panista no apunta, no obstante, a que exista en él talento ni voluntad política para darle salida a la grave crisis económica, política y moral a la que ha llevado al país, y sí, por el contrario, hay evidencias de que puede empecinarse en ahondar el escenario de caos que el mismo forjó, y para el que le sirven lo mismo la crisis política que la financiera.

10. Hay que recordar ante esto, y por lo mismo, que al margen de lo que decidan en las próximas semanas las cúpulas empresariales y políticas la salida no se halla arriba; está abajo.