Ataque fascista a la libertad de expresión. El PRIAN de siempre cerró otro espacio plural
Tomados de La Jornada, El Fisgón y El Universal, Boligán.
La censura de la dictadura PRIANista terminó con el espacio radiofónico de la periodista Carmen Aristegui. Un noticiero que no era partidista o tendencioso, sino plural y crítico, donde cabían todas las voces y donde más de uno se negó a participar, por no contar con entrevistas a modo o para lucimiento. Quienes consentían a ser entrevistados sabían que tendrían que contestar preguntas “incómodas” que usualmente no les hacen en otros noticieros gracias al control férreo por parte de los poderes fácticos, dueños ellos sí de la mayoría de los medios de comunicación, no sólo de los electrónicos sino también de los impresos.
Pocos espacios informativos se salvaban, se podían contar con los dedos de una mano. Fue tan grande el temor que tanto Televisa como el usurpador Felipe Calderón Hinojosa, decidieron terminar con el noticiero de Aristegui, para “limpiar” el camino para los abusos contra ciudadanos con la inminente aprobación de allanamientos y detenciones sin órdenes de un juez y para frenar el descontento social por la carestía de la vida y la venta de Pemex y la CFE.
¿Dónde están los defensores de la libertad de expresión? Los corifeos del pelele Calderón Hinojosa y de los poderes fácticos a quienes sirven, guardan el cómplice silencio como siempre lo han hecho. Da vergüenza asistir a tales hechos mientras que los medios de desinformación , principalmente Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula, Radio Centro y los principales medios escritos convalidan con su silencio este ataque a la libertad de expresión y al derecho constitucional a la información.
Dentro de su despedida Aristegui informó que después de cinco años durante los cuales se le renovó el contrato con W Radio, al finalizar 2007 se le informó que no se le volvería a contratar pues tenían “preocupación” sobre ciertos temas. Se abrió un espacio para la negociación y cuando ella pidió por escrito –en cláusulas- la materialización de los “cambios” que abría –principalmente en la parte editorial del noticiero-, la respuesta nunca llegó y ayer 3 de enero de 2008, le avisaron que hoy viernes 4 de enero de 2008 sería su último programa y por tanto último día de trabajo en la estación de radio propiedad de Televisa y el grupo español Prisa, dueño del diario El País.
Esos son los hechos, esa es la “libertad de expresión” en México y ellos son los verdaderos y reales peligros para el país. Esos poderes fácticos y legalmente constituidos que violentan cotidianamente el Estado de derecho y lo hacen con total impunidad.
Desde aquí nuestra más amplia solidaridad con Carmen Aristegui y el compromiso de continuar en la labor de romper el cerco informativo que sólo puede existir dentro de un aparato de Estado fascista, como en los hechos lo es el de México. Los hechos son los que cuentan, la palabras se las lleva el viento. Basta de represión y sistemática violación de los derechos ciudadanos garantizados por la Constitución.
En seguida el artículo de la periodista publicado en el periódico Reforma.
http://www.reforma.com/editoriales/nacional/421/841661/default.shtm
Intelectuales
Pocos espacios informativos se salvaban, se podían contar con los dedos de una mano. Fue tan grande el temor que tanto Televisa como el usurpador Felipe Calderón Hinojosa, decidieron terminar con el noticiero de Aristegui, para “limpiar” el camino para los abusos contra ciudadanos con la inminente aprobación de allanamientos y detenciones sin órdenes de un juez y para frenar el descontento social por la carestía de la vida y la venta de Pemex y la CFE.
¿Dónde están los defensores de la libertad de expresión? Los corifeos del pelele Calderón Hinojosa y de los poderes fácticos a quienes sirven, guardan el cómplice silencio como siempre lo han hecho. Da vergüenza asistir a tales hechos mientras que los medios de desinformación , principalmente Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula, Radio Centro y los principales medios escritos convalidan con su silencio este ataque a la libertad de expresión y al derecho constitucional a la información.
Dentro de su despedida Aristegui informó que después de cinco años durante los cuales se le renovó el contrato con W Radio, al finalizar 2007 se le informó que no se le volvería a contratar pues tenían “preocupación” sobre ciertos temas. Se abrió un espacio para la negociación y cuando ella pidió por escrito –en cláusulas- la materialización de los “cambios” que abría –principalmente en la parte editorial del noticiero-, la respuesta nunca llegó y ayer 3 de enero de 2008, le avisaron que hoy viernes 4 de enero de 2008 sería su último programa y por tanto último día de trabajo en la estación de radio propiedad de Televisa y el grupo español Prisa, dueño del diario El País.
Esos son los hechos, esa es la “libertad de expresión” en México y ellos son los verdaderos y reales peligros para el país. Esos poderes fácticos y legalmente constituidos que violentan cotidianamente el Estado de derecho y lo hacen con total impunidad.
Desde aquí nuestra más amplia solidaridad con Carmen Aristegui y el compromiso de continuar en la labor de romper el cerco informativo que sólo puede existir dentro de un aparato de Estado fascista, como en los hechos lo es el de México. Los hechos son los que cuentan, la palabras se las lleva el viento. Basta de represión y sistemática violación de los derechos ciudadanos garantizados por la Constitución.
En seguida el artículo de la periodista publicado en el periódico Reforma.
http://www.reforma.com/editoriales/nacional/421/841661/default.shtm
Intelectuales
Carmen Aristegui F.
4 Ene. 08
A fin de año, un grupo de conocidos intelectuales trajo a la mesa el asunto de la libertad de expresión y su importancia para una vida democrática. Enhorabuena por el tema. Promovieron una demanda de amparo en contra de la reforma electoral porque argumentan que la prohibición para comprar tiempo en radio y televisión atenta contra la libertad de expresión. La justicia rechazó éste y otros casi 80 amparos -promovidos por cúpulas empresariales- por notoriamente improcedentes. Más allá de que las reformas a la Constitución no son materia de control jurisdiccional, el tema está ahí para el debate. Hay que tomarle la palabra a este conjunto de ciudadanos -preocupados por la libertad de expresión- para dar la batalla en donde sí se puede dar a favor de lo que esgrimen. ¿O creen que solamente en esa prohibición para comprar spots radica el único o el principal peligro a la libertad de expresión en México? Su estatura intelectual los obliga a conocer sobre las múltiples acechanzas a la libertad de expresión que hoy existen en México. El narcotráfico, los cacicazgos locales, la concentración en medios, por citar los más evidentes. Yo personalmente no creo que las nuevas reglas del juego político electoral coarten, como se dice, a un "régimen deliberativo democrático". Digamos que es opinable. Lo importante es el tema. Debatir, en serio, qué es lo que posibilita o imposibilita, en este país, el libre juego de las ideas. Ésa es, en sí misma, una obligación de los intelectuales. Este grupo y los demás que se dedican profesionalmente al debate deben comprometerse, también públicamente, a promover una discusión profunda, por ejemplo, sobre una reforma de medios de comunicación como la que dejó perfilada la Suprema Corte de Justicia con su brillantísimo debate y resolución sobre la acción de inconstitucionalidad a la Ley de Radio y Televisión. Utilizar estos recursos intelectuales y jurídicos para impulsar un nuevo marco legal que garantice el acceso a la información libre, a la competencia y estándares de comunicación ética y profesional que este país requiere. Quedarse en la prohibición de spots a particulares como único tema de denuncia pública sería muy pobre para el tamaño de las firmas. Las restricciones para el uso del dinero -como herramienta electoral por parte de particulares- no son, por cierto, nuevas. Existen desde 1996. Ahora está en la Carta Magna y habrá sanciones al infractor. Evidentemente la reforma es una respuesta a la serie de abusos, intervenciones indebidas y prácticas antidemocráticas que marcaron, sin remedio, la elección presidencial del 2006 y que no recibieron sanción alguna para nadie pero que sí produjeron una profunda crisis político-electoral cuyos estragos todavía padecemos.
Los intelectuales reclaman con su recurso -bajo la batuta legal de Fabián Aguinaco- que se reduce el campo del ejercicio de la libertad de expresión de las ideas, así como de la libertad para deliberar... arrancando y eliminando de dicha esfera el derecho de los quejosos para acceder a los medios de comunicación con igualdad y equidad. No poder comprar spots, dice Aguinaco, restringe sus derechos "...al gobernado, al hombre de la calle, al intelectual y al campesino". ¿De veras creen que un campesino o ciudadano de a pie iba a comprar spots en el Canal 2 para hacerse escuchar? Si en verdad preocupa la libertad de expresión, no gasten la pólvora en infiernitos. La verdadera discusión está en recuperar el carácter público de los medios, en el tema de la regulación de telecomunicaciones, de radio y televisión, en los derechos de las audiencias, en el narcotráfico, en el asesinato de periodistas. Las libertades de conciencia, de opinión y de pensamiento son aquellas que permiten expresar y defender las ideas propias y criticar aquello que se estime conveniente, sin sufrir por ello reprimenda o represalia por parte de ente o autoridad alguno. Eso ocurre en democracia. ¿Estamos en ella? Un elemento principal radica en que los ciudadanos puedan incidir, de alguna manera, en lo que ocurre dentro de su entorno y en el marco de las decisiones y políticas que afectan al interés general. Opinar, decir, cuestionar y criticar deben ser valores irrenunciables en la vida de cualquier ciudadano. Informar, señalar, promover el debate y alentar la crítica son tareas que los medios de comunicación deben anteponer a cualquier otro interés. Ésa es, o debería ser, su tarea principal. Aquello del artículo 19 de la Declaración Universal: la libertad de expresión y opinión implica el derecho de no ser molestado a causa de sus opiniones y la de investigar, recibir e impartir información.
Los intereses económicos, de negocios, políticos o de cualquier otra índole no deben, bajo ninguna circunstancia, interferir en el libre flujo de la comunicación entre emisores y receptores. Cuando esto ocurre la víctima principal es, por supuesto, la propia sociedad. La libertad de expresión es reconocida en el mundo entero como un derecho humano fundamental. De su sano ejercicio depende la viabilidad y funcionamiento de una vida democrática. La pelea por ella debe ser irrenunciable. Los intelectuales están obligados a darla.
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A continuación una nota informativa tomada del periódico La Jornada.
http://www.jornada.unam.mx/
Saldrá Aristegui de W; es incompatible con el modelo editorial de la emisora
El contrato de la comunicadora vence mañana y la estación decidió no renovarlo
Durante 2007 se conocieron presiones patronales para limitar la crítica de la periodista
Blanche Petrich
La radioemisora W, copropiedad de Televisa y el Grupo Editorial Prisa, de España, decidió ayer no renovar el contrato de la periodista Carmen Artistegui, conductora del noticiero matutino Hoy por hoy, que formalmente vence este 5 de enero.
Los directivos de la W comunicaron lo anterior a los reporteros del noticiario. Por tanto, este viernes la reconocida periodista se despedirá al aire de su audiencia en su espacio radiofónico, que se transmitirá, como de costumbre, y por última vez, de seis a 10 de la mañana.
Desde hace algunos días, la negociación para la renovación del contrato de la conductora se había estancado. Fuentes cercanas a la periodista revelaron que la empresa sostuvo que la labor desarrollada por Aristegui durante cinco años en esa radioemisora “dejó de ser compatible con el modelo editorial” del consorcio.
Sin embargo, todavía anoche y después de haber notificado a los reporteros a su cargo que hoy sería el último día de trabajo de Aristegui en el noticiario, algunos directivos de segundo nivel sostenían, como “versión oficial”, que la negociación por la renovación del contrato “estaba difícil pero seguía su curso”.
A lo largo de 2007 se empezaron a conocer las presiones de los consorcios Televisa y Prisa por limitar los márgenes de crítica de la periodista. Aristegui fue la única voz en el espectro televisivo y radioeléctrico que dio espacio a voces opuestas a la ley que pretendía perpetuar el poder del duopolio Televisa-Televisión Azteca.
Durante la campaña electoral de 2006, sólo esta conductora dio espacio en medios electrónicos al papel que jugó el cuñado de Felipe Calderón, Hildebrando Zavala, en la manipulación del padrón de electores.
Apenas asumida la Presidencia por el panista Felipe Calderón, su otro cuñado y cercano amigo Juan Ignacio Zavala fue nombrado representante de los intereses del consorcio multimedios hispano Prisa.
En marzo fue nombrado director de la W el periodista Daniel Moreno, hombre cercano a Zavala y a la esposa del ex presidente Vicente Fox, Marta Sahagún. En ese periodo, la oficina de prensa de Los Pinos concedió entrevistas prácticamente a todos los conductores de los noticiarios electrónicos. Carmen Aristegui fue excluida, notablemente, de este programa de difusión.
Aristegui, reconocida como una de las líderes de opinión más importantes de México, ingresó a la W hace cinco años, a raíz del conflicto con Pedro Ferriz de Con, quien la expulsó –a ella y al conductor Javier Solórzano– del noticiario Imagen Informativa, de Grupo Imagen.
En años recientes, Aristegui llevó al noticiario matutino Hoy por hoy a sus más altos niveles de audiencia, por encima de la barra de noticias de Radio Fórmula que conduce Óscar Mario Beteta a la misma hora. Oficialmente éste es señalado como el de mayor rating en el espacio radiofónico.
La conductora, también titular del programa de entrevistas Aristegui, de la CNN en español, afianzó su prestigio y reconocimiento por la forma crítica y a profundidad con que abordó temas controvertidos.
En su espacio se ventilaron con amplitud las dudas en torno a los resultados de las elecciones de 2006 y la resolución del tribunal electoral; la versión de la “muerte por gastritis” de la anciana nahua Ernestina Ascensión, de la sierra Zongolica; las denuncias de encubrimiento del cardenal Norberto Rivera a curas pederastas; el caso del presunto pederasta Succar Kuri y la periodista Lydia Cacho, y el posterior fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que exoneró al gobernador de Puebla, Mario Marín. Éstos, entre una gran gama de temas usualmente acallados en radio y televisión.
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Tomado de la revista Proceso.
Por “incompatibilidad editorial”, WRadio suspende el contrato a Carmen Aristegui
jenaro villamil
--Después de cinco años de estar al frente de la conducción y dirección informativa del matutino, la periodista fue informada de manera sorpresiva por los directivos de la estación que el contrato anual entre ella y WRadio no sería renovado, a menos de que aceptara ceder en materia de autonomía editorial
México, D.F., 3 de enero (apro).- Por “incompatibilidad editorial”, la empresa WRadio, sociedad entre Televisa y el consorcio español Prisa, decidió suspender a partir de este viernes el contrato con la periodista Carmen Aristegui, conductora del noticiario radiofónico Hoy por Hoy.
Después de cinco años de estar al frente de la conducción y dirección informativa del matutino, Aristegui fue informada de manera sorpresiva por los directivos de la estación que el contrato anual entre ella y WRadio no sería renovado, a menos de que aceptara ceder en materia de autonomía editorial.
“El modelo editorial que la empresa quiere no es compatible con el que yo he defendido, y la empresa decidió no renovar el contrato, después de cinco años de mi participación”, afirmó Aristegui, al ser consultada por Apro.
La abrupta salida de Aristegui se produce en el momento en que el noticiario cuenta con uno de los mayores índices de audiencia en la capital del país, según los reportes de INRA, y con uno de los niveles de credibilidad más altos, resultado de su cobertura informativa crítica, plural y consistente.
A través del espacio informativo que Aristegui condujo diariamente de las 6 a las 10 de la mañana, se realizó una cobertura crítica a la llamada Ley Televisa; se abrieron espacios para legisladores, políticos y analistas “incómodos” para los intereses del consorcio televisivo; se le dio seguimiento puntual a escándalos como el de la empresa Hildebrando, propiedad del cuñado del presidente Felipe Calderón; se ventilaron los polémicos audios entre Mario Marín y Kamel Nacif en contra de la periodista Lydia Cacho; se dio seguimiento puntual al caso del sacerdote Nicolás Aguilar, acusado de pederasta y protegido supuestamente por el cardenal Norberto Rivera; entrevistó a los tres coordinadores parlamentarios del Senado, en plena polémica de Televisa en contra de la reforma constitucional en materia electoral.
De acuerdo con observadores, el noticiario Hoy por Hoy de Aristegui se convirtió en uno de los referentes más importantes para la agenda informativa cotidiana. El alto grado de credibilidad era reconocido tanto por voceros empresariales, como dirigentes sociales, partidos políticos, incluyendo al excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.
En su espacio informativo se dieron cita, semana a semana, analistas como Denisse Dresser, Lorenzo Meyer y José Antonio Crespo, y se conformó un equipo de reporteros de primer nivel.
El estilo Televisa
A pesar de la credibilidad y del alto nivel de audiencia, los directivos de Televisa no ocultaron, en público y en privado, su descontento con la autonomía editorial de Aristegui, sobre todo a partir de la cobertura realizada a la polémica Ley Televisa.
El acoso al espacio informativo de la periodista se inició poco después de que se aprobara este ordenamiento que la Suprema Corte de Justicia de la Nación consideró anticonstitucional en sus puntos medulares.
Por “problemas técnicos” se sacó de la señal televisiva de Sky, propiedad de Televisa, el noticiario de Aristegui. Nunca se restableció la señal.
La cobertura de Aristegui sobre el conflicto poselectoral del 2 de julio de 2006 se distinguió frente a la cerrazón y el exceso de editorialización de los noticiarios radiofónicos y televisivos. Fue de los pocos espacios, junto con el de José Gutiérrez Vivó, que informó de las movilizaciones y protestas de los simpatizantes de López Obrador, quien representaba oficialmente la segunda fuerza electoral.
A finales de 2006 se incrementaron los rumores sobre el posible divorcio entre WRadio y Aristegui. Informes internos de la empresa, revelan que intercedió en ese momento el periodista José Luis Cebrián, directivo de Prisa, quien les advirtió a sus socios de Televisa: “Si tocan a Carmen, tocan a Prisa”.
El distanciamiento fue público y abierto a raíz de la discusión de la reforma electoral. Aristegui no asistió a la audiencia del pasado 11 de septiembre en las instalaciones del Senado, que protagonizaron los principales conductores de televisión y radio de Televisa y las empresas radiofónicas.
En su colaboración editorial para el periódico Reforma, Aristegui expresó públicamente su desacuerdo con los argumentos de sus colegas, quienes consideraban que estas reformas constituían una amenaza para la libertad de expresión.
Mientras Televisa evitó las entrevistas con los senadores en sus otros espacios informativos, Aristegui tuvo a los tres principales coordinadores parlamentarios del Senado –Manlio Fabio Beltrones, del PRI; Santiago Creel, del PAN, y Carlos Navarrete, del PRD--, quienes explicaron los contenidos de la reforma.
“Ellos privilegiaron el ataque a las reformas y yo privilegié el contenido de estas reformas”, comentó en su momento Aristegui, para explicar su política editorial frente a las modificaciones a nueve artículos constitucionales que establecieron la prohibición absoluta de compra de tiempo-aire para fines político-electorales.
Los últimos rumores sobre la salida de Aristegui se produjeron con la llegada de Daniel Moreno, exdirectivo del “nuevo” Excélsior, a la dirección informativa de WRadio. Esta decisión modificó el acuerdo inicial que estableció la autonomía para los espacios informativos que originalmente condujeron Aristegui, Javier Solórzano y Carlos Loret de Mola.
De este trío original de periodistas, solamente quedaba Aristegui al frente de la emisión matutina. La suspensión de su contrato coincide, paradójicamente, con la difusión de spots en WRadio, en los que se reproducen declaraciones de la periodista que habla del renacimiento de la legendaria estación radiofónica.
Actualmente, Aristegui conduce un programa en CNN y, hasta ahora, no tiene ninguna otra oferta en las otras cadenas radiofónicas.
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