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domingo, septiembre 16, 2007

¿Cuál libertad de expresión? Cerco militar y mediático en el circo del pelele

Las negociaciones entre el gobierno del Distrito Federal y los esbirros del pepele Felipe Calderón Hinojosa, nada tienen que ver con el movimiento social de resistencia civil pacífica. Eso quedó más que demostrado cuando –luego de negociar en las cúpulas- se acordó vaciar la plancha del Zócalo para dejar “solo” al espurio.

Sin embargo, los miembros de la resistencia que habían aguantado por horas, defendiendo de los militares vestidos de civil, el movimiento de las rejas, no estuvieron dispuestos a retirarse sin hacer lo que tenían planeado. Decirle es su cara lo que es: un pepele de los poderes fácticos y un usurpador del poder. Un traidor a la democracia y un ladrón de la voluntad popular. Ese y no otro fue el objetivo de la resistencia.

Por eso no siguió la consigna dictada por las negociaciones de la “política moderna”, pues la resistencia es de los de abajo, de la gente, del pueblo. No de una cúpula que cree que puede manipular el descontento a su antojo. Tengan cuidado aquellos que piensan como los PRIANistas, que la conciencia social, sobre todo de los habitantes del DF, no ha cambiado. Las elecciones intermedias de 2009 para cambiar a los diputados federales y locales, además de los titulares de las delegaciones en la capital están muy cerca. Y no tienen asegurado el puesto, mucho menos el hueso.

Gracias al valor y arrojo de la resistencia se pudieron lograr varias cosas, primero el duelo de altavoces entre los televisos que apoyaron al pelele y el gobierno de la ciudad. También que no se pudieran apropiar de la Plaza de la Constitución para llenarla de acarreados como fue el caso de una tercera parte. Que se demostrará con fotografías y videos que la inmensa mayoría de los que estaban bajo Palacio Nacional fueron soldados y policías traídos de distintos estados de la república, con gastos pagados y su torta y refresco.

Y la principal, que una persona con reconocida trayectoria política, honradez y congruencia como la senadora Rosario Ibarra de Piedra diera el grito de los libres en una plaza que es pública y de todos los mexicanos. Además de lanzar vivas por los héroes nacionales, lo hizo también por lo desaparecidos políticos y pugnó por la muerte del mal gobierno.

El zócalo no es del usurpador y su camarilla, mucho menos de las fuerzas represoras. ¡Vamos! Si de lo que se trataba era de festejar la libertad e independencia de los mexicanos, no de la dictadura policiaco militar a la que se encamina el país.

En resumen: a más de un año de las elecciones el usurpador Calderón Hinojosa no puede pararse en una plaza pública sin estar rodeado de miles de efectivos del ejército, arropado por las cámaras de televisión que no difundirán la verdad y –en este caso- con un sonido de OCESA (Dicen que el más potente de Latinoamérica) para acallar las protestas en su contra.

Pero ni así pudieron silenciar los gritos de protesta que llegaron hasta los oídos del pelele y su invitados (acarreados) de honor, que bajo el grito de ¡Obrador Obrador!, dieron al traste con su efímero espectáculo.

Después de que tanto Cepropie –la oficina de prensa del espurio-, como las televisoras y radiodifusoras del país silenciaron ayer 15 de septiembre las miles de voces que repudian al pelele. ¿Pueden decirse defensores de la libertad de expresión? Es el cinismo en su máxima expresión.



Dividido el Zócalo a la manera de corrales. En la primera parte, pegada a Palacio, están los equipos de sonido, las bandas militares de música, la prensa y los invitados especiales. Tras una primera valla está el grupo de jóvenes gritones. Uno de ellos clama, emocionado: “¡Este sí es el bueno!” Sus amigos lo regañan e intentan corregir: “¡El otro es candidato, el otro es candidato!”

Felipe Calderón cumple el ritual. Toca la campana. Ondea la enseña patria. Los jóvenes lo apoyan aunque no los oiga. Son unos cuantos, pero a ellos sí los ve. Los de atrás han salido de la mirada de los invitados, como Ruth Zavaleta, la presidenta de la Cámara de Diputados, salió de las pantallas el pasado primero de septiembre. Ahora, sin embargo, no podrán decir que fue una falla técnica.

Calderón no ha cumplido un año en la silla presidencial y ya ha obsequiado al país un buen número de ceremonias consagratorias de su mando. Pero ¿alguien recuerda su celebración de los primeros 100 días de gobierno? ¿Alguien, fuera del círculo íntimo familiar y partidista, recuerda la conmemoración de su triunfo electoral el pasado 2 de julio? Convencido de que el ritual del Informe presidencial está agotado, Calderón organiza al día siguiente una ceremonia no para informar, sino para relaborar sus promesas de campaña y ensalzar su figura frente a unos cuantos empresarios y los empleados de su gobierno. Todos estos actos han sido posibles, además, gracias a aparatosos despliegues militares y policiacos. Como el de esta noche de Grito.

Lo que las urnas non dan –al menos no a los ojos de algunos millones– el Estado Mayor non presta.


La Jornada


La negociación resultó y los que habían organizado el “grito de los libres” tuvieron 15 minutos para llevar a cabo su ceremonia, para que doña Rosario Ibarra de Piedra hiciera su alocución en la plancha del zócalo.

La luchadora social pidió “vivas” para Hidalgo, para la Corregidora, Allende y Leona Vicario, pero incluyó a la “soberanía popular”, a los presos y desaparecidos políticos, a los héroes que, dijo, a lo largo de la historia han luchado por cambiar las condiciones de miseria del país.

Con la mayoría de los rostros volteando hacia ese templete, Ibarra de Piedra también pidió dos veces un “muera el gobierno”, pero con mucho ánimo solicitó un “viva” para “nuestra presidencia legítima”.

El Universal



En un Centro Histórico amurallado con vallas metálicas, Felipe Calderón dio su primer Grito de Independencia en el balcón central de Palacio Nacional, con una arenga en la que sólo se refirió a lo héroes nacionales.


En los metros cercados por el Estado Mayor Presidencial, sólo para invitados especiales del jefe del Ejecutivo —entre los cuales no estuvieron Manuel Espino ni Héctor Larios—, se escucharon vivas a México y porras de “Fe-li-pe, Fe-li-pe”, antes y después del Grito. Atrilistas de las orquestas sinfónicas de la Defensa y de la Marina no paraban de entonar piezas musicales para impedir que llegaran al Presidente los gritos de la multitud que apoya a Andrés Manuel López Obrador, que acudió al Zócalo desde temprana hora para ubicarse en primera fila.

Así, Calderón estuvo en total veintitrés minutos observando la explanada del Zócalo capitalino atiborrada de personas, y pudo ver de frente las dos águilas juaristas del gobierno legítimo de López Obrador colocadas en los edificios que dan frente a Palacio Nacional, así como pancartas en su contra y fotografías del ex jefe de Gobierno capitalino con la banda presidencial del presidente legítimo.

Milenio Diario



Sin embargo, no sólo en el mensaje hubo diferencias. La señal oficial que difundió Cepropie se limitó sólo a transmitir imágenes cerradas de la plancha del Zócalo para evitar que se 'colaran' pancartas de la protesta, algunas de ellas con la imagen de Andrés Manuel López Obrador.

También, al momento del grito oficial, personas apostadas estratégicamente en la Plaza de la Constitución desplegaron una larga bandera con la que ocultaron a la vista del mandatario los pocos carteles con las fotografías de AMLO y que pretendía así protestar contra lo que consideran la usurpación del Poder Ejecutivo.

Diario Monitor



Encabeza el Presidente Legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, el Grito de Independencia en Oaxaca

San José Tenango, Oaxaca

Sábado 15 de septiembre de 2007


* En la sierra mazateca, López Obrador convoca a los mexicanos a reafirmar el compromiso de transformar la vida pública del país

* Andrés Manuel López Obrador evoca a los héroes nacionales que hace casi 200 años hicieron posible que nuestra nación fuese libre e independiente.

* Ataviado con la banda presidencial, López Obrador destaca la necesidad de abolir el actual régimen de corrupción y de privilegios


El presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, encabezó esta noche la ceremonia del Grito de Independencia en San José Tenango, municipio ubicado en la sierra mazateca de Oaxaca.

Desde el auditorio municipal convocó a los mexicanos a reafirmar el compromiso de transformar la vida pública de nuestro país, por considerar que “sólo el pueblo puede salvar al pueblo”.

Evocó a los héroes nacionales, a los hombres y mujeres, que hace casi 200 años hicieron posible que nuestra nación fuese libre e independiente. Recordó al cura Miguel Hidalgo, a la corregidora Josefa Ortiz de Domínguez y al siervo de la Nación José María Morelos.

Destacó la necesidad de abolir el actual régimen de corrupción y de privilegios y de desterrar la opresión, la desigualdad, la injusticia, la discriminación, la codicia y el odio.

En la ceremonia conmemorativa del CXCVII aniversario del inicio del movimiento independentista, reiteró su compromiso con la construcción de una Patria para todos los mexicanos, en particular para el pobre y humillado.

Ante miles de ciudadanos que estaban reunidos en la plaza principal del municipio –uno de los más pobres y olvidados de la geografía nacional— inició con la arenga: ¡Arriba los de abajo! ¡Arriba los pobres!

Le siguió: ¡Abajo los privilegios! ¡Abajo el gobierno usurpador!

Posteriormente tocó turno a las siguientes proclamas: ¡Vivan los indígenas! ¡Vivan los campesinos! ¡Vivan los obreros! ¡Vivan los migrantes! ¡Vivan los artistas! ¡Vivan los maestros! ¡Vivan los profesionistas! ¡Vivan los sectores productivos! ¡Vivan los estudiantes! ¡Vivan las mujeres! ¡Viva la cultura!

Después mencionó a los héroes nacionales desde los tiempos de la Reforma, la Independencia y la Revolución de 1910: ¡Vivan los héroes que lucharon por la Independencia, la libertad, la justicia y la democracia!

Y los recordó por sus nombres: ¡Vivan los padres de la Patria! ¡Viva Hidalgo! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Morelos! ¡Viva Juárez! ¡Vivan los hermanos Flores Magón! ¡Viva Francisco I. Madero! ¡Viva Villa! ¡Viva Zapata!

Con la Bandera de México a su izquierda, no escapó a su memoria el presidente que decretó en 1938 la expropiación petrolera: ¡Viva el general Lázaro Cárdenas!

También ocuparon un espacio diversos actores de la vida nacional: ¡Vivan los dirigentes sociales y políticos asesinados por defender las causas populares! ¡Vivan los héroes anónimos! ¡Libertad a los presos políticos!

A nombre de los millones de mexicanos que luchan por la transformación auténtica de la Nación y sus instituciones, lanzó la prédica: ¡Viva la Nueva República!

Al final gritó: ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!

La voz del presidente legítimo de México se escuchó más allá de los cuatro puntos cardinales de la plaza principal de San José Tenango.

A continuación, López Obrador ondeó el lábaro Patrio e hizo tañer la campaña, cuyo eco perduró durante un par de minutos.

La ceremonia conmemorativa de El Grito culminó con la entonación de las primeras estrofas del Himno Nacional.

Para mañana, domingo, el Presidente Legítimo de los Mexicanos visitará a los habitantes de Santa María Texcatitlán, Valerio Trujano y San Juan Bautista Cuicatlán.