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lunes, julio 02, 2007

Ante hechos, mentiras de los medios










La reacción de los medios y “políticos modernos” a la multitudinaria concentración de la CND para repudiar el fraude a un año de las elecciones federales de 2006, fue la esperada. Los espacios noticiosos se llenaron de encuestas –nada nuevo, recordemos que todas son a modo y con las mismas intenciones. Además de ser pagadas con dinero de nuestros impuestos o por empresas beneficiadas por el PRIAN- donde lo menos que dicen es que el pelele Felipe Calderón Hinojosa es el más querido, que si hoy fueran las elecciones -¿a quién se le ocurriría hacer esa pregunta a un año de las elecciones?- prácticamente nadie votaría por Andrés Manuel López Obrador.

Pese a que dichos “sondeos” –sesgados pues son por teléfono a no más de 1000 personas- las cifras que dan a conocer afirman que aumentó quien piensa que sí hubo fraude, pero de todas maneras casi adoran al usurpador Calderón Hinojosa.

Los sesudos lectores de noticias de radio y televisión –ante la contundencia de las decenas de miles que se manifestaron ayer- trataron de minimizar el hecho al señalar que cuentan con reportes de ciudadanos que hablaron para decir que la mayoría fue acarreada, que se regalaba una torta por comprar un libro –si el libro costó 100 pesos ¿quién pagaría ese dinero para que a cambio le dieran una torta?-, que los participantes son ignorantes que se dejan llevar por López Obrador. Y así por el estilo.

Pronto se les “olvidó” que hace unos días cancelaron la cuenta del movimiento lopezobradorista y que el PRD debe hasta la camisa por las elecciones pasadas y que la “moderna izquierda de los chuchos” no aporta recursos a ese movimiento por estar en contradicción con él. Entonces ¿de dónde salen los recursos para todo lo que señalan? Por favor, esas afirmaciones no soportan ni el mínimo escrutinio del sentido común. O como dirían las abuelitas “nada más hablan por que tienen boca”.

Para los siempre certeros “analistas políticos”, pese a todo el Frente Amplio Progresista (PRD, PT y Convergencia) perdió mucho, pues si se hubiera colocado como el interlocutor del PAN, otra cosa sería. Lo que callan los mentados “analistas” es que el PRIAN se agandalló en San Lázaro las comisiones y los cargos, por lo que es una mentira más aquello de que pudiera haber obtenido mayores cosas. Desde un principio el PRIAN manifestó su intención de aniquilar el avance de los partidos de izquierda para que en las elecciones intermedias de 2009 sean borrados del panorama político y así cumplir su sueño dorado: mangonear al país por décadas. Quienes -ni duda cabe- habrían salido beneficiados son los legisladores, pues ellos tendrían más dinero, pero las leyes serían perores para las mayorías del país, como ha quedado demostrado en estos siete meses.

Nada se puede esperar de un régimen corrupto donde los “representantes populares”, ni son representantes, ni son populares, sólo ven su beneficio inmediato y su futuro asegurado, sin importar qué pase con los ciudadanos. Eso ha quedado demostrado en todo este tiempo, por eso los mexicanos otorgan las perores calificaciones a los partidos políticos y a los legisladores levantadedos.

Si de algo ha servido este movimiento –no sólo en esa parte, pero si de manera fundamental- es en cerrar el paso al oportunismo rastrero de tanto “político”, sin importar partido, al que se le “queman las habas” por vender –como dijo la asesina Elba Esther Gordillo- lo que tiene, es decir su dedo levantado.

Otro logro más es –y pese a todo el cerco desinformativo, colosal, nunca antes visto- que el ciudadano común cada vez cree menos en lo que le dicen sus “representantes” y ahora exige mayor claridad, a parte de que una mayoría de quienes participan en la CND fortalecen su ideología y razonan sus lealtades. Contrario a lo que barruntan los medios electrónicos y la mayoría de la prensa escrita, quienes participan tienen cada vez mas claro por qué lo hacen.

Esto último es precisamente lo que quieren impedir los poderes fácticos, el que la gente razone y opte por lo que más le convenga, en lugar de que sean llevados de la mano de la publicidad tramposa del gobierno en turno y de ellos mismos.