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sábado, junio 30, 2007

El ataque a Excélsior también fue precedido por un boicot*





Tomados de La Jornada, Helguera y El Fisgón y El Universal, Carreño.


Como ahora, el Ejecutivo jugó un papel capital

ROSA ELVIRA VARGAS

Conocido en la historia del periodismo nacional como el golpe a Excélsior, el capítulo que concluyó el 8 de julio de 1976 con la salida de Julio Scherer y un numeroso grupo de reporteros, escritores y articulistas tuvo como antecedente el boicot publicitario que, auspiciado por el gobierno de Luis Echeverría Alvarez, impusieron a esa casa editorial los principales empresarios del país.

Miles de páginas se han escrito en torno al que se considera uno de los ejercicios más ignominiosos del poder público en México contra un medio de comunicación.

Pero en esa efeméride del oprobio pocos recuerdan que fue desde agosto de 1972 -esto es, cuatro años antes de la maniobra que expulsó a Scherer García de la dirección del matutino- cuando los grupos empresariales, auspiciados por el entonces presidente Luis Echeverría Alvarez, suspendieron la compra de espacios para anunciarse en las páginas del que fuera considerado en su momento uno de los cinco mejores periódicos del mundo.

Básicamente la molestia de los representantes de la iniciativa privada era con la línea editorial que bajo la conducción de Julio Scherer se había impulsado desde la llegada de éste a la dirección de Excélsior el 31 de agosto de 1968.

A lo anterior se sumó una abierta animadversión del gobierno de Echeverría Alvarez contra esa casa editorial operada entonces bajo el esquema de cooperativa.

De hecho, un mes antes, el 10 de junio, los terrenos propiedad de los trabajadores de Excélsior en Paseos de Taxqueña fueron invadidos aparentemente por campesinos que reclamaban haber sido despojados de tales predios, si bien hubo elementos para detectar que muchos de aquellos no eran sino aviadores del gobierno. Diversos testimonios consignan, además, que desde las pantallas de televisión se favorecía esa acción contra la cooperativa periodística.

En estas mismas páginas, el primero de diciembre de 2005, la escritora Elena Poniatowska afirmó: "Desde el poder presidencial, Luis Echeverría manipuló la asamblea de cooperativistas de Excélsior para sacar a Julio (Scherer) y terminar con una línea crítica e informativa que todas las mañanas le agriaba el desayuno."

El día de la asamblea de cooperativistas donde se destituyó a Scherer, en el rotativo apareció una página en blanco. En ese lugar debía haber aparecido un desplegado en apoyo al depuesto director y que signaban, entre otros, Froylán López Narváez, Enrique Maza, Vicente Leñero, José Emilio Pacheco, Gastón García Cantú y Carlos Monsiváis.

Se inició entonces la era de Regino Díaz Redondo como director de esa casa editorial, quien desde la presidencia del consejo de administración de la empresa había organizado la asamblea para deponer a Scherer.

Pero una cosa es clara, el golpe a Excélsior se inició con un boicot publicitario.



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Larga historia de ataques desde el poder contra periodistas y medios informativos


1. Por instrucciones de Fernando Garza, operador de Gustavo Díaz Ordaz, la agencia de noticias Amex -con más de 40 corresponsalías instaladas en todo el mundo, una cobertura nacional de 200 periodistas, con más de 50 contratos con diferentes medios nacionales y con una producción diaria de más de cien noticias- no puede publicar más que un solo reportaje relativo a los hechos del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, realizado por Juan Ibarrola y publicado en la revista Siempre, la segunda semana de octubre de 1982.

2. Caso Excélsior, ampliamente conocido. Fue operado por Fausto Zapata durante el gobierno de Luis Echeverría Alvarez, el 8 de julio de 1976.

3. Entre abril y mayo de 1982, Francisco Galindo Ochoa, operador de José López Portillo, retiró toda la publicidad oficial a la revista Proceso, a la que durante los primeros cinco años de vida se le habían ordenado ente dos y seis páginas por edición, lo cual dio pie a la famosa frase "No pago para que me peguen".

4. El mismo operador, en el mismo gobierno, canceló el 17 de agosto de 1982 el programa Opinión Pública, de Paco Huerta, iniciado el 13 de septiembre de 1976.

La concesión de la radiodifusora ABC Internacional, desde donde se emitía el programa, pasó a manos de Mario Vázquez Raña.

5. El 30 de mayo de 1984 se cometió el homicidio del periodista Manuel Buendía. Al año siguiente, en condiciones semejantes, fue asesinado Mario Méndez, director de Le Monde Diplomatique en español. Su cadáver fue encontrado en la cajuela de su auto y llevado a una cuadra de su oficina.

6. También en 1985, Mario Sojo fue despojado de la revista Impacto, que fue entregada en el siguiente gobierno -el de Carlos Salinas- a Juan Bustillos.



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Anuncia Gutiérrez Vivó el fin de su programa radiofónico Monitor

jenaro villamil

México, D.F., 29 de junio (apro).- En la emisión 41,100 y después de 33 años de transmisiones ininterrumpidas, el periodista José Gutiérrez Vivó anunció esta mañana el fin de su programa radiofónico Monitor, por “no contar con la solvencia económica suficiente para pagarle a sus empleados” y denunció “toda clase de trucos” en contra de la libertad de expresión.

El empresario y periodista, reconocido como pionero de los debates políticos en la radio y creador del concepto de la “red vial” que lo convirtió en uno de los referentes capitalinos más importantes, declaró “muerto” su proyecto radiofónico y televisivo, ya que también mantenía su espacio en el canal 52 de Multivisión.

“Nos vamos a dedicar a otra actividad; la vida sigue”, dijo. “Mañana, a las tres de la tarde, se inicia una huelga de los trabajadores de la industria de radio y televisión motivados porque Monitor no ha cumplido con sus deberes económicos con sus trabajadores”.

Gutiérrez Vivó afirmó que las dificultades económicas de su proyecto se deben a que “la publicidad no llega, y no llega porque hay indicaciones de que no llegue. Es un boicot económico”.

El conductor no explicó quiénes encabezan el “boicot económico” en su contra, pero a mediados del año pasado Gutiérrez Vivó denunció al gobierno de Vicente Fox por presionar a empresarios y publicistas para que no invirtieran en Monitor, en represalia por su entrevista con el entonces jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, que anunció su candidatura presidencial en una entrevista realizada el 3 de marzo de 2003.

En entrevista con Proceso, después de recibir a principios de este año el reconocimiento del Club de Periodistas por sus 32 años de labor en la industria de la radio, Gutiérrez Vivó también reveló que recibió un mensaje del gobierno de Felipe Calderón, en el que se le señaló que su empresa “está castigada; que vamos a observar lo que hace y cómo lo hace; que no nos importa que difunda información del señor Calderón, y que si se porta bien, le dará una audiencia para llegar a un arreglo”.

De acuerdo con el conductor radiofónico, esta advertencia le fue hecha por Max Cortázar, actual coordinador de Comunicación Social de la Presidencia de la República.

Hasta el momento, ni la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión ni alguna instancia del gobierno federal han manifestado su posición frente al anuncio de Gutiérrez Vivó, que prácticamente conmocionó a las demás estaciones y colegas de los medios electrónicos y radiofónicos.

Historia de un acoso

Las dificultades para Gutiérrez Vivó iniciaron a mediados del sexenio pasado cuando decidió romper un acuerdo comercial con el concesionario de Grupo Radio Centro, Francisco Aguirre, a quien demandó por 25 millones de dólares. El litigio llegó ante la Corte Internacional de Comercio de París, la misma instancia que emitió un dictamen en torno del diferendo entre CNI-Canal 40 y TV Azteca.

A pesar del fallo favorable de la corte parisina, reconocida como la instancia internacional en demandas de arbitraje comercial, y de obtener dos amparos favorables, el Grupo Radio Centro se negó a pagarle a Gutiérrez Vivó y entabló un recurso de revisión en contra de la sentencia dictada por el juez sexto de distrito en materia civil del Distrito Federal, quien le concedió el amparo a Infored y a Gutiérrez Vivó.

En paralelo, el Grupo Radio Centro obtuvo una sentencia de nulidad a su favor del juez 63 de lo civil en el Distrito Federal, Jaime Daniel Cervantes Martínez.

“¿Cómo se hace para sacar del aire a alguien? ¿Cómo se le hace para no pagarle una indemnización que se le pagaría hasta el más humilde?”, se preguntó Gutiérrez Vivó durante la entrevista con Proceso.

“Se hace con el favor del poder. Creo que está muy claro que Vicente Fox, y lo digo con toda conciencia, es un antidemócrata. Formalmente vistió como demócrata, pero fue capaz de acallar medios de comunicación con hechos concretos. Y nosotros somos un hecho concreto”, subrayó Gutiérrez Vivó.

El 30 de noviembre de 2006, Gutiérrez Vivó anunció que la transmisión de Monitor radio saldría de la Frecuencia Modulada (FM), debido a que su empresa no podía pagar la renta de la estación. Se siguió transmitiendo en Amplitud Modulada (AM), en las frecuencias 1320 y 1560, y en televisión, a través del Canal 52 de MVS.

Al mismo tiempo, Gutiérrez Vivó compró el periódico El Heraldo y lo transformó en Diario Monitor. Hasta la fecha, la edición del rotativo continúa y, según informes del equipo del periodista, se concentrará en los próximos días a sacar adelante el periódico.


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Invertebrados

jorge carrasco araizaga

México, D.F., (apro).- Un presidente que no acaba de legitimarse, una oposición desarticulada y una difícil recuperación del salto hacia atrás en la democratización que significó la elección presidencial del 2006, es lo que un año después México saca en cuenta de aquel proceso.

Nadie tiene nada qué celebrar. Felipe Calderón apenas y se reunirá con los panistas a puerta cerrada en la sede nacional del PAN. López Obrador, aun con la concentración en el Zócalo de la Ciudad de México, tampoco tendrá mucho qué mostrar de su consolidación como “presidente legítimo”.

Aunque no se encuentra en los extremos del 2 de julio, el PRI es el que menos puede salir a demostrar que ha cambiado desde entonces. No sólo porque fue el gran perdedor de las elecciones presidenciales con su candidato Roberto Madrazo, sino porque continúa en su largo proceso de descomposición.

En todo este año, la agenda nacional ha estado dominada, en buena medida, por los escándalos de los gobiernos priistas, como el de Puebla y el de Oaxaca, además de la represión policial y de violación a los derechos humanos en San Salvador Atenco, aunque en ese caso, como en el oaxaqueño, la responsabilidad fue compartida con el gobierno de Vicente Fox.

Mario Marín, el “gober precioso” de Puebla y Ulises Ruiz, el viejo operador electoral del PRI, señor de Oaxaca, son la muestra del caciquismo político autoritario que se resiste a desaparecer y dar paso a la división y equilibrio de poderes.

Las instituciones electorales tampoco se han recuperado del descrédito al que las sometieron Vicente Fox y el presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, y su Consejo General. Pero también, los anteriores magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que con un simple dictamen administrativo y no una resolución judicial avalaron el dudoso triunfo de Calderón.

Los primeros meses de ejercicio de poder han sido insuficientes para que Calderón empezara a construir su legitimidad social más allá del uso y abuso del aparato propagandístico.

Ni siquiera los esperados golpes de timón han surgido. Hasta ahora, dejó ir a los Bribiesca y a cualquier responsable los ominosos actos de corrupción del gobierno de Fox.

En políticas públicas lo único que puede demostrar es al Ejército y las medallas que se va colgando en abusos de derechos humanos en la “guerra” en que Calderón lo llevó contra el narcotráfico.

Fuera del secretario de la Defensa Nacional, el general de división Guillermo Galván Galván, o la presencia coyuntural del secretario de Hacienda, Agustín Carstens, su gabinete no se nota. Parece el verdadero gabinete en la sombra. Y si ése es de sombra, el de López Obrador es inexistente.

Más allá de reacciones puntuales, “el gabinete legítimo” ha sido incapaz de demostrar cómo administraría la cosa pública.

Peor aún, su relación con los legisladores del Frente Amplio Progresista es más bien de confrontación y división, aun con los saldos de la campaña y las acciones de protesta sostenidas por meses por López Obrador.

El filósofo español José Ortega y Gasset publicó en 1921 el libro España invertebrada, en el que da cuenta del secular proceso de descomposición del imperio español y que derivó en la dictadura de cuatro décadas del general Francisco Franco.

Por cierto, los herederos del franquismo agrupados en el Partido Popular son ahora los socios del PAN en su propósito de control político de la derecha en Iberoamérica.

El propósito manifiesto de Ortega y Gasset con ese libro fue el de “definir la grave enfermedad que España sufre”. España superó esa etapa y hace tres décadas, a pesar de todo, se encuentra en un proceso de modernización política y económica.

No es el caso de México. Por ahora, en el horizonte no se ve nada que pueda vertebrar al país, darle consistencia, organización y cohesión. Nadie tiene nada qué celebrar. (29 de junio de 2007)
jcarrasco@proceso.com.mx


*Textos tomados del diario la Jornada y la revista Proceso.