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lunes, octubre 20, 2008

Jilgueros del panismo proclaman "triunfos" del chuchismo





Tomados de La Jornada, Helguera, Hernández y Rocha y El Universal, Helioflores.


Durante 8 años los desgobiernos panistas del “cambio” han mostrado que ni por asomo pondrán tras las rejas a los culpables del saqueo y la corrupción en México, mucho menos a los asesinos como Luis Echeverría Alvarez, Ulises Ruiz Ortiz o Elba Esher Gordillo. En casi una década el PAN no ha cumplido con sus exigencias del pasado. La cárcel exigida para los ladrones de “cuello blanco” o los corruptos políticos y empresarios ligados al PRI pasó al cesto de la basura.

Ahora que tiene la posibilidad de cumplir las órdenes de aprehensión o de investigar a los corruptos que denunció en el pasado opta por aliarse a ellos y robar en su compañía. La exigencia de democracia y libertad de expresión también fue acallada con el fraude electoral de 2006 y la imposición de Germán (Mentiras) Martínez en la dirección de PAN.

La criminalización de la protesta social fue la respuesta a sus protestas del pasado, con quema de locales electorales y boletas adulteradas por la mapachería priísta. El cierre de carreteras y toma de aeropuertos protagonizado por los panistas en el pasado ahora es señalado como actos criminales que deben ser reprimidos con todo el poder del Estado como ocurre actualmente en Morelos, donde los hogares han sido allanados y cateados sin orden judicial junto a las detenciones arbitrarias y desapariciones selectivas de líderes sociales.

Pregonan los panistas que a partir de que se están en el poder todo es democracia, libertad de expresión y mejores condiciones de vida. Sin embargo, los hechos son todo lo contrario. No hay democracia pues el panismo se valió de lo más corrupto del PRI para mantenerse en el poder. Ni en su propio partido hay la mentada democracia porque abundan las denuncias de imposiciones hasta del Yunke por boca de Manuel Espino. La libertad de expresión retrocedió gravemente cuando el pelele Felipe Calderón Hinojosa, siguiendo el mismo camino que el ladrón y traidor Vicente Fox Quesada, cesó del aire a dos periodistas opositores al PAN, Carmen Aristegui y José Gutiérrez Vivó, además de retirar de horarios de mayor audiencia a quienes cuestionan la legitimidad del usurpador Calderón Hinojosa.

Tan no hay libertad de expresión que hace unas semanas dos jóvenes fueron detenidos por militares en el propio Palacio Nacional por gritar ¡espurio! –al pelele- y ¡no hay libertad! Después de más de una hora de permanecer incomunicados y fotografiados fueron llevados ante el juez calificador y dejados en libertad por falta de parte acusadora. Todo en presencia del espurio Calderón Hinojosa, quien con el cinismo que lo caracteriza al mismo tiempo, hacia una falsa apología de la “democracia nacional y sus libertades”.

Las artimañas y trampas del PAN y PRI son harto conocidas, las de los Chuchos del PRD se les equiparan.

Con dos dictámenes por votar Carlos Navarrete de la Nueva Izquierda de los Chuchos no se cansa de repetir –desde el pasado viernes- que no habrá manifestaciones callejeras de protesta por la privatización de Pemex –pues a decir de él no habrá tal-, si acaso aseguró, las habrá de festejo por el “triunfo inobjetable” del PRD. Su compinche y presidente espurio del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, jura que tampoco habrá toma de tribunas pues insiste en que “no quisiéramos adelantar. Todo el mundo sabe que el PRD defenderá el petróleo, pero en este momento la dirigencia prefiere en vez de hablar de movilizaciones, poner énfasis en la búsqueda de acuerdos y no en las diferencias".

Apocas horas de que sean votadas en el pleno del Senado de la República, las siete iniciativas para reformar Pemex, y con las dos más controvertidas aún sin dictamen, los personeros de Jesús Ortega y Jesús Zambrano –Los Chuchos- “festejan” un triunfo que no es visible. Llaman a la tranquilidad, pero son ellos los que tienen prisa por gritar el anticipado “triunfo” con la complacencia total del PAN y PRI.

Eso huele al menos a acuerdos en lo “oscurito”, a “letra chiquita” y a corrupción soterrada. Para qué repartir el pastel antes de tenerlo ¿cuál es la prisa?

Como nadie se chupa el dedo las brigadas en defensa del petróleo están alertas y dispuestas a la movilización masiva y a la constitucional –aunque les duela a los de siempre- resistencia civil pacífica. Son derechos ciudadanos, no son dádivas, son conquistas pagadas con miles de vidas a lo largo de la historia reciente de México. Cada quien es libre de usarlos y cada quien es libre de expresar sus ideas y manifestar sus convicciones. Eso está garantizado por la Carta Magna, aunque les pese.


La siguiente colaboración fue tomada del periódico La Jornada.








IEDF: ¿qué hacer?

John M. Ackerman

La renuncia de Isidro Cisneros a la presidencia del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) nos sitúa ante una disyuntiva que bien nos puede llevar al fortalecimiento institucional de la autoridad electoral o hacia un desastre de grandes dimensiones para la organización de las elecciones en la capital de la República. Todo depende de la responsabilidad política y la sensatez con que se conduzcan tanto los diputados de la Asamblea Legislativa como los otros consejeros del instituto.

Lo ideal sería que los partidos eligieran por consenso a una persona independiente, de probada experiencia y prestigio para terminar el periodo de Cisneros como consejero presidente del instituto. El problema es que algunos de los candidatos naturales, como Jaime Cárdenas, Jesús Cantú o Eduardo Huchim, se encuentran impedidos por ley a ocupar el puesto en este momento. Asimismo, casi todas las otras figuras públicas que han sido mencionadas han declinado ser consideradas o han enfrentado vetos políticos irracionales.

Nos encontramos, entonces, ante una situación paralela a lo que ocurrió con la renovación anticipada del Instituto Federal Electoral (IFE) a principios de este año. Ante la ausencia de prospectos fuertes, la Asamblea podría verse obligada a escoger un candidato de “medio pelo” al estilo del actual consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés, con tal de salir al paso de la situación.

Tal desenlace sería lamentable, ya que el IEDF requiere de una persona con gran liderazgo, conocimiento y experiencia para salir del hoyo en que se encuentra. Varias áreas estratégicas del instituto operan sin sus titulares, el presupuesto de 2009 tiene que presentarse en las próximas dos semanas y las tareas iniciales del proceso electoral ya cuentan con un atraso importante. Esta situación de ninguna manera se puede atribuir exclusivamente a la gestión de Cisneros, sino que se debe a la enrarecida convivencia interna de la cual son igualmente responsables los otros seis consejeros electorales.

Además, las presiones externas que denunció Cisneros en su carta de renuncia son reales. Todos los partidos políticos han buscado influir en la operación del organismo electoral y más de uno de los consejeros actuales se han visto tentados a actuar más como representantes de partido o de corriente que como consejeros ciudadanos independientes y autónomos.

Si no aparece en los siguientes días una persona elegible que cumpla con el perfil buscado, sería recomendable seguir alguna de las tres siguientes alternativas con objeto de evitar el nombramiento de un presidente mediocre. Una primera opción sería, que en lugar de designar un nuevo consejero presidente para terminar el periodo de Cisneros, se aprovechara la oportunidad para poner en acción las recientes reformas al Estatuto de Gobierno del Distrito Federal para nombrar un nuevo consejero, en lugar de un “consejero presidente”. Posteriormente, de acuerdo con la ley, los siete integrantes del consejo general determinarían entre ellos quién presidiría al órgano colegiado durante los próximos dos años. En principio, esto no violaría las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ni del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación porque no se estaría afectando ningún derecho adquirido.

El problema con esta opción es que 80 por ciento de los responsables de la crisis actual en el instituto se mantendrían en sus puestos y la sangre nueva que pueda llegar al instituto no tendría mayores posibilidades para transformar el status quo. La segunda opción, entonces, sería que todos los consejeros actuales renunciaran, asumiendo su corresponsabilidad por la coyuntura actual del instituto y abriendo el panorama para una transformación completa de la autoridad electoral. La dificultad con este camino, sin embargo, es que atrasaría aún más la organización del proceso electoral ya en curso.

La tercera opción sería la modificación del código electoral para permitir el nombramiento de alguno de los candidatos naturales para presidir el instituto en estos tiempos de crisis. Por ejemplo, no existe ninguna razón de peso para obligar al consejero presidente del IEDF a demostrar cinco años de residencia en el Distrito Federal, un localismo trasnochado que desafortunadamente obstaculizaría la llegada de alguien como Jesús Cantú. Asimismo, la obligación de contar con título universitario resulta absurda ante la presencia de candidatos como Eduardo Huchim, cuya experiencia y conocimiento rebasan sobradamente a la vasta mayoría de los licenciados del país.

En todo caso, antes de realizar cualquier nombramiento la Asamblea Legislativa primero tendría que aprobar la nueva versión del Código Electoral del Distrito Federal para dar certidumbre al proceso electoral en curso. Es falso que la no publicación del nuevo código se deba a una táctica dilatoria del jefe de Gobierno.

A finales de agosto, Marcelo Ebrard envió sus observaciones sobre la ley a la Asamblea. Hoy toca a ésta atenderlas o, en su caso, superar el “veto” del jefe del Ejecutivo por medio de una votación de dos terceras partes de los diputados. Esperemos que nuestros representantes estén a la altura del reto.