progressif

miércoles, octubre 24, 2007

Levantadedos progresistas y modernos






Tomados de La Jornada, Hernández, Helguera, El Fisgón y Rocha y El Universal, Helioflores y Naranjo.


Declaraciones van y vienen sobre el programa estadunidense llamado Plan México, para el combate al narcotráfico y del cual los congresos de ambos países aseguran desconocer los detalles y hasta hace unos días hasta su existencia. Lo cierto es que fueron autoridades de Estados Unidos quienes dieron la primicia al mundo y las mexicanas guardaron un recatado silencio. También fue del lado estadunidense donde se dio a conocer la cifra de 7 mil 500 millones de dólares que aportaría México contra los mil 400 millones que pondrán los gringos con la condicionante –no la única- de que sea para que se les compre equipo de “alta tecnología”, software y cursos de entrenamiento.

Los legisladores de Estados Unidos dijeron que es probable que no se apruebe lo anunciado con bombo y platillo por el criminal internacional George W. Bus, mientras que los diputados mexicanos afirmaron categóricamente que no habrá dinero para el mentado Plan México. Sin embargo, el gobierno pirata del pelele Felipe Calderón Hinojosa, ya aclaró el entuerto y mintió una vez más.

Quitó la venda a los legisladores que ufanos afirmaban que no entregaría dinero para tal propósito, pero ayer mismo terminaron de aprobar el presupuesto para 2008, que contempla una partida de 25 mil millones de pesos para seguridad. Así que a decir de la presidencia patito los recursos ya están aprobados. Respecto a la cifra de casi 80 mil millones de pesos para los próximos tres años, indicó que se trata de un aproximado de lo que se aprobará en esa materia, claro que esto dependerá de lo que apruebe el Congreso. Para qué tanto brinco de “legisladores” que “legislan” sin leer ni saber que aprueban. Eso sí son buenos para el mitote y la “defensa de la soberanía nacional”, pero esta vez como otras tantas, quedó en evidencia que son levantadedos. Claro de Nueva Izquierda y nacionalistas, pero levantadedos igual que los del PRIAN.

Esa es la política de “altura” de la que se admiran los empresarios, los medios de comunicación electrónicos, los lectores de noticias y los sesudos “analistas políticos”. Todos ellos muy “civilizados y progresistas”.



En seguida una nota tomada del periódico La Jornada sobre el documental “Fraude: México 2006” del cineasta Luis mandoki.



http://www.jornada.unam.mx/




“Fraude: México 2006 cumple con informar más allá de los chismes”


Por problemas técnicos no se había exhibido el trailer en las salas, explica Luis Mandoki

El adelanto comenzará a proyectarse el próximo viernes en más de mil pantallas del país

Con una cifra insólita para un documental, se estrenará con 212 copias el 15 de noviembre

Juan José Olivares


“La gente juzgará si Fraude: México 2006 es objetiva o no. Nuestra intención no fue emitir opiniones, sino mostrar hechos, cosas que sucedieron, como otras que se dijeron, sin contar con las evidencias visuales que nos llegaron (más de 3 mil horas de filmación de ciudadanos)”, expresó el cineasta mexicano Luis Mandoki, durante una rueda de prensa para dar los pormenores del porqué no se habían exhibido la mitad de los trailers de la cinta –que se estrenará el 15 de noviembre con 212 copias– en las cadenas principales de cines.

¿Cómo ser objetivo? Fue la pregunta que el realizador se hizo a sí mismo, sobre todo cuando los antagonistas (“Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, Felipe Calderón, Elba Esther Gordillo”, entre otros) no quisieron verter su opinión en el filme. “¿Les vamos a dar la decisión de que esta película no salga, porque no quisieron dar su versión de los hechos?”, se cuestionó Mandoki quien “no sabía quién había ganado o perdido y por eso me interesó invitar a la gente a filmar. Cuando los vi, me abrieron los ojos y como director lo que veo o siento es lo que puedo trasmitir al espectador. Fue importante que se me abrieran los ojos y quienes lo hicieron fueron los ciudadanos, que por voluntad democrática se fueron a ver qué estaba sucediendo. La cinta abrirá los ojos a algunos, otros dirán que esto no sirve para nada. Yo sólo ofrezco mi trabajo”.

Fraude: México 2006 se distribuirá casi “por milagro, gracias a la colaboración de muchos ciudadanos que aportaron (para la producción y distribución). Estrenar un documental en México con esa cantidad de copias nunca ha ocurrido, es histórico e insólito. Creemos que el público mexicano está ávido de información, de saber qué es lo que sucedió más allá de los chismes. Con este trabajo cumplimos con la obligación de informar lo que en la televisión no ha tenido lugar. Estamos orgullos de contribuir para saber qué paso en 2006”, aseveró el director de cintas como Voces inocentes y Gaby: una historia verdadera.

Tres metas eran las que se perseguían: “Contar qué, por qué pasó y quiénes fueron los responsables. Contar eso en una hora 40 minutos fue un proceso de meses (de edición)”.

Todas las cámaras

El largometraje, que será distribuido en Europa y Latinoamérica por Latinofusión y que, de acuerdo con sus productores se tienen pláticas para ser exhibido en festivales como Cannes, Berlín y Sundance, “no fue una película que se filmó con un tipo de cámara, más bien fueron todos los tipos de cámaras habidas y por haber”.

El cineasta recordó: “Cuando vino la elección y los conteos, por Internet invité a los ciudadanos a que fueran a los distritos y casillas y filmaran lo que vieran. Si conseguíamos material de unos 15 distritos estaría bien, pero mi sorpresa fue que llegó material de 300 distritos. Fue un proceso de meses de escudriñar, pero al final quedaron joyas históricas, cosas que nunca había visto.

“En una proyección de Los Angeles, la gente expresó que era una cinta importante para entender no sólo qué pasó en México, sino en el mundo, porque hasta ahora nunca ha habido un reporte visual de qué pasa cuando hay una elección fraudulenta. Lo que quedó en la película son pruebas que no tienen ningún tipo de cuestionamientos, que allí están”.

Mandoki reiteró que el problema esencial de la producción fue que el antagonista no quería hablar. “La gente se preguntará por qué no tienen voz; no la tienen porque no la quisieron dar y eso estará explícito en la cinta. Muchas veces pedimos entrevistas con Vicente Fox, Felipe Calderón, Elba Esther Gordillo, Roberto Madrazo, Luis Carlos Ugalde y no aceptaron hablar.”

Mandoki y Federico Arreola, productor del filme, explicaron que fueron “problemas técnicos” los que impidieron que los avances no se proyectaran en alrededor de la mitad de las salas en las que estaba programados que aparecieran. “Por razones técnicas no se exhibieron, pero los exhibidores hicieron el compromiso –por escrito inclusive, en unos casos, comentó Mandoki– de proyectarlos a partir del próximo viernes”.

La explicación fue que los lunes se entregan los trailers a los exhibidores, pero “nosotros, por un contratiempo de financiamiento, lo hicimos el martes y de ahí viene que le damos el beneficio de la duda a los exhibidores, que nos habían dicho que tienen la mejor voluntad”.

Arreola especificó la cantidad de trailers entregada a las cadenas: a Cinépolis, 431; MM Cinemas, 176; Lumiére 33; Cinemex, 162; Cinemark, 195, y a independientes, 91.

Los productores se dieron cuenta de la falla, luego de recibir muchas denuncias por Internet de gente que fue al cine para ver si ya se proyectaban los adelantos.


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A continuación un artículo tomado también del diario La Jornada.




Lutero y los meones de agua bendita

Carlos Martínez García


Para las conciencias acendradamente católicas, intolerantes y negadas al debate que reconoce los derechos de sus interlocutores, los adversarios son indeseables que ponen en peligro la siempre anhelada uniformidad de pensamiento. En México, dentro del conservadurismo que va desde la Colonia hasta nuestros días hay consumados ejemplos de pensamiento reaccionario, oscurantista, negado a la diversidad de criterios.

En la disputa por la dirigencia de Acción Nacional, un enfrentamiento entre supermochos contra mochos (los primeros nostálgicos del siglo XVI, antes de la ruptura luterana; y los segundos que aceptan a regañadientes el Estado laico pero que lo debilitan a la menor oportunidad a su alcance), han salido a relucir argumentos ideológicos, políticos, morales y teológicos. Entre estos últimos, la corriente menos oscurantista, en voz de Germán Martínez Cázares, señaló que en el PAN se han enquistado “meones de agua bendita”. No especificó nombres, pero los analistas y conocedores de los grupos ideológicos en el interior del panismo, pronto señalaron como destinatarios de la frase a los militantes de El Yunque, y, sobre todo a Carlos Abascal (secretario general adjunto del PAN) y Manuel Espino (presidente del Comité Ejecutivo Nacional). Como no soy inspector de las micciones de nadie, me atengo a que Germán Martínez algunas evidencias tendrá para aseverar lo que con tanta seguridad dijo sobre la actual dirigencia de su partido.

La más acabada réplica a eso de la naturaleza de los líquidos que desalojan Espino y el ala panista que lo apoya, quedó impresa en un artículo publicado por El Universal la semana pasada. En su colaboración “PAN: conciencia contra apariencia”, Manuel Espino recurre para ejemplificar lo malévolo de sus antagonistas que le disputan la dirección de Acción Nacional, a cuya relección declinó participar hace dos días, a una comparación que lo revela de cuerpo entero. En plena línea con la ortodoxia de la Contrarreforma vilipendia y lanza epítetos ofensivos contra Lutero: “La actitud sicopatológica de quienes han traicionado al PAN en nombre de su historia y de su doctrina recuerda el comportamiento acomodaticio de Martín Lutero, que lo llevó a justificar su defección. Ya desviado, su soberbia se hizo diatriba contra el rey Enrique a quien, sin escrúpulo, describió como un cerdo, un imbécil y un mentiroso que merecía, entre otras cosas, estar cubierto de excremento”.

Para saldar lo que considera una afrenta propinada por Germán Martínez, casi seguro próximo presidente del PAN, Espino le endilga un símil que le ha de haber dolido en extremo porque aquel es un personaje formado en centros bien identificados con el conservadurismo católico. Estudió en la Universidad La Salle y dio clases en la Universidad Anáhuac. Por cierto que Espino sigue una tradición que puede ser documentada con nitidez desde la Colonia, prosigue con la Independencia, se opone a Juárez, se manifiesta en la Revolución y contra la Constitución de 1917, resurge en la Guerra Cristera y añora la unción del Estado a la Iglesia católica hasta el México de hoy. Nos referimos a eso de ver luteranismo donde no lo hay, como en el caso de la excomunión a Miguel Hidalgo y Costilla, a quien la Inquisición condenó, entre otros cargos, por hereje luterano.

Manuel Espino tiene una clara opinión de Martín Lutero. Para él es sicópata, traidor, acomodaticio, desleal, desviado, soberbio, violento, injuriador y lépero. Todos estos calificativos los encontramos nada más en el primer párrafo del artículo de un iracundo presidente del PAN. Uno se pregunta por qué involucra en su querella contra Martínez Cázares a Martín Lutero. El de Espino es un caso, en este asunto de evocación antiluterana, más para sicólogos y sicoanalistas que para politólogos. Si los anteriores epítetos arrojados por Espino Barrientos, y muchos otros que lanza contra Germán Martínez, a quien nunca se refiere por nombre en su escrito, son ciertos o no, es una cuestión que le toca responder a quien fuera fugaz secretario de la Función Pública en la administración de Felipe Calderón. Lo que a mí me inquieta es la fobia que Espino le tiene a Lutero, y por ende al enfrentamiento del reformador alemán, y sus resultados religiosos y culturales, contra la Iglesia católica.

En su lucha contra los que consideraba desmanes del papado romano, sus tergiversaciones de las enseñanzas bíblicas y su autoritarismo, Lutero enarboló el principio del libre examen y la libertad de conciencia. En la Dieta de Worms (abril de 1521), Martín Lutero compareció ante las autoridades católicas y el emperador Carlos V. Sus enjuiciadores buscaban que se retractara de las herejías, en las que, según ellos, Lutero había incurrido al criticar la corrupción de Roma y todo su sistema de dominio político y religioso. En un corto, pero históricamente significativo discurso, el disidente concluyó su exposición: “A menos que se me convenza mediante el testimonio de las Escrituras o mediante clara razón –puesto que no confío ni en el Papa ni en concilios únicamente, pues bien sabido es que a menudo han errado y se han contradicho–, estoy obligado por las Escrituras que he citado, y mi conciencia es cautiva de la Palabra de Dios. No puedo y no quiero retractarme de nada, ya que no es seguro ni correcto contrariar la conciencia. No puedo proceder de otro modo; aquí estoy firme; que Dios me ayude, amén”. Al inquisidor Manuel Espino le molesta en extremo lo que Lutero hizo y por eso, para él, es sinónimo máximo de perversidad.