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domingo, junio 27, 2010

Sinaloa: comicios con olor a narco*


Tomado de La Jornada, Hernández.
Jorge Carrasco Araizaga y J. Jesús Esquivel



El PRI y su disidencia vestida de oposición se disputan el gobierno de Sinaloa, que nunca ha estado fuera de la órbita tricolor. La ecuación es compleja en la entidad: un aspirante que despide un fuerte olor a narco es repudiado por sus viejos padrinos políticos; el otro, sin abandonar su militancia, obliga a varios grupos a rearmarse detrás de él a toda prisa. Pero hay más: Jesús Vizcarra Calderón, el priista, y Mario López Valdez, el opositor, no sólo contienden por el derecho a despachar desde Culiacán: se convertirán, se dice, en un experimento que definirá quién dentro del PRI tiene fuerza suficiente para buscar el camino a Los Pinos. Por lo demás, las huellas de una especie de narcoelección son muy similares a las de otros estados donde también habrá comicios.

CULIACÁN, SIN.- En las elecciones del domingo 4 de julio en Sinaloa el PRI competirá contra sí mismo. Con un candidato que lleva a cuestas la sombra del narcotráfico y un disidente que ahondó las divisiones en el Revolucionario Institucional de cara a la candidatura presidencial de 2012, ese partido se juega casi todo en un estado que siempre ha sido suyo.

Las elecciones para gobernador, 40 diputados locales y 18 alcaldías serán un laboratorio de los aspirantes a la candidatura presidencial priista, especialmente del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, pero también de la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo.

Lo que hasta hace algunos meses se perfilaba como un triunfo más del PRI ante la debilidad del Partido Acción Nacional (PAN) y ante la presencia testimonial del PRD, el PT y Convergencia, terminará definiéndose por la capacidad de operación de las maquinarias partidistas y gubernamentales.

A una semana de la elección, hay un virtual empate entre el priista Jesús Vizcarra Calderón, candidato de la alianza Para Ayudar a la Gente –PRI, Nueva Alianza y Partido Verde– y el aún priista Mario López Valdez, Malova, candidato de la coalición opositora El Cambio es Ahora en Sinaloa, integrada por PAN, PRD y Convergencia.

Hasta el viernes 25, se difundía que López Valdez aventajaba con una diferencia de entre dos y ocho puntos porcentuales a Vizcarra. Pero había 18% de indecisos, esos que terminan por decidir una elección.

Una eventual derrota de Vizcarra dejaría al PRI fuera del control gubernamental, pues el candidato de ese partido al gobierno de la capital, Melesio Cuén Ojeda, es propuesta del elbista Nueva Alianza, que tiene reservados algunos de los primeros lugares en las listas plurinominales para el Congreso local.

Por si fuera poco, el segundo municipio del estado, Mazatlán, está asegurado por el PAN, cuyo aspirante Alejandro Higuera buscaba ser candidato a gobernador.

El panorama no es nada sencillo para el PRI. Vizcarra sólo tiene ventaja en el centro del estado, aunque Culiacán concentra más de la tercera parte de los votos. En el norte, de donde es originario Malova, tiene ventaja la coalición opositora. En el sur el PAN se ha hecho de una votación mayoritaria desde hace algunos años. No en balde Vizcarra arrancó su campaña en Mazatlán, en el sur.



El laberinto



La elección se complicó para el PRI desde que a finales del año pasado el exgobernador Juan S. Millán se opuso a la candidatura de su antiguo ahijado político, Jesús Vizcarra, y promovió a otra de sus hechuras, el senador con licencia Mario López Valdez, a quien hizo presidente municipal de Ahome entre 2001 y 2004.

En 2006, López Valdez fue compañero de fórmula del senador y excandidato presidencial del PRI, Francisco Labastida Ochoa. Dueño de la cadena ferretera Malova, el ahora candidato opositor quedó registrado con ese acrónimo con el aval del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a pesar de tratarse de una marca comercial.

Las disputas entre las coaliciones por el uso del acrónimo derivaron en la quema de 7 millones de boletas impresas con restricciones en el uso de la marca comercial y en las que ya se habían gastado 2 millones 300 mil pesos.

En franco rompimiento con su sucesor, el gobernador Jesús Aguilar Padilla, Millán desató la confrontación en el partido al rechazar públicamente a Vizcarra, a quien llama traidor.

Juan Guerra Ochoa, representante del PRD en la coalición opositora y exdiputado federal, dice que Millán “no aceptaba la candidatura de Vizcarra más que querer la de Malova. Lo considera un traidor. Hay mucha gente en el PRI que cree que Aguilar Padilla debe preocuparse porque Vizcarra es tan ambicioso que no tarda en deshacerse de él. En su círculo cercano manejan que va para presidente. Ya se sueña allá”.

Durante su gobierno, de 1989 a 2004, Millán promovió a Vizcarra como empresario y político. Dueño del Grupo Viz, dedicado a la comercialización de carne y ganado pero cuyo desarrollo se le adjudica al supuesto lavado de dinero, Vizcarra fue, gracias a Millán, presidente del Consejo Nacional Agropecuario entre 2000 y 2002.

Millán intentó llevarlo hasta la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial, pero cuando estaba en campaña, el entonces corresponsal de Proceso y columnista de El Noroeste, Ismael Bojórquez, reveló las relaciones de Vizcarra con el narcotraficante José Inés Calderón Quintero, su primo en cuarto grado asesinado en 1998.

Millán lo rescató del escándalo y en 2003, con el apoyo del entonces presidente Fox y su secretario de Agricultura y actual diputado federal, Javier Usabiaga, lo llevó al Congreso como diputado federal. Ahí fue presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos.

Vizcarra y Aguilar Padilla rompieron con Millán. En 2005, ya en el gobierno de su compadre y socio en el Grupo Viz, el ahora candidato a gobernador fue secretario de Desarrollo Económico. En 2008 pasó a la alcaldía de Culiacán, de donde salió para competir por el gobierno del estado.

El diputado federal panista por Sinaloa Manuel Clouthier Carrillo asegura que, en lugar de guardarle lealtad a Millán, Vizcarra se alió con Aguilar Padilla: “Buscó las relaciones con el futuro y Millán le representaba las relaciones con el pasado. Vizcarra y Aguilar Padilla sacaron a Millán de la jugada”.

La división en el PRI ya le costó la cárcel y el exilio a Luis Pérez, director de Gobierno de Millán y subsecretario de Gobierno de Aguilar Padilla. Durante nueve años tuvo en sus manos información política de inteligencia del gobierno del estado. A él se le atribuye la filtración de la fotografía de Vizcarra con los narcotraficantes Ismael El Mayo Zambada y su primo José Inés Calderón, tomada en los años ochenta.

En marzo pasado la PGR arraigó a Pérez acusado de lavado de dinero. La justicia federal lo liberó, pero el exfuncionario se fue del país, asegura Alejandro Higuera, candidato del PAN a la alcaldía de Mazatlán.



Los compadres



El mayor lastre de Vizcarra son sus alegadas relaciones con el narcotráfico (Proceso 1744). Primero con su primo y luego con El Mayo Zambada, con quien se le achaca una relación de compadrazgo que no se ha atrevido a negar. Ni siquiera en los debates con su opositor y menos ante los insistentes señalamientos del PAN en el Congreso, que en las sesiones recientes ha colocado letreros con la pregunta: “¿Y el compadre apá?”.

Aunque esa relación ha afectado su campaña, lo único que hizo Vizcarra fue sacar del estado a uno de sus hijos, el que presume ser ahijado del narcotraficante, uno de los jefes del cártel de Sinaloa.

“Todos sabemos que Jesús Vizcarra es compadre del Mayo. Sabemos que su hijo mayor es el ahijado. Tiene todavía una hija más grande. El mismo chamaco es el que lo dice y presume al padrino cada vez que se emborracha. Ya hubo necesidad de sacarlo del estado. Lo tienen en Guadalajara”, dice Manuel Clouthier en entrevista en Culiacán (Véase recuadro).

Desde su precampaña, Vizcarra ha sufrido otros golpes relacionados con la delincuencia organizada. El 22 de diciembre del año pasado fue asesinado el secretario de Turismo del estado, Antonio El Güero Ibarra, a quien la prensa local señala como lavador de dinero de José Inés Calderón y El Mayo Zambada.

La baja más reciente fue apenas el pasado lunes 14, cuando mataron a Enrique El Gallo Mendívil Flores, presidente de la Unión Ganadera Regional de Sinaloa y de la Federación de Propietarios Rurales de Sinaloa, y quien, además, figuraba en la lista de candidatos a regidores de la alcaldía de Culiacán por la coalición en la que participa el PRI.

Señalado también como pieza de El Mayo Zambada, El Gallo Mendívil, de 60 años, ya había sido regidor en la capital sinaloense durante la gestión municipal de Aarón Irízar López, ahora diputado federal del PRI y antecesor de Vizcarra en la presidencia municipal de Culiacán.

En el velorio de Mendívil estuvieron Aguilar Padilla, Vizcarra, la secretaria de Seguridad Pública del estado, Josefina García Ruiz, y los hermanos Cárdenas Fonseca, operadores políticos de Elba Esther Gordillo en Sinaloa, que además de candidatos a diputados plurinominales por el Panal están haciendo campaña por Jesús Vizcarra.

Ibarra y Mendívil eran no sólo operadores de Vizcarra, sino compadres del gobernador, en una muestra de lo que Clouthier califica de la “camarilla mafiosa” que gobierna Sinaloa, sin que el gobierno de Felipe Calderón haya querido actuar en su contra en su llamada “guerra” al narcotráfico. Aunque, a unos días de las elecciones, en la prensa opositora a Vizcarra, se promueve la idea de que puede ocurrir “un michoacanazo” en el entorno del candidato.

Pieza fundamental en la campaña de Vizcarra es el diputado federal Óscar Lara Aréchiga, quien durante 10 años fue el secretario de Administración y Finanzas con Millán y Aguilar Padilla, y que según Clouthier “le dio la dimensión de cuello blanco a la camarilla”.

En el caso de Peña Nieto, el diputado federal asegura que no sólo es aval de Vizcarra, sino que ha estado operando a través de su grupo Fuerza Mexiquense, que ya tuvo una presencia importante en el proceso federal pasado en Sinaloa, principalmente en Guasave, al norte, que registró una votación de 56%, muy por encima del 35% de los distritos urbanos de Mazatlán, Culiacán y Los Mochis.

Precisa que los contactos de Peña Nieto con Vizcarra son Eustaquio y José Ignacio de Nicolás, miembros del consejo del Grupo Homex, que se ha dedicado a la construcción de casas en el Estado de México.

Sobre la candidatura de Vizcarra pesa el mal desempeño de Aguilar Padilla. Las encuestas son unánimes en el rechazo a la gestión del gobernador, quien es visto más como socio y empleado de Vizcarra que como el jefe político de la entidad. Aunque la propia oposición le reconoce como trabajador y eficiente, que “da resultados”, como dice una de sus frases electorales, coincide también en sus rasgos autoritarios.



La decisión panista



Alejandro Higuera, candidato del PAN por tercera ocasión a la presidencia municipal de Mazatlán, era un fuerte aspirante al gobiero, uno de los candidatos naturales. Es el que más posiciones políticas ha ganado en las urnas: dos veces la diputación local, una vez la federal y dos veces el ayuntamiento de Mazatlán. Va por la tercera. Supera incluso a Millán, quien dos veces ha ganado como senador, una como diputado federal y una como gobernador.

Pero en las encuestas del PAN, Higuera estaba detrás del excandidato de ese partido al gobierno del estado y actual secretario de Desarrollo Social de Calderón, Heriberto Félix Guerra, quien hace seis años perdió por una diferencia de 1% contra Aguilar Padilla y que en esta ocasión no intentó contender.

Entrevistado el pasado miércoles en el puerto, en el sur de Sinaloa, Higuera asegura: “Aún se me enchina la piel de pensar que tuve que ceder la candidatura” a Malova, quien como priista fue un golpeador del PAN. “Yo vengo del viejo PAN. No soy neopanista. Hace más de 20 años que competí y gané para el partido. Por eso fue un trago muy duro para mí”.

Explica que fue el presidente del partido, César Nava, quien le pidió que renunciara. “Fue un trago muy duro. Me citaron con Nava y me hicieron ver que las encuestas me daban muy bien el sur. No tuve la capacidad económica para montarme en un aparato en todo el estado para crecer. Había un regionalismo muy claro. El norte con un peso enorme de Malova. El centro con Vizcarra y el sur por mí”.

Nava le pidió que buscara la alcaldía de Mazatlán por tercera vez. “No fue fácil para mí porque ya una vez, siendo el único diputado federal de mayoría por Sinaloa en la elección intermedia de Fox, en la que el PAN sufrió un colapso, yo traía el proyecto de ser senador. Pero a los 11 meses el partido me pidió que viniera a buscar la alcaldía. Y bueno, le hice caso. Esta vez lo hago de nuevo, porque creo que vale la pena”.

Integrante de un grupo de panistas que se opusieron públicamente a llevar a un candidato “porrista”, dice que López Valdez llegó a la candidatura del PAN con sus operadores del PRI y aun con algunos de Elba Esther Gordillo. “La maestra está jugando en varias pistas”, dice, y recuerda que la jefa del SNTE es cercana a Juan Millán, promotor del priista disidente.

Si en Culiacán Gordillo está con sus candidatos del Panal y apoya a Vizcarra, en el sur del estado, en el municipio de San Ignacio, limítrofe con Mazatlán, apoya como candidato de la alianza El Cambio es Ahora en Sinaloa al exdiputado federal priista Bernardo Vega Carlos”, de la sección XXVII del SNTE y quien fue encargado de los servicios de educación en el sur de Sinaloa antes de ser candidato.

Asegura que López Valdez “tiene muchos amigos senadores que lo están apoyando”. Ejemplifica con Francisco Labastida y la suplente del candidato en el Senado, Margarita Villaescusa Rojo. “Aquí se dice que todos sus hijos andan conmigo en la campaña”. Y se ufana: “Aquí –señala el logo de la alianza opositora en su camisa– falta el medio PRI que se vino con López Valdez”.

Añade: “Dicen las malas lenguas que (el senador Manlio Fabio) Beltrones tiene simpatías por López Valdez. Toda la familia de Labastida está en la campaña con él. Labastida no va a ningún evento, pero su corazón ahí está. Sé que su hijo el restaurantero y Rocío, una de sus hijas, están trabajando arduamente” por la coalición opositora.

*Tomado de la revista Proceso.